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viernes, 22 de noviembre de 2024

LOS VERDES – ECOLOJETAS – AGENDA2030

 

 

    Me llega un WA el que se me cuenta lo siguiente:

“El reciente desastre en Valencia, donde lluvias torrenciales arrojaron entre 400 y 500 litros de agua por metros cuadrados, ha dejado una huella devastadora.

Pero planteemos un escenario aún más oscuro: ¿qué habría pasado si todos esos vehículos atrapados en la riada hubiesen sido eléctricos? Valencia habría enfrentado un infierno de fuego en cadena, explosiones y gases tóxicos que habrían convertido el rescate de los supervivientes en una misión suicida y la ciudad en un área de peligro por décadas.

La contaminación de agua, tierra y mar  habría extendido sus efectos mortales, dejando tras de sí un ecosistema devastado y una comunidad herida para generaciones.

Un Infierno en la Riada: Fuego en Cadena y Nube Letal de Gases Tóxicos.

1.   Fuego en Cadena: Reacción Destructiva y Mortal.

Si las baterías de los coches eléctricos atrapados en la riada hubieran comenzado a romperse, la ciudad habría sido escenario de un fuego en cadena imposible de controlar. Al comprimirse y romperse en las condiciones de inundación y presión, cada batería de litio alcanzaría temperaturas superiores a 1,000 °C en una “fuga térmica”, una reacción descontrolada que genera calor y fuego. Con miles de coches apilados y el fuego propagándose de uno a otro, Valencia habría visto cómo una línea de llamas y humo negro cubría sus calles, mientras el aire se llenaba de gases tóxicos letales.

2. Emisión de Fluoruro de Hidrógeno:

Una Nube Mortal

La rotura de las baterías liberaría fluoruro de hidrógeno (HF), un gas corrosivo y mortal. Cada coche emite hasta 600 gramos de HF en una fuga térmica; con 5,000 vehículos, estaríamos hablando de 3 toneladas de HF en el aire. Al ser inhalado, el HF destruye los pulmones en minutos y, en contacto con la piel, penetra hasta los huesos, provocando una muerte dolorosa y desgarradora. Los rescatistas y supervivientes habrían tenido que enfrentar un aire letal, donde cada aliento podría ser el último.

3. Rescate en Medio del Infierno: Riesgo para los Supervivientes y Equipos de Emergencia.

El rescate de los atrapados en el desastre habría sido una misión suicida. Los equipos de emergencia, al intentar llegar a las víctimas, se habrían expuesto a la nube de HF y otros gases tóxicos que llenaban las calles. Cada intento de apagar el fuego con agua habría acelerado la fuga térmica de más baterías, generando una reacción en cadena aún peor. Las altas temperaturas, el humo negro y la dispersión de químicos habrían convertido las calles de Valencia en una trampa mortal, donde cada paso para salvar vidas podía costar la suya propia.

3.- Un Legado de 30 Años de Veneno: Agua, Tierra y Mar Envenenados.

3.a. Agua Contaminada Fluyendo Hacia el Mar: Un Ecosistema Devastado Con los materiales tóxicos de las baterías esparcidos por el agua, toda el área de la riada habría quedado envenenada, y el agua contaminada se abriría camino hacia el mar Mediterráneo. Las praderas de posidonia, fundamentales para la biodiversidad marina, habrían quedado devastadas al absorber los metales pesados, eliminando el hábitat de numerosas especies y acelerando la erosión costera. La fauna marina, incluyendo peces, moluscos y crustáceos, absorbería los tóxicos, contaminando toda la cadena alimentaria y generando un mar desprovisto de vida en un radio extenso.

3.b. Tierra y Aguas Subterráneas Contaminadas: Un Veneno Permanente.

Al descomponerse, los componentes de litio, níquel, cobalto y manganeso habrían filtrado al suelo y las aguas subterráneas de Valencia. Los estudios muestran que estos metales pesados son bio acumulativos, persistiendo en el ambiente durante décadas sin posibilidad de degradarse. Se estima que, con 5,000 coches eléctricos, al menos 20 toneladas de metales pesados se habrían liberado en la ciudad, envenenando la tierra y el agua para generaciones.”

