Vuelve el otoño, y llega cargado de sinsentidos y
disparates; con nuestra sociedad cada día más desarraigada y perdida; con una
paliza de 50 de “esos muchachos” -que decía Arzallus- a dos guardias civiles y
sus acompañantes, en Alsasua; con una niña de 12 años brutalmente agredida por
una pandilla de inmigrantes musulmanes -hecho al que las autoridades quitan
hierro-.
Vuelve el otoño y vuelve Iceta, inquieto y dolorido por
la resaca de aquellos bailes en los que se embriagaba de federalismo
asimétrico; vuelve Correa destapando a todos sus cómplices en la corrupción, en
un intento de obtener el perdón al arrepentido, olvidando que Roma nunca paga a
traidores, pero sabiendo que los traicionados difícilmente volverán a la escena
política y, por ello, gana más que pierde acusando al Lazarillo -dos a dos-;
vuelven los homenajes independentistas a Companys, ese golpista y asesino, que
los separatistas presentan como ejemplo ─Dios
Mío!!!─ de catalanidad.
¿Y con estas, y otras muchas más desventuras, como carajo
quieren ustedes que no me asalte la melancolía? Sobre todo cuando “la berrea”
se ha contagiado, en lo ruidoso, de los venados a los políticos.
Según nos dice Herman Hesse en “El lobo estepario”, en el
pecho del hombre anida una miríada de distintas personalidades, fruto de
nuestras propias experiencias, que aleatoriamente se manifiestan, según las
circunstancias, dando esencia al complejo ser del arma inabarcable.
Pues bien, en este momento de todas esas criaturas, mi
alma se encuentra dominada por un venado, ese Rey de los bosques,
majestuosamente coronado, a la vez curioso y asustadizo, que huye en cuanto ve
algo anormal en su mundo, al no querer saber nada de la basura que todo lo
domina.
Hace un par de noches comencé a pergeñar este post, pero
me dio pereza levantarme de la cama para escribirlo y en gran parte se me ha
olvidado, aunque sé que permanece en mi interior como los versos de Harry
Haller, y que del mismo modo que a él, imagino que sus retazos permanecen
escondidos en mi interior como una nuez
dentro de una cáscara rugosa y vieja.
Trataré, a fuerza de constancia, sacarlos a la luz y
disfrutarlos.
Son muchos los acontecimientos ocurridos en este otoño
como para centrarse solamente en uno de ellos, pero como sería imposible
abarcar todos los dislates que ocurren en nuestra sufriente Patria, voy a
céntrame solamente en uno de ellos, amplio y complejo, que no es sino espejo de
lo que ocurre, todo, en nuestra enferma sociedad, y que no es sino el
comportamiento de ese Jefe supremo de la manada podemita, Pablo Iglesias.
Y la primera reflexión que me asalta es la de su
parecido, tal vez intencionado, con las actitudes de aquel malhadado
Social/Comunista que fuera Largo Caballero, instigador del intento de Golpe de
Estado de 1934, antidemócrata, frentepopulista declarado y defensor de la
dictadura del proletariado marxista.
Son proverbiales sus declaraciones en un miting en Linares el
20 de enero de 1936, durante la campaña de las elecciones de febrero del mismo
año en las que la izquierda protagonizó un verdadero golpe de Estado con el
pucherazo de que dio el poder, ilegalmente, pero de facto, al Frente Popular:
“Quiero decirles …que si triunfan las derechas nuestra labor habrá
de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero
tendremos que ir a la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos
las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos”
Para reiterar poco después sus soflamas:
“... la clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida
de que la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el
poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la Revolución”.
Pues miren ustedes por donde, nuestro ínclito Pablo Iglesias
acaba de decir públicamente:
“Si se produce la investidura de mariano Rajoy como Presidente del
Gobierno, convocaremos una Huelga General y nos apoderaremos de la calle. La
política no se hace solo en el Parlamento, sino también en la Calle”
Vamos, que Podemos vuelve a transitar iguales
bravuconadas y alardes de sentimiento antidemocrático propios de la izquierda
radical comunista. Y la primera de las convocatorias, que Podemos niega haber
hecho, pero que es evidente que es suya, es la de rodear ─“sitiar”─ el Congreso
de los Diputados el día en que se celebre la Sesión de investidura de Mariano
Rajoy, si esta llega a producirse por la abstención del PSOE, con vulneración
de la Ley, pues no olvidemos que el art. 494 del Código penal dice que:
“Incurrirán en la
pena de prisión de seis meses a un año o multa de doce a veinticuatro meses los
que promuevan, dirijan o presidan manifestaciones u otra clase de reuniones
ante las sedes del Congreso de los Diputados, del Senado o de una Asamblea
Legislativa de Comunidad Autónoma, cuando estén reunidos, alterando su normal
funcionamiento.”
