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miércoles, 9 de octubre de 2024

HARTO DEL SANCHISMO

 


    Dado que estoy harto del Sanchismo y de la política wok ultraizquierdista, sobre todo después de colarle a los ingenuos del PP y VOX la reducción de penas a etarras, que incluye a Chapote, asesino de Miguel Ángel Blanco, he de manifestar:

“Que te vote Chapote

Y ahora que le excarcelas

Que te den por el cenote.”

 

Así que voy a centrar mi reflexión de hoy en meditaciones más filosóficas y personales.

Parafraseando a Chateaubriand, reconozco que me hubiera gustado mucho el servicio público o militar.

Sin embargo, mi espíritu de independencia me ha apartado de todo tipo de servicio, pues ha provocado, en mi espíritu, una casi imposibilidad de obedecer.

Os lo cuento porque se que siempre es grato observar a un individuo razonable en sus excentricidades, y a un sujeto
independiente y no engreído en sus caprichos.

En cualquier caso, y ya que sólo yo seré quien sufra mi propia muerte, dejadme vivir mi vida como yo quiera, sin imponerme formas de actuar o pensar, sometidas al aburrimiento de la falta de originalidad, sometidas a la manipulación y a la falta de respeto hacia mi yo individual, tal como pretende esa izquierda manipuladora, masificadora y falsamente igualitaria.

Entended que yo solamente soy yo cuando hago lo que deseo, lo que considero justo y adecuado, y no lo que consideren los demás, ni lo que desean los poderes que tratan de mimetizarme con la masa global de siervos en que han convertido a los ciudadanos.

No es el mundo, los otros, los poderosos, quienes definen quien y como eres; en realidad eres como decides enfrentarte a ellos y convertirte en lo que “TÚ” decides.

Y al tiempo, recordemos a los poderosos que, como afirmó Nietzsche, sólo hay un derecho humano básico: el derecho de hacer lo que a uno le plazca, y con ese derecho viene el único deber humano: cargar con las consecuencias, y por lo tanto, es intolerable la corrupción que la izquierda extrema en el poder pretende aplicar a las masas, consistente en llamar “Derechos” a sus anhelos personales, y “abusos” a los derechos de los demás.

En esa concepción de mi vida, única e irrepetible, llena de la dignidad de mi propio ser, es donde quiero vivir los últimos momentos de mi vida, tan solo obligado para con el Padre.

Y con este espíritu, espero llegar, al final, hasta las puertas del cielo.

Y pienso seguir haciéndolo entre mi música, mis libros y mis escritos, pues no quiero olvidarme de que dicen que la música es el lenguaje oculto del alma, mientras que los libros son como pájaros que se reúnen en bandadas y que anidan en las bibliotecas y que depositan toda su sabiduría entre sus plumas, que son sus páginas.

      Por lo demás, en lo que se refiere a mis escritos, he de reconocer que no me considero un escritor al uso, pues mi labor esencial es moldear mi existencia, mi "yo interior", mi
"ciudadela", al tiempo que intento facilitar ideas o argumentos a los demás para que puedan hacer lo mismo.

Los escritores como yo, tan sólo actúan como crisol donde se funden las palabras que tratan de permitir al lector discernir sobre la esencia y cualidades de su propio "yo", lo que, sin sus lecturas, quizá nunca hubiese conseguido.

      Aunque también he de cuidar el no caer en la advertencia de Voltaire, que nos decía que:

“El secreto de aburrir a la gente consiste en contarlo todo.”

        Y, como siempre, terminemos con una nueva pieza musical, hoy la Obertura de Thannhäuser, de Wagner, interpretada por la Orquesta Filarmónica de Berlín bajo la dirección de Herbert Von Karajan, una de las piezas musicales que más me gustan y que es capaz de transportarme a la soledad de mi castillo ayudándome a meditar,



©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA


lunes, 7 de octubre de 2024

FUEGOS FATUOS: LO POLÍTICAMENTE CORRECT

 


                          Hoy vamos a abordar las contradicciones en que se incurre al cambiar algunas palabras por otras políticamente correctas, citando algunos ejemplos grotescos.

      Lo políticamente correcto es un auténtico movimiento de ideas nacido en la universidad americana, de inspiración liberal y radical y, por lo tanto, de izquierdas, en pro del reconocimiento del multiculturalismo y para reducir algunos de los radicales vicios lingüísticos que establecían líneas de discriminación hacia las minorías. Por eso, se comenzó a decir “blaks” y, después, “afroamericanos”, en vez de “negros”, o “gay” en vez de los múltiples y conocidos apelativos despreciativos reservados a los homosexuales.

    Naturalmente, esta campaña en pro de la purificación del lenguaje produjo su propio fundamentalismo, hasta desembocar en los casos más vistosos y ridículos. Como el de algunas feministas que propusieron no decir más “history”, porque, por medio del prefijo “his”, se hacía pensar que la historia fue sólo “de él”, sino “herstory”, historia de ella, ignorando, obviamente, la etimología greco-latina del término, que no implica referencia de género alguna.