De este texto deberíamos sacar algunas conclusiones.

La UE controlada por un asombroso pacto entre conservadores y socialistas, apoya, sin fisuras, las políticas “ecolojetas” de los verdes, que en conjunto apoyan al paisaje con olvido absoluto del paisanaje.

Es decir, que sus políticas, en la que los asesores progres vaticanos han implicado incluso al Papa Francisco, desean una ultra protección de la naturaleza de consecuencias negativamente inútiles, con absoluto desprecio y omisión del bienestar y derechos de los ciudadanos.

Apoyan los coches eléctricos, conocedores de las desastrosas consecuencias en caso de graves desastres como los relatados en el texto que he recibido, con defensa corrupta de los intereses de la industria del automóvil.

Apoyan la destrucción de presas y pantanos con la disculpa de que hay que recuperar los cauces naturales de los ríos, sin contemplar el desastre que ello implica en caso de inundación.

Prohíben la explotación de las riquezas mineras con la disculpa de su impacto en la naturaleza, despreciando el beneficio no tan solo empresarial, sino de creación de empleo que esa explotación implicaría.

Y todo ello amparado en la política de la “Agenda 20 30”, aprobada por la Asamblea General de la ONU, cuyos 17 objetivos, inicialmente, pueden parecer loables, pero que estudiados a fondo, a través de sus 169 propuestas, son una imposición totalitaria y antidemocrática del modo de vida que quieren imponer a los ciudadanos convertidos en súbditos.

Como dice la fundación NEOS, es un “caramelo envenenado”.

Vayamos a ese análisis.

La AGENDA, tiene sus orígenes son una serie de tratados internacionales, compuesta por 17 ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y 169 artículos en los que se desglosan diversos propósitos y se detallan los indicadores que medirán su cumplimiento. 

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y que son  son los pilares estratégicos de la AGENDA son: 

1.Fin de la pobreza: aumentar el acceso a los recursos y ofrecer ayuda a las comunidades más afectadas por conflictos o desastres naturales.

2.Hambre cero: asegurar la inversión en la infraestructura y la tecnología necesaria para mejorar la productividad agrícola. 

3.Salud y bienestar: reducir la desigualdad y garantizar una buena salud para todas las personas.

4.Educación de calidad: promover una educación inclusiva y de calidad para que todos los niños y niñas finalicen la educación primaria y secundaria.

5.Igualdad de género: garantizar derechos igualitarios, así como acceso universal a la salud reproductiva. 

6.Agua limpia y saneamiento: asegurar el acceso universal al agua potable y proporcionar instalaciones sanitarias adecuadas para mantener una correcta higiene. 

7.Energía asequible y no contaminante: mejorar la productividad energética, invirtiendo en fuentes de energía limpia.

8.Trabajo decente y crecimiento económico: estimular el crecimiento económico sostenible aumentando la productividad y la inversion en tipos de innovación

9.Industria, innovación e infraestructura: reducir la brecha digital y promover industrias sostenibles, aumentando la inversión en investigación e innovación. 

10.  Reducción de las desigualdades: mejorar la regulación de los mercados y promover la migración y movilidad de las personas.

11.  Ciudades y comunidades sostenibles: garantizar el acceso a viviendas seguras e invertir en transporte público y en gestión urbana.

12.  Producción y consumo responsable: satisfacer las necesidades de consumo creando cadenas de producción más eficientes y reduciendo el desperdicio de alimentos. 

13.  Acción por el clima: adoptar medidas para reducir el riesgo de desastres naturales y evitar el aumento de la temperatura media global. 

14.  Vida submarina: proteger los ecosistemas marinos y costeros de la contaminación terrestre.

15.  Vida de ecosistemas terrestres: reservar los hábitats naturales y la biodiversidad

16.  Paz, justicia e instituciones sólidas: dialogar para encontrar soluciones duraderas a los conflictos y promover los derechos humanos. 