Lo malo es que en 1936 aquellos alardes condujeron a una
guerra Civil, cosa que veo harto improbable hoy en día, pero la toma de las
calles, la inseguridad, los actos de coacción de las libertades de los demás
(escraches) y el talante navajero tabernario y fasciocomunista nos amenazan de
nuevo.
Por otra parte, quiero comentar también, aprovechando que
la alcaldesa populista de Barcelona “La Colau” ha sacado de los almacenes
municipales una estatua ecuestre de franco, decapitada tal vez por el miedo de
las valientes hordas populistas a su fiera mirada, para su escarnio pueril,
después de 40 años de su muerte en su cama, para referirme a la presencia de
una estatua del fascicomunista Largo caballero, que tanto me recuerda a
“pablemos”, en las calles de Madrid.
En marzo de 2005 el Gobierno
Socialista presidido por el Sr. Rodríguez Zapatero decidió, en un acto más de
su campaña por la recuperación de la Memoria Histórica, retirar la estatua
ecuestre de Francisco Franco situada en los jardines de la plaza de San Juan de
la Cruz de Madrid, frente al Ministerio de la Vivienda.
A la vuelta de la esquina, en el
Paseo de la Castellana, y en el bulevar lateral situado delante del edificio de
los Nuevos Ministerios, se encuentra el monumento a Largo caballero cuya
fotografía reproducimos.
¿Fue acaso Largo caballero más
demócrata que Franco como para merecer que su estatua perdure en las calles de
Madrid después de haber sido retirada la de Franco?
Sinceramente, creo que no.
Si el argumento para la retirada del monumento del general
es que en nuestras calles no deben perdurar monumentos a “antidemócratas”, la
estatua de Largo Caballero debería seguir el mismo destino que la de Franco:
ser retirada de la calle y arrumbada en un almacén.
Y voy a explicar el porqué de esta mi reflexión heteróclita.
LARGO
CABALLERO RESPONSABLE DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1934
En el año 1934, tras largos y concienzudos preparativos,
Largo Caballero lideró en la sombra el golpe de Estado contra la legalidad de
la República. A tal efecto y desde el 3 de febrero de 1934 presidió el Comité
Nacional Revolucionario-
Por todo ello fue considerado como uno de los máximos
responsables de la revolución de Asturias de octubre de 1934. El balance del
tristemente famoso golpe de Estado socialista fue casi de 1.400 muertos en 26
provincias.
Fervoroso defensor
del marxismo y la dictadura del proletario, el golpe de Estado de Largo
Caballero y el PSOE, es considerado por muchos historiadores como el inicio de
la Guerra Civil de 1936-1939.
El 3 de diciembre de 1933, las elecciones fueron ganadas por
las derechas, siendo la consecuencia inmediata la nueva distribución de los
escaños del Congreso, ya que ahora los partidos de la derecha ocupaban 217, de
los cuales 115 pertenecían a la CEDA; 160 a los partidos de centro-derecha, y
96, a los de izquierdas. Por primera vez habían participado las mujeres,
mientras que los anarquistas se abstuvieron.
Ese mismo día Largo Caballero instaba a la Directiva del
Partido a concretar:
“un movimiento revolucionario a fin de impedir un régimen fascista”.
Así pues, el
alzamiento de 1934 no fue una consecuencia, como a veces se ha intentado hacer
creer, del abuso de la derecha en el Gobierno durante su mandato, ya que éste
aún no había tomado posesión y el golpe ya se estaba preparando.
LARGO
CABALLERO IMPULSOR DEL FRENTEPOPULISMO BOLCHEVIQUE TRAS LAS ELECCIONES DE 1936
Largo Caballero difícilmente podía ser más explícito sobre
las intenciones del PSOE de cara a las elecciones de 1936.
Ya hemos comentado
algunas las expresiones inequívocamente antidemocráticas del personaje. Pero
hay más:
El 10 de febrero de 1936, en el Cinema Europa, Largo
Caballero volvía a insistir en sus tesis:
“... la
transformación total del país no se puede hacer echando simplemente papeletas
en las urnas... estamos ya hartos de ensayos de democracia; que se implante en
el país nuestra democracia”.
Para afirmar finalmente:
“Yo
declaro... que, antes de la República, nuestra obligación es traer al
socialismo... Hablo de socialismo marxista... socialismo revolucionario...
somos socialistas pero socialistas marxistas revolucionarios... ¿Procedimiento?
¡¡El que podamos emplear!!»...
Y así fue, provocando el
levantamiento de los militares y la guerra civil con sus desmanes.
Tras las elecciones de 1936, según datos aportados por Cesar
Vidal en un artículo publicado en la Bitácora “Rabos de Pasa”, en las
elecciones los resultados fueron los siguientes:
9.716.705 votos emitido
4.430.322 fueron
para el Frente popular
4.511.031 para las derechas
682.825 para el centro91.641 emitidos
en blanco o resultaron destinados a candidatos sin significación política.
