A diferencia de Chateaubriand hablo frecuentemente de mis intereses, de mis emociones, de mis trabajos, de mis ideas, de mis afectos, de mis alegrías, de mis tristezas, sin pensar en el profundo tedio que el francés temía causar a los demás hablandoles de si mismo.
Siempre
es interesante preguntarse por uno mismo, y con preguntas varias que traten de
averiguar la situación de nuestra salud física y espiritual, nuestras
fortalezas y debilidades, nuestras conquistas y nuestras derrotas.
Y a
ello quiero dedicar esta “Reflexión Heteróclita”.
He
de empezar por afirmar que mi
locura es sagrada, por lo que ruego a todos que la respeten.
Y ello, porque debemos recordar que este mundo es para los
locos, los inadaptados, los rebeldes, aquellos que no encajan, los que ven las
cosas diferentes, los que no siguen las reglas y no respetan el status quo.
Se puede no estar de acuerdo con ellos, pero lo que no
puedes es ignorarlos, porque cambian las cosas, empujan a la raza humana hacia
adelante.
Mientras algunos lo ven como locos, yo los veo como
genios porque las personas que son tan locas que creen que pueden cambiar al
mundo, al final son las que lo hacen.
Y por ello, y desde mi locura, lo de caer bien se lo dejo
a los paracaidistas y los de dar buena impresión a las impresoras.
Y es tal la angustia que provoca el caos de este tergiversado
mundo, que querría irme, irme a un lugar donde deba estar porque encajaría.
Pero mi lugar no está en ninguna parte.
No soy deseado, no escribo como hablo, no hablo como
pienso, no pienso como debería pensar y así sucesivamente hasta lo más profundo
de las tinieblas, pero sin olvidar que ello es consecuencia de que, como los
sabios, no digo todo lo que pienso, pero siempre pienso todo lo que digo.
No encajo ni encajaré jamás en el sistema, porque todo lo
que representa el sistema es un gran insulto para mi alma, ya que los políticos
dividen a la humanidad en dos clases: herramientas y enemigos.
Por ello, si desaparezco, búscame en el filo oscuro de la
noche, en el cauce de una larga sombra, en la comisura de una sonrisa forzada.
Yo solo trato de captar el sentir
colectivo, y después, decir en voz alta lo que miles y miles de personas se han
dicho a sí mismos en cualquier rincón de nuestro planeta; aunque no hay que
olvidar, como nos advertía Kierkegaard, que allí donde haya una multitud, habrá
falsedad.
Lo que Oscar Wilde, con su cínico humor describía con
esta afirmación:
Los ingleses tienen tres cosas de las que mostrarse
orgullosos, el té, el whisky y un escritor como yo, pero resulta que el te es
indio, el whisky escocés y yo soy irlandés.
Y en un alarde de amor propio, considero que soy más de
lo que los ojos pueden ver.
Soy mi lucha y mis victorias.
En cada cicatriz se esconde una historia de triunfo.
Efectivamente, los momentos de desesperación que superamos
son uno de los rasgos más extraordinarios de la naturaleza humana.
Y despierto contento de estar solo, por la simple razón
de estar conmigo, que soy el viejo amigo de algunos buenos ratos que he vivido,
aunque en lo más profundo de la noche, cuando todo está en silencio puedo oír
cómo crecen las raíces de mi soledad.
Sin embargo, los fuertes son humanos, por lo que, a
veces, también se derrumban. La diferencia es que no hacen tanto ruido.
Y me extasío pensando que estoy hecho de pedazos de todos
los lugares en los que he estado y de las personas que he conocido.
He sido tejido por letras de canciones, citas de libros,
aventuras, conversaciones nocturnas, la luz de la luna y el aroma del café.
Llegando a la conclusión de que la verdadera fuerza está
en mantenerte firme y sereno mientras todos los demás pierden la cabeza.
Y no podemos confiar en las generaciones venideras, pues
lo han perdido todo sirviéndoles de burla los buenos y los malos de ejemplo,
pero la raíz de esos males está en la propia educación que reciben, pues su
educación limita su imaginación, es decir, se trata de puro adoctrinamiento
Y por ello estamos ante una generación de gente
emocionalmente débil, donde todo debe ser suavizado porque todo es ofensivo.
Incluida la verdad.
Yo, sin embargo, y muchos de mi edad aproximada, mientras
más edad tienen, más entienden el valor de la soledad, de cultivar su círculo,
de solo dejar entrar a ciertas personas, siendo abiertos, honestos, reales,
pero a la vez comprender que no todo el mundo merece un asiento en la mesa de
nuestra vida.
Y en esa misma edad dejamos de estar pendiente de muchas
cosas. No tenemos porqué aclararle a nadie lo que somos, lo que hacemos, ni a
dónde vamos.
En este momento de mi vida tampoco me importa si me
quiere o se me odia. Vivo mi vida sin hacer daño a nadie. Y soy feliz, pues
tengo una paz interior y felicidad que surgen cuando dejas de intentar
controlar lo que está fuera de ti y comienzas a dominar lo que está dentro de
ti.
Y siguiendo a Haruki Murakami, debo reconocer que mis
únicas pasiones sin reserva han sido los libros y la música y tal vez, como
lógica consecuencia de todo ello, me fui convirtiendo en un escritor solitario.
Lo cual me lleva a pensar que de los diversos
instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro.
Todos los demás inventos son extensiones de nuestro
cuerpo.
Solo el libro y la música son una extensión de la
imaginación y la memoria.
Pero aquella soledad que percibe Murakami está tan
concurrida, que está llena de nostalgias y de rostros, de voces, de holas y
adioses.
Yo mismo tengo una soledad tan concurrida que puedo
organizarla como una procesión por colores, tamaños y promesas, por épocas, tactos
y sabores.
Y sólo se convierte en autentica soledad querida cuando
conscientemente me encierro en mi Castillo.
Pero con los años no solo se aprende o consolida la
esencia intelectual de cada uno, sino que también se sufre, de otra manera más
física, que se manifiesta en el deterioro del cuerpo, el deterioro de la salud,
y, también en muchas ocasiones —aunque gracias a Dios no en mi caso— el deterioro
cognitivo, recordándonos que, también se producen dos tipos de cansancio, el
primero es una extrema necesidad de dormir y el otro una extrema necesidad de paz.
En cualquier caso como decía Schopenhauer, nada permanece
en esa efímera vida, todo se diluye en el torrente del tiempo.
Estamos hechos, como nos dice Shakespeare, de la misma
materia de la que están hechos los sueños, y nuestra vida se deshará, también, en
el breve tiempo que dura un sueño.
Por ello no olvidemos que todos nacemos originales y
morimos copias.
Y permitirme que concluya con una trágica historia real.
Un día, Friedrich, el filósofo del superhombre, colapsó
en plena calle.
Pero lo más impactante no es el colapso en sí, sino lo
que ocurrió antes.
Nietzsche estaba paseando por Turín cuando vio a un
cochero azotando brutalmente a un caballo.
Sin poder soportar esa imagen, Nietzsche corrió hacia el
animal, lo abrazó llorando y luego. Se desplomó.
Este incidente marcó el comienzo de su colapso mental,
que lo llevó a pasar los últimos 11 años de su vida en la oscuridad de la
locura.
Algunos dicen que fue una mezcla de agotamiento y
enfermedad.
Otros creen que fue el peso de su propia filosofía.