17.  Alianza para lograr los objetivos: promover la cooperación y apoyar el comercio internacional para conseguir un sistema universal que beneficie a todos

Inspirada por ecologistas como José María Vigil para quien;

“En la actualidad el género humano resulta disfuncional para el planeta, y su proliferación resulta una plaga, como un cáncer que va destruyendo las bases de la vida; si el cáncer no es extirpado acabará con el equilibrio y con la vida del planeta, y consigo mismo. Es urgente que evolucione, o que ceda el puesto a otra especie que sea funcional a la supervivencia y al florecimiento de la vida.”

¿Qué tipo de político es aquél que promete de aquí al 2030 terminar con el hambre, la pobreza, la desigualdad, las enfermedades tropicales, además de asegurar el acceso universal a la educación, la salud, el crecimiento y al agua potable para todos? ¿No le suena a populismo puro? 

Lo más increíble es que pretenden lograrlo a través de la igualación no sólo de los ciudadanos al interior de los Estados, sino, además, entre los diversos países. ¿Se imagina a Chile igualado por la fuerza de la ingeniería social de los organismos internacionales a Luxemburgo o a Haití?

Antes de profundizar en quimeras tan absurdas, permítaseme plantear otras preguntas: ¿de qué corriente política procede el anhelo de la igualdad universal? ¿No es esa la cualidad esencial de la utopía comunista?

La igualdad de resultados siempre que se ha promovido, ha tenido como consecuencia natural la asfixia de la libertad y el empobrecimiento radical de la población. 

El típico y cruel juego populista que crea expectativas incumplibles para avanzar propósitos inconfesables y la pretensión de igualdad que se extrema al punto de hablar de una “ciudadanía mundial”, la que naturalmente, implica el fin de los estados-nación.

En este marco se explica la promoción de la inmigración tanto del gobierno actual como del anterior en nuestro país.

Surge inmediatamente el siguiente interrogante: ¿Quién de nosotros desea cambiar la ciudadanía española por una mundial que nos iguale con franceses, mongoles y saudíes? Y, ¿quiénes cree usted, van a estar encargados de garantizar los derechos de una ciudadanía universal?

Por supuesto, sobre esto no hay duda, un gobierno mundial que hoy habita en la ONU y suele estar compuesto por miembros de la extrema izquierda.

Quienes hemos estudiado historia sabemos que la primera de las libertades es la republicana, es decir, aquella que se asegura los derechos ciudadanos única y exclusivamente en el marco del estado- nación.

Durante siglos los seres humanos hemos luchado en defensa de este tipo de libertad que implica la no-dominación de un agente extranjero. Ningún demócrata o liberal puede estar a favor de la pérdida de dicha libertad. De ahí que llame la atención el apoyo de sectores de derecha a una Agenda que liquida la soberanía y establece un aparato de control gigantesco sobre todas y cada una de las acciones a nivel nacional, local e individual, bajo la excusa de controlar la huella de carbono. 

Por supuesto, nadie controlará a los controladores, pero podemos esperar la emergencia de un aparato burocrático dantesco, cuya entidad visible tendrá la forma de “un observatorio regional de planificación para el desarrollo sostenible”.

¿Se imagina cuánto le va a costar esta nueva maraña de agentes de los Estados post nación midiendo desde su huella de carbono hasta el número de hijos por familia que tiene cada ciudadano de este gobierno global?

¿Qué aspectos de su vida van a ser controlados por esta red kafkiana?

Según la Agenda 2030, los planes y políticas económicas del país ya no estarán vinculados a la realización de los proyectos individuales de cada ciudadano, sino a metas colectivas como la provisión garantizada a todos de “los mismos derechos a los recursos económicos y acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de la tierra”.

Derecho garantista sin anestesia. Ahora usted entiende por qué es tan importante que defendamos el Estado social y democrático de Derecho en nuestro país.

