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martes, 15 de enero de 2013

¡QUE PERFECCION EL MUNDO, DON LUIS, Y QUE DISTANTE!


martes 8 de mayo de 2007

 

¡Qué perfección el mundo, don Luis, y qué distante!
Don Luis de Góngora y Argote
11 de julio de 1561
23 de mayo de 1627
Publicado por Julieta Pinasco (Blog Acuática)

Anónimo dijo...
Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisferio
zona divide en término italiano;

este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;

el minoculo sí, mas ciego vulto;
el resquicio barbado de melenas;
esta cima del vicio y del insulto;

éste, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas

Quevedo

Julieta Pinasco dijo...

Tantos años de polémicas gastadas: conceptistas y culteranos; gongoristas y quevedistas...¡Qué campo más extenso es, por suerte, la literatura! Recibo, con pena, su comentario, don Francisco.
Anónimo dijo...

Admirada acuática:
Solo en mi ánimo troncar deseo
las infulas de Gongora escribano
que desde la pluma y con su mano
a Quevedo quisiera ver desecho.

Ni soy conceptista ni culterano
pero me guio, acaso por que lo leo,
que de don Luis valorado como cero
don Francisco pagaba así su daño.

Acaso sea penoso el comentario
pero menos que el dañar rastrero
que don Luis profiriese con escarnio

Y ante tu recordatorio cual primero
a "Gongorilla" afrento sin encambio
prefiriendo de poeta a mi Quevedo.

Permítame pues la licencia de disfrutar incluso con viejas rencillas en ese océano inmenso del mundo literario.
Julieta Pinasco dijo...

Las grandes almas que la muerte ausenta
de injurias de los años, vengadora,
libra, ¡oh gran Iosef!, docta la emprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta
que en la lección y estudios nos mejora.

Maravíllome de vuestra facilidad en componer sonetos y, aclaro, por si fuera necesario, que mi amor gongorino lo disfruto "en soledad confusa". Quevedo es grande y valga como muestra deleitosa aquélla que decía:
En crespa tempestad del oro undoso
nada golfos de luz ardiente y pura
mi corazón, sediento de hermosura,
si el cabello deslazas generoso.

Quede usted el placer de don Francisco, que yo me refugio en ese mundo perfecto y lejano que supo regalarme el otro (aunque a veces realizo mis viajes por los profundos territorios quevedianos.) Batallas como éstas ennoblecen dado que "sin romper muros, introduce fuego".
Jesús Fernandez-Miranda (Exanónimo) dijo...

Siempre me ha divertido buscar continuación a las creaciones de unos autores en las de otros.
Y ya que discrepamos en los amores hacia Góngora o Quevedo, podríamos hacer este ejercicio:

Si me hubieran los miedos sucedido
como me sucedieron los deseos,
los que son llantos hoy fueran trofeos:
¡¡¡mirad el ciego error en que he vivido!!!

Asi, tal vez, la estrofa quevediana pudiera ser pronunciada por un arrepentido Polifemo tras descargar su furia sobre Acis. Mientras Galatea sufre entre el amor imposible del torpe Polifemo y el que ella profesa por el bello Acis venablo de Cupido, gloria del mar, honor de su ribera.
Como verá usted tampoco desprecio a don Luis aunque prefiera a Quevedo.

Tal vez mi amor por el manchego venga del reto que en mi infancia me impusiera mi padre, cuya pérdida rememoré entristecido al leer su “El muerto era mi padre”, de recitar correctamente el soneto “Amor más allá de la muerte”, que hoy, ya de memoria, me complazco en pensar que leo con entonación y sentido casi quevediano.
Gracias en cualquier caso por este delicioso dialogo literario. La verdad es que hacía tiempo que no disfrutaba de esta manera.

Julieta Pinasco dijo...