Sea como sea, sa escena con el caballo sigue siendo uno
de los momentos más misteriosos y trágicos de la vida de Nietzsche.
Un genio atrapado entre su mente brillante y su
fragilidad humana.
Al final, como decía Góngora, hasta en las flores hay
categorías, unas embellecen la vida y otras adornan la muerte.
Así que, llegados hasta aquí, tan sólo deseo sentarme con
Dios y no decir nada, solo llorar.
Él ya sabe por qué.
Y concluyo como siempre esta “Reflexión Heteróclita” con
un video musical. Hoy Mozart: Don Giovanni, K. 527 / Act 1 - "Là ci darem la
mano" Interpretada por Pavarotti ySheryl Crow.
En la localidad de Campillo, provincia de Zamora, se encuentra la Iglesia de San Pedro de la Nave, construcción visigoda del s.VII, una de las más antiguas iglesias existentes en España, en cuyo interior hay varios capiteles de mármol maravillosamente grabados.
En uno de ellos, cuya fotografía os acompaño, se representa la condena de Daniel por parte de Darío, quien ordenó que fuese arrojado al pozo de los leones para que estos le devorasen, aunque los leones, por orden de Yahvé, no le atacaron, si no que se postraron a sus pies.
Esta referencia al intento de ejecución de Daniel me recuerda que el pasado día 10 se ha celebrado, por iniciativa de “Amnistía Internacional” el día mundial contra la Pena de muerte.
Según los informes de esta organización durante el año 2004 se ejecutaron a 3.797 personas en 25 países.
La información de esta ONG, de la que se ha hecho eco la prensa, viene enmarcada en una frase que actúa como titular y que dice:
“el 97 % de las penas de muerte se ejecutaron en China, Estados Unidos, Irán y Vietnam”
No soy partidario de la pena de muerte, pero tampoco lo soy de la manipulación de los datos.
Según los datos publicados por Amnistía Internacional [i], en 2004 se realizaron en Estados Unidos solo 59 ejecuciones, luego no parece razonable incluir a EEUU en ese 97 % cuando el total de ejecuciones practicadas en este país representan, tan solo, el 1,5% del total mundial, mientras que 3.400 ejecuciones se practicaron en China, 159 en Irán, 64 en Vietnam y 115 en otros países. Es decir, que incluso si queremos ser antiamericanos, pero seriamente, cabría decir que con excepción de las practicadas en China, en EEUU se practicaron en 2004 el 16 % de las ejecuciones ocurridas en el mundo.
Lo correcto, en definitiva, debería haber sido decir que en China se produjeron prácticamente el 90 % de las ejecuciones ocurridas en el mundo durante 2004, sin mezclar ese dato escalofriante con el de los Estados Unidos.
Sin embargo la propaganda anti yanki es parte del programa de “Amnistía Internacional”, empeño antiamericano que desgraciadamente y pese a su positiva labor, la desprestigia.
Lo que tampoco nos dice Amnistía Internacional en sus informes es que la pena de muerte se aplicó durante 2004 en 25 países, de los cuales 16 son musulmanes: Afganistán, Arabia Saudí, Bangladesh, Egipto, Indonesia, Irán, Jordania, Kuwait, Líbano, Pakistán, Siria, Somalia, Sudán, Tayikistán, Uzbekistán y Yemen.
Ni que más de la mitad de los países que mantienen la pena de muerte en el mundo, 36 sobre 68, son musulmanes, y el resto, casi todos, tercermundistas y que por supuesto se mantiene en las dos dictaduras comunistas de Cuba y Corea del Norte.
Los datos destacan una realidad incontrovertible: El sistema punitivo Islámico no tiene ningún respeto por la vida humana, y para delitos considerados “hadd” (graves) se ordenan amputaciones (como para el robo: Versículo 38 de la Sura 5 Al Maeda), o la aplicación de la Ley del talión (para los casos de asesinato conforme al versículo 178 de la Sura 2 Al bacara) y la pena de muerte por lapidación para la mujer adultera, práctica que se fundamenta en el hadith 478.809, contenido en el libro Sahih Bukhari, recopilación de “hadids” o conjunto de ejemplos, dichos y conductas del Profeta Mahoma, que constituyen la Sunna, segunda fuente del Islam.
La Sharía, o ley islámica, establece así, sobre la base del Corán y la Sunna, la pena de muerte para determinados delitos y aquí se diferencia esencialmente del cristianismo.
Conforme a la tradición cristiana el propio Jesús vino a corregir las duras normas punitivas contenidas en la Biblia dadas por Yahvé al pueblo judío sobre el fundamento de la dureza de sus corazones (Mc10), y así, por ejemplo, el Mesías se manifiesta contrario a la pena de lapidación de las adulteras, como demuestra Su enfrentamiento con los fariseos relatado en los evangelios, a quienes, con ocasión de un intento de lapidación de una adultera, Se opuso conminándoles:
“El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra” (Juan 8,7)
En cuanto a la consideración actual de la pena de muerte por la Iglesia Católica, puede afirmarse que si bien su enseñanza tradicional no excluye el recurso a la pena de muerte, si ésta fuera el único camino posible para defender eficazmente las vidas humanas del agresor injusto, la actitud contemporánea ante esta cuestión es la de considerar que las penas incruentas bastan para proteger y defender la seguridad de las personas, razón por la cual la autoridad se limitará a esos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona humana.[ii]
Hoy, en efecto, la opinión mayoritaria de los teólogos cristianos es que, como consecuencia de las posibilidades que tiene el Estado para reprimir eficazmente el crimen, haciendo inofensivo a aquél que lo ha cometido sin quitarle definitivamente la posibilidad de redimirse, los casos en los que sea absolutamente necesario suprimir al reo, mediante la pena de muerte, suceden muy rara vez, si es que en realidad se pueda pensar que se de algún supuesto.
Por lo demás, la pena de muerte puede combatirse con distintos argumentos.
El más simple, aunque no el menos contundente, es el que nos dice que el carácter intrínsecamente irreversible de la pena de muerte hace imposible la revisión de la situación del condenado en caso de error judicial, lo que implica, “per se”, una grave injusticia.
Y el argumento no es menor, pues la infalibilidad de la justicia, incluso en los países desarrollados, es una quimera, como lo es propugnarla de cualquier actividad humana.
En segundo lugar, y desde el punto de vista moral se fundamenta el rechazo a la pena de muerte sobre la base del “valor supremo” de la vida humana, pues ese valor supremo hace que la vida humana sea indisponible para los demás hombres, conforme al imperativo “no matarás”, pero también para la Sociedad.
Sin embargo, frente a esta concepción de la vida como “bien supremo indisponible” se argumenta, por los partidarios de la pena de muerte, la necesidad de la Sociedad de defenderse frente al delincuente, hasta el punto de llegarse a considerar admisible que la Sociedad, en su propia defensa, deba de apartar de si misma, incluso de eliminar, a los delincuentes, no solo como medida punitiva, sino de defensa de la propia Sociedad frente a la delincuencia.
Como justificación a dicha postura se citan los índices de reincidencia de los penados en la comisión de delitos y en el fracaso de las políticas de reeducación y reinserción social de los delincuentes, sobre la idea de que si no es posible lograr su reinserción y reeducación, los delincuentes deben ser apartados de la sociedad, y en los casos más extremos incluso eliminados.
Y aquí entramos en un debate diferente.