    Pero la tendencia de lo políticamente correcto asumió también aspectos neoconservadores o francamente reaccionarios. Si se decide llamar a las personas que van en silla de ruedas ya no minusválidos, sino discapacitados o “capaces de otra forma”, pero después no se les construye rampas de acceso a los lugares públicos, evidentemente, se obvia hipócritamente la palabra, pero no el problema.

    Y lo mismo vale para la sustitución del parado por “el que no hace nada a tiempo indefinido” o el de licenciado por “aquel que se encuentra en transición programada entre cambios de carrera”. ¿Por qué los banqueros, en cambio, no se avergüenzan de su definición y no insisten en ser llamados operadores del sector del ahorro? Si te cambian el nombre es para olvidar que algo no funciona.

    Sobre estos y otros problemas parecidos se detiene Edoardo Crisafulli en su libro "Lo políticamente correcto y la libertad lingüística", donde pone al descubierto todas las contradicciones, los pros y los contras de esta tendencia. Y, además, es un libro muy divertido.

  Asistimos a un nuevo período de intolerancia.

 El origen de lo políticamente correcto coincide con el fracaso de las ideologías de izquierda a la hora de racionalizar la igualdad social.

  El mundo de la cultura fue su reducto y desde ahí diseñaron la corrección política como un intento de imponer la igualdad social a través de la imposición de un lenguaje no discriminatorio.

Es decir, al no lograr cuajar una revolución ideológica —y mucho menos política— el izquierdismo progresista estadounidense inventó una revolución semántica.

La extensión hoy de lo políticamente correcto se ha convertido en una enfermiza ocultación de la realidad a través del lenguaje eufemístico.

Ejemplos: flexibilidad de plantillas por despido barato; atender a un objetivo bombardeo masivo; daños colaterales por víctimas civiles; interrupción voluntaria del embarazo por aborto…

Esta psicología de la autocensura y de la configuración de grupos sociales negativizados corresponde a la cultura protestante.

 La progresía estadounidense no ha podido desprenderse de una cultura forjada en el puritanismo más atroz capaz de buscar signos sociales de los predestinados a la salvación y los predestinados a la condenación.

Los partidarios de la corrección política que se presentan como liberadores de los discriminados, acaban por imponer de forma intolerante su estilo vital e intentan legitimarlo democratizando sus vicios y errores intelectuales.

Toda esta jerga de la corrección política es una manifestación, sutil y benigna, de lo que profetizó Tocqueville como modelos de tiranía democrática, son auténticos fuegos fatuos, lívida señal de la muerte de las izquierdas.

Y como siempre, terminaré esta Reflexión con un nuevo video musical, hoy la "Canción de los Fuegos Fatuos" de Paco de Lucía

©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA

viernes, 4 de octubre de 2024

¿POR QUÉ HABRÍAMOS DE PEDIR PERDÓN?

 



En su toma de posesión como nueva Presidente de Mexico, la Sra. Sheinbaum hizo la siguiente declaración:

·El origen de la grandeza cultural de México reside en las grandes civilizaciones que vivían en esta tierra siglos antes de que invadieran los españoles.”

La frase de marras, tiene su fundamento en él. Indigenismo Ultraizquierdista de los países hispanoamericanos, así como a la influencia de la leyenda negra sobre las élites de esas repúblicas Hispanoamericanas.

Leyenda Negra cuyo origen se encuentra en gran medida en el dominico Fray Bartolomé de las Casas, quién, pese a su buena voluntad de evitar abusos que pudieran producirse por parte de los españoles sobre las poblaciones indígenas, mintió multiplicando al infinito las cifras de víctimas, lo que dio lugar a que en las traducciones al holandés y al inglés se le diese carta de naturaleza a estas falsedades del mentiroso y malhadado Bartolomé de las Casas.

Olvidó sin embargo la Sra. Sheinbaum, que hoy en día la población más pobre y desatendida por los sucesivos gobiernos mexicanos, han sido y son,  precisamente, los indígenas.

Y olvida también que México fue conquistada por tan solo 300 castellanos, acompañados de más de 50.000 indígenas de las tribus sojuzgadas por los Aztecas, que según las más modernas investigaciones, asesinaron, en sacrificios humanos, a cerca de 10 millones de indígenas no aztecas, a quienes se arrancaba el corazón, y cuyas extremidades era destinadas a la preparación de un manjar antropófago para las elites civiles y religiosas llamado “tlacatlaolli”

Efectivamente, en  México, los hombres que integraban aquel ejército de liberación hispano indígena eran los descendientes de las más de 20.000 víctimas que cada año los aztecas llevaban a la pirámide de Tenochtitlan para arrancarles el corazón y distribuir sus extremidades entre la nobleza para que las esclavas cocinaran el «suculento» Tlacatlaolli, un guiso que se preparaba con carne humana y abundante maíz y que se servía con salsa de ají, a gusto del comensal.