Sobre estas cifras resulta obvio que la mayoría de la
población española se alineaba en contra del Frente popular.
Sin embrago, y según relato del que fuera presidente de la
República, Alcalá Zamora, al diario Journal de Geneve, publicadas en 1937:
“A
pesar de los refuerzos sindicalistas, el "Frente Popular" obtenía
solamente un poco más, muy poco, de 200 actas, en un Parlamento de 473
diputados. Resultó la minoría más importante pero la mayoría absoluta se le
escapaba. Sin embargo, logró conquistarla consumiendo dos etapas a toda
velocidad, violando todos los escrúpulos de legalidad y de conciencia.
Primera
etapa: Desde el 17 de febrero, incluso desde la noche del 16, el "Frente
Popular", sin esperar el fin del recuento del escrutinio y la proclamación
de los resultados, lo que debería haber tenido lugar ante las Juntas
Provinciales del Censo en el jueves 20, desencadenó en la calle la ofensiva del
desorden, reclamó el Poder por medio de la violencia. Crisis: algunos
Gobernadores Civiles dimitieron. A instigación de dirigentes irresponsables, la
muchedumbre se apoderó de los documentos electorales: en muchas localidades los
resultados pudieron ser falsificados.
Segunda
etapa: Conquistada la mayoría de este modo, fue fácilmente hacerla aplastante.
Reforzada con una extraña alianza con los reaccionarios vascos, el "Frente
Popular" eligió la Comisión de validez de las actas parlamentarias, la que
procedió de una manera arbitraria. Se anularon todas las actas de ciertas
provincias donde la oposición resultó victoriosa; se proclamaron diputados a
candidatos amigos vencidos. Se expulsaron de las Cortes a varios diputados de
las minorías. No se trataba solamente de una ciega pasión sectaria; hacer en la
Cámara una convención, aplastar a la oposición y darle mayoría absoluta al
Frente Popular.”
En consecuencia, no podemos sino denunciar la
responsabilidad de los líderes del Socialismo español de los años 30 en el
desencadenamiento de la Guerra Civil, de la que, con toda desfachatez, culpan a
la derecha.
En atención a todo lo relatado,
que evidencia el talante antidemocrático y bolchevique de Largo Caballero, no
veo razón para que se mantenga su monumento en nuestras calles.
Su sola presencia hiere mi sensibilidad
democrática.
Pero como la conciencia y la memoria populares son obtusas,
manipuladas y adoctrinadas, tendré que aguantarme, y recordar lo que decía Marcelo
Pera:
“Se recuerdan continuamente los crímenes del
nazismo, del fascismo o del franquismo, y con mucha más facilidad se olvidan
los del comunismo. Y ello porque, en gran medida los autoproclamados “intelectuales de izquierda” siguen
pensando que la idea en que se inspiraba el comunismo era buena, pero que en la
práctica se realizó mal. La utopía sigue obrando dentro de la “cultura ─cultureta─ de izquierda”,
aunque lo cierto es que esa pervivencia no ha producido ninguna idea nueva.”
Ni ha sido capaz,
añadiría yo, de encontrar fórmulas para lograr alcanzar sus metas y superar sus
errores para llegar a la creación de su quimera del “hombre nuevo”, porque en
esencia es imposible encontrar soluciones para lo que son errores teóricos de
base ─insuperables─ del marxismo/comunismo, como he tratado de explicar en mi
blog PORQUE SOY ANTIMARXISTA, errores entre los que destaca,
esencialmente, el
desconocimiento por parte del el marxismo/comunismo, del misterio más hondo del
ser humano, el enigma y la realidad innegable de LA LIBERTAD que habita en
él y que hace imposible reducir al hombre a un mero conglomerado de determinantes
sociales y económicos; libertad que no admite ser sometida o limitada en aras
de una pretendida y falsa igualdad, pues al serlo queda destruida la esencia y
dignidad del ser humano.
Mientras tanto Pablo Iglesias, aventajado discípulo de los
antidemocráticos miembros del Frente Popular de los años 30 del siglo pasado,
manifiesta con ardor que “Ve con buenos ojos” la manifestación “Rodea el
Congreso”, si no convocada por él mismo si por sus círculos, como verá con
buenos ojos la reciente toma de la Asamblea Legislativa Venezolana por los
chavistas, la toma del Palacio de Invierno por los bolcheviques, el asalto al
cuartel de la montaña por las turbamultas anarquistas o comunistas, la quema de
iglesias o cualquier otro acto brutal y antidemocrático que a ustedes pueda ocurrírseles.
Mientras tanto recuperemos la paz espiritual, al
menos en privado, escuchando esta pieza musical
Hojas Muertas de Fausto papetti