Hace unos años, al transitar las aulas de la Facultad de Filosoía y Letras, había aprendido de memoria aquella estrofa de la Fábula que narra la entrada de Acis y "sus ojos dio, sus labios cuanto pudo/ al sonoro cristal, al cristal mudo" y conocí y disfruté como pocas veces de ese mundo terrible y triste en su lejana perfección de Góngora. Años más tarde, viajando con mi hijo por Europa, descubrí, en la Catedral de Córdoba, los restos del poeta a las orillas de ese río de "arenas nobles ya que no doradas". Los padres siempre enseñan aquello que creen que nos hace mejores personas y recitar con entonación quevediana es un don precioso. A mis alumnos les recito ese mismo soneto, pero, aunque mi abuela era andaluza, mi voz está teñida de los matices rioplatenses y se desvirtúa. Sin embargo y a contramano de todo lo que podría suponerse, los chicos se entusiasman. Y, obviamente, es con Quevedo. Para ellos hay algo contemporáneo en aquello de "mañana no ha llegado".

lunes, 14 de enero de 2013

ACASO A QUEVEDO… UN HOMENAJE

 
 
No sé si tu,
no te conozco,
serás la postrera sombra
que me llevare el blanco día,
más allá de la muerte
de amores recordados.

Sólo sé que tu,
sencillamente,
preconizas lugares desolados
donde estaremos todos acogidos.

Percibo, de tu aliento,
los despojos
de lo que fueran, un día, almas serenas.

Y es mi anhelo ser polvo añorado
El día en que desates los olvidos.

domingo, 13 de enero de 2013

MUERTE COTIDIANA

                                Cementerio de Milan

Para vivir un año es ne­ce­sa­rio
mo­rir­se mu­chas veces mucho.
 Ángel González

Lo cierto es que la vida son muchas pequeñas muertes cotidianas. Mueren los sentimientos, las ilusiones, las decepciones, las alegrías, las desgracias…
Van muriendo nuestros recuerdos, nuestras sensaciones nuestros amigos y parientes, nuestras ambiciones…
Hasta el máximo placer es llamado “la petite mort” por nuestros vecinos franceses, como si experimentarlo matase parte de nuestro ser.
Solo falta que muramos nosotros mismos para alcanzar la plenitud de esa muerte que vivimos cada instante.
Ya lo decía Albiac en su artículo del pasado 17 de diciembre en ABC:
 
 "…. el fin del mundo no sucede un día, a una hora, en un instante; el fin del mundo es cada instante en el cual el mundo existe, porque jamás podremos remontar el flujo heraclíteo del tiempo, y ese mundo que fue se extingue en el acto mismo de nombrarlo. Y con él, nosotros.”
 
 En cualquier caso, nuestra muerte será el fin del mundo, al menos de nuestro Mundo. Continuará este, más será otro, pues nosotros ya no estaremos en él.

 


 

viernes, 11 de enero de 2013

ESCRITURA Y POEMAS

 El Caminante sobre el mar de niebla, de Friedrich

La poesía fue el género literario al que primero dediqué mi tiempo, consciente y placenteramente y al margen de las obligadas lecturas o escrituras escolares y académicas.

 Eran tiempos de transición adolescente, pero ahora, cuando releo alguno de mis poemas juveniles, reconozco que tenían un punto de frescura que, en alguna medida, he perdido…

La tristeza tiene nombre de mujer…
y el olvido, de viento.

Ó

Y cada día me abrocho mi piel
más apretada.
Pues se me escapa el Yo en cada
pisada
que camino por buscar Tu mundo.

Posiblemente el género haya sido cultivado por la mayoría de las personas de mi generación, al menos de los que teníamos, aunque fuera levemente, una breve inquietud cultural o un amor

no correspondido, pues lo que entonces estaba de moda era curar la melancolía leyendo poemas de Neruda.

“Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

O de Miguel Hernández

“Umbrío por la pena, casi bruno,
Porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre mas apenado que ninguno.”

La poesía es un género literario que implica una complicidad emocional entre el lector y el autor. No puede leerse desapasionadamente. Carecería de sentido. Y el apasionamiento en la lectura encuentra su máxima expresión en la adolescencia.

Por otra parte, tampoco puede escribirse si no es desde una actitud emocional muy determinada, de júbilo o de tristeza absolutos.

El poeta es, por definición, ciclotímico. No es capaz de escribir sus poemas en situación de equilibrio emocional, sino embargado por la tristeza o henchido de alegría. Extasiado o apesadumbrado.