 Asimismo, en Perú, los integrantes del ejército de liberación eran los abuelos, padres y hermanos de las niñas que los incas sacrificaban arrojándolas desde la cima de los volcanes o que enterraban vivas cada vez que se inauguraba un templo o moría un emperador7. Se sabe que, cuando terminaron las obras de remodelación del Templo del Sol, el emperador Pachacútec ordenó sepultar vivos a decenas de niños y niñas como ofrenda al dios Sol, y, cuando el gran líder murió, se enterraron junto a él a mil infantes de entre cuatro y cinco años8. Por tanto, fueron esos hombres —esclavizados por los aztecas o por los incas— los que, conducidos por un puñado de españoles, invadieron y conquistaron por la fuerza las impresionantes ciudades-fortaleza de Tenochtitlan y Cuzco, lugares que hasta entonces habían sido inexpugnables.

La simpleza de los negrolegendarios les lleva a relatar, con un cierto placer morboso,  el «asesinato» del inca Atahualpa a manos del «cruel y sanguinario» Francisco Pizarro, olvidándose de contar que mientras Pizarro mataba a Atahualpa, que no era sino un rebelde y un usurpador, sanguinario y fratricida, el rey Enrique VIII de Inglaterra asesinaba a su mujer, Ana Bolena», y «ahorcaba a 72.000 ingleses»2 para resolver el problema de exceso de población que entonces padecía el país.

Por ello no puede hablarse de “invasión” para definir la conquista de América por los españoles, sino de conquista y liberación de todas las etnias indígenas mortalmente dominadas por los antropófagos aztecas o por los imperialistas Incas

Y tampoco debiera olvidar que "durante la mal llamada «guerra de la independencia hispanoamericana», las masas indígenas no solo se mantuvieran fieles a la monarquía española, sino que combatieron por España incluso después de que Chile y Perú se declarasen independiente. Esta es otra de las verdades que los defensores del indigenismo ultraizquierdista y la Leyenda Negra no pueden explicar y que, por tanto, prefieren ocultar

Con la difusión de la leyenda negra, Gran Bretaña no solo buscaba desprestigiar a España en el concierto de las naciones y derrotarla políticamente a través de la propaganda —porque no había podido vencerla militarmente—, sino hacer que los propios españoles de ambos continentes asumieran esa falsa versión de la historia de España, puesto que, de tener éxito, se produciría el aniquilamiento del ser nacional español y, a la larga, la destrucción de la unidad política del Imperio hispánico. Y vaya si lo logró…

Sin embargo cave aquí hacerse una pregunta: ¿Sería posible imaginar a un romano creyendo a pies juntillas la historia de Roma escrita por Cartago, o a un francés de 1914 aceptando al pie de la letra la historia de Francia relatada por Alemania?

En conclusión, el mejor modo de dominar a un pueblo es hacerle sentir vergüenza de sus orígenes, su identidad y su historia. Esa es la razón de ser fundamental del antihispanismo de la Leyenda Negra.

Relatar todo ello, resulta difícil, pues como nos dice Marcelo Gullo Omodeo, en su libro Madre Patria:

El pensamiento políticamente correcto, en cuyo núcleo se encuentran, entre otros tópicos, el genocidio de los pueblos originarios, acontecido después del descubrimiento de América, y la violación sistemática de las mujeres indígenas por los conquistadores españoles, se impuso tanto a las élites políticas como a las masas populares a través de lo que algunos autores han denominado poder blando o imperialismo cultural, pero que nosotros preferimos denominar, simplemente, como subordinación ideológica y cultural, y que ha sido uno de los más eficaces sistemas británico y francés de atacar y destruir a España y su imperio, ante la inicua pasividad de los españoles y sus intelectuales.

Es imprescindible remarcar que la leyenda negra de la conquista española de América forma parte del núcleo duro del pensamiento políticamente correcto.

 Cuestionar este núcleo duro implica asumir el riesgo de ser expulsado automáticamente de la “comunidad académico/científica” por temor a perder privilegios, honra y hasta amistades.

Lo políticamente correcto se impone entre los académicos.

No solo lo que hay que decir, sino lo que no se debe decir.

Digamos a modo de ejemplo y solo de paso, que no se debe hablar de la política de mestizaje exitosa fomentada por los Reyes Católicos, ni de los mestizos que destacaron en la literatura, las armas o el comercio, ni de los miles de matrimonios felices entre indias y conquistadores, ni de las universidades de excelencia creadas por España en América, de los cientos de profesores que España envió a América, de la política de creación de hospitales, o de la nobleza indígena que conservó sus privilegios después de la conquista.

Tan respetuosos fueron los libertadores —o conquistadores— españoles que en 1571 se editó en México el primer libro de gramática de la lengua náhuatl, es decir, 15 años antes de que en Gran Bretaña apareciera la primera gramática inglesa.

