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lunes, 8 de julio de 2024

TOTALITARISMO SANCHISTA

 


    Largo Caballero eligió en 1932 el lado del muro en que quería colocarse. El de la república bolchevique. revolucionaria y asesina.

    Sánchez Castejón también lo sabe perfectamente y está en el mismo lado del muro, como ya advirtió en el congreso de la UGT de 2022, que el de Largo Caballero, cuyos pasos quería seguir, y ese posicionamiento es una declaración de guerra a todos los españoles que no estén en el lado sanchista del muro es decir que la izquierda le ha vuelto a declarar la guerra a la derecha después de que lo hiciera hace 92 años en 1931.

    Recordemos pues las manifestaciones de Sánchez en aquel Congreso:

"El único muro eficaz contra las políticas de la ultraderecha en comunidades y ayuntamientos ha sido el Gobierno de coalición progresista de España". "Estamos eligiendo algo muy importante: o bien alzamos un muro ante estos ataques recurrentes a los valores de la España democrática y también constitucional, o bien le damos salvoconducto"

    Con lo que Sánchez se ratificó en su semejanza con el PSOE en su deriva comunista frente populista y asesina, de Largo Caballero en 1932.

    Claro que 2023 no es 1931 ni sociológica ni políticamente, pero la declaración de guerra está ahí presente, y el anuncio de medidas coercitivas de la libertad y derechos de los ciudadanos es una advertencia demasiado grave para simplemente dejarla pasar sin más.

    Recordemos por último las manifestaciones de antiguos altos cargos del PSOE, que le dijeron a Sánchez que:

"Largo Caballero perdió la cabeza y evolucionó rápidamente hacia una actitud de extrema rebeldía en su deseo de anticiparse a los comunistas. Como mástil político para clavar la bandera roja (...) anunció que si el señor Gil Robles o cualquiera de sus secuaces entraba a formar parte del Gobierno, el pueblo, es decir, Largo Caballero y sus amigos, se alzaría en armas."

    Sin embargo su osadía no disminuye, y paso a paso van controlando todas y cada una de las instituciones del Estado, como el Tribunal Constitucional, que bajo la dirección del desvergonzado sanchista Cándido Conde Pumpido, ha logrado que ese TC, en uso de competencias que no le corresponden, haya “amnistiado fraudulentamente” a los responsables socialistas del escándalo andaluz de los ERE, revisando jurisdiccionalmente las sentencias condenatorias del Tribunal Supremo

    Y así vuelve a cobrar actualidad la afirmación de Valle Inclán es su “Luces de Bohemia”:

“En España el mérito no se premia, se premia el robar y el ser un sinvergüenza. En España se premia solo lo malo”

    Pero el sanchismo lo esconde todo bajo la periclitada presunción —una y otra vez vomitada por los portavoces de la extrema izquierda que nos gobierna— de que hacen lo que hacen porque son “Progresistas”

Pero, como nos dice Gabriel Albiac, de verdad ¿significan algo los vocablos «progresismo» y «progresista»? ¿O son sólo connotaciones afectivas, que ocultan preferencias sin otro fundamento que no sea el arbitrario deseo de quien los pronuncia?

    El gran Gustavo Bueno solía repetir, con aquella amable sonrisa suya que anunciaba la inmediatez de la masacre, que el progresismo era el modo laico de disfrutar sin coste alguno de la providencia divina. 

    O sea, una monumental majadería.

    O mejor, una variedad de ese infantilismo que exige tenerlo todo: laicidad más providencia.

    Pero no seamos ingenuos, pues a esa pretensión de totalitarismo está colaborando el PP, hoy gobernado por su ala más socialdemócrata, con un líder —Núñez Feijoo— a quien parece que no le gustan sus votantes, a quienes considera demasiado conservadores.

    Y prueba de ello es su apoyo al nuevo Gobierno de la UE formado por Socialistas, Conservadores Socialdemócratas y liberales, empeñados en el éxito de la abusiva y mal digerida Agenda 2030, limitadora de los Estados miembros, y poco defensora de los derechos y libertades de los ciudadanos.

    Y todo ello conduce a que Occidente esté en peligro.

  Y Está en peligro porque aquellos que supuestamente deben defender los valores de Occidente, tienen una visión del mundo socialista o socialdemócrata que inexorablemente conduce al absurdo igualitarismo de izquierdas, y en consecuencia a la pobreza.

    Y así, una de las pocas fórmulas que nos quedan frente a ese aterrador panorama, no es sino profundizar en la “Guerra Cultural” frente al injustificado y terrorífico predominio de las doctrinas de izquierdas que hoy imperan en nuestra sociedad, sin dejarse amedrentar ni por la casta política, ni por los parásitos que viven del Estado.

    Y concluyamos esta “Reflexión Heteróclita” con una nueva pieza musical, en esta ocasión The Wall (el muro) de Pink Floyd




©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA

 

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