Ante la campaña antimonárquica desatada por la izquierda radical comunista y especialmente por los lideres del partido chavista "UNIDAS PODEMOS", contra nuestra Constitución, consentida por el PSOE, y centrando sus ataques en la Corona, símbolo de la Unidad de la Patria y de la pervivencia de la Constitución del 78, he creído oportuno elaborar esta Reflexión Heteróclita contra los recalcitrantes republicanos, que ven en nuestra Monarquía una representación de nuestra amada Patria, España, que ellos odian y desearían destruir, para dar paso a una República Federal Bolivariana de los Países Ibéricos.
El Rey es la representación que encarna a España, su unidad, su Historia y su sistema Constitucional y por ello es odiado por los comunistas totalitarios que forman parte de la "banda" de Pedro Sánchez y de su Gobierno Frankenstein.
Esos ataques han venido a ser ratificados por las indeseables manifestaciones que ayer, en el Pleno del Congreso de los Diputado,s realizara el Ministro de Justicia Juan Carlos Campos, según el cual
"Estamos en una crisis constituyente y también en un debate constituyente"
La histórica fotografía
que encabeza esta reflexión, muestra la
reunión de nueve reyes en el Palacio de Buckingham en 1910, con ocasión del
entierro para el funeral del rey británico Eduardo VII, conocido como Berti.
De izquierda a derecha,
de pie están: Haakon VII de Noruega -primer monarca reelegido
democráticamente-, Fernando I de Bulgaria -bisexual reconocido- Manuel II de
Portugal -apodado el Patriota o el rey perdido, su reinado duro solo 2 años-,
Guillermo II de Alemania -último emperador alemán, de personalidad megalómana-,
Jorge I de Grecia Rey de los Helenos, asesinado en la ciudad de Salónica- y
Alberto I de Bélgica -murió por las heridas causadas en una caída mientras escalaba-.
Sentados en la primera
fila aparecen: Alfonso XIII de España, Jorge V ─de extraordinario parecido con su primo Nicolás II de
Rusia, con quien intercambiaba papeles cuando éste le visitaba en Inglaterra─ y Federico VIII de Dinamarca.
La última vez que se
tomó una foto similar fue con ocasión del 50 aniversario de la coronación de
Isabel II (2003) y es esta:
De Pie, Alberto de Bélgica,
Juan Carlos de España, Harald de Noruega, Carlos Gustavo de Suecia, Enrique de
Luxemburgo
Sentadas Margarita de Dinamarca,
Isabel de Inglaterra y Beatriz de Holanda, ocho soberanos de las 10 monarquías
que hoy perviven en Europa.
Faltan el Gran Duque de
Liechtenstein Hans Adán, y Albérto de Mónaco
Además,
Juan Carlos de España ha sido sustituido en el trono por su hijo Felipe, al
igual que Beatriz de Holanda que abdicó en su hijo Alejandro.
Hoy
en día existen 44 monarquías en el mundo, pero sólo las europeas y Japón, bajo
su recientemente entronizado Emperador Naruhito, son Monarquías parlamentarias
de Países democráticos.
El
resto de las monarquías existentes, en Asia, Oriente Medio, Africa y Oceanía,
son Monarquías absolutas.
Sin embargo, la monarquía como sistema político es puesta en cuestión, sobre todo por la izquierda, por considerarla una institución anacrónica y discriminatoria, en cuanto que su titularidad, la de la Jefatura de Estado, se transmite hereditariamente, lo que, según esas posiciones ideológicas, sería antidemocrático.
En esta reflexión voy a tratar de
aportar datos elocuenmtes en defensa de la Monarquía, comenzando por comentar u
artículo de Ramón Perez-Maura, publicado en ABC en 2012, que aporta lo que él
entiende como “Cinco razones por las que la monarquía es un sistema mejor”.
Estas razones, resumidas, son las
siguientes
1 La Monarquía representa la
pluralidad de identidad y la constante renovación dentro de la continuidad
El Monarca puede y debe representar
los valores de un país en el que ostenta la jefatura del Estado. Y al representarlos
se convierte en un elemento de convergencia entre diferentes intereses de
identidad política y étnica. Un Rey de España que ostenta títulos como Rey de
Castilla, de León, de Aragón, de Navarra, de Valencia, de Galicia, de Mallorca,
de Córdoba, de Murcia, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de Conde de
Barcelona y de Señor de Vizcaya, por hablar sólo de los territorios que hoy son
españoles o aspiramos unánimemente a que lo sean, necesariamente es visto como
una referencia incluso por quienes no necesariamente se sienten españoles.
2 La Monarquía es un sistema más moderno
La Monarquía, precisamente por su
elaboración y decantación a través de los siglos, se adapta mejor que una
República a las realidades de los Países y de los tiempos.
Hay que entender que no está en la
mano de cualquier pueblo tener una Monarquía, pero sí lo está el tener una
República. Una revolución se hace en 24 horas; una Monarquía resulta de la
decantación de los siglos.
3 La Monarquía permite la independencia de la Jefatura del Estado
Un Rey está designado desde que nace
para serlo y la nación lo conoce como tal, anulando luchas por el poder en la
cúpula. En una época racionalista como la nuestra, puede parecer anacrónico el principio
hereditario: se basa en la parte física del hombre que el racionalismo e
idealismo desprecian y que nuestra sociedad cultiva sin medida, pero en
realidad la herencia es la única forma de designación de jefe de Estado que no
es manipulable, lo que inviste al Rey de independencia, la condición más
importante en su función. Lo que da un valor inigualable a la Monarquía es la
herencia en la jefatura del Estado por la independencia de que le dota la
condición hereditaria.
