A diferencia de Chateaubriand hablo frecuentemente de mis intereses, de mis emociones, de mis trabajos, de mis ideas, de mis afectos, de mis alegrías, de mis tristezas, sin pensar en el profundo tedio que el francés temía causar a los demás hablandoles de si mismo.
FRANCO EN BURGOS CON LOS
GENERALES CAVALCANTI Y MOLA EN AGOSTO DE 1936
LARGO CABALLERO EN EL PUERTO DE MIRASIERRA RODEADO DE
MILICIANOS
Ahora que
vamos de “Memoria Democrática” y que dentro de poco van a tratar de
perseguirnos y sancionarnos por contar la verdad de la Historia de España
durante el s.XX, no como delito, pues modificar el Código Penal exige una mayoría parlamentaria que el Gobierno Frankenstein no tiene no tiene, sino mediante multa gubernativa (inconstitucional, pues ataca a la libertad ideológica, de pensamiento y expresión) de hasta 150.000.-€, creo que es el momento de reflejar en estas mis reflexiones
históricas, hechos que la izquierda quiere silenciar a la Sociedad, imponiendo “su
verdad” mentirosa hasta en los libros de Historia.
Se han
escrito artículos, libros, memorias, ensayos, sesudos informes, todos ellos
tratando de analizar las causas de nuestra guerra civil, que oficialmente duró
del 18 de julio de 1936 al 1 de abril de 1939.
Sin
embargo, entiendo que la guerra civil comenzó no en 1936, año en que se produjo
el alzamiento militar de un importante grupo de Generales contra la II
República, sino en octubre de 1934, mes en el que se produjo la Revolución de
Asturias y la Declaración unilateral de la República catalana por Companys.
Desde que
se produjeran tales acontecimientos, la sociedad española vivió ya en guerra
civil, que se agudizó con el pucherazo del Frente Popular en las elecciones
Generales de 1936, que supuso el fraudulento triunfo electoral del Frente Popular
y como consecuencias de este, el asalto y fusilamiento de conservadores
encarcelados en la Cárcel Modelo de Madrid, que comenzó el 22 de agosto de 1936,
así como el reparto de armas entre la población civil por el Gobierno de la
República.
El
asesinato del líder conservador, el diputado José Calvo Sotelo, fue la chispa
que encendió el levantamiento de los militares, que como dice el entonces Cónsul
de Noruega en Madrid, Félix Schlayer en su libro «Diplomático en el Madrid Rojo»:
“La
parte del pueblo español de orientación derechista, mayoría numérica
indiscutible, se veía abocada a la elección entre dejarse aniquilar por las
turbas incontroladas o lanzarse a la lucha. Tal fue el origen de la sublevación
de los generales, como ejecutores de la voluntad de la mayoría de la población
que no se quería dejar exterminar conscientemente”.
Esa frase expresa mejor que cualquier reflexión las causas
del origen de la Guerra, y conecta con el sentimiento que mi padre expresaba
respecto de la guerra, que repito aquí, aunque lo haya reproducido en mi POST
“Viva San Fermín” (link)
“Mira,
hijo, no me gusta recordar la guerra civil, pues esa guerra fue una
consecuencia fatal, cruel y terriblemente dramática, de una situación social
envenenada, en la que los españoles sublevados llegamos a la conclusión que
aquella era la única solución posible ante la impunidad de los matones y la
impotencia (cuando no pasividad) de las instituciones, ante el riesgo, efectivo
y cotidianamente hecho realidad, de vernos masacrados, cualquier día, en cualquier
rincón y a cualquier hora, por una pandilla de matones por pensar diferente o
creer distinto que ellos."
En conclusión, los ciudadanos, militares y civiles, no
afectos al Frente Popular se sublevaron en armas contra la República ante su
lenidad y falta de acción, o de autoridad, ante los desmanes de los miembros de
las milicias frente populistas, Socialistas, Comunista y Anarquistas, que
asesinaban sin recato a cualquiera sospechoso de no ser partidario de sus ideas,
y ante su deseo, no de mantener una
República democrática defensora de la libertad, sino de implantar una República
Soviética de los pueblos Ibéricos.
Prueba manifiesta de ello son las numerosas declaraciones del
Líder del PSOE Largo Caballero, entre las cuales destacamos estas dos:
Declaración
a El Liberal, de Bilbao, del 20 de enero de 1936
“Quiero
decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados;
pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble,
colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir
a la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas
por decirlas, que nosotros lo realizamos”
Mitin
celebrado en Linares el 20 de enero de 1936:
“La
clase obrera debe adueñarse del Poder político, convencida de que la
democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder
no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la revolución”.
