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viernes, 20 de septiembre de 2024

¡¡ O TE CALLAS O TE VAS !!

 


    Una de las cuestiones que se plantean en nuestra Sociedad con bastante reiteración es el de la inadecuada legislación electoral vigente, como consecuencia de las distorsiones que provoca en la representación parlamentaria, primando a grupos minoritarios a nivel Estatal, como son los nacionalistas y castigando a otros grupos de representación nacional que tienen un número de escaños injustificadamente bajo en relación con el número de sufragios obtenidos en cómputo nacional, como sucede, por ejemplo con Izquierda Unida.

    El origen de todo ello se encuentra en la aplicación del metodo D’Hondt, cuyo inventor fue Victor D’Hondt (1841 - 1901) un jurista y matemático belga, profesor de derecho civil y de derecho fiscal en la Universidad de Gante, cuya fotografía ilustra este post.

El método, que puede definirse como “Sistema de reparto de escaños por cocientes y asignación de restos” es suficientemente conocido, y está suficientemente analizado que no merece la pena detenerse mucho en él —quien lo desee pude consultar en la web centenares de artículos explicativos del mismo— sino en sus consecuencias.

    No obstante y en primer lugar creo que la crítica al método no lo es al método en si mismo, sino a su incorporación a nuestra Constitución y legislación electoral, lo que le otorga un carácter casi inamovible, sobre todo cuando no existe voluntad política para su modificación.

    Así el Artículo 68.2. establece que para las elecciones al Congreso de los Diputados:

La circunscripción electoral es la provincia. Las poblaciones de Ceuta y Melilla estarán representadas cada una de ellas por un Diputado.

    Mientras que su párrafo 3º establece que:

    La elección se verificará en cada circunscripción atendiendo a criterios de representación proporcional.

    La Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, en su artículo Ciento sesenta y tres, establece dos reglas generales para la atribución de los escaños en el Congreso y en función de los resultados del escrutinio:

1. No se tienen en cuenta aquellas candidaturas que no hubieran obtenido, al menos, el 3% de los votos válidos emitidos en la circunscripción.

2. La aplicación de los escaños por aplicación del método D’Hondt, aunque no lo mencione por su nombre.

       En atención a ello la modificación del sistema electoral podría llevarse a efecto respetando siempre la norma constitucional que exige, de modo genérico, la aplicación de “criterios de representación proporcional” para las elecciones al Congreso de los Diputados.

    Por su parte el Artículo 81 de la Constitución establece:

1. Son Leyes orgánicas las relativas al […] régimen electoral general […].

2. La aprobación, modificación o derogación de las Leyes orgánicas exigirá mayoría absoluta del Congreso, en una votación final sobre el conjunto del proyecto

    Es decir, que para modificar el régimen electoral, la aplicación del criticado método D’Hondt, se precisaría una votación favorable de la mayoría absoluta del Congreso.

    Si existiese voluntad política de modificación no sería excesivamente difícil, pero es precisamente esa falta de acuerdo la que le otorga su inamovilidad.

    Visto lo anterior, la siguiente cuestión es la de determinar cuáles sean los efectos negativos del método, que podríamos enumerar en la forma siguiente;

1.- La existencia de representantes parlamentarios que pese a superar el 3% de los votos en su circunscripción provincial, no llegan ni tan siquiera al 0,25% en cómputo nacional. El caso paradigmático es el de Nafarroa Bai, coalición independentista Vasco-Navarra que logró en las elecciones generales de 2008 62.073 votos, 18,53% del electorado de Navarra, lo que le permite mantener un escaño en el Congreso de los Diputados con una representación del 0,24% de los votos a nivel nacional.

2.-La discriminación entre partidos nacionalistas y nacionales por el efecto de la proporcionalidad y su juego en circunscripciones regionales, de lo que es ejemplo también paradigmática la comparación de los resultados de IU que con un 4,96% de los votos a nivel nacional (1.284.081 votos) logró 5 escaños y los de CIU, que con el 3,23% de los votos (835.471 votos) alcanzó una representación de 11 escaños.

3.- La dependencia de los grandes partidos de los votos parlamentarios de partidos que con representaciones inferiores al 3% a nivel nacional condicionan el juego de la mayoría parlamentaria que apoya al Gobierno, y que en la práctica lo hipoteca.