“Érase un hombre a una nariz pegado
Érase una nariz superlativa
Érase una nariz sayón y escriba
Érase un peje espada muy barbado”

Se nos podría decir que el cuarteto en cuestión, primero de un soneto satírico de Quevedo, no es muestra de tristeza o alegría superlativas, pero en el fondo no se nos escapa que la crítica satírica solo es posible en un estado peculiar de euforia del autor.

Me encantaría volver a escribir poesía, pero no sé si los mimbres de mi cordura me permitirían llegar a tanto.

En ese empeño habría de volver, seguro, a mis folios y mis plumas, ya que la sensibilidad precisa para escribir poesía no creo que sea fácil transmitirla al papel a través de las teclas del ordenador.

No caeré en la tentación del experimento.

Posiblemente el culpable de mi amor a la poesía sea mi padre, que me hacía leer, en voz alta, y como práctica de lectura y de oratoria, un dificilísimo soneto de Quevedo que le encantaba, y

que hoy, a fuerza de ejercicio, me sé de memoria y creo que he conseguido, al fin, entonar correctamente. Es uno de los sonetos más conocidos de Quevedo, titulado “Amor constante más allá de la muerte”, que dice:

“Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra, que me llevare el blanco día
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

Más no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria en donde ardía;
Nadar sabe mi llama la agua fría
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido.

Su cuerpo dejarán, no su cuidado;
Serán ceniza, más tendrán sentido;
Polvo serán, más polvo enamorado”.

En cualquier caso he continuado cultivando mi afición por el arte de Calíope, Erato y Polimnia(1) en los distintos momentos en que he necesitado refugiarme en mi mismo para combatir, o para disfrutar, mis episodios esporádicos de melancolía.

La melancolía es esa situación de genio destemplado y tristeza recurrente, vaga, profunda y sosegada, en que el individuo que la padece no encuentra gusto ni diversión en nada(2), y aparece muy frecuentemente de los espíritus atormentados por la duda, la reflexión o el proceso creativo.

Víctor Hugo consideraba que la melancolía era “la dicha de estar triste”, pues la consideraba una placentera sensación de tristeza.

Estoy de acuerdo con el atrabiliario francés siempre que la melancolía no llegue a ser patológica, pues en tal caso deja de ser una situación anímica placentera de espíritus cultivados, para convertirse en una verdadera alteración psicótico depresiva, y la frontera entre ambos márgenes está, en ocasiones, como casi siempre en la emociones anidadas en la mente humana, muy difuminada.

Hace algún tiempo, en el telediario nocturno de

Telemadrid entonces dirigido por Germán Yanke, y hoy hurtado a su audiencia por la estulticia de los sindicatos, la escritora Angela Vallvey, comentó que: “Para ser poeta no hace falta escribir poemas, si no tener una especial sensibilidad para aproximarse a los acontecimientos que nos rodean y expresarlos desde la emoción interior que nos produzcan.”

Quedo con ello muy reconfortado pues, aunque me empeñe en no componer nuevos poemas, pienso que no he abandonado mi alma, mi sensibilidad, mi espíritu, mi vocación de Poeta...

O al menos, eso quiero creerme...

1 Musas de la poesía épica, lírica y sacra, respectivamente

2Diccionario de la RAE

 

 

jueves, 10 de enero de 2013

DESMEMORIA HISTÓRICA: EL ORO QUE NO FUE A MOSCÚ

                                       El yate “Vita” en la época en que era el yate real Giralda
 
En 2007 escribí este post.
 