En occidente, y por influencia de las posiciones sociológicas y jurídicas de carácter “progresista/izquierdista”, se ha hecho de la reinserción y reeducación de los delincuentes el objetivo prioritario de las políticas penales, en detrimento del carácter punitivo y ejemplarizador de las penas, e incluso del efecto de “resarcimiento moral” de las víctimas.
¿Debe ello ser así?
Es difícil mantener un debate sosegado al respecto en nuestra Sociedad, en la que esa política penal “progresista”, ha llegado incluso a defender la idea de que el delincuente no es un “enemigo social”, si no la “víctima” de las injusticias y desigualdades sociales que le han abocado a la delincuencia.
Según estas teorías el delincuente no es el “culpable” de sus delitos, si no que ese “culpable” sería la propia sociedad que margina a parte de su población que se deslizaría así, irremisiblemente, por el camino de la delincuencia, ante las penurias, ante el “estado de necesidad” e injusticia a que la propia sociedad les ha condenado.
La idea, con ser romántica, no es de recibo, pese a que manifestarse en contra de tales posiciones haya devenido en “políticamente incorrecto”; Vamos, que cualquiera que no comulgue con ese credo, automáticamente, es calificado de “fascista”, ya se sabe...
Pues yo, a fuer de ser así catalogado, mantengo una posición crítica con esa concepción “progresista”.
El primer argumento que desbarata aquella “doctrina científica” es la propia realidad de los hechos que, tozudamente, viene a demostrarnos que la delincuencia no es patrimonio de las clases sociales desfavorecidas o marginadas, si no que se produce en toda la sociedad.
Bien es cierto que la delincuencia más elemental ─los pequeños robos, las pequeñas situaciones de violencia─ viene generalmente ligada a situaciones de escaso nivel económico y educativo y en tales casos aquella idea romántica de la culpabilidad de la Sociedad podría tener alguna cabida.
Pero con carácter general, en las sociedades desarrolladas no es ese el origen de la delincuencia.
¿O acaso es aplicable tal doctrina a los delitos de seguridad contra el tráfico (la conducción negligente y con resultado de muerte), a los delitos económicos (llamados de cuello blanco), a los delitos contra la naturaleza o ecológicos, a los llamados delitos pasionales, o a los delitos de corrupción urbanística, etc...?
Pues NO.
En consecuencia deberíamos exigir que por los teóricos del ramo, penalistas, criminólogos y sociólogos, se abandonase aquel camino tan “progresista” y se planteasen cuestiones que la ciudadanía quiere ver contestadas.
Voy a referirme solo a dos cuestiones que conectan con lo comentado hasta el momento.
Así, en primer lugar, nos encontramos con la demanda social, cada vez más extendida, de la no remisión de las penas, es decir, que no quepa la reducción de la pena hasta su integro cumplimiento, para determinados delitos, como son los delitos de terrorismo con resultado de muerte o los asesinatos, es decir los homicidios en los que se den las agravantes de premeditación, alevosía, ensañamiento, abuso de fuerza, etc...
Esta pretensión ya ha sido catalogada de “retrograda” por sus críticos, pues a su juicio se opone al mandato Constitucional de que las sanciones penales estén orientadas hacia la reeducación y la reinserción social de los penados, lo que no se lograría si se impidiese la remisión de las penas.
En el análisis de la cuestión, ha abierto el camino a esa no redención de penas la llamada, ─y muy controvertida─ “doctrina Parot” de nuestro Tribunal Supremo, conforme a la cual los beneficios de reducción de penas deben computarse, en el caso de condenas por diversos delitos, no sobre la base del período máximo de privación de libertad, establecido en nuestras leyes en 30 años, sino sobre el conjunto sumado de las penas impuestas, lo que en la práctica lleva al cumplimiento integro de aquellos 30 años.
La pretensión comentada se basa en la idea de que no parece de recibo, por ejemplo, que un condenado a 300 años de prisión por haber cometido 20 delitos de asesinato, se vea libre tras el transcurso de no más de 15 años de privación de libertad porque haya estudiado “corte y confección” en la cárcel, o por su buena conducta en el establecimiento penitenciario, pues conforme a la técnica que ha venido a corregir aquella doctrina jurisprudencial, la redención de penas operaba simultáneamente sobre cada pena al mismo tiempo, y no sobre la totalidad acumulada de la condena.
Más alarmante es, si cabe, la confusión de conceptos imperante en el mundo del sistema “correccional” de la delincuencia juvenil, es decir en el tratamiento de los delitos cometidos por menores de edad.
Por principio la Sociedad considera que los delincuentes menores de edad deben ser objeto de un trato especial que garantice su reeducación y reinserción social con mayor énfasis que el que se pone al respecto en relación con los delincuentes adultos.
Sin embargo el sistema ha incurrido en excesos difícilmente defendibles sino es desde posiciones “teóricas” científico-doctrinales.
El primero de estos excesos lo constituye el análisis psicológico de los efectos de las penas sobre los menores y su ineficacia socializadora o integradora.
Según este criterio, la pena carece de efectos de reinserción del joven penado, por lo que su corrección debe formularse no con medidas punitivas, si no con acciones pedagógicas o formativas tendentes a fomentar no el castigo, sino aquella reinserción y resocialización del delincuente juvenil, medidas que, sin embrago, en la práctica, al menos en los casos de delitos muy graves, o de delincuentes juveniles reincidentes, es absolutamente ineficaz
El segundo de los abusos en la materia se deriva de la existencia de un tratamiento sancionador excesivamente favorable ─a juicio de la ciudadanía─ para una minoría de jóvenes muy exigua.
Efectivamente, en 2004, según datos del Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid, fueron detenidos 23.884 delincuentes juveniles, de los que solo 72 lo fueron por homicidios y asesinatos [iii].
Según la misma fuente, de los detenidos 19.994 fueron menores de entre 15 y 17 años de edad.
Los jóvenes españoles entre 15 y 17 años en 2004 eran 1.800.000 según datos del INE [iv], es decir, que los delincuentes juveniles representaron un 1,1 % de la población juvenil española, considerando que en esta estadística se incorporan menores delincuentes autores de toda clase de faltas y delitos, desde los menos graves a los más graves.
De esta estadística delictiva [v] llegamos a la conclusión de que los delitos cometidos por menores con daños a las personas ─incluyéndose los robos con violencia o intimidación, las lesiones, los homicidios y asesinatos, los delitos contra la libertad sexual y otros contra las personas─ no llegaron a 2.900, es decir en torno a un delito con daño a las personas por cada mil menores de edad entre los 15 y los 17 años.
La conclusión es fácil: los menores delincuentes representan el 1 % de la población juvenil española entre los 15 a los 17 años ─considerándose la comisión de toda clase de faltas y delitos─ mientras que los delitos contra las personas cometidos por aquellos se sitúan en el 1 por 1.000.
Y es precisamente respecto de esta absoluta minoría de jóvenes violentos en relación con los cuales la Sociedad demanda una mayor dureza en su tratamiento, con independencia de las teorías científicas a la moda, pues no parece de recibo que un asesino de 16 o 17 años deba recibir un tratamiento correccional tendente esencialmente a su “reeducación”, pues, si nos atenemos a las doctrinas imperantes en el ámbito de la psicología evolutiva ─Modelo de Kolhberg─ a partir de los 14 años ya se ha producido la conformación intelectual del individuo, su reconocimiento de los conceptos del bien y del mal, la conciencia de la existencia y necesaria aceptación de normas sociales de convivencia, y la conciencia de la responsabilidad del individuo ante la Sociedad.