    Y todo ello sobre el total de votos emitidos, pues los cómputos no se realizan sobre el total del censo, que en 2008 superó los 34 millones de votantes, con un porcentaje de votos válidos del 75,32% del censo.

    Así, los partidos que tienen menos del 3% de los votos válidos emitidos a nivel nacional, representan en su conjunto un 4% de los escaños de la Cámara con un porcentaje de votos del 1,87% sobre el censo.

    Esto, a la fin y a la postre, hace que los partidos con una representación inferior, en cómputo nacional, del 3% de los votos válidos emitidos, representen porcentajes aún menores en computo de censo global.

    Es decir, que volviendo al caso de Nafarroa Bai, vemos como esta formación política disfruta de un escaño en el Congreso con un porcentaje del 0,18 % del censo, es decir, de los votos posibles en cómputo nacional.

    Finalmente solo decir que los 169 escaños del partido socialista, más los 14 de estos partidos, suman 183 escaños, cuando la mayoría absoluta son 176.

    Y ahora viene la anécdota.

    En 1976, cuando se celebraron las primeras elecciones democráticas durante el proceso de Transición, se eligió el método D’Hondt por indicación del entonces Presidente de las Cortes, mi padre, Torcuato Fernandez-Miranda, al entonces presidente del Gobierno Adolfo Suarez, a quien, según las memorias de Fernandez-Miranda, le costó un buen rato entender su funcionamiento y las razones de su recomendación, lo que logró solo a medias, aunque confió en el olfato del Presidente de las Cortes y acordó la aplicación de este sistema.

    Cuando las Cortes constituyentes establecieron sin opción la imposición de un sistema electoral proporcional y se mantuvo el sistema electoral con el método D’Hondt, mi padre manifestó por escrito a Suarez, y posteriormente a la comisión constitucional del Senado, sus dudas acerca del método elegido, pues este había sido escogido para las primeras elecciones, tratando de anticiparse a una situación política incierta y procurando obtener un efecto que se logró: la presencia parlamentaria de dos grandes grupos rodeados de pequeños que permitiesen un “Consenso Constitucional”.

    Sin embargo Torcuato consideraba que no era un método adecuado a la normal vida de una democracia con vocación de “permanencia”, al igual que se opuso al sistema de autonomías por la peligrosa deriva a la que podría conducirnos, y que a la larga, pensemos que sus reservas se formulaban en 1976-77, le han dado la razón.

La primera contestación recibida de Suarez fue un poco chusca: “¿Cómo quieres que cambie el sistema con lo que me ha costado aprenderme este?

    La segunda fue ofensiva, ante la insistencia de Torcuato en sus posiciones, públicamente manifestadas en el Senado, Suarez ya no le contestó, sino que pidió al portavoz de UCD en el Senado, Antonio Jiménez Blanco, que le transmitiese su mensaje “Torcuato, de parte de Suarez, que o te callas o te vas” lo que llevó a mi padre a pasar del Grupo de UCD al Grupo Mixto y abstenerse de la votación de la Constitución  —a la que, por lealtad al Rey no podía oponerse formalmente— y a no firmar, con los restantes Diputados y Senadores Constituyentes, el ejemplar oficial de la Constitución.

       Esa contestación por parte de Adolfo Suarez, a través de Antonio Jiménez Blanco, la contó el propio Torcuato a ABC, en una entrevista que se publicó el día 3 de agosto de 1978 y que se anunciaba en la propia portada del diario, que más arriba reproduzco.

    Volviendo al tema concreto que nos ocupa, anécdotas a parte, la pregunta esencial es, en definitiva:

 ¿Por qué no se modifica el sistema electoral?

    Pues esencialmente porque ninguno de los dos partidos mayoritarios ha tenido demasiado interés en ello.

    Pensemos que el primer Gobierno de Aznar se constituyó con los apoyos parlamentarios del PNV, CIU, UPN y nacionalistas Canarios, a la mayoría minoritaria del PP.

    En la actualidad, radicalizadas las posiciones de los nacionalismos y de los partidos republicanos presentes en el Congreso, PNV, CIU, UPN, ERC, Nafarroa Bai, Canarios, etc…, a quien le interesa mantener el sistema es al minoritariamente mayoritario PSOE.

    Y de esos polvos vienen estos lodos.