Así pues, nunca existió la idílica II República Española,
democrática y defensora de la justicia social y la libertad, que hoy nos vende
la izquierda.
Muy por el contrario, la II República fue, desde su comienzo,
un régimen totalitario, antidemocrático, anti católico, asesino y partidario de
instaurar una República Soviética, en el que la represión y asesinato de sus
oponentes políticos fue una práctica cotidiana y de una violencia inusitada,
labor que fue dejada en las manos impunes de partidos y sindicatos, que la
ejecutaron a través de las llamadas checas, centros de detención, tortura y
asesinato de decenas de miles de ciudadanos, civiles, militares y religiosos,
por el mero hecho de no compartir la ideología de sus asesinos..
Y es en esa violencia e impunidad donde se encuentra el
origen de la Guerra Civil. Tan claro, tan sencillo y tan contundente, como eso.
Hoy, la izquierda ha vuelto a instalarse en la trinchera
guerracivilista, con sus permanentes ataques a la Constitución, al Rey, que es
su personificación, al Poder Judicial, ya los derechos y libertades de los
ciudadanos.
El Gobierno encabezado por los Socialistas, ha necesitado del
voto de independentistas vascos y catalanes, así como de los herederos de la
blanqueada banda terrorista ETA, para lograr la mayoría parlamentaria de
constitución de Gobierno y se ha dejado fagotizar, como en la II República, por
los comunistas.
El PP, antes fuerza de derecha moderada, se ha girado hacia
posiciones de clara influencia socialdemócrata, en busca de un añorado “centro
político“, con el desencanto de gran cantidad de sus, hasta ahora, votantes.
Y en esta situación el partido VOX, de derecha algo
radicalizada, debe buscar el voto de la derecha moderada, con una necesaria
moderación de sus posiciones.
En cualquier caso, la noticia de estos días es que un nutrido
grupo de relevantes socialistas, exministros y ex dirigentes del partido, han
firmado un manifiesto solicitando la retirada de la “Ley de Memoria Democrática”
que tramita el gobierno de Sánchez, alias “Antonio”, porque:
No
aceptamos que el pacto constitucional se someta a una tergiversación injusta y
ajena a la verdad histórica como la que supone la Ley pactada por el Gobierno
con los Bilduetarras. Ni aceptamos, tampoco, que se considere como período sospechoso
hasta diciembre de 1983, ya con el PSOE en el poder.
Y para concluir, una pieza musical.
En
este caso, que mejor que el segundo movimiento del Concierto nº 5 para Piano y
Orquesta “El Emperador” de Beethoven
En otras épocas mis
reflexiones eran más literarias y menos científicas, divulgativas o políticas.
Se conoce que Calíope y
Melpómene ─musas de la poesía y la tragedia─ han dejado de susurrarme al oído y
han dejado a sus hermanas que sean las instigadoras de mi inspiración.
Ello tiene ventajas e
inconvenientes, pues mis reflexiones trasladan mis básicos conocimientos a mis
lectores, pero he dejado de hacer literatura, que es lo que realmente me gusta.
En cualquier caso, y
rememorando a mi maestro Chateaubriand, tras mis naufragios sólo me quedan los
restos de los mismos como mesa y recado de escribir.
Así que, si mis musas
preferidas no me atienden, trataré de escribir sin su auxilio y tan sólo con mis
limitadas capacidades y mi memoria.
Si bien es cierto que
en este blog “Reflexiones Heteróclitas” he escrito de lo divino y de lo humano,
y que, incluso he escrito una novelita ─Midelval─, lo cierto es que, como a todo
escritor, me falta realizar mi “obra maestra”, mi “Opus Magnum” que me permita
alcanzar la piedra filosofal de mi escritura, esa obra que todos los que
tomamos una pluma para dejar en negro sobre blanco nuestra huella, soñamos con
llegar, algún día, a escribir y en mérito a ella, ser recordados.
Sin embargo, sería un
necio si no reconociese que ese honor está reservado a los genios, y largo
trecho de capacidad y sabiduría me faltan para poder llegar a sumar mi nombre a
la nómina de “Los Inmortales”.