Según las investigaciones llevadas a cabo por el catedrático Angel Viñas, basadas en gran medida en la documentación propia del Banco de España, las reservas españolas habían sido registradas por las estadísticas internacionales en mayo de 1936 como las cuartas más grandes del mundo, tal y como afirman las “Estadísticas del Banco de Pagos Internacionales de Basilea, “Sixième rapport annuel” del 11/5/1936”.
En cuanto al valor de tales reservas, según el mismo Ángel Viñas, la cifra podría alcanzar entre 715 y 720 millones de dólares que actualizados a 2005 supondría unos 10.000 millones de dólares, ---es decir unos 7.300 millones de euros o un billón doscientos mil millones de las antiguas pesetas--- cuando las reservas españolas en septiembre de 2005 eran de 7.509 millones de dólares.
El día 25 de octubre de 1936 las reservas españolas mencionadas fueron cargadas en los buques soviéticos Kine, Kursk, Neva y Volgoles, con destino a Odessa; Alexander Orlov delegado de la NKVD (policía secreta soviética) fue el encargado de firmar el recibo de entrega, en el que se reseñó la cantidad de 7.800 cajas, pese a que Francisco Méndez Aspe entonces Director General del Tesoro, había reseñado 7.900 ---lo que permite pensar que
con ocasión del embarque alguien sustrajo 100 cajas de las que contenían aquel tesoro, con un valor desconocido, que nunca fueron enviadas a Rusia---
Es sobradamente conocido que el destino de las reservas depositadas en la URSS fue el pago del material militar comprado por el Gobierno de la Republica, aunque gran parte de los historiadores que han estudiado este asunto afirman que las facturas soviéticas se vieron hinchadas en
porcentajes superiores en ocasiones al 50% del coste real de los materiales o servicios cobrados por el tan burdo procedimiento de manipular los cambios de divisas, de rublos a dólares y de dólares a pesetas.
Pero con ser grave el derroche, dispendio y descontrol sobre el uso de las reservas de oro nacionales, mucho más grave fue el despojo y apropiación por parte de los responsables republicanos, de inmensos tesoros en dinero, joyas y obras de arte de la Iglesia y de particulares cuyo
destino, en gran parte, es desconocido.
Según se desprende de la “Causa General” durante abril de 1938, el titulado Comandante de Carabineros Ciriaco López, con policías y soldados armados, se presentó en los establecimientos de la Banca privada de Madrid, exhibiendo orden del Ministro de Hacienda —ya lo era Francisco Méndez Aspe— para apoderarse del contenido de todas las
cajas y depósitos existentes en aquella fecha en numerosas, por no decir en la totalidad, de los establecimientos bancarios madrileños. La orden, fechada en 23 de marzo de 1938, estaba concebida en los siguientes términos:
"Con el fin de salvaguardar los intereses de los titulares de cajas y depósitos de toda la Banca acreditada en territorio leal al Gobierno de la República, procede que unos y otros PASEN INMEDIATAMENTE AL ESTADO para que el Ministerio de Economía adopte las PRECAUCIONES INDISPENSABLES QUE GARANTICEN EN TODO MOMENTO LA INTEGRIDAD DEL CONTENIDO DE DICHAS CAJAS Y DEPÓSITOS, disponiendo que en el plazo de cuarenta y ocho horas se proceda a entregar al Ministerio de Hacienda y Economía, a través de los Delegados especiales que se designarán, las cajas y depósitos de la pertenencia de ciudadanos españoles.”
Parte de esas riquezas procedentes de las incautaciones y expolios a particulares, se enviaron nuevamente a la unión Soviética.
Sin embargo otra gran parte fue trasportada en el yate “Vita” hasta Veracruz (Méjico) el 28 de marzo de 1939.
Según las investigaciones de Javier Rubio, basadas e las declaraciones del Director de la Caja de Reparaciones del Ministerio de Hacienda el socialista Amaro del Rosal1, el yate “Vita”, que había sido el yate de recreo “Giralda” de Alfonso XIII, descargó en Méjico un cargamento valorado, en las estimaciones más modestas, en 50 millones de dólares de entonces, lo que actualizado a nuestros días superaría los mil millones de euros.
En dicho cargamento, según el propio del Rosal se encontraban objetos históricos de la catedral de Tortosa, como el Tesoro Mayor y Relicario Mayor de Sta. Cinta; Ropas y objetos procedentes de la catedral de Toledo, entre ellos el famoso manto de las 80.000 perlas; numerosas monedas de valor numismático, con ejemplares únicos de valor histórico; objetos de culto de la Capilla Real de Madrid, entre ellos, el joyero y el Clavo de Cristo; sin perjuicio de gran cantidad de oro amonedado y divisas.
El “Vita” fue fletado por Negrín, pero a su llegada a Méjico y con la complicidad del Presidente Mejicano Lázaro Cárdenas, paso al control de Indalecio Prieto a través de la entidad JARE (Junta de Ayuda a Refugiados Españoles) por él controlada.
Nunca se ha llegado a conocer el destino de esa ingente cantidad de dinero ni quienes fueron sus beneficiarios, lo único cierto es que la mayoría de los exiliados republicanos españoles, tanto en Francia como en Méjico, sufrieron penalidades inmensas sin recibir apoyo alguno de las instituciones de la República en el exilio, mientras que los ex altos cargos republicanos, todos ellos de izquierdas, vivieron exilios dorados muy posiblemente a costa, entre otras, de aquellas ingentes cantidades de dinero expoliadas a particulares y sacadas de España en el “Vita”.
 