    Y estos lodos, la ingobernabilidad de España por el permanente chantaje de estos grupúsculos minoritarios, es lo que la Sociedad Española demanda, cada vez con mayor intensidad, que sea resuelta, a lo que se unen la demanda de apertura de las listas electorales, y la limitación de los poderes de las Autonomías, aunque estos asuntos deberán ser objeto de otros posts.

    En cualquier caso, aquel enfrentamiento entre Torcuato y Suarez, tomado un poco a guasa por los más íntimos colaboradores de Torcuato, desembocó en que uno de ellos, Juan Gil de la Cuesta, no solo colaborador sino gran amigo de mi padre, le regalara un disco con el tango “Cambalache”, que aquí os reproduzco en video por mi montado.











miércoles, 18 de septiembre de 2024

LA INEPTITUD DEL GOBIERNO

 


El Gobierno de Sánchez demuestra, día a día, su absoluta ineptitud.

Y la culpa no es sino de su Presidente.

¿Y por qué?

Pues porque cada uno de sus miembros no gestiona los problemas que corresponde resolver a sus ministerios, sino que gobiernan, exclusivamente, para mantener al aprendiz de tirano en el poder.

El más claro ejemplo lo es el Ministro de Transportes, el bocazas vallisoletano Óscar Campos y el enorme problema, que por falta de gestión, sufre nuestra red ferroviaria, mientras él, con su talante de chulo barriobajero, se dedica a hacer oposición a la oposición en su papel de matón demagogo sanchista.

Otro bobo que provoca crisis internacionales que ningún ministro de asuntos exteriores haya provocado en nuestra historia, es José Manuel Albares, a quien su estilo personal prepotente ha llevado a un conocido periodista a ponerle el apodo de Napoleonchu, quien no alcanza el calificativo de chulo quedándose en cursi, y que además, se implica en asuntos de política interna que no le competen, como puro aprendiz de mamporrero del jefe del sanchismo.

Pero el ejemplo paradigmático de ineptitud lo es Salvador Illa. Que con su gesto serio casi triste, su flequillo bien peinado, su traje impecable y sus gafas de pasta, hablando con un tono de voz muy recogido y diciendo barbaridades pronunciadas con tono de máxima seriedad («la lengua es la columna vertebral de la nación catalana»).

Recordemos, por lo demás, que el ”filósofo Illa’ no es tal, sino un mero licenciado en Filosofía, que es otra cosa.

Miembro segundón del PSC durante años, Sánchez lo fichó para su Gobierno.

Su cometido real consistía en engrasar las relaciones entre Moncloa y los separatistas y cubrir parte del cupo de ministros catalufos.

La cartera era lo de menos, así que se le dio Sanidad en enero de 2020 porque parecía un ministerio florero, vacío de competencias.

Pero se cruzó una maldición, la pandemia, e Illa tuvo que ponerse a trabajar en la Sanidad, de la que sabía tanto como Rita la bailaora.

Su ineptitud, ya saben se concretó en comités de expertos que no existían, medidas tardías y equivocadas, ocultación de las cifras de muertos y mentiras con los datos, compras chapuceras de material sanitario, que ahora sabemos que además ocultaban una red de corrupción socialista. Más los ridículos constantes de Fernando Simón, la inconstitucionalidad del encierro, la propaganda atosigante… Y la cobardía de plantar el cargo al año y pasarle la patata caliente a las comunidades al verse desbordado.

 Ese es Illa, el mismo personaje que iba de leal constitucionalista y ahora habla exactamente igual que un dirigente de ERC.

Y su presidencia de la Generalidad Catalana es lo que nos ha costado ls inconstitucional Ley de Amnistía y la igualmente inconstitucional financiación extraordinaria de Cataluña.

Y este mal de no gestionar los asuntos propios de cada ministerio, sino de alagar a Sánchez adaptándose a sus caprichos y contradicciones atacar a la oposición y mantenerse en el poder por puro hedonismo, con independencia de los privilegios económicos que ello reporta a la banda que nos gobierna, se ha enquistado en el alma de ese remedo del PSOE que es el sanchismo.

Y quienes se mantienen en el foco de sus competencias, tan solo pretenden tener éxito en sus políticas woke ultraizquierdista, AGITOROP que quiere desestabilizar el sistema de sociedad occidental.

Ejemplos de ello son el Ernest Urtasun, ministro de cultura Vascocatalufo,  ultraizquierdista, antitaurino, animalista, pornógrafo, comunista y simpatizante con los movimientos separatistas, únicamente preocupado por la destrucción de los principios de la Sociedad Occidental tratando de forzar una revolución gramsciana.