Mientras tanto me
conformaré con mis opúsculos, con la vana intención de entretener y no aburrir,
a mis lectores.
Y en cualquier caso, y
como nos dijera Camus:
“El propósito de un
escritor es evitar que la civilización se destruya así misma”
Así
que, queridos lectores, conformaros con líneas breves, expresiones simples,
pensamientos vanos o reflexiones variopintas y pensar que el tiempo que dediquéis
a leer estas reflexiones os apartará de malas intenciones, de aviesos
pensamientos, de la autodestrucción que nos procuramos con el tedio, el tiempo
vacío o la inactividad a que nos obliga esta suerte de prisión que vivimos
azotados por una epidemia.
Y
llegados a este punto, y tras esta introducción, dado que mis musas no me inspiran, tiraré de archivo, de modo que os ruego me permitáis que dedique mi
pluma a relataros la pulsión de un hombre que, como muchos, está solo, doliente y
atormentado por su propio ser, en la inmensidad de la masa; un cuento breve que
escribí hace años y que nunca he llegado a publicar, lo que hago ahora, adaptándolo
a nuestra miserable vida encadenada al impuesto “distanciamiento social”
DE PROFUNDIS
“Salió de su casa temprano.
La noche no había sido muy confortable con los
calores del comienzo del verano y los ruidos que entraban por su ventana
abierta.
No había dormido bien del todo.
Era el primer día en el que volvía a su trabajo
después de dos meses de confinamiento por culpa de la epidemia que asolaba la
nación y que según la gente había matado a 50.000 personas, el doble de lo que
anunciaban los mensajes gubernamentales.
Tras asearse y beber un café hecho con su vieja
cafetera de filtros de papel, se colocó en la cara una mascarilla azulada y se
vistió unos guantes de látex, bajó despacio las escaleras, ya que el ascensor
estaba averiado desde hacía semanas y los vecinos se negaban a hacer una
derrama para arreglarlo.
Bajar no costaba tanto —pensó— lo malo era tener
que subir andando cuatro pisos cada vez que volvía a casa cansado y con ganas
de tumbarse en su sillón preferido.
Al salir a la calle noto una brisa fresca de
mañana en la cara y predijo el calor que se apoderaría de todo en el momento en
que el sol, implacable, comenzase a castigar los ladrillos, los muros de
hormigón y el asfalto de las calles de la ciudad.
Pese a que apenas estaba amaneciendo, las
aceras eran transitadas ya por numerosos peatones que se encaminaban apresurados
a sus trabajos y el tráfico era intenso.
Se dirigió hacia la estación cercana de metro,
como cada mañana.
Al doblar la esquina le vio como siempre, allí,
agazapado.
Su mirada era ausente y su gesto de pesadumbre.
Todas las mañanas se encontraba con el mendigo
en la misma esquina, vestido con sus harapos, mirando al suelo, con su bolsita
de plástico estratégicamente colocada entre sus pies, con unos céntimos bien
visibles para recordar a los transeúntes que lo que pedía era que le diesen
alguna moneda con la que sustentar su existencia lastimera.
Pero aquella mañana la mirada del mendigo,
directa, franca, interrogante, se cruzó con la suya.
Sus ojos grises, profundamente grises,
enmarcados por unas pobladas cejas canosas y unos párpados arrugados....algo le preguntaban.
Retiró su mirada instintivamente y con un gesto
tal vez de angustia, inesperado, aceleró el paso, bajó su mirada al suelo y se
precipitó hacia las entrañas de los túneles del suburbano, bajando de dos en dos
los escalones de la boca del metro.
Allí ya en el andén, tiritando de nervios pese
al sofocante calor que ya se percibía, siguió sintiendo la obsesión de que todo
el mundo le miraba, pero en ese momento se dio cuenta de que nadie le miraba,
sino que era él quien miraba a los demás, los escrutaba clandestinamente,
deseaba saber de cada otro su vida y sus milagros, escondidos sus rostros tras
las mascarillas que sólo dejaban ver sus ojos; y en ese preciso instante se
hizo consciente de su realidad esencial: toda su vida se resumía en lo que los
Románticos llamaban “melancolía” y que hoy, empeñados en encuadrar el
comportamiento humano en categorías científicas, llamamos “Comportamiento
distímico”, o depresión crónica leve.
Y esa era la razón por la que siempre hubiera
reprochado a sus padres que le hubiesen “infligido” la existencia y que esta
hubiese transitado, siempre, impregnada de una permanente sensación de profunda
tristeza, de desamparo, de soledad, de irritación consigo mismo.