Me alegra ver como Pio Moa, el prestigioso historiador, acaba de recuperar en su blog esta desconocida historia, naturalmente con mayor rigor, datos y documentación que este aficionado. Tiempo es de que se pongan todas y cada una de las cosas en su sitio
 
1 El Oro del Banco de España y la Historia del Vita,
Amaro del Rosal
Editor: Grijalbo, México 1976
 

domingo, 6 de enero de 2013

UN HOMBRE DE FAMILIA




 
Don Juan Y Doña María Con sus hijos Alfonso, Juan carlos,Margarita y Pilar
 
 
 Don Juan Carlos Con el Pricipe Felipe y la Infanta Leonor.
 
 
EL 5 DE ENERO DE 1938, HACE 75 AÑOS, NACÍA EN ROMA EL INFANTE DON JUAN CARLOS, PRIMER HIJO VARÓN DE DON JUAN DE BORBON Y A LA POSTRE REY DE ESPAÑA.
 
El Rey Don Juan Carlos cumplió ayer, 5 de enero, 75 años de edad. Nació en 1938, en pleno exilio romano de la Familia Real española, en los terribles años de nuestra Guerra Civil. Tal vez esta circunstancia marcó al Infante desde niño, reforzando sus sentimientos de amor a la patria y a los suyos.

Don Juan Carlos ha sido, siempre, un hombre amante de la familia, institución que, como cualquiera, ha vivido entre momentos de gran tristeza y de gran alegría.

Casado en 1962 con la Princesa Sofía de Grecia, es padre de tres hijos: S. A. R. don Felipe, Príncipe de Asturias y SS. AA. RR. las Infantas Doña Elena y Doña Cristina. Finalmente, es abuelo de ocho nietos y nietas.

Mucho se ha hablado, últimamente, de los problemas familiares del Rey, primero con el divorcio de los Duques de Lugo, y más recientemente con las imputaciones dirigidas contra su yerno, el Duque de Palma de Mallorca, Iñaki Urdangarín.
Sin embargo, en todas estas circunstancias el Rey ha sabido cuidar su papel de Monarca y de cabeza de familia, adoptando una prudente distancia respecto a los acontecimientos y centrándose en reforzar el concepto de legitimidad dinástica que encarnan su hijo el Príncipe de Asturias y su primogénita la Infanta doña Leonor.
Para quienes tenemos conciencia de la historia reciente de España y vivimos como espectadores privilegiados la normal vuelta a la democracia en los años 70 del siglo XX, es un privilegio seguir contando con nuestro Rey y con su descendencia garantizada.
 
Publicado en el nº 3 del 6 de enero de 2013 del Suplemento Dominical de LA GACETA "ESTILO G by hsm"

 
 

sábado, 5 de enero de 2013

TORCUATO FERNANDEZ-MIRANDA

Artículo publicado en la sección "SALA VIP" del diario LA GACETA en su edición del 5 de enero de 2013