O la ministra de Trabajo y Vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Diaz, que presenta como una gran novedad, demagógicamente anunciada, beneficios para el personal doméstico, que no entrarían en vigor hasta el primero de enero de 2026, pero que en el modelo de AGITPROP sanchista quiere aparecer como una conquista de la izquierda, aunque largo nos lo fían.

El PSOE sanchista, todo él, se ha convertido, en definitiva, en un patio de monipodio, con un objetivo antidemocrático consistente no en gobernar, sino en un patético desgobierno que confabula corruptamente para mantener en el poder a Sánchez y mientras esté allí, enriquecerse todos y cada uno de los miembros de la banda.

       Y todo ello nos provoca lágrimas, muchas veces de tristeza y otras de las carcajadas que los despropósitos de nuestros gobernantes nos causan, lagrimas que traen a cuento el muy especial montaje de la pieza musical que hoy os reproduzco, El "Choeur Bohemiens" de la ópera la Traviata de Verdi

 



©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA

lunes, 16 de septiembre de 2024

EL TIEMPO

No hay un tiempo para cada cosa, eso es falso.

Las cosas suceden en su momento cuando tienen que suceder y no cuando nosotros nos gustaría que sucediesen.

Solo Dios sabe cuándo cada una de ellas ocurre.

Nuestra vida es un simple esperar que los acontecimientos se produzcan, y no podemos intentar provocarlos.

Estos sucederán cuando el destino, cuando la voluntad de Dios, establezca que es el momento de que suceda.

En cualquier caso no quiero referirme al tiempo de acuerdo a las teorías científicas que los filósofos y los físicos denominan tiempo A, y tiempo B, la primera es llamada tiempo presencial, la segunda tiempo eterno.

Sólo quiero referirme al tiempo desde la perspectiva de nuestra vivencia diaria y no enredarme en teorías filosóficas o científicas que nada aportarían a la inmensa mayoría de mis lectores.

Chateaubriand se refiere a ese tiempo “cotidiano con esta anécdota:

Castelnau escribió una parte de su vida en Londres. Al final del libro VII le dice a su hijo «Trataré de este hecho en el libro octavo» y el libro octavo de las memorias de Castelnau no existe. Lo que es un aviso de que he de aprovechar la vida”.

       Y así nos hemos de referir a ese tiempo cotidiano, al que medimos para nuestra vida común y corriente, pensando en el hoy y el mañana, pues el pasado ya ha ocurrido y es inalterable.

       La existencia del tiempo implica que nuestra vida es mesurable.

Podemos medir los acontecimientos con este concepto relativo, los que van ocurriendo, e imaginar los que van a ocurrir.

Podemos establecer las pautas para que en el futuro suceda lo que deseamos, aunque en las más de las ocasiones esto no suceda.

En cuanto al presente. Ya lo dice también Chateaubriand.

“El presente es el único momento que nos pertenece, pues el momento futuro, solo Dios sabe lo que nos ha de deparar”.

 En cualquier caso. ese tiempo medido lo utilizamos para nuestras finalidades, sabemos que tenemos citas en el futuro, sabemos que llegaremos a protagonizar determinados acontecimientos y en el presente estamos realizando algo que inmediatamente queda en el pasado, inamovible inalterable.

Y vemos ese transcurso del tiempo en los presentes que vamos viviendo, ello queda también muy bien representado por Chateaubriand, quien nos cuenta que

“Recordaba los versos que escribía entonces a dos jóvenes lady que se habían hecho viejas  a la sombra de las torres de Westminster; torres que volvía a encontrar erguidas como las había dejado mientras que al pie de ellas habían quedado enterradas las ilusiones y las horas de su juventud.”

Y al fin y al cabo la vida no deja de ser un cúmulo de recuerdos y una montaña de deseos, y los unos y los otros van conformando nuestro yo en un presente constante y en permanente evolución, hasta el momento de la muerte.

Así, no tenemos nunca en cuenta que tenemos dos vidas y que la segunda empieza cuando termina la primera.

Y como siempre termino esta breve "Reflexión Heteróclita con una nueva pieza musical, hoy la "Danza de las Horas" de la ópera "La Gioconda" de A. Ponchielli.