Pero, sobre todo, no se debe mencionar ni por casualidad, el canibalismo reinante en la mayoría de los mal denominados pueblos originarios, ni de la existencia del imperialismo antropófago establecido por los aztecas en la meseta mexicana, porque eso supondría poner al desnudo el mito del buen salvaje y dejaría al descubierto la falsedad de la leyenda negra, es decir, la historia de  la conquista de América. Escrita por las potencias enemigas de España.

Pero lo que resulta aún más increíble es el hecho de que exista un importante núcleo de intelectuales, periodistas y políticos que pretenden convencer al pueblo español de que España, por haber descubierto y conquistado América, es culpable de la mayor atrocidad cometida en la historia de la humanidad. Culpable de genocidio, de violaciones masivas, del uso sistemático de la tortura y del terror…

 Desean que los españoles se avergüencen de haber conquistado América y que pidan perdón por ello una y mil veces. Confieso no conocer otro caso en la historia en el que un grupo de miembros del establishment político y cultural de un país se dedique con tanto empeño a destruir su propia nación.

Otra pregunta que reiteradamente plantean los negrolegendarios, es ¿Qué hubiese sucedido si la conquista de América la hubieran hecho los anglosajones ingleses y holandeses.

La contestación a tal pregunta es sencilla.

Los españoles, con la conformidad y fomento de nuestra reina Isabel formamos parejas de razas mixtas, para dar al Nuevo Mundo un nuevo tipo de cristianos”.

En América del Norte, los otros europeos debieron trabajar para sobrevivir, pero exterminaron a los nativos con engaños, dándoles mantas contaminadas con viruela, y siempre con balas.

Si a sudamérica no hubieran llegado los españoles, quizás los antepasados indígenas hubieran sido diezmados, y los actuales indígenas vivirían en una reserva administrando casinos, sin mestizaje y en un régimen de separación racial como ocurrió en África, India o China

Recordemos, para concluir, que cuando latinoamericanos como Andrés Manuel López Obrador y Evo Morales exigieron a los españoles “una disculpa por lo que sus antepasados hicieron con los nuestros”, los españoles contestaron: Serán los vuestros, porque con esos apellidos sin duda vosotros descendéis de algún conquistador que partió para América y allí se quedó. La mayoría de nuestros antepasados nunca salió de España”.

Y para terminar, como siempre, os traigo una nueva pieza musical: El movimiento nº1 del Concierto para trompa n.º 3 KV.447 de Mozart


©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA

 


miércoles, 2 de octubre de 2024

V.E.R.D.E. - LIBERTAD DE PENSAMIENTO Y DE EXPRESIÓN LAS IDEAS

 


Las izquierdas españolas contemporáneas, socialistas, comunistas, 一anarquistas, herederos de terroristas y nacionalista/separatistas一 afirman, sin rubor, que:

“La II Republica fue el único periodo de democracia plena que ha vivido España en su historia”

Lo cual no es sino MENTIRA, pues los mismos grupos políticos, durante la república, se entregaron al totalitarismo marxista antidemocrático y bolchevique  y pretenden, hoy en día, volver a lo mismo.

Ejemplo de ello fue Largo Caballero, que siendo Secretaria General del PSOE, manifestó que:

“No creemos en la democracia como valor absoluto. Como tampoco creemos en la libertad”

Pero lo importante no son las declaraciones de estos bolcheviques como Largo, sino los hechos acaecidos en aquella República.

Así en octubre e 1931, apenas 6 meses desde la proclamación de la República , comienzan los  atentados contra la libertad de pensamiento y de expresión de las propias ideas.

Efectivamente Ley de Defensa de la República española de 1931 (21 de octubre de 1931) establece que :

Artículo 1.- Son actos de agresión a la República y quedan sometidos a la presente ley:

Artículo 1.- III. La difusión de noticias que puedan quebrantar el crédito o perturbar la paz o el orden público.

La apología del régimen monárquico o de las personas en que se pretenda vincular su representación, y el uso de emblemas, insignias o distintivos alusivos a uno u otras.

Artículo 4.- Queda encomendada al Ministro de la Gobernación la aplicación de la presente ley.

Para aplicarla, el Gobierno podrá nombrar Delegados especiales, cuya jurisdicción alcance a dos o más provincias.

La reacción de los monárquicos fue formada en torno al acrónimo VERDE (Viva El Rey De España) que era la expresión de su rechazo de la “Ley de Defensa de la República” promulgada en 1931 y en la que se sancionaba cualquier manifestación en defensa de la monarquía, y no por un juez, sino por el propio Gobierno por medio de resolución dictada por el Ministro de la gobernación.

Ello hizo que los monárquicos vistieran prendas verdes, usaran tinta verde en sus estilográficas, y todo adorno de su vestimenta fuera verde

Hoy, el sanchismo, quiere volver a la censura ideológica de los ciudadanos y control de la Prensa, igual que hizo la izquierda, toda ella radical, en 1931.