4 El peor Rey es mejor
La condición humana es impredecible.
La historia de todas las monarquías nos presenta buenos y malos Soberanos. Pero
la Monarquía ha evolucionado con el concepto de soberanía nacional y hoy en
día, en Occidente, forma parte de regímenes constitucionales. En un sistema
constitucional —como, por ejemplo, el español— la potestas de la que dispone un
Rey está muy limitada, por lo que un mal Rey tendría pocas posibilidades de
hacer daño a la nación precisamente porque sus poderes están muy circunscritos.
En cambio un buen Rey se va llenando de auctoritas gracias a su forma de reinar —de ninguna otra
manera puede lograr esa autoridad—.
5 No es el sistema perfecto; pero es el mejor posible
Si es relativamente fácil diferenciar
entre los políticos que piensan siempre en las próximas elecciones y los que
piensan en las próximas generaciones cabe afirmar, que, de natural, el político
sometido a las urnas tiene que pensar en las próximas elecciones mientras que
para el Príncipe es más fácil pensar siempre en las próximas generaciones.
Por otra parte, y según los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), más de la mitad de los 20 países con mayor PIB por habitante –12 de ellos– mantienen un sistema de gobierno monárquico, incluso los dos primeros del ranking son monarquías: Luxemburgo y Noruega.
Recientemente, la revista británica
The Economist ha hecho público su informe “Democracy Index”, en el que su
llamada Unidad de Inteligencia analiza la salud democrática de cada país y
ordena a la gran mayoría de estados del mundo (recoge 165) en un ránking.
El estudio adjudica valores del 0 al 10 en ámbitos como “Procesos electorales y pluralismo”, “Funcionamiento del gobierno”, “Participación política”, “Cultura política” y “Libertades civiles”, que luego se prorratean en una media total.
En el ránking de The Economist, los
19 primeros países están incluidos como “democracias plenas”, como notas por
encima del 8. Le siguen las “democracias defectuosas”, en las que aún se
incluyen países reconocidos como democráticos, como Estados Unidos y muchos de
la Unión Europea (incluso Francia, Bélgica, Portugal...). Después están los
regímenes híbridos, y en último lugar los países “autoritarios”.
Pues bien: el país que encabeza la lista, el estado más democrático del mundo según esta prestigiosa revista británica, es una monarquía. Se trata de Noruega, que encabezada por el rey Harald V, consigue una nota de 9,93.
Entre esos 19 países del mundo considerados “democracias plenas”, The Economist incluye a diez que tienen como jefe de Estado a un rey. El tercero en la lista, tras la República de Islandia, es Suecia.
La Dinamarca de Margarita II ocupa el
quinto puesto en esta lista de países más democráticos del mundo. Luxemburgo y
Holanda, ya con notas por debajo del 9, son undécimo y duodécimo estado en esta
clasificación.
Por sólo seis décimas supera Reino Unido (8,36) a España, que son el 16º y el 17º país más democrático del mundo, respectivamente.
Finalmente es cuestión reiterada, al hablar de la preferencia entre Monarquía o República, que la Monarquía supone un coste económico demasiado elevado.
No todo es lo que parece, y así
podemos afirmar que nuestra Monarquía es de las que cuenta con un presupuesto
más reducido si la comparamos con el resto de Monarquías europeas.
Sí, así es. El presupuesto de nuestra Corona son 7,8
millones de euros, aunque también es de justicia decir que en esta cantidad no
están incluidos otros gastos, tales como viajes, seguridad, coches, obras y
reformas (gastos de los que se encargan diversos Ministerios), aunque incluso
si duplicásemos aquel presupuesto por estos capítulos, la Jefatura de Estado,
La Corona, en España nos costaría 16 millones de Euros.
El resto de Monarquías europeas
tienen un coste económico similar, con pequeñas diferencias, a la nuestra.
La Monarquía de Noruega tiene un
presupuesto de 24 millones de euros anuales, ahí va incluido todo y sujeto a
una auditoria. Los Reyes no pagan impuestos.
La Monarquía de Dinamarca tiene un
presupuesto anual de 13 millones de euros, todo incluido y con auditoria.
La Monarquía de Bélgica cuenta con
13 millones de euros anuales, pero sin incluir viajes ni la seguridad.
La Monarquía de Reino Unido tiene a
su cargo 38 millones de euros anuales, eso sí, todo incluido y muy regulado y
muy transparente. Los Reyes pagan impuestos.
La Monarquía de Holanda también cuenta con 38 millones de euros al año.
La Monarquía de Suecia tiene
asignados al año 13 millones de euros, todo incluido y con auditoria.
¿Y las Repúblicas? Pues por ejemplo la República francesa tiene un presupuesto para la Presidencia de la República, de 112 millones y la italiana de 228 millones de euros.
Es difícil dar cifras concretas, pero
investigando un poco leí un informe de la Universidad de Pensilvania que lo
publicó el diario El Mundo que hablaba de que en España una República tendría
un coste de entre 300 y 350 millones de euros.
Resumiendo, eso de que una República
saldría más barata que una Monarquía no está nada claro.
Y concluyo, como siempre, mi
reflexión con un vídeo, en esta ocasión con la “Marcha de Revista del Rey de
España o Marcha de Alabarderos” compuesta en 1930 por J. López Calvo y M. San Miguel, para
acompañar al Rey en las Revistas de Tropa que le rindan honores.
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