Y recordó a Kant, para quien el primero de los
rasgos de los melancólicos es que se preocupan poco de los juicios ajenos a
cerca de sus propios actos, al tiempo que se manifiestan obstinadamente
inamovibles en sus posiciones y están permanentemente enfadados con el mundo
que les rodea porque les lleva la contraria…. y tienden a incurrir en lo
monstruoso, siendo presas de sueños significativos, presentimientos y señales
milagrosas, hasta el punto de caer en la extravagancia.
Exacto retrato de su propia y miserable
existencia.
El zumbido de los raíles, presagiando la
llegada del tren a la estación, le sacó de sus obsesiones, pues tales eran, más
que reflexiones.
El zumbido se transformó en estruendo al tiempo
que las luces del convoy, sobre el fondo oscuro del túnel, se convirtieron en
un rayo de plata que entró, frenando entre chirridos, en la atiborrada
estación.
Su perfil se mezcló con los de centenares de individuos
que, casi en contacto físico entre ellos, llenaban los vagones.
Y allí, entre la muchedumbre, se encontró más
solo y desamparado que nunca hubiera estado.
Y gritó descorazonado, hasta perder el aliento,
clamando a Dios desde lo más profundo de su alma.
Sin embargo, su lamento no fue atendido por
nadie, pues no había sido su garganta quien había gritado, sino su alma
acongojada.”
Y concluyamos esta reflexión, conforme a
nuestra costumbre, con un vídeo que nos trae Roland de Lassus en su LP Psalmi
Davidis Poenitentiales, interpretado por el Colegium Vocali Gent, con el salmo “De
Profundis a Te Clamavi”
Freud considera que el ser humano no
es más que una bestia depredadora que razona y habla.
La formulación, desde luego, no es
novedosa. Ya, en la Roma clásica, Plauto nos dejó la frase “Homo homini lupus
est”, “El hombre es un lobo para el hombre”, popularizada por Thomas Hobbes, en
el siglo XVII, en su obra De Cive, que sintetiza el espíritu animal que impera
en las relaciones del hombre con otros hombres.
Puede por tanto que, en base a esta
percepción, toda la obra de la civilización no haya consistido si no en un
intento inconsciente de domar a la bestia, potenciando sus capacidades afectivas,
gregarias, productivas y creativas, para intentar que viva pacíficamente en
Sociedad.
Pero de vez en cuando la bestia
resurge, y lo hace, generalmente, por desarraigo o en masa.
Ernst Jüngger explicita esa idea en
su afirmación, contenida en su obra "La Emboscadura"
Si los lobos contagian a la manada,
un mal día el rebaño se convierte en horda
Sin embargo, los filósofos ilustrados del s.XVIII consideran que esto no es cierto, y así Rousseau piensa
que el hombre es bueno por naturaleza, y que cuando actúa con maldad, lo hace forzado
por la sociedad, que le corrompe.
No es esta, sin embargo, la
posición dominante en la filosofía y sociología a lo largo de los siglos.
Todas las grandes religiones afirman
la imperfección del hombre, y el cristianismo, de máxima influencia en nuestro
mundo occidental, en sus distintas variantes, afirma taxativamente que el
hombre es malvado, pues es pecador, y que Cristo-Dios se encarnó como hombre
para la sanación de los pecados del hombre, de su maldad, afirmando que Él ha
venido al mundo “No a llamar a Justos, sino a pecadores a penitencia”
Por su parte, el marxismo, antítesis
del cristianismo, habla también de la maldad de los hombres, a los que se
divide en explotadores malvados y explotados alienados, y pretende que los
alienados se des alienen mediante la revolución, para llegar a la creación del
“Hombre Nuevo” des alienado, perfecto y bueno.
En estas formulaciones marxistas,
vemos nuevamente la consideración del hombre/masa, a quien, desprovisto de su
identidad individual y su libertad, se llama a la revolución,
Se llama, pues, al hombre masa para
que despierte en manada la bestia que lleva dentro, y destruya violentamente todas
las estructuras sociales burguesas en la búsqueda del “Comunismo”, ese nirvana
incapaz de ser descrito por Marx ni por los autores comunistas ulteriores; Comunismo
en el que aparecerá el “Hombre Nuevo” ideal utópico, inalcanzado e
inalcanzable, pues no se puede prescindir, por siempre, de la individualidad y
ansia de libertad del ser humano, contradictorio con el proceso hacia ese
comunismo soñado.