Es muy posible que nunca se hayan comprendido a fondo las claves de la  actuación política de Fernandez-Miranda durante la Transición. Posiblemente porque la mayoría de los españoles se encontraban muy alejados de los entresijos del poder y de los juegos de malabares que supuso la Transición para todos sus autores, desde El Rey hasta el último de los Procuradores en  Cortes franquistas, que se hicieron el harakiri político con la aprobación de la Ley para la Reforma Política.
Se pueden hacer toda clase de futuribles en cuanto a cual sería nuestra actual situación con tan solo mover una de las muchas piezas que concurrieron en ese proceso que conocemos como LA TRANSICION, pero lo que sí  puedo asegurarles es que dentro de ese rompecabezas no estaba, lo que algunos han  denominado “la deriva política” de Torcuato Fernandez-Miranda, deriva imputable a otros, pero no a él.
Fernandez-Miranda mantuvo una posición ideológica y política nítida a lo largo de todo el proceso, en la búsqueda de una nueva situación de libertad para  España en la que El Rey fuera “Rey de todos los españoles”, al tiempo que luchó por conseguir una Monarquía moderna, pero no desposeída de los mínimos poderes habituales en las Jefaturas de Estado, coronadas o no, de nuestro entorno.
Es, esa  falta de facultades políticas en la Corona, la que, tal vez, haya contribuido a la paulatina desafección de algunos ciudadanos hacia el Rey, al que consideran inoperante, inactividad que no es consecuencia de su voluntad o de su dejadez, sino que le viene impuesta por la Constitución, que le impide actuar en momentos en que la ciudadanía lo espera o lo desea.
Fernandez-Miranda no sólo se opuso a esta formulación debilitada de la Jefatura del Estado, sino que tampoco se avino a transigir en relación con el Título VIII de nuestra Constitución, que transgrede el principio fundamental del concepto de Nación, transgresión que, en la previsión de Fernandez-Miranda, abriría abismos a un desastre futuro, advertido por él con clarividencia y dramáticamente concretado en nuestra realidad actual.
Pero la UCD no tuvo esa visión de futuro, a costa de ignorar la deriva que el tiempo, inexorablemente, imprime a las realidades políticas, con olvido de la máxima de Maquiavelo de que “Cualquier solución política debe resolver un problema sin crear otros mayores
Con ocasión del proceso constituyente y en su calidad de Senador por designación Real, integrado en el grupo parlamentario de UCD, aunque no en el partido, Fernandez-Miranda presentó varias enmiendas tratando de corregir aquellos errores de bulto del proyecto de Carta Magna, y la respuesta que recibió de la UCD fue un tajante  De parte de Suarez que o te callas o te vas”. La reacción de Fernandez-Miranda, fue abandonar el Grupo de la UCD e incorporarse al Grupo Mixto del Senado. Retirándose finalmente de la política activa, discretamente, tras la convocatoria de las elecciones generales de 1977, pues sólo entendía la Política como Servicio a sus conciudadanos y no como actividad para hacer fortuna o mantener una posición de prestigio personal.
La consecuencia de todos estos acontecimientos fue que la estrategia inicialmente definida por El Rey con la asistencia de Fernandez-Miranda, se desnaturalizara con decisiones políticas que condujeron, desde la cesión permanente, a la debilidad de una Constitución basada en pactos ocultos al ciudadano, urdidos entre las fuerzas políticas en aras, no del bienestar General, sino del futuro inmediato de los propios políticos, lo que llevó, primero al fracaso de la UCD, por el enconamiento personalista de sus distintos líderes, y en nuestros días a la quiebra del “Estado de las Autonomías” que tanto han contribuido a la crisis económica e institucional que nos atenaza.
En cualquier caso Fernandez-Miranda no murió en Londres de tristeza, sino de una implacable crisis cardíaca y El Rey no “tuvo” que ocuparse del traslado de su cadáver a España, si no que, desde el cariño, ofreció el trato de Autoridad a los restos del Duque de Fernandez-Miranda, que había sido su preceptor y su “hermano en el Toisón de Oro”, oficiando en su memoria un funeral en la capilla del Palacio Real, a la que, en el último minuto, excusó su asistencia el Sr. Suarez.
Aunque un análisis riguroso de la Historia no admite, más que retóricamente, otras piruetas diferentes a su estudio e investigación, el juego de hacer reflexiones sobre la fórmula de “que es lo que hubiera pasado si…” tan de moda hoy en día, puede ser apasionante
¿Y si abriéramos un debate acerca de cuál sería nuestra situación actual y la de nuestra Monarquía, si Torcuato Fernandez-Miranda hubiese aceptado el ofrecimiento del Rey de ser el Presidente del Gobierno de la Transición, en vez de elegir el más estratégico y menos brillante papel de Presidente de las Cortes? Me atrevería a asegurar que, entre otras cosas, no existiría el Título VIII de nuestra Constitución en su vigente redacción.