Así, bajo el pomposo nombre de “Plan de Regeneración Democrática” se pretende, como en su antecedente de 1931, la censura totalitaria sobre la libertad de pensamiento y manifestación de las ideas, la libertad de prensa, y hasta la independencia de los jueces y tribunales.

Recordemos como la frase atribuida a Voltaire, que realmente fue creada por la autora inglesa Evelyn Beatrice Hall, en su obra “Los amigos de Voltaire de 1906:

“Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”

       Y recordemos al aprendiz de tirano Sánchez, que la Constitución española establece en su artículo 20 que:

“Se reconocen y protegen los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra o el escrito, o cualquier otro medio de reproducción.”

       Y que, por tanto, su limitación o vulneración son actos inconstitucionales, antidemocráticos y de corte totalitario, aunque sea lo que le gusta a la izquierda patria.

        Lo más grave de todo ello es que tal pretendido plan no ha sido esbozado pensando en el bien general, sino tan solo en la incomodidad de Sánchez por los ataques que está él mismo sufriendo, y por los procesos por corrupción que afectan a numerosos miembros de su partido, sino fundamentalmente por las acciones judiciales tambien por corrupción que se siguen contra su mujer y su hermano, es decir, su entorno más intimo, del que hay sospechas de que se han comportado como autenticos chorizos.

        Por eso podemos concluir afirmando que el "Plan de regeneración democrática" sanchista no es tal, sino que se trata de «Leyes Begoña», pues supone un rodillo claramente totalitario y por ende antidemocrático, para moldear España al dictado de los deseos personales de un gobernante populista de izquierda radical y evitar, así, las responsabilidades por la corrupción que afecta al propio Sánchez y su entorno familiar y político.

    Y concluyamos este breve post, como siempre, con una nueva pieza musical, hoy María Callas interpretando, de la ópera Lucia di Lammermoor de   Gaetano Donizetti  el aria "Regnava nel silenzio", pues nada más que silencio reinará si el tirano consigue sacar adelante su rocambolesco y antidemocrático "plan".

 


©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA






lunes, 30 de septiembre de 2024

LA SOLEDAD


El caminante sobre el mar de nubes, Caspar David Friedrich. (1818)


           En septiembre de 2009 publiqué este post en este blog a cerca de la SOLEDAD, que hoy reedito con correcciones y ampliaciones y vuelvo a poner al alcance de mis lectores, pues creo que su objeto tiene interés en estos momentos.

Los Laberintos del alma son los recovecos intelectuales por los que transitamos cuando nos enfrentamos a todas aquellas cuestiones que, en principio, se presentan como irresolubles ante nuestras reflexiones, pero a las que la razón siempre acaba encontrando su salida.

El primero de los laberintos del Alma al que quiero referirme es el laberinto de la soledad.

La soledad es una de las sensaciones más complejas que afectan al alma humana y, al abordar su análisis, creo que debemos partir de la distinción de dos tipos, bien diferenciados, de soledad:

 La soledad querida y la soledad temida;

O lo que es lo mismo: la soledad buscada y la soledad sufrida.

Recuerdo la lectura, en uno de esos típicos libros de aforismos para adolescentes, de una frase escrita en 1886 por el abate Joseph Roux:

«La soledad vivifica, el aislamiento mata»

La frasecilla de marras encierra todo un mensaje de sabiduría a los efectos de esta reflexión heteróclita, pues no es sino el compendio de las ideas que trato de expresar.

Efectivamente existe una soledad buscada, refugio de reflexión, amparo de meditaciones y de paz, que ensancha el alma y enaltece el espíritu.

Esa soledad no es castigo, no es mortificación, no es pena, sino que es consuelo y como dirían en mi tierra, no dejaría de ser “atopadiza” morada de los propios sentimientos necesitados de restaño.

El hombre necio necesita de la permanente presencia de sus iguales para no sentirse desafortunado, pues resulta incapaz de sentirse satisfecho con tan solo sus propios pensamientos; por el contrario existen otros que necesitan apartarse de sus prójimos, en ocasiones, para recuperar el buen sentido de esos mismos pensamientos.

Decía Friedrich Nieztsche que:

 “En la soledad el solitario se devora a sí mismo; en la muchedumbre lo devoran los muchos. Elige pués.”

No obstante el mismo Nieztsche decía que

También el alma ha de tener determinadas cloacas propias por donde dejar fluir sus inmundicias

y estoy convencido de que la soledad, a tal efecto buscada, pudiera ser una de esas cloacas y que, por tanto, lo que el solitario devoraría en su soledad no sería tanto su propio ser, sino aquellas partes del mismo que desprecie, las inmundicias de las que su espíritu desee desprenderse.

Por otra parte, únicamente en soledad es posible la creación artística o literaria, o la reflexión científica o espiritual, que son incompatibles con el bullicio de otros en rededor.