En conclusión, la posición doctrinal
predominante es la de considerar al ser humano malvado en esencia, y que es
precisamente su socialización la que retrae esa maldad intrínseca y permite su
vida pacífica en Sociedad.
¿Por su propia voluntad, o por miedo
a ser coercitivamente sancionado si no se ajusta a las normas de convivencia
impuestas por esa misma Sociedad organizada en forma de Estado?
Hoy en día, ese
temor va más allá del obligado cumplimiento de aquellas “normas” establecidas
para el funcionamiento de la Sociedad, pues ha cobrado un papel relevante la
“opinión” mayoritaria de los ciudadanos, defendida a través de la imposición por “corrección política” a todos, sin respeto a la libertad de los individuos a
pensar diferente, hasta el punto que ese “pensar diferente” es un elemento de
persecución y discriminación del disidente, a quien se califica inmediatamente
de antisocial, antidemocrático o intolerante por no pensar como "los más".
Y así, el
hombre contemporáneo, esencialmente el urbanita, se ha constituido en defensor
acérrimo de la “opinión pública” mayoritaria, de modo que hemos pasado de la
Democracia entendida como un sistema de respeto de los derechos de todos, y muy
especialmente de los de las minorías, a un sistema censor de esas minorías a
quienes no se permite pensar de otro modo y cuyos derechos se reprimen, o
deslegitiman, en defensa del pensamiento de "los más”
En esta línea,
el escritor Antonio Pérez Henares, autor de «Tiempo de Hormigas», aborda en
esta obra, sin ambages, la actual «dictadura cursi» que sufrimos., y considera
que el origen de las actitudes, preocupantemente idealistas de la izquierda
radical, obedecen a una razón evidente:
«Vivimos desde hace ya demasiado
tiempo bajo una especie de mandamientos teocráticos de obligado cumplimiento, que
son terribles porque atentan directamente contra nuestra libertad, afectan a
toda nuestra vida cotidiana, pero nos son presentados, como en toda dictadura,
como, no ya lo bueno, sino lo único bueno. Pretender que solo ciertos
comportamientos son los correctos, los únicos sensibles, es ya colocarnos ante
una dictadura. Es un neo totalitarismo progre y un dogmatismo acrítico»
En la misma línea se manifiesta Fernando Vallespín en su obra “La sociedad de la intolerancia" al afirmar que:
"si el pluralismo deviene en tribalismo y el individualismo se disuelve en identitarismo, podemos haber entrado ya en el comienzo del final de las sociedades liberales."
En cualquier
caso, un hombre juicioso, ante esa actitud de “los más” ha de responder con la
máxima de Henry David Thoreau ―uno de los grandes defensores del
concepto de “Desobediencia Civil”―, para quien
“Bajo un gobierno que encarcela
injustamente, el lugar más apropiado para un hombre justo es la cárcel”
pues, cuando los poderes públicos cometen abusos apoyándose
en leyes injustas, la mejor alternativa es desobedecer al poder, sin miedo ni
vacilación.
Y es
precisamente esa actitud de “rebeldía” o desacomodo respecto de la verdad
absoluta que el poder trata de imponer, la que es fundamento y base de la
“guerra cultural” que los demócratas debemos estar dispuestos a emprender con
todas nuestras fuerzas frente a la maldad intrínseca de la pretensión de
dominio cultural de la Sociedad propia de la izquierda.
Nietzsche, expreso y beligerante
antisocialista, se anticipó a su tiempo denunciando los peligros de las
doctrinas de izquierdas de base marxista, en su obra “Más allá del bien y del
Mal”, concretamente en su capítulo “Para La Historia Natural de la Moral”, tal
y como en su día reflejé en mi post "PORQUE SOY ANTIMARXISTA".
No compartimos la brusquedad de las
formas del genio prusiano —no en balde su genialidad le precipitó a una
temprana locura— sin embargo, no me resisto a apuntar una de sus frases que, al
fin y al cabo, pienso que refleja el sentimiento que nos embarga a todos
quienes nos encuadramos en esa tarea intelectual del antimarxismo militante:
“Quien ha pensado alguna vez hasta el
final esa posibilidad [el éxito del socialismo] conoce una náusea más que los
demás hombres, ¡y tal vez también una nueva tarea!... “
Concluyamos aquí nuestra “reflexión heteróclita” con la tradición de incorporar una pieza
musical que se compadezca del contenido de la misma.