Por su parte, las “estrategias de desarrollo en favor de los pobres” tendrán en cuenta las “cuestiones de género para erradicar la pobreza.”

¿Qué tienen que ver ambas variables?

Es simple, la educación con perspectiva de género apunta a la destrucción de la heterosexualidad y sabemos que sólo las parejas heterosexuales pueden tener hijos, por tanto, muchos deducen que la reducción de la pobreza se logrará evitando el nacimiento de niños tanto a través del aborto, como destruyendo las categorías «hombre/ mujer» y con ello, la familia.

La Agenda 2030 elimina la libertad de enseñanza, la pluralidad de los proyectos educativos y el derecho y deber preferente de los padres a educar, además de profundizar en el desmantelamiento de la meritocracia.

En la Agenda se ordena un control planetario del mercado de los alimentos, a través del establecimiento de un “Indicador de anomalías en los precios de los alimentos”.

Por su parte, nos habla de la creación de indicadores “de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación familiar, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales.” Lo que en el fondo implica la defensa a ultranza del aborto .

También se crea un indicador que establece la “proporción de la población inmunizada con todas las vacunas”, de lo que se sigue su obligatoriedad, lo que constituye una seria violación a la libertad individual.

Por otra parte la Agenda pretende  destruir el actual equilibrio energética.

Así, se pondrá fin de la libertad en el consumo, la huella de carbono se medirá en términos absolutos, per cápita y el consumo será gravado con altísimos impuestos.

Esta expoliación masiva no cambiará el clima, sino que financiará la vida de la nueva aristocracia del nuevo gobierno mundial no elegido por nadie. Es el fin de los derechos políticos, la era de la post democracia.

En suma, los marxistas obtendrán su triunfo, después de todo, gracias a una Constitución Global que nos impondrá un tipo de vida sostenible cuyo lema reza:

“No tendrás nada y serás feliz”.

 Finalmente, se dice que todo esto será en por el bien de la humanidad; a la luz de la experiencia histórica, permítaseme dudar, pues lo único que han sabido hacer los marxistas de todos los tiempos ha sido transformar el mundo humano en un gigantesco campo de concentración.

Recordemos que la dictadura comunista soviética repetía machaconamente sus consignas para que calaran bien en la población.

Del mismo modo, la obsesiva repetición del término «sostenible» y la ubicua presencia del logo multicolor de la Agenda 2030 son signos del nuevo totalitarismo que nos están colando por la puerta de atrás en una sociedad debilitada por la Cultura del Miedo y por la pérdida de referentes morales.

A todo lo anterior hay que sumar el poder de la corrección política, concepto creado por el marxismo-leninismo, la cual marca unos límites ―infranqueables bajo pena de linchamiento u ostracismo― decididas por una misteriosa

Autoridad Superior y transmitidas por los obedientes medios de comunicación, asfixiando el libre pensamiento y creando un miedo generalizado a disentir.

En su conjunto, el lenguaje de la AGENDA ofrece bastantes indicios sobre su verdadera naturaleza. 

En sus cuarenta páginas la palabra «sostenible» aparece mencionada 223 veces y la palabra inclusivo, 23.

Por el contrario, el término «libertad» sólo se menciona en 3 ocasiones, «familia» sólo en 1 y «propiedad privada», ninguna.

En definitiva, la AGENDA tiene por objetivo fortalecer la dominación universal dentro de un concepto más restringido de libertad.

Recordemos que el abismo existente entre unos fines aparentemente benéficos y unos medios perversos ha sido precisamente lo que ha caracterizado a las utopías más destructivas de la Historia.

Afirmo, así, que el utópico programa de la AGENDA es de carácter totalitario, pues aspira a controlar la totalidad de la vida de los individuos ―incluyendo qué y cuánto comen, y qué y cuánto consumen―.

Como hemos mencionado, el concepto de libertad brilla por su ausencia y es remplazado por un acérrimo estatismo.

En efecto, la libertad individual y la iniciativa privada son ninguneadas a favor de un constante intervencionismo estatal al que se atribuye un carácter benéfico y una capacidad sobrehumana de solucionar todos los problemas.