Efectivamente, la soledad es el ingrediente crucial de la creatividad, pues cuando estamos rodeados de otros, nos limitamos a seguir el comportamiento de los demás para no romper la dinámica del grupo

La soledad, sin embargo, permite desarrollar pensamientos nuevos y originales

Dice el escritor Andrés Trapiello que existe un tipo de soledad que él califica de “soledad consciente”, que no es sino un estado de soledad en el que uno piensa, observa las cosas, encuentra matiz y contempla. Y en esta contemplación se aprende y se madura. Te conoces, te mides y creces. Pero creces hacia dentro, que es el único lugar hacia el que se puede crecer llegada cierta edad.

Todose los grandes personajes de la Historia de las Religiones tuvieron, en un momento u otro de sus existencias, momentos en que buscaron esa Soledad Consciente como paso previo a su labor pública.

Antes de iniciar su vida pública, tal y como relatan en sus evangelios Mateo (4:1-11), Marcos (1,12-15) y Lucas (4,1-13) Jesús buscó su retiro espiritual de 40 días en el desierto, soledad perturbada con reiteración por el Maligno, que trató de seducirle con las promesas más ambiciosas de poder y gloria que Él fue desatendiendo una tras otra.

Finalmente, Cristo buscó también la soledad, apartándose de sus discípulos, para orar en el huerto de los olivos en el momento más angustioso de Su existencia como hombre, cuando, atormentado por la proximidad del Sacrificio conocido, imploró al Padre que apartase de Él el cáliz que había de beber, aunque sometiéndose a la voluntad Suprema del Creador.

Mahoma, a sus cuarenta años, tuvo su primera experiencia como profeta en una cueva del monte Hira, donde se había retirado en soledad para meditar. Allí se le apareció, por primera vez, el arcángel Gabriel que le exhortó para que predicara en el nombre de Señor que le había creado.

Buda se retiró en soledad a la selva hasta alcanzar el Nirvana bajo una gran higuera, momento a partir del cual comenzó su peregrinaje enseñando sus conocimientos.

Tras esa soledad buscada se inicia la deriva hacia la soledad temida.

Yo sólo soy yo cuando estoy solo

dicen que decía Miguel Hernández, quien transitaba envuelto en la tristeza 

de su corazón a sus asuntos” 

en tránsito de soledades cual si de Lope de Vega se tratara,:

A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos

Sensación de soledad mezcla de deseo y de temor, soledad parcial e inevitable, a la que también se refería Franz Kafka, quien en sus Diarios (1914-1923) nos dice:

“Esta zona fronteriza entre soledad y compañía, he podido cruzarla rarísimas veces, e incluso puedo decir que me he afincado en ella más que en la misma soledad.”

Y acabamos en la soledad absoluta, la lacerante sensación con la que deambulan aquellos que se encuentran en soledad rodeados por una muchedumbre.

Es la SOLEDAD TEMIDA, no deseada, impuesta por las circunstancias circundantes al propio ser, y cuyo origen es diverso e impredecible y que padecen quienes la soportan inexorable, dolorosa e irremediablemente sin buscarla.

Esa soledad ha llegado a ser, incluso, parte de nuestras vidas contemporáneas, sabiamente descrita por Ernesto Sábato:

«Cuando multitudes de seres humanos pululan por las calles de las grandes ciudades sin que nadie los llame por su nombre, sin saber de qué historia son parte, o hacia dónde se dirigen, el hombre pierde el vínculo ante el cual sucede su existencia. Ya no vive delante de la gente de su pueblo, de sus vecinos, de su Dios, sino angustiosamente perdido entre multitudes cuyos valores no conoce, o cuya historia apenas comparte»

El propio Sábato, relaciona la “Soledad Social” de nuestro tiempo con la pérdida del sentido del absoluto; o, dicho de otra manera, con el relativismo:

«Si los valores son relativos y uno se adhiere a ellos como a reglamentos de un club deportivo, ¿cómo podrán salvarnos ante la desgracia o el infortunio? Así es como resultan tantas personas desesperadas y al borde del suicidio. Por eso la soledad se vuelve tan terrible y agobiante»

Junto a todas estas soledades existe otra soledad trascendente, escatológica y mística, cual es la soledad de la muerte.

Sartre hizo famosa la expresión “El infierno son los otros” como una de las manifestaciones centrales de las posiciones del nihilismo de mediados del siglo XX.

Frente a esa consideración del existencialismo ateo, el Papa Ratzinger, ya en 1968, contestaba que no, que “El infierno es estar solo”, pues el miedo de cualquier ser humano ante la muerte no es sino “el miedo a estar a solas con la muerte, la siniestra sensación de la soledad en si misma”.

Recientemente se ha publicado en Roma bajo el título “Porqué Continuamos en la Iglesia”, una recopilación de artículos teológicos de Ratzinger antes de acceder al papado.