Pero no puedo concluir este POST sin referirme a la noticia aparecida en la prensa a principios de agosto [vi], según la cual La Justicia británica decide desconectar a un niño en muerte cerebral que quedó en coma después de, según creen sus padres, participar en un reto viral de TikTok llamado 'Blac kout Challenge'.
El niño podría ser desconectado del soporte vital, después de que la Justicia rechazara ayer el último intento legal para que siga respirando gracias a un ventilador.
Sin embargo, los padres del pequeño, se han visto inmersos durante meses en una batalla legal para que su hijo no fuera desconectado.
No obstante, los jueces consideraron una solicitud del Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad para mantener al niño con vida mientras estudia su caso.
Tras la gestión de la familia, el gobierno le pidió a la Justicia que «considerara urgentemente» la petición de la ONU, que para los abogados de los padres, es una solicitud «vinculante» según el derecho internacional.
Pero los jueces anunciaron su dictamen: el niño podrá ser desconectado.
Pero sus progenitores, califican como de «una crueldad extraordinaria y una violación flagrante de los derechos del niño como persona discapacitada». Según su madre, «le corresponde a Dios decidir qué cuándo y cómo debe morir» y luche por su vida.
La madre prometió no darse por vencida, y defendió que los médicos y los jueces deberían tener en cuenta las creencias religiosas de la familia y el hecho de que no están de acuerdo «con la idea de la dignidad en la muerte» ya que «imponerla y acelerarla con ese propósito es profundamente cruel».
Pero, según una sentencia anterior, «los sentimientos individuales y las creencias religiosas son insuficientes para evitar la conclusión de que la continuación del tratamiento de soporte vital ya no es lo mejor para este niño moribundo, que está a semanas de una muerte que de otro modo ocurriría por un deterioro gradual y posterior fallo de sus órganos seguida de un fallo en su corazón».
«Solo se puede dar consentimiento para el tratamiento médico cuando sea en el mejor interés del paciente y la consecuencia de la evaluación del juez es que el tratamiento de soporte vital continuo para el niño no será lícito, incluso por un período de días o semanas».
En declaraciones a la cadena SkyNews antes de la vista, la madre habló de la «ansiedad» que sufren ella y el padre del menor, tras haber sido «arrastrados» por los tribunales a un camino que no quieren tomar y denuncia que han sido tratados «sin compasión».
La madre calificó los últimos meses como «muy difíciles», una «montaña rusa emocional». «La ansiedad de que me digan que le quitarán el soporte vital a Archie ha sido terrible».
También, en declaraciones a Radio u de la BBC, insistió en que el futuro de su hijo «no debería depender de las decisiones de un tribunal o del hospital» sino que estas «deben ser tomadas por los padres».
«No creo que me esté aferrando a la esperanza, solo estoy pidiendo un tiempo realista para que mi hijo se recupere de una lesión cerebral»,detalló la madre.
«Querían apagar la máquina el tercer día, ¿cuál es la prisa?», se preguntó.
La cuestión esencial que plantea este dilema es si los jueces deben ser quienes estén capacitados para ordenar la muerte de u ser humano.
Pero vivimos en una Sociedad progresista woke de izquierdas compleja, e incluso contradictoria, en donde estamos en contra de la pena de muerte pero no de otra forma de la misma que es la Eutanasia no aceptada por el moribundo ni su familia, y se da a los Jueces un poder omnímodo sobre la vida en atención a criterios de “oportunidad” de “bien ajeno” sin contemplar la opinión de ese ser “ajeno” o de sus padres.
Es decir, una izquierda de se otorga el derecho a decidir cundo tenemos que morir.
Otro acontecimiento poco comprensible es el de la reciente aplicación de la Eutanasia a un preso tetrapléjico en espera de la celebración de su juicio por asesinato y lesiones.
No es aplicable la pena de muerte pero si la "eutanasia reparadora". Lamentable.
Muy desesperanzador.
Y concluiremos, como siempre con un video musical, Banda sonora de la película “La muerte tenía un precio”
Con el permiso —o
sin él— de los progres woke, defensores de la corrección política de la “Neolengua”,
voy a referirme a “el hombre” para referirme a hombres y mujeres utilizando el “masculino
genérico” propio de nuestro idioma,
defensor del principio de economía en el lenguaje.
Pues un hombre seguro de sí mismo —como yo me considero— llega
a la conclusión de que si, a veces, no le
importa su propia opinión, no cuesta
imaginar lo poco que valorará, con pocas excepciones, la opinión de otros,
sobre todo si confrontan con las suyas propias.
En
esta “Reflexión Heteróclita” voy a tratar de analizar los condicionantes y requisitos
que son imprescindibles para lograr la condición de “Hombre Completo”, que los
filósofos definen como aquel hombre, acabado, perfecto, que no le falta nada.
Para llegar a ello
es preciso cumplir, el primer y fundamental lugar, el mantener siempre el respeto
por uno mismo, que permite exigir el respeto ajeno, esencial para lograr
meditar en paz y soledad sobre uno mismo.
En
ese sentido se manifiesta la expresión clásica:
Soy una persona muy tranquila. Pero si te metes conmigo,
te enseñaré que el apellido de mi padre no lo llevo de adorno.
En cualquier caso, el rasgo más tóxico de un hombre
seguro de sí mismo es que su cerebro está capacitado para expulsar a cualquier
individuo indeseable de su vida y fingir que nunca existió, pero pensando que ser
diferente no es bueno ni malo, simplemente significa que se tiene el suficiente
coraje para ser fiel a la idea que cada uno tiene de si mismo.
Y a esos otros les pide que le respeten, exigiendo que
hablen de él solamente cuando quien lo haga tenga una vida que sea un verdadero
ejemplo.
Ahora bien, si no se le respeta como él exige, se
provocará el despertar de su bestia interior, y no puede obviarse que lo malo
de despertar a su bestia interior, es que no hay nadie que la detenga.
Cuando ves a alguien que siempre está tranquilo,
increíblemente amable y evita los conflictos, ten cuidado con esa persona, pues
lo percibe todo.
Permanece en
silencio porque saben que si se enfadan hará daño.
Guardan todo dentro eligiendo mantenerse calmados.
Pero el día que exploten será una verdadera tormenta. Y
quien haya desencadenado esa ira, soportará las consecuencias.
Todos tienen un límite, y para ellos, este límite suele
ser más alto que para la mayoría de las personas, pero una vez que se cruza,
espera una súper tormenta. Por eso es esencial respetarlos, no confundas su
silencio con debilidad.
Detrás de cada sonrisa tranquila, hay una fuerza y
determinación que pueden sorprenderte.
Dentro de la tranquilidad yace el reservorio de la resistencia.
Cuidado con la calma, porque dentro de ella se oculta la
tempestad.
¿Y porque debería pedir disculpas por el monstruo en que en
ocasiones excepcionales se convierte?
Sus enemigos nunca pidieron perdón por hacerle así como
es. Fue llevado al límite, fue traicionado y herido sin que jamás reconocieran
el dolor que le causaron. Sufrió Él fue quien tuvo que recoger los pedazos y
tratar de reconstruir. Así que ahora si trata mal a sus enemigos que se aguanten.