©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA




viernes, 13 de septiembre de 2024

HOMBRE MASA Y VULGARIDAD

 


En su obra "La revolución de las masas", Ortega y Gasset propone un concepto interesante: el hombre-masa.

Según Ortega, el hombre-masa no es un individuo promedio, sino alguien que encarna las características y tendencias de la sociedad moderna, una sociedad que valora la conveniencia, la mediocridad y la uniformidad por encima de todo. 

Una de las ideas clave desarrolladas por Ortega es que el hombre-masas está "ahíto de estupidez", pero, siendo consciente de su propia falta de profundidad, en lugar de esforzarse por superarse a sí mismo, se contenta con su mediocridad y acepta ser manipulado y controlado por otros individuos más astutos, pues es fácilmente influenciable, incluso manipulable, por las ideas y opiniones de aquellos que ostentan el poder. 

Esta tendencia se ve exacerbada por los medios de comunicación, que desempeñan un papel importante en la configuración de una visión sesgada —al servicio del poder— del mundo y de las preferencias de los ciudadanos. 

Además, Ortega cree que la conformidad y la homogeneidad del hombre-masa son perjudiciales para su verdadera individualidad, su libertad y su desarrollo personal. 

El hombre-masa busca ajustarse a las normas e ideales sociales, a menudo a expensas de su propia libertad. 

En este sentido, el hombre-masa es un participante pasivo en la sociedad, que carece de las habilidades de pensamiento crítico y de independencia y profundidad intelectuales para cuestionar y desafiar el status quo. 

       Ortega argumenta que el hombre-masa es el resultado del declive del elitismo y la erosión de los valores y jerarquías tradicionales y advierte contra los peligros de una sociedad que prioriza las opiniones y preferencias emocionales de las masas sobre la experiencia y la sabiduría racionales de unos pocos. 

       Las teorías de Ortega son perfectamente compatibles con la realidad que hoy vivimos, y conectan con las de algunos autores que defienden la idea de la “Vulgaridad Excelente”, consistente en que cada ciudadano,  desde su “vulgaridad” asumida, sea excelente y ejemplo para otros. 

       No estoy de acuerdo con esas doctrinas, pues lo que consiguen es que la ciudadanía, en frase de Ortega, antes mencionada:

“El hombre-masas está "ahíto de estupidez", pero, siendo consciente de su propia falta de profundidad, en lugar de esforzarse por superarse a sí mismo, se contenta con su mediocridad y acepta ser manipulado y controlado por otros individuos más astutos, pues es fácilmente influenciable, incluso manipulable, por las ideas y opiniones de aquellos que ostentan el poder”.      

         Creo en la libertad más que en la igualdad, y las teorías de la “Vulgaridad Excelente” creen, al revés que yo, más en la igualdad que en la libertad, es decir son doctrinas de tinte socialista, en las que un hombre vulgarmente excelente es decir «uniformado» no tratará de mejorarse por sí mismo y es más fácilmente manipulable por el poder y los poderosos, menos reivindicativo y más dependiente del poder.

    Y concluyamos, como siempre con una nueva pieza musical, hoy el Aria de Mussetta  (Quando me'n vo) de la óopera "La Boheme" de Puccini



©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA

 





miércoles, 11 de septiembre de 2024

LA POLITIZACIÓN

 


Varias noticias de prensa de estos últimos días me llenan de estupor y me plantean una cuestión de fondo, importante:

¿Qué le pasa a la sociedad?

Según las encuestas de la Unión Europea, España se sitúa por encima de la media de los países de la Unión, tanto en número de profesores en los diferentes niveles educativos como en su retribución comparada con la de sus colegas ruropeos. Sin embargo, en el fracaso escolar también somos el número 1 de toda la Unión Europea.

Por otra parte, mientras el concepto de privatización de los servicios públicos es una recomendación permanente de las instituciones europeas, aquí lo público es «sacrosanto».

Mientras tanto, el aborto no es considerado una solución trágica a situaciones dramáticas, sino como un derecho fundamental de las mujeres, que ciertamente responde a razones esencialmente hedonistas o puramente económicas.

Los jóvenes de educación secundaria se manifiestan contra la ley de educación aprobada por el Gobierno al grito de «la solución es la revolución», cuando dudo que alguno haya leído la ley, o la haya entendido.

Estamos, pues, instalados en un conjunto de tópicos de raíz marxista, sin que la propia sociedad sea consciente de ello.