En uno de dichos artículos, precisamente llamado “El infierno es estar solo” Ratzinger nos dice:

Si existiese (después de la muerte) una suspensión de la existencia tan grave que en ese lugar (o situación) no pudiera haber ningún tú, entonces tendría lugar esa verdadera y total soledad que el teólogo llama infierno

Para concluir afirmando:

Una cosa es cierta, hay una noche a cuyo abandono no llega ninguna voz; hay una puerta que podemos atravesar solo en soledad: la puerta de la muerte. La muerte es la soledad por antonomasia.
Aquella soledad en la cual el amor no puede penetrar es el infierno.
Sin embargo Cristo ha atravesado la puerta de nuestra última soledad; con su Pasión ha entrado en el abismo de nuestro ser abandonado
 (Descendió a los infiernos nos dice el Credo Cristiano).
Allí donde no se podía escuchar ninguna voz. Allí está Él.
De este modo el infierno, la muerte, que antes era el infierno, ya no lo es más. El infierno, así, es o una clausura voluntaria
 (el deseo de permanecer irredento) o como dice la Biblia, la segunda muerte.

De tal modo y manera 6 como ya dijera en mi escrito ALTERIDAD, YO Y LOS OTROS la formulación cartesiana del “yo”: “Pienso luego existo”, sin relación alguna con los demás —con los otros— llevaría a un concepto de “Yo” solitario, que no sería sino una realidad capaz de auto pensarse, pero vacía de contenido fuera de su propia existencia y que solamente cobraría sentido en relación con la existencia de otro, de Tú, aunque ese Tú sea, al menos, el Dios redentor.

Es decir, desde esta perspectiva, la única expresión posible del “yo” se da en el encuentro con el otro, en la intersubjetividad, de la que emana el concepto mismo de “yo” y todas las manifestaciones trascendentes que dan sentido al descubrimiento y la confirmación de la existencia del propio ser.

Y por lo tanto la total ausencia de cualquier otro en la soledad profunda de la muerte, incluso la ausencia del Cristo Redentor, la absoluta soledad a la que se refiere Ratzinger como infierno, implicaría la nada, una “segunda muerte” según la expresión Bíblica.

La condena pues al infierno no sería sino la condena a la absoluta soledad, sinónimo de inexistencia, de no resurrección, a la que se verían abocados los Irredentos, pues el “YO” sin referencia a nada ni a nadie sería sinónimo de la propia inexistencia.

Finalmente no podemos dejar de hablar, es esta reflexión sobre la “soledad temida” de la “soledad de amor”, la que nos invade como consecuencia de la pérdida del afecto del ser querido, ya por su abandono, ya por su desaparición o muerte.

Pero te quiero, amor, aunque la vida me pague con tormentas
de atronadora soledad.

Nos dice Mariano Estrada, en uno de sus poemas.

Es precisamente la muerte o desaparición de un ser querido la situación que provoca un mayor desconsuelo al ser humano, una mayor sensación de Soledad profunda e insuperable.

Ese desconsuelo, o falta de alivio de la pena que se sufre, esa sensación de soledad, por abandono insuperable, es una sensación rayana en la desesperación, no trascendental, sino anímica.

Es la sensación de impotencia ante la pena, ante la certeza de que no existe esperanza ante la ausencia del otro, desconsuelo ante el dolor que se sufre, del que se sabe que no tendrá remedio.

Nunca la pena por la muerte de alguien puede tener consuelo más que trascendental.

No quiero dejar de recordar en este punto, las palabras de mi padre Torcuato Fernandez-Miranda sobre el dolor por la muerte de otro:

“Dicen que soy frio ante la muerte de otro; no es frialdad.
La muerte del prójimo me impresiona de tal forma que mi alma tiende a refugiarse en el silencio, la desolación y la tristeza.
Os aseguro que el llanto más doloroso es aquel que carece de lágrimas, de lamentos y de palabras.”


La muerte como hecho irreversible no tiene otra esperanza que la del reencuentro con el ser amado en el más allá, y la confianza de que disfrutaremos de las promesas de Dios conjuntamente.

La tristeza, la soledad, el desconsuelo, ha sido uno de los sentimientos humanos que mayor inspiración han provocado en los artistas o en los poetas.

Umbrío por la pena, casi bruno porque la pena tizna cuando estalla. Donde yo no me hallo no se halla hombre más apenado que ninguno

Escribe doliente Miguel Hernández, intentando trasladarnos en sus versos aquella sensación de desconsuelo.

Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.

Nos dice Miguel en otro de sus poemas, posiblemente uno de los poetas del s.XX que con mayor sentimiento ha sabido trasladar al verso la sensación de la pena humana, de la amargura, del dolor por la muerte de un ser amado, de la soledad irresoluble.

Y no podemos olvidar que, fruto de la epidemia de COVID19 y de las medidas adoptadas por el Gobierno, esa soledad en la muerte se ha visto incrementada dolorosamente en las víctimas de la epidemia, que no han podido estar acompañados de sus seres queridos ni en el momento de su muerte ni en el de sus exequias, produciendo un desgarro del que la Sociedad no ha sido consciente por la manipulación de la VERDAD en que ha incurrido el Gobierno y los subvencionados (por no decir comprados) medios de comunicación, esencialmente las TV.

