De todo el debate en el Senado el pasado día 31 de enero entre Sánchez y Feijoo, tras presumir el Presidente del Gobierno de las felicitaciones de todos sus colegas de la UE por la magnífica situación económica de España, y tras afirmar Feijoo que eso son cuentos chinos pues España es el único país de la UE que no ha alcanzado el PIB anterior a la pandemia, el que duplica la media de paro de la misma UE superando el 12% de la población activa, y en el que el endeudamiento público supera los 1,5 billones de euros, me quedo con esta frase:
“Es Usted Sr. Sánchez el único caso que conozco en que todo el mundo quiere copiar al peor de la clase.”
En su inadmisible triunfalismo, Sánchez anunció la subida del Salario Mínimo, pero sin tener en cuenta que mientras dicho salario —que no pagará el Gobierno sino los empresarios— se ha incrementado un 47% durante los últimos 4 años, la productividad tan solo ha crecido, en igual período, un 2%.
No, D. Antonio Frankenstein, el empobrecimiento de los españoles no se debe ni a lo que usted denominó “políticas neoliberales” de los gobiernos que le han precedido, ni a la mala gestión del “Estado del Bienestar” por las Autonomías —de las que en 13 de las 17 existentes gobierna el PSOE— ni al “no incremento de los salarios de los trabajadores mientras se enriquecen unos pocos”.
No, el empobrecimiento de los españoles se debe a la nefasta gestión económica del gobierno socialcomunista, con un PIB que no crece —estancado en las cifras de la pandemia—, una duda pública que al igual que la inflación, se incrementan desbocadamente, y un conjunto de enormes subvenciones y paguitas a los amigos de la Banda que nos gobierna, unido a una elefantiásica Administración Pública, que absorbe el 17% de los empleos en España, llena de gastos superfluos, e incluso lujos innecesarios.
Pero todo sea para que nuestros gobernantes mantengan sus económicamente mantenidos caladeros electorales, y Sánchez continúe disfrutando de Moncloa, y varios de sus ministros de otras viviendas gratis total, de los aviones y helicópteros y de los salarios estratosféricos de los amiguetes de la Banda.
Una muestra de la demagogia electoralista del Gobierno es el aumento de las pensiones, que se anunció a bombo y platillo afirmando que las pensiones se verían incrementadas en un 8,5% a partir de enero. Sin embargo lo que se ha ocultado es que se han incrementado las retenciones por IRPF a los pensionistas, de modo que la subida prometida se queda prácticamente en nada, e incluso algunas pensiones ven disminuido su importe por la voracidad recaudatoria de los socialcomunistas.
Otro ejemplo de tal voracidad recaudatoria es el impuesto a las grandes fortunas que afecta a patrimonios que ni por asomo son “grandes fortunas” y que penaliza a las Comunidades Autónomas que han reducido el Impuesto de Patrimonio, violando la autonomía fiscal de aquellas —especialmente a Madrid con el afán de persecución a esta comunidad que obsesiona a Sánchez— imponiendo una inconstitucional doble imposición.
Otra grave consecuencia de la política internacional de Sánchez, es que tras su reconocimiento, personalísimo y unilateral, de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, nuestras exportaciones a Argelia han caído de modo alarmante, produciendo una pérdida de más de 2.700 millones de euros durante el año 2022, y alterando de modo esencial nuestra balanza de pagos con el Magreb, sin que se hayan producido beneficios evidentes en nuestras relaciones con Marruecos.
Incluso la reducción del caudal del trasvase Tajo/Segura perjudicará gravemente a la producción y exportación de frutas y verduras, premiando a la producción marroquí, que ya está inundando nuestro mercado y los mercados europeos.
Sin embargo, y salvo honrosas excepciones, los medios de comunicación son seguidistas de la euforia gubernamental, no se hacen eco de todas estas cuestiones, afirmando —con una manipulación falseadora de la realidad— que nuestra economía se encuentra entre las que tienen un mejor comportamiento dentro de la UE.
Y mientras tanto los españoles siguen recortando, por incapacidad económica, sus cestas de la compra, los bancos siguen amenazados por sus beneficios, y se plantean reducir el número de hipotecas a conceder si se decretan medidas para su abaratamiento y el resto de los empresarios ni tan siquiera son atendidos en sus reclamaciones, cuyo objeto es dar aire a una economía catatónica.
Y podríamos continuar desgranando los detalles nefastos de la gestión económica y social del gobierno socialcomunista de Sánchez, pero me limito a hacer una última reflexión:
¿Quién puede confiar en el gobierno del último de la clase, que es incapaz de adoptar medidas que permitan una economía al menos razonable, que protege a la infancia con la Ley del aborto, a las mujeres con la liberación de delincuentes sexuales con la Ley del “Si es Si”, a los animales domésticos con su castración por imperativo de la Ley de bienestar animal y a los mayores con la Ley de Eutanasia?
Yo desde luego NO
Y para “El peor de la clase” solo es posible colgar un video de “El Peor Cantante De La Historia” Auronplay
© 2023 Jesús Fernández-Miranda y Lozana
No hay comentarios:
Publicar un comentario