En esta línea, se compromete a efectuar «cambios fundamentales en la manera en que nuestras sociedades producen y consumen bienes y servicios» y formula un axioma revelador: el crecimiento económico (sostenido, inclusivo y sostenible) «solo será posible si se comparte la riqueza y se combate la desigualdad de los ingresos».

Así, aboga por aumentar la progresividad de los impuestos y reforzar «la reglamentación y vigilancia de las instituciones» desde un Estado al que se le otorga «plena soberanía permanente sobre la totalidad de su riqueza, sus recursos naturales y su actividad económica».

Cómo no, la Agenda 2030 defiende la ideología de género (palabra repetida 15 veces en el documento): «la incorporación sistemática de una perspectiva de género en la implementación de esta Agenda es crucial».

También apoya el aborto bajo el eufemismo de «salud reproductiva de la mujer» y relega a la familia a un puesto secundario en un mundo caracterizado por la relación de servidumbre entre el amo (el Estado omnipotente) y su siervo, un individuo aislado y solo, ninguneando a la familia como unidad fundamental de la sociedad y como sujeto de derechos previos a la existencia del Estado.

Naturalmente, la Agenda 2030 propone aumentar la proporción de energías renovables para lograr un suministro de energía «asequible, fiable y sostenible» y «duplicar» la eficiencia energética.

El problema es que las energías renovables a las que implícitamente hace referencia (eólica y fotovoltaica) nunca serán ni eficientes, ni fiables ni asequibles al ser intermitentes y depender de la existencia de suficiente viento o radiación solar, que sólo se dan en determinadas latitudes, estaciones u horas del día.

Así, las fuentes renovables exigirán siempre un respaldo de energías térmicas tradicionales, lo que implica una cara redundancia de sistemas de generación o, en su defecto, una vida vivida entre apagones intermitentes.

Con similares contradicciones, la AGENDA asegura querer poner fin al hambre y duplicar la productividad agrícola mientras propone medidas que promueven justo lo contrario, es decir, que crearán hambrunas.

Así, bajo la habitual coartada medioambiental el texto supone una verdadera declaración de guerra al campo, lo que ha llevado en muchos países a una justificada reacción de ganaderos y agricultores que luchan por su supervivencia, que es la nuestra.

En el caso de los ganaderos, la guerra toma la forma de una grotesca demonización del ganado como emisor de metano y de una inmoral campaña contra el consumo de carne y proteína animal, clave para la salud.

En el caso de los agricultores, se quiere imponer una reducción en el uso de agua, fertilizantes y pesticidas.

Con su hipocresía habitual, afirma querer «aumentar el uso eficiente de los recursos hídricos», pero a la vez obliga a «restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los ríos» (es decir, destruir presas), lo que merma la capacidad de riego.

Asimismo, con el pretexto de reducir la contaminación marina, propone primero controlar las «actividades terrestres», incluyendo «la polución por nutrientes» (es decir, los fertilizantes), y luego reducir «la liberación de productos químicos a la atmósfera, el agua y el suelo» (es decir, los pesticidas).

Sin agua para alimentar las plantas, sin fertilizantes para nutrir la tierra y sin pesticidas para eliminar las plagas, ¿cómo se va a mejorar la productividad agrícola?

En definitiva, y bajo el bonito manto de unos fines aparentemente nobles, la AGENDA oculta un programa empobrecedor y misántropo y nos dirige hacia un mundo con permanentes cartillas de racionamiento.

NEOS, movimiento de la sociedad civil que defiende la recuperación de los fundamentos del humanismo cristiano como respuesta a una crisis generalizada y una sociedad que ha perdido el rumbo, presenta su  documento 'Desenmascarando la Agenda 2030', realizado por el grupo de trabajo de Amenazas Globales bajo la coordinación de Jorge Soley, presidente de European Dignity Watch, vicepresidente de la Fundación Burke y patrono de la Fundación ProVida de Cataluña.