Pero la Soledad presenta también otros aspectos diferentes y es estudiada por los modernos sociólogos como un fenómeno en aumento y con connotaciones de carácter político y de configuración de los hábitos sociales.

Según los más recientes estudios, muchas personas acabarán viviendo solas en los próximos años, ya que cada día nos casamos más tarde, las tasas de divorcio aumentan y las personas viven más. La prosperidad económica también fomenta este estilo de vida, elegido voluntariamente por el lujo que representa.

Otros sociólogos piensan que vivir solo significa, además, disfrutar de mayor calidad de vida, pues la soledad es mucho mejor que el hecho de sentirse mal acompañado,Incluso hay estudios que aseguran que la soledad facilita el desarrollo de la empatía y que las personas que viven solas poseen una red social de amistades tan amplia o más que las personas de su misma edad que viven acompañadas.

Las personas somos seres sociales, pero tras un día de trabajo rodeados de compañeros o clientes, de reuniones, atentos a las redes sociales y al móvil, la soledad ofrece un espacio de reposo necesario para recomponer nuestra paz interior.

Y esta expansión de la Soledad, en nuestra sociedad, viene acompañada de la inactividad, de la dejadez de los ciudadanos, y su inconsciente sumisión a las modas y corrientes mayoritarias, lo que presenta efectos preocupantes.

Esta actitud se fomenta desde diversos grupos de influencia política y social, y surge así la colectivización social: los individuos, inermes ante los retos de su vida y temerosos de no alcanzar sus objetivos individuales, se incrustan dentro de un colectivo determinado, cuyos miembros se asemejan a ellos en sus gustos, inclinaciones morales, religiosas, sexuales o raciales, y es a través del “Colectivo” que pretende obtener la ayuda de la Sociedad para colmar sus deseos. Es el “síndrome del rebaño”

Y se fabrica artificialmente, así, la idea de los llamados “Grupos sociales en riesgo de exclusión” y los “Derechos Colectivos” en contraposición a los conceptos de “Ciudadano Libre en una Sociedad Abierta” y “Derechos Humanos”, pues estos últimos están referidos a los individuos en cuanto tales y no a los colectivos en los que se integran. Problema que ya hemos tratado en los post:


¿Y a que conclusiones debemos llegar después de esta larga reflexión?

Pues podría concretarla en mi discrepancia con muchos de los pensadores de vanguardia, de los que pondré dos ejemplos.

Así, Javier Gomá defiende la idea de la “vulgaridad excelente”, y que considera que el hombre de la sociedad contemporánea ha de aceptar la “vulgaridad Escelente” en su vida personal y laboral, y no tratar de emular la fama en detrimento de la excelencia.

Considero que la pretensión de que el hombre contemporáneo asuma aquella “Vulgaridad Excelente” es una pretensión elitista de corte ilustrado, pues vista desde el punto de vista del ciudadano, implica que el hombre deba contentarse con realizar excelentemente el rol vulgar que le haya correspondido en la Sociedad como forma de realización personal, olvidando que todo hombre ha de aspirar a su propia superación, como camino de desarrollo social, sin ceder al chantaje de servir a la propia Sociedad a cambio de no asumir el riesgo de tomar decisiones, renunciando a principios sólidos en favor de la licuefacción de su moral.

Discrepo también del coreano Byung-Chul Han, quien considera que el hombre contemporáneo está dislocado por “una atención dispersa”, por “un acelerado cambio de foco entre diferentes tareas, fuentes de información y procesos” y no admite centrarse en un solo objetivo pues ello le produce hastío.

Al contrario que Byung-Chul Han, creo que la proliferación de fuentes de información y conocimiento empobrece a los dirigentes políticos, económicos y sociales y enriquece a los ciudadanos, a quienes hay que tratar como adultos que habrán de ser capaces de discriminar, en atención a su formación previa, su realidad sociológica y sus demás circunstancias personales, cual es la información que considera cierta y que conocimientos le resulta útiles, y no defenderles, contra su voluntad, de ellos mismos, tratándoles con infantilismo sentimental proteccionista.

Si aceptásemos el principio de la “Vulgaridad Excelente” de Gomá, la incapacidad de juicio ante estímulos diversos que proclama Byung-Chul Han, y sobre protegemos a los ciudadanos con sentimentalismo infantilizante, conseguiremos, precisamente, un hombre que no quiere pensar, porque no quiere actuar, porque actuar impone asumir responsabilidades sobre las consecuencias de los propios actos, que carece de principios sólidos por los que luchar y que se abandona, cansinamente, en manos de sus dirigentes económicos, políticos o sociales

Y ello sería contrario a la verdadera esencia de la vida humana, que Torcuato Fernandez-Miranda definió con estas palabras

“La vida humana es radical intimidad, mismidad, destino propio, peculiar, infungible, intima. Así como nadie puede morirse por mí, soy yo el que tengo que morir mi muerte, así, de la misma manera, sólo en mi radical intimidad puede mi vida ser vivida”.