Y de tal manera anda por el mundo precedido por una
amenaza implícita a los irrespetuosos de que todo aquel que intente destruir sus
planes conocerá el verdadero infierno que vive en él, por lo que aconseja, en silencio,
que no se le ponga en una situación que tenga que demostrar lo cruel y frio que
puede llegar a ser.
Al final olvida las ofensas, pero recuerda los nombres de
quienes le ofendieron.
Otro de lo rasgos del hombre completo, es que no sabe
cómo terminará su historia, pero en la descripción de su vida nunca leerás, que
se dio por vencido.
Y no engaña a nadie, pues si inclina la cabeza y doblo mi
rodilla, no te confundas, no se está rindiendo sino dando gracias por todo al
Creador, de pie ante el mundo y de rodillas ante Dios.
A algunas personas nunca les va a caer bien, y a él nunca
me va a importar pues considera una liberación que haya una persona menos a
quien saludar, y si hablan de él a sus espaldas, significa que se le respeta lo
suficiente para mantener la boca cerrada ante su presencia, y sabe cuán
poderoso es cuando descubre que se tienen que unir más de uno para intentar
destruirle.
El hombre completo sabe, también que lo hombres que no
dominan sus emociones son peligrosos.
Imagina un mundo donde el trabajo y responsabilidad hayan
sido vencidos por sentimientos, estos hombres sin dirección y frágiles forjan
un mundo de caos.
Por ello, los estoicos antiguos valoraban virtudes como
coraje, razón y disciplina.
El coraje enfrentaba el miedo y la incertidumbre, la razón
combatía la ignorancia y la disciplina construía carácter y virtud rechazando
la cobardía más allá de los sentimientos.
por ello la regla estoica esencial es que el más poderoso
es quien tiene control sobre sí mismo.
Un hombre completo y seguro de si mismo, sin amigos o con
un círculo pequeño es alguien con quien no te metes.
Aprendió por las malas que es más importante la calidad
que la cantidad.
No necesita una multitud para sentirse fuerte. Su poder viene
desde de si mismo.
Mientras otros buscan aprobación, el camina solo por
elección.
Ha visto a los amigos falsos el trauma y la traición.
Tras su evolución a su estado actual, se mantiene en paz.
Intocable. No necesita a nadie para sentirse completo, pues es completo por sí
mismo.
Para él un amigo real vale más para él que cien falsos.
Su círculo es pequeño, su confianza se gana. A cualquiera
que traiga caos lo expulsa de su lado.
Su tiempo es valioso lo maneja como un Rey, sabe lo que
quiere y nunca se conforma.
Así que cuando te encuentras con un hombre así, seguro de
si mismo y sin amigos o con un círculo pequeño, no lo confundas con debilidad.
En cuanto a sus principios básicos no puede olvidarse la
actitud de no aceptar la derrota, que se resume en la frase latina VOLTURATUS NON
VICTUS —Herido, pero no derrotado—.
Desde luego, e hombre completo no está nunca tan bien
como quisiera, ni tan mal como otros quisieran. Pero sigue en su lucha, puede
que se caiga, pero no se quedará en el suelo.
Podrás verle cansado. Podrás verle caído. Podrás verle
fallando. Podrás verle sufriendo. Pero nunca le verás rendirse.
Como decía Immanuel Kant, el cielo estrellado sobre mí y
la ley moral dentro de mí.
Kant, con esa frase, nos hace reflexionar sobre dos cosas
que siempre le fascinaban: el vasto universo y la moral humana. Mirar al cielo,
a las estrellas, nos muestra cuán pequeños somos en comparación con el cosmos,
pero también nos recuerda la grandeza de nuestra capacidad de razonar y actuar
moralmente.
En resumen recuerda que tienes dentro de ti la capacidad
de hacer lo correcto. No importa lo que esté pasando fuera de ti, el verdadero
poder está en cómo eliges actuar.
Escucha tu voz interna, sigue esos principios Morales y
conviértete en la mejor versión de ti mismo.
En una bella frase de Nietzsche: el hombre completo es un
bosque y una noche de árboles oscuros, sin embargo nadie debe tener miedo de mi
oscuridad, pues siempre encontraremos taludes de rosas debajo de los cipreses.
Para concluir esta “Reflexión Heteróclita”, tengamos en
cuenta que a lo largo de la vida nos vamos volviendo adictos a la soledad, a
sentir paz, a no dar explicaciones, a tener nuestro espacio, a no dejar entrar
en el corazón ni en la piel a cualquiera, a ser autosuficientes y brillar
solos. Y no es por miedo, es por amor propio.
Pero en cualquier caso, no permitas que nadie hable de lo
que no ha visto de tu vida, ni que condene lo que tú sólo hayas has sentido.
Cada uno sabe el dolor que carga, el peso que lleva, la
dificultad que pasa y las luchas que enfrenta.
Todos tenemos
nuestra propia historia de vida, que no corresponde ser juzgada por quien no la
vivió ni la conoce.
Finalmente nunca discutas con un necio que cree saberlo
todo, pues es como darle medicinas a un muerto.
El silencio no significa que se esté de acuerdo con él,
es que su nivel de estupidez te habrá dejado sin palabras, y ciertamente
tendrás cosas mejores con que las que vale perder el tiempo
Y siguiendo m costumbre, pongo fin a esta “Reflexión
Heteróclita” conPlácido
Domingo interpretando “Perfidi!... Pietà, Rispetto, Onore” de la Ópera Macbeth de
Verdi.
“El reciente desastre en Valencia, donde lluvias
torrenciales arrojaron entre 400 y 500 litros de agua por metros cuadrados, ha dejado
una huella devastadora.
Pero planteemos un escenario aún más oscuro:
¿qué habría pasado si todos esos vehículos atrapados en la riada hubiesen sido
eléctricos? Valencia habría enfrentado un infierno de fuego en cadena,
explosiones y gases tóxicos que habrían convertido el rescate de los
supervivientes en una misión suicida y la ciudad en un área de peligro por
décadas.
La contaminación de agua, tierra y mar habría extendido sus efectos mortales, dejando
tras de sí un ecosistema devastado y una comunidad herida para generaciones.
Un Infierno en la Riada: Fuego en Cadena y
Nube Letal de Gases Tóxicos.
1.Fuego en Cadena: Reacción Destructiva
y Mortal.
Si las baterías de los coches eléctricos atrapados
en la riada hubieran comenzado a romperse, la ciudad habría sido escenario de
un fuego en cadena imposible de controlar. Al comprimirse y romperse en las condiciones
de inundación y presión, cada batería de litio alcanzaría temperaturas
superiores a 1,000 °C en una “fuga térmica”, una reacción descontrolada que
genera calor y fuego. Con miles de coches apilados y el fuego propagándose de
uno a otro, Valencia habría visto cómo una línea de llamas y humo negro cubría
sus calles, mientras el aire se llenaba de gases tóxicos letales.
2.
Emisión de Fluoruro de Hidrógeno:
Una
Nube Mortal
La rotura de las baterías liberaría fluoruro
de hidrógeno (HF), un gas corrosivo y mortal. Cada coche emite hasta 600 gramos
de HF en una fuga térmica; con 5,000 vehículos, estaríamos hablando de 3
toneladas de HF en el aire. Al ser inhalado, el HF destruye los pulmones en
minutos y, en contacto con la piel, penetra hasta los huesos, provocando una
muerte dolorosa y desgarradora. Los rescatistas y supervivientes habrían tenido
que enfrentar un aire letal, donde cada aliento podría ser el último.