Estamos viviendo en la tercera década del siglo XXI nuestro propio mayo del 68.

¿Pero, a qué responde esta actitud ciudadana?

 La respuesta simplista es fácil: en momentos de crisis económica adobada por escándalos de corrupción, económico políticos, es normal que se manifieste la Sociedad.

Sin embargo, yo pienso que hay razones de fondo mucho más importantes que esa pretendida reacción social espontánea.

Mayo del 68, constituyó la más exitosa operación de AGITPROP protagonizada por el PC francés,  secundada por los PC, español e italiano.

La consecuencia en relación con los mismos fue la aparición del llamado “eurocomunismo” consistente en el teórico abandono de la política revolucionaria, la aceptación de la integración en el juego de las democracias occidentales, aplicando la doctrina de la revolución científico, técnica y no violenta.

Pero sociológicamente hubo otras consecuencias mucho más profundas, pues partiendo del concepto comunista, recogido en su manifiesto, de superación de la figura de la familia burguesa y la liberación de la mujer de la prostitución oficial que se maquilla en matrimonio, (según Marx) se inspira el “Movimiento Feminista”.

En todos y cada uno de los autores de aquel movimiento, desde su dinámica asamblearia o su oposición a la autoridad política establecida, aunque su legítimo origen esté en las urnas, se produce la búsqueda de raíces ideológicas, como Stefan Hesell y su obra indignados, que no hace sino aconsejar la vuelta a los modos de actuación de la resistencia francesa de posguerra en su más puro estilo comunista, cuyo objeto no es otro que derribar la sociedad burguesa.

Y lo más lamentable de todo es que los jóvenes, desconocedores del fracaso a la larga que supuso aquel mayo, o las consecuencias dramáticas de descomposición de la sociedad que implicó, vuelven hoy, inocentemente, a las andadas, como si hubiesen descubierto la modernidad.

Algo nuevo, nunca experimentado, olvidando que ya los clásicos advertían de la indignación natural del joven Inexperto.

Al final, todo ello no es sino una muestra del mal que aqueja a nuestra sociedad y que no es otro que SU POLITIZACIÓN.

La política ha desbordado los cauces normales en la que debería moverse y ha anegado la vida social, contaminando todo de un contenido político que la sociedad civil no tendría por qué gestionar.

Y al final nos damos cuenta de que izquierda o nueva izquierda, Mareas, Más, Sumar, o como quiera que se intente un nuevo nombre, no es más que la tapadera bajo la que se oculta el comunismo, que incapaz de evolucionar, no ha sabido superar viejos tópicos y la demostración de la falsedad de sus asertos es que no hace sino una política puramente decimonónica de lucha de clases en un empeño de huir de la sociedad burguesa.

Y ya no por defensa de sus principios fallidos, sino por resentimiento y ambición personal de sus líderes.

A ello contribuye un PSOE sanchista, desnortado, con un liderazgo y unas ideas que se radicalizan volviendo a unos orígenes marxistas, nunca del todo olvidados, y al final tan solo vemos el triunfo de un FrentePopulismo de Sainete, el de «Quítese usted que ya estoy yo».

Y todo ello está permanentemente presidido por una provocada politización de la Sociedad Civil.

En cualquier sociedad civil, el pueblo soberano ejerce sus derechos en las urnas periódicamente y asume roles que el Estado o las administraciones periféricas no asumen.

Pero no trata de suplantar al poder político establecido.

No trata de imponer leyes a los legisladores ni acciones de gobierno del Ejecutivo.

Eso solo lo hace la izquierda de influencia marxista, pues, está en su esencia.

Efectivamente, el manifiesto comunista nos dice que el proletariado ha de destruir hasta la última astilla del sistema burgués, destruirlo de raíz para previo al establecimiento de la Dictadura del proletariado, imponer el comunismo, y tales ideas, aunque agazapadas tras el lenguaje populista de la extrema izquierda, sigue latente en sus almas.

Y el AGITPROP de los nuevos redentores sociales se ciñe esencialmente a eso, a manipular, a una sociedad asustada y politizada, poniéndola su servicio.

Que Dios nos pille confesados si esto acaba en un nuevo frente  popular.

Y concluyamos, como siempre con una pieza musical, hoy el "Coro de los Proscritos Escoceses" de la ópera Macbeth de Verdi.




© 2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA