Uno de los más graves
problemas que se presentan a los espíritus libres, cultivados o no, en la
Sociedad contemporánea, es la sumisión permanente, que respecto a ellos se
pretende, desde las corrientes de pensamiento mayoritarias de la propia
Sociedad.
Pero el problema se agrava,
más si cabe, en el momento en que esas corrientes de pensamiento mayoritarias
nacen, generalmente, de la intoxicación de las mentes menos preparadas, por
parte de los mass media y del mundo,
sin leyes ni fronteras, que son las redes virtuales, Internet. Cuando no de los
intereses de grupos sociales de conformación de opinión pública, que actúan
exclusivamente en defensa de sus intereses corporativos, ya sean partidos
políticos, sindicatos, asociaciones, fundaciones, lobbies, etc…
Nace así, de esa
manipulación, el “pensamiento políticamente correcto” la “verdad
incontestable”, que se impone como LEY pese a su origen generalmente VULGAR,
término que quiero utilizar, en su acepción etimológicamente más pura, como lo perteneciente
o relativo al “vulgo” o sea al común de la gente.
Donald Trump, respecto del
cual puede tenerse una opinión negativa o positiva, lo mismo me da, ha sido uno
de los primeros líderes mundiales que se ha atrevido a poner el dedo en la
llaga, acusando a lo que él llama el “establishment” demócrata, de hondas
raíces socialdemócratas, de ser el paradigma de ese proceso de manipulación y
de creación de aquella “verdad correcta” sobre la base de la falsedad el
infundio y la manipulación.
Y claro, en cuanto que ataca
el poder establecido durante decenios en beneficio de aquellos a quienes
critica, el partido demócrata (socialdemócrata) y los medios de comunicación, y
centra su foco de atención en la mayoría silenciosa de los ciudadanos, que se
han visto perjudicados por la tendencia de la “verdad correcta” a centrarse en
la defensa de las minorías y los marginados, con olvido de sus intereses, aquel
poder establecido cruje, se rebela y contraataca, pero lo hace tan burdamente,
que su efecto bumerang les perjudica más.
Al final la corrección
política llega a imponer su “verdad incontestable” por el simple procedimiento
de repetir tantas veces una mentira que la gente acaba considerando que es la
verdad.
Y cualquiera que discrepe de
esa “verdad incontestable” es inmediatamente calificado, socialmente, de
reaccionario, insolidario o totalitario. En el “argot” de la corrección “un
facha”.
Esta idea de que el
pensamiento vulgar se ha hecho Ley, lo expresa admirablemente Armando Pego
Puigbó, en un artículo entrevista elaborado por Daniel Capó Laisfeldt, recientemente publicado en el número 160 (Enero 2017)
de “Nueva Revista”
En sus "Escritos Corsarios" Pasolini lo
anticipó con una gran valentía y lucidez.
Es una pretensión tiránica intentar relegar al
ámbito privado la disconformidad de los ciudadanos ─con la verdad incontestable─
por razones morales y/o religiosas, obligándoles a un asentimiento público por
acción u omisión.
Y lo es sobre todo en una época cuya ideología
dominante está tejiendo un entramado legal que intenta imponer la
"transparencia" -como cumplimiento del ideal ilustrado?- hasta en la
intimidad del hogar, que se quiere identificar, de manera gnóstica. como un
ámbito de oscuridad y de freno al progreso.
En cualquier caso, lo más
interesante que está ocurriendo, concretamente en Europa, tanto en los partidos
que se definen como conservadores, pero que en realidad se pliegan con dulzura
a los postulados socialdemócratas, como en los partidos de la izquierda
moderada, también socialdemócratas, y naturalmente en los medios de
comunicación que están al servicio de aquellos y en las comunidades y círculos
adoctrinadores de la red, es que la discrepancia con lo que podríamos llamar “EL CREDO DE LOS PODERES ESTABLECIDOS”, que en la mayor parte de los casos se centra en la
crítica a las políticas migratorias, las políticas LGTBI, y las políticas
financieras de los Gobiernos de la mayoría de los países de la CE, se tacha,
automáticamente y con ánimo de descalificación, de POPULISMO, ISLAMOFOBIA, HOMOFOBIA o NEOLIBERALISMO.
Sin embargo, lo que está
ocurriendo es que los ciudadanos europeos están siendo muy críticos con esas
políticas, por razones muy respetables, que van, desde la oposición a la
colonización cultural islámica, con peligro para los fundamentos cristianos de
la Sociedad Europea Occidental, a la exigencia de recuperar la seguridad
pública que se ha perdido, o la exigencia de que sea respetado el derecho de
los padres a elegir la educación moral de los hijos, sin que se les imponga la
ideología de género, por presión de los lobbies Gay.
Y todo este movimiento no
responde a consignas de signo “POPULISTA”, sino al deseo de conservar nuestras
sociedades, libres y democráticas, frente al acoso al que la “mayoría silenciosa”
de los ciudadanos está siendo sometido, por los poderes establecidos con su
foco puesto, no en la defensa de los intereses de esa mayoría, si no en defensa
de las minorías étnicas, religiosas o de índole sexual.
A partir de este momento
declaro que acepto “pulpo” como animal de compañía y que la caterva de los
“correctos” me llamen “facha”, porque, desde la discrepancia ejercida
consciente y libremente, ni lo uno ni lo otro.
Copyrigth © 2017 Jesús Fernandez-Miranda