3.
Rescate en Medio del Infierno: Riesgo para los Supervivientes y Equipos de
Emergencia.
El rescate de los atrapados en el desastre
habría sido una misión suicida. Los equipos de emergencia, al intentar llegar a
las víctimas, se habrían expuesto a la nube de HF y otros gases tóxicos que
llenaban las calles. Cada intento de apagar el fuego con agua habría acelerado
la fuga térmica de más baterías, generando una reacción en cadena aún peor. Las
altas temperaturas, el humo negro y la dispersión de químicos habrían convertido
las calles de Valencia en una trampa mortal, donde cada paso para salvar vidas
podía costar la suya propia.
3.-
Un Legado de 30 Años de Veneno: Agua, Tierra y Mar Envenenados.
3.a. Agua Contaminada Fluyendo Hacia el Mar:
Un Ecosistema Devastado Con los materiales tóxicos de las baterías esparcidos
por el agua, toda el área de la riada habría quedado envenenada, y el agua
contaminada se abriría camino hacia el mar Mediterráneo. Las praderas de posidonia,
fundamentales para la biodiversidad marina, habrían quedado devastadas al
absorber los metales pesados, eliminando el hábitat de numerosas especies y
acelerando la erosión costera. La fauna marina, incluyendo peces, moluscos y crustáceos,
absorbería los tóxicos, contaminando toda la cadena alimentaria y generando un
mar desprovisto de vida en un radio extenso.
3.b. Tierra y Aguas Subterráneas Contaminadas:
Un Veneno Permanente.
Al descomponerse, los componentes de litio,
níquel, cobalto y manganeso habrían filtrado al suelo y las aguas subterráneas
de Valencia. Los estudios muestran que estos metales pesados son bio acumulativos,
persistiendo en el ambiente durante décadas sin posibilidad de degradarse. Se
estima que, con 5,000 coches eléctricos, al menos 20 toneladas de metales pesados
se habrían liberado en la ciudad, envenenando la tierra y el agua para
generaciones.”
De
este texto deberíamos sacar algunas conclusiones.
La
UE controlada por un asombroso pacto entre conservadores y socialistas, apoya,
sin fisuras, las políticas “ecolojetas” de los verdes, que en conjunto apoyan
al paisaje con olvido absoluto del paisanaje.
Es
decir, que sus políticas, en la que los asesores progres vaticanos han
implicado incluso al Papa Francisco, desean una ultra protección de la naturaleza
de consecuencias negativamente inútiles, con absoluto desprecio y omisión del bienestar
y derechos de los ciudadanos.
Apoyan
los coches eléctricos, conocedores de las desastrosas consecuencias en caso de
graves desastres como los relatados en el texto que he recibido, con defensa
corrupta de los intereses de la industria del automóvil.
Apoyan
la destrucción de presas y pantanos con la disculpa de que hay que recuperar
los cauces naturales de los ríos, sin contemplar el desastre que ello implica
en caso de inundación.
Prohíben
la explotación de las riquezas mineras con la disculpa de su impacto en la naturaleza,
despreciando el beneficio no tan solo empresarial, sino de creación de empleo
que esa explotación implicaría.
Y
todo ello amparado en la política de la “Agenda 20 30”, aprobada por la
Asamblea General de la ONU, cuyos 17 objetivos, inicialmente, pueden parecer
loables, pero que estudiados a fondo, a través de sus 169 propuestas, son una
imposición totalitaria y antidemocrática del modo de vida que quieren imponer a
los ciudadanos convertidos en súbditos.
Como
dice la fundación NEOS, es un “caramelo envenenado”.
Vayamos
a ese análisis.
LaAGENDA, tiene
sus orígenes son una serie de tratados internacionales, compuesta por 17
ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y 169 artículos en los que se
desglosan diversos propósitos y se detallan los indicadores que medirán su
cumplimiento.
Los 17
Objetivos de Desarrollo Sostenible y que son son los pilares estratégicos de la AGENDA son:
1.Fin de la
pobreza: aumentar el acceso a los recursos y ofrecer ayuda a las
comunidades más afectadas por conflictos o desastres naturales.
2.Hambre
cero: asegurar la inversión en la infraestructura y la tecnología
necesaria para mejorar la productividad agrícola.
3.Salud y
bienestar: reducir la desigualdad y garantizar una buena salud para todas
las personas.
4.Educación
de calidad: promover una educación inclusiva y de calidad para que todos
los niños y niñas finalicen la educación primaria y secundaria.
5.Igualdad
de género: garantizar derechos igualitarios, así como acceso universal a
la salud reproductiva.
6.Agua
limpia y saneamiento: asegurar el acceso universal al agua potable y
proporcionar instalaciones sanitarias adecuadas para mantener una correcta
higiene.
8.Trabajo
decente y crecimiento económico: estimular el crecimiento económico
sostenible aumentando la productividad y la inversion en tipos de innovación.
9.Industria,
innovación e infraestructura: reducir la brecha digital y
promover industrias sostenibles, aumentando la inversión en investigación e
innovación.
10.Reducción de las desigualdades: mejorar la
regulación de los mercados y promover la migración y movilidad de las personas.
11.Ciudades y comunidades sostenibles: garantizar
el acceso a viviendas seguras e invertir en transporte público y en gestión
urbana.
12.Producción y consumo responsable: satisfacer
las necesidades de consumo creando cadenas de producción más eficientes y
reduciendo el desperdicio de alimentos.
13.Acción por el clima: adoptar medidas para
reducir el riesgo de desastres naturales y evitar el aumento de la temperatura
media global.
14.Vida submarina: proteger los ecosistemas
marinos y costeros de la contaminación terrestre.
15.Vida de ecosistemas terrestres: reservar los
hábitats naturales y la biodiversidad.
16.Paz, justicia e instituciones sólidas: dialogar
para encontrar soluciones duraderas a los conflictos y promover los derechos
humanos.
17.Alianza
para lograr los objetivos: promover la cooperación y apoyar el comercio
internacional para conseguir un sistema universal que beneficie a todos.
Inspirada por ecologistas como
José María Vigil para quien;
“En la actualidad el género
humano resulta disfuncional para el planeta, y su proliferación resulta una
plaga, como un cáncer que va destruyendo las bases de la vida; si el cáncer no
es extirpado acabará con el equilibrio y con la vida del planeta, y consigo
mismo. Es urgente que evolucione, o que ceda el puesto a otra especie que sea
funcional a la supervivencia y al florecimiento de la vida.”
¿Qué tipo de político es aquél
que promete de aquí al 2030 terminar con el hambre, la pobreza, la desigualdad,
las enfermedades tropicales, además de asegurar el acceso universal a la
educación, la salud, el crecimiento y al agua potable para todos? ¿No le suena
a populismo puro?
Lo más increíble es que
pretenden lograrlo a través de la igualación no sólo de los ciudadanos al
interior de los Estados, sino, además, entre los diversos países. ¿Se imagina a
Chile igualado por la fuerza de la ingeniería social de los organismos internacionales
a Luxemburgo o a Haití?
Antes de profundizar en
quimeras tan absurdas, permítaseme plantear otras preguntas: ¿de qué corriente
política procede el anhelo de la igualdad universal? ¿No es esa la cualidad
esencial de la utopía comunista?
La igualdad de resultados siempre
que se ha promovido, ha tenido como consecuencia natural la asfixia de la
libertad y el empobrecimiento radical de la población.