 

Jaime Mayor Oreja, en el prólogo del documento, compara la Agenda 2030 con «un caramelo envenenado revestido de una envoltura atractiva y seductora».

 

Cuando un caramelo está envenenado, no es procedente dedicarse a elogiar la belleza del envoltorio. En el envoltorio nunca está la verdad. Es en la raíz, en el núcleo, donde reside su auténtica naturaleza, sus verdaderos objetivos. Quedarte, por tanto, en la superficie, en el envoltorio, constituye un profundo error que no solo desconcierta, divide y separa a muchos, sino que, además, constituye un elemento de distracción que anestesia el significado auténtico de la Agenda. Descubrirán en este texto que el objetivo principal de la AGENDA es el reemplazo, la sustitución y la destrucción de los fundamentos cristianos de nuestro actual orden social, como reiteramos permanentemente en todos los actos de presentación de NEOS.

 

Esta agenda constituye el mejor resumen y compendio de la estrategia de una moda dominante en la sociedad de hoy. Esta moda dominante es nueva y más retorcida que nunca. Constituye una asociación entre el marxismo cultural, el dinero, el materialismo y el relativismo, la comodidad, la crisis de la persona. Pero, en el fondo, es lo que ha sucedido muchas veces en nuestra historia: una obsesión enfermiza de destrucción de los fundamentos cristianos.

 

El Propio Papa Benedicto XVI descubrió en sus escritos el reemplazo de la verdad y la moralidad a manos de la ideología y la corrección política.

 

Añadió una terrible y certera premonición: «una vez que las ideologías y las concepciones políticamente correctas, basadas en la praxis, reemplazan a la verdad, la universidad deviene mera máquina para elaborar y promover dichas ideologías».

 

Los objetivos, los fundamentos y la estrategia globalista de esta AGENDA están ya provocando un inequívoco y letal desorden en el corazón de nuestra sociedad. Europa, Estados Unidos, la sociedad occidental, padecen un desorden indiscutible, como no habíamos sufrido desde las últimas guerras mundiales, cuyo origen no se puede atribuir a la siempre socorrida «Institución culpable» por naturaleza, —esto es, según los dogmas de la izquierda radical pseudo comunista— la Iglesia Católica, dogma para quienes impulsan este nuevo orden social.

Esta agenda no es un instrumento más, alumbra el debate político y social del futuro.

 

El debate se va a producir entre quienes queremos y necesitamos unas referencias permanentes, quienes creemos y necesitamos creer, frente a aquellos que no creen en nada o en casi nada, en el puro pragmatismo, que es exactamente la naturaleza de la Agenda 2030.

 

Este debate que es de adaptación o no al espíritu de esta Agenda, está en pleno apogeo y se manifiesta de forma clara, incluso en el seno de la Iglesia Católica con la muy controvertida vanguardia cismática que se vive en Alemania.


    Pese a que existe partes de la AGENDA  más discutibles que discutibles, la AGENDA no permite observaciones ni una aceptación parcial, tal y como se repite con insistencia en su redacción:

 

«Los Objetivos y las metas son de carácter integrado e indivisible».

 

    El peligro de esa intangibilidad de la AGENDA es que, aprovechando sus iniciales buenas intenciones, se incluye la aceptación de cuestiones mucho más polémicas como la extensión del aborto o la desnaturalización del matrimonio como condición sine quanon para acceder a ayudas de organismos internacionales.


Y finalmente, se refiere al cambio climático usándolo como excusa para imponer políticas restrictivas de libertades y limitadoras del desarrollo, son solo claves de la pretensión totalitaria de limitación de los derechos y libertades de los ciudadanos.


Y, como siempre, para finalizar esta larguísima “Reflexión Heteróclita”, que al menos espero que haya resultado esclarecedora para mis lectores,  os traigo una nueva pieza musical, en esta ocasión el “Canto a la libertad” de Labordeta Clásico”, que nos inspira la defensa de la libertad que la AGENDA 2030 quiere robarnos.

 



    ©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA

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