El típico y cruel juego
populista que crea expectativas incumplibles para avanzar propósitos
inconfesables y la pretensión de igualdad que se extrema al punto de hablar de
una “ciudadanía mundial”, la que naturalmente, implica el fin de los
estados-nación.
En este marco se explica la
promoción de la inmigración tanto del gobierno actual como del anterior en
nuestro país.
Surge inmediatamente el
siguiente interrogante: ¿Quién de nosotros desea cambiar la ciudadanía española por una mundial que nos iguale con franceses, mongoles y saudíes? Y, ¿quiénes
cree usted, van a estar encargados de garantizar los derechos de una ciudadanía
universal?
Por supuesto, sobre esto no
hay duda, un gobierno mundial que hoy habita en la ONU y suele estar compuesto
por miembros de la extrema izquierda.
Quienes hemos estudiado
historia sabemos que la primera de las libertades es la republicana, es decir,
aquella que se asegura los derechos ciudadanos única y exclusivamente en el
marco del estado- nación.
Durante siglos los seres
humanos hemos luchado en defensa de este tipo de libertad que implica la
no-dominación de un agente extranjero. Ningún demócrata o liberal puede estar a
favor de la pérdida de dicha libertad. De ahí que llame la atención el
apoyo de sectores de derecha a una Agenda que liquida la soberanía y establece
un aparato de control gigantesco sobre todas y cada una de las acciones a nivel
nacional, local e individual, bajo la excusa de controlar la huella de carbono.
Por supuesto, nadie controlará
a los controladores, pero podemos esperar la emergencia de un aparato
burocrático dantesco, cuya entidad visible tendrá la forma de
“un observatorio regional de planificación para el desarrollo sostenible”.
¿Se imagina cuánto le va a
costar esta nueva maraña de agentes de los Estados post nación midiendo desde
su huella de carbono hasta el número de hijos por familia que tiene cada
ciudadano de este gobierno global?
¿Qué aspectos de su vida van a
ser controlados por esta red kafkiana?
Según la Agenda 2030, los
planes y políticas económicas del país ya no estarán vinculados a la
realización de los proyectos individuales de cada ciudadano, sino a metas
colectivas como la provisión garantizada a todos de “los mismos derechos a los
recursos económicos y acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control
de la tierra”.
Derecho garantista sin
anestesia. Ahora usted entiende por qué es tan importante que defendamos el
Estado social y democrático de Derecho en nuestro país.
Por su parte, las “estrategias
de desarrollo en favor de los pobres” tendrán en cuenta las “cuestiones de
género para erradicar la pobreza.”
¿Qué tienen que ver ambas
variables?
Es simple, la educación con
perspectiva de género apunta a la destrucción de la heterosexualidad y sabemos
que sólo las parejas heterosexuales pueden tener hijos, por tanto, muchos
deducen que la reducción de la pobreza se logrará evitando el nacimiento de
niños tanto a través del aborto, como destruyendo las categorías «hombre/
mujer» y con ello, la familia.
La Agenda 2030 elimina la
libertad de enseñanza, la pluralidad de los proyectos educativos y el derecho y
deber preferente de los padres a educar, además de profundizar en el
desmantelamiento de la meritocracia.
En la Agenda se ordena un
control planetario del mercado de los alimentos, a través del establecimiento
de un “Indicador de anomalías en los precios de los
alimentos”.
Por su parte, nos habla de la
creación de indicadores “de salud sexual y reproductiva, incluidos los de
planificación familiar, información y educación, y la integración de la salud
reproductiva en las estrategias y los programas nacionales.” Lo que en el fondo
implica la defensa a ultranza del aborto .
También se crea un indicador
que establece la “proporción de la población inmunizada con todas las vacunas”,
de lo que se sigue su obligatoriedad, lo que constituye una seria violación a
la libertad individual.
Por otra parte la Agenda pretende
destruir el actual equilibrio energética.
Así, se pondrá fin de la
libertad en el consumo, la huella de carbono se medirá en términos absolutos,
per cápita y el consumo será gravado con altísimos impuestos.
Esta expoliación masiva no
cambiará el clima, sino que financiará la vida de la nueva aristocracia del
nuevo gobierno mundial no elegido por nadie. Es el fin de los derechos
políticos, la era de la post democracia.
En suma, los marxistas
obtendrán su triunfo, después de todo, gracias a una Constitución Global que
nos impondrá un tipo de vida sostenible cuyo lema reza:
“No tendrás nada y serás
feliz”.
Finalmente, se dice que todo esto será en por el
bien de la humanidad; a la luz de la experiencia histórica, permítaseme dudar,
pues lo único que han sabido hacer los marxistas de todos los tiempos ha sido
transformar el mundo humano en un gigantesco campo de concentración.
Recordemos que la dictadura
comunista soviética repetía machaconamente sus consignas para que calaran bien
en la población.
Del mismo modo, la obsesiva
repetición del término «sostenible» y la ubicua presencia del logo multicolor
de la Agenda 2030 son signos del nuevo totalitarismo que nos están colando por
la puerta de atrás en una sociedad debilitada por la Cultura del Miedo y por la
pérdida de referentes morales.
A todo lo anterior hay que
sumar el poder de la corrección política, concepto creado por el
marxismo-leninismo, la cual marca unos límites ―infranqueables bajo pena de
linchamiento u ostracismo― decididas por una misteriosa
Autoridad Superior y
transmitidas por los obedientes medios de comunicación, asfixiando el libre
pensamiento y creando un miedo generalizado a disentir.
En su conjunto, el lenguaje de
la AGENDA ofrece bastantes indicios sobre su verdadera naturaleza.
En sus
cuarenta páginas la palabra «sostenible»
aparece mencionada 223 veces y la palabra inclusivo, 23.
Por el contrario, el término
«libertad» sólo se menciona en 3 ocasiones, «familia» sólo en 1 y «propiedad
privada», ninguna.
En definitiva, la AGENDA tiene
por objetivo fortalecer la dominación universal dentro de un concepto más
restringido de libertad.
Recordemos que el abismo
existente entre unos fines aparentemente benéficos y unos medios perversos ha
sido precisamente lo que ha caracterizado a las utopías más destructivas de la
Historia.
Afirmo, así, que el utópico
programa de la AGENDA es de carácter totalitario, pues aspira a controlar la
totalidad de la vida de los individuos ―incluyendo qué y cuánto comen, y qué y
cuánto consumen―.
Como hemos mencionado, el
concepto de libertad brilla por su ausencia y es remplazado por un acérrimo
estatismo.
En efecto, la libertad
individual y la iniciativa privada son ninguneadas a favor de un constante
intervencionismo estatal al que se atribuye un carácter benéfico y una
capacidad sobrehumana de solucionar todos los problemas.
En esta línea, se compromete a
efectuar «cambios fundamentales en la manera en que nuestras sociedades
producen y consumen bienes y servicios» y formula un axioma revelador: el
crecimiento económico (sostenido, inclusivo y sostenible) «solo será posible si
se comparte la riqueza y se combate la desigualdad de los ingresos».
Así, aboga por aumentar la
progresividad de los impuestos y reforzar «la reglamentación y vigilancia de
las instituciones» desde un Estado al que se le otorga «plena soberanía
permanente sobre la totalidad de su riqueza, sus recursos naturales y su actividad
económica».
Cómo no, la Agenda 2030
defiende la ideología de género (palabra repetida 15 veces en el documento):
«la incorporación sistemática de una perspectiva de género en la implementación
de esta Agenda es crucial».
También apoya el aborto bajo
el eufemismo de «salud reproductiva de la mujer» y relega a la familia a un
puesto secundario en un mundo caracterizado por la relación de servidumbre
entre el amo (el Estado omnipotente) y su siervo, un individuo aislado y solo,
ninguneando a la familia como unidad fundamental de la sociedad y como sujeto
de derechos previos a la existencia del Estado.
Naturalmente, la Agenda 2030
propone aumentar la proporción de energías renovables para lograr un suministro
de energía «asequible, fiable y sostenible» y «duplicar» la eficiencia
energética.
El problema es que las
energías renovables a las que implícitamente hace referencia (eólica y
fotovoltaica) nunca serán ni eficientes, ni fiables ni asequibles al ser
intermitentes y depender de la existencia de suficiente viento o radiación
solar, que sólo se dan en determinadas latitudes, estaciones u horas del día.
Así, las fuentes renovables
exigirán siempre un respaldo de energías térmicas tradicionales, lo que implica
una cara redundancia de sistemas de generación o, en su defecto, una vida
vivida entre apagones intermitentes.
Con similares contradicciones,
la AGENDA asegura querer poner fin al hambre y duplicar la productividad
agrícola mientras propone medidas que promueven justo lo contrario, es decir,
que crearán hambrunas.
Así, bajo la habitual coartada
medioambiental el texto supone una verdadera declaración de guerra al campo, lo
que ha llevado en muchos países a una justificada reacción de ganaderos y
agricultores que luchan por su supervivencia, que es la nuestra.
En el caso de los ganaderos,
la guerra toma la forma de una grotesca demonización del ganado como emisor de
metano y de una inmoral campaña contra el consumo de carne y proteína animal,
clave para la salud.
En el caso de los
agricultores, se quiere imponer una reducción en el uso de agua, fertilizantes
y pesticidas.
Con su hipocresía habitual,
afirma querer «aumentar el uso eficiente de los recursos hídricos», pero a la
vez obliga a «restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos
los ríos» (es decir, destruir presas), lo que merma la capacidad de riego.
Asimismo, con el pretexto de
reducir la contaminación marina, propone primero controlar las «actividades
terrestres», incluyendo «la polución por nutrientes» (es decir, los
fertilizantes), y luego reducir «la liberación de productos químicos a la
atmósfera, el agua y el suelo» (es decir, los pesticidas).
Sin agua para alimentar las
plantas, sin fertilizantes para nutrir la tierra y sin pesticidas para eliminar
las plagas, ¿cómo se va a mejorar la productividad agrícola?
En definitiva, y bajo el
bonito manto de unos fines aparentemente nobles, la AGENDA oculta un programa
empobrecedor y misántropo y nos dirige hacia un mundo con permanentes cartillas
de racionamiento.
NEOS, movimiento de la sociedad civil que defiende la
recuperación de los fundamentos del humanismo cristiano como respuesta a una
crisis generalizada y una sociedad que ha perdido el rumbo, presenta su documento 'Desenmascarando la Agenda
2030', realizado por el grupo de trabajo de Amenazas Globales bajo la
coordinación de Jorge Soley, presidente de European Dignity Watch,
vicepresidente de la Fundación Burke y patrono de la Fundación ProVida de
Cataluña.
Jaime Mayor Oreja, en el
prólogo del documento, compara la Agenda 2030 con «un caramelo envenenado
revestido de una envoltura atractiva y seductora».
Cuando un caramelo está envenenado, no es procedente dedicarse a
elogiar la belleza del envoltorio. En el envoltorio nunca está la verdad. Es
en la raíz, en el núcleo, donde reside su auténtica naturaleza, sus
verdaderos objetivos. Quedarte, por tanto, en la superficie, en el envoltorio,
constituye un profundo error que no solo desconcierta, divide y separa a
muchos, sino que, además, constituye un elemento de distracción que anestesia
el significado auténtico de la Agenda. Descubrirán en este texto que el
objetivo principal de la AGENDA es el reemplazo, la sustitución y la
destrucción de los fundamentos cristianos de nuestro actual orden social, como
reiteramos permanentemente en todos los actos de presentación de NEOS.
Esta agenda constituye el mejor resumen y compendio de la estrategia
de una moda dominante en la sociedad de hoy. Esta moda dominante es nueva y
más retorcida que nunca. Constituye una asociación entre el marxismo
cultural, el dinero, el materialismo y el relativismo, la comodidad, la crisis
de la persona. Pero, en el fondo, es lo que ha sucedido muchas veces en nuestra
historia: una obsesión enfermiza de destrucción de los fundamentos cristianos.
El Propio Papa Benedicto XVI descubrió en sus escritos el reemplazo de
la verdad y la moralidad a manos de la ideología y la corrección política.
Añadió una terrible y certera premonición: «una vez que las ideologías
y las concepciones políticamente correctas, basadas en la praxis, reemplazan a la verdad, la universidad deviene
mera máquina para elaborar y promover dichas ideologías».
Los objetivos, los fundamentos y la estrategia globalista de esta AGENDA
están ya provocando un inequívoco y letal desorden en el corazón de nuestra
sociedad. Europa, Estados Unidos, la sociedad occidental, padecen un desorden
indiscutible, como no habíamos sufrido desde las últimas guerras mundiales,
cuyo origen no se puede atribuir a la siempre socorrida «Institución culpable»
por naturaleza, —esto es, según los dogmas de la izquierda radical pseudo comunista—
la Iglesia Católica, dogma para quienes impulsan este nuevo orden social.
Esta agenda no es un instrumento más, alumbra el debate político y
social del futuro.
El debate se va a producir entre quienes queremos y necesitamos unas
referencias permanentes, quienes creemos y necesitamos creer, frente a aquellos
que no creen en nada o en casi nada, en el puro pragmatismo, que es exactamente
la naturaleza de la Agenda 2030.
Este debate que es de adaptación o no al espíritu de esta Agenda,
está en pleno apogeo y se manifiesta de forma clara, incluso en el seno de la
Iglesia Católica con la muy controvertida vanguardia cismática que se vive en
Alemania.
Pese a que existe partes
de la AGENDA más discutibles que
discutibles, la AGENDA no permite observaciones ni una aceptación parcial, tal
y como se repite con insistencia en su redacción:
«Los Objetivos y las metas son de carácter
integrado e indivisible».
El peligro de esa
intangibilidad de la AGENDA es que, aprovechando sus iniciales buenas
intenciones, se incluye la aceptación de cuestiones mucho más polémicas comola
extensión del abortoo la desnaturalización del matrimonio como
condición sine quanonpara acceder a ayudas de
organismos internacionales.
Y finalmente, se refiere
al cambio climático usándolo como excusa para imponer
políticas restrictivas de libertades y limitadoras del desarrollo, son solo
claves de la pretensión totalitaria de limitación de los derechos y libertades
de los ciudadanos.
Y, como siempre, para
finalizar esta larguísima “Reflexión Heteróclita”, que al menos espero que haya
resultado esclarecedora para mis lectores, os traigo una nueva pieza musical, en esta
ocasión el “Canto a la libertad” de Labordeta Clásico”, que nos inspira la
defensa de la libertad que la AGENDA 2030 quiere robarnos.