En esta ocasión el Dueto de Adán y Eva de la obra "La Creación" de Hydn
Somos un permanente conjunto de
contradicciones, un cúmulo de imperfecciones, un amontonamiento de ideas
inconexas y aberrantes.
Somos humanos.
La perfección es atributo de los Dioses, y
al igual que la felicidad, Ellos tan solo nos dejan intuirla.
Los pensadores paganos de la antigüedad
equiparaban las diferentes pasiones humanas con los héroes imperfectos nacidos
de los Dioses, y el ideal de lo perfecto solo encontraba reflejo en los atributos
de cada morador del Olimpo.
Junto a ellos Apolo, dominando desde su
morada del Parnaso el hogar de las Musas en el vecino monte Helicón, les permitía
inspirar pensamientos elevados a un pequeño grupo de mortales escogidos, por el
solo placer de ver a sus criaturas participar en el conocimiento de lo eterno.
Pero el Mundo ha evolucionado, los Dioses
ya no existen, “Dios ha Muerto” como pretendiera el todavía lúcido “Nietzsche” en uno de sus últimos escritos antes de entregar su
mente a las Bacantes.
¿Acaso nuestro destino es ser pasto de la
locura como recompensa a nuestros desvelos?
No lo se, pero mientras mantenga la
lucidez trataré de culminar mis reflexiones.
Todas estas cuestiones me llevan a comentar
la realidad circundante en clave de mitología y literatura.
Así, podríamos decir que hoy nos gobierna
un hombre carente de Patria y de Bandera, que, como si de Alcibíades se
tratase, vende España a Marruecos, y Argelia a Italia, a cambio de la gloria
instantánea y pasajera, sin pensar que su derrota no será suya, si no nuestra y
que la Historia
es inmisericorde con los perdedores.
El Presidente del Gobierno, como hiciera Ulises,
persigue los mitos insondables en un piélago abrumador de contradicciones, en
busca de la recompensa de los Dioses, la
Paz ansiada, mientras Penélope, la opinión pública, su
sufrida esposa, teje y desteje su tapiz esperando que termine su travesía, y deja tras de si más de 1000.000 fallecidos por la mal gestionada epidemia de COVID, 5 millones de parados, una economía destruida y los ciudadanos privados ilegalmente y durante meses, de sus derechos y libertades.
De nada sirven al navegante los augurios
de Tiresias, el adivino, la experiencia histórica acumulada, que le previene de
las trampas que encontrará en su singladura, ni los cantos de las hijas de
Melpómene, las Sirenas, que cual las brujas de Macbeth le cantan “tuya será la Gloria”, aunque haga oídos
sordos a la segunda estrofa: “Pero no lo será de tu estirpe” (El PSOE).
Mientras tanto el navegante, no se sabe si
por inconsciencia o superficialidad, se entretiene entre los brazos de la bruja
Circe de Elgoibar, que le arropa entre sus promesas, su hacha ensangrentada y
su emponzoñada serpiente, o entre los de los supremacistas raciales de Bilbao o
Barcelona, que se comportan como el cíclope Polifemo, manteniendo a sus ovejas
en su cueva, y poniendo en cuestión el concepto de España, equiparándolo con Vascongadas, como "países libres y en paz", tal y como hizo en su discurso del 10.07.2022, en el homenaje a Miguel Ángel Blanco en el 25 aniversario de su asesinato por ETA, los socios de Sánchez alias "Antonio".
Sin embargo, el moderno Ulises engendra un hijo monstruoso, la crisis económica y la inflación, que al igual que el vástago de Circe y Ulises, Telégono,
acabará con su progenitor entre enormes desventuras.
Sánchez, por otra parte, piensa que es Rey
como Macbeth, thane (barón) de Glamis y de Cawdor, y lo conseguirá asesinando
al Rey Duncan (toda su oposición), en la seguridad de que, conforme a la profecía de las brujas, ningún
hombre nacido de mujer podrá acabar con él, y solo si el bosque de Birnam
avanza contra Dunsinane.
No será, pues, un hombre. sino los votos, papel hecho de árboles de los
bosques, quienes, tarde o temprano, desplazarán al Héroe de su atalaya, y la gloria no
será ya ni suya ni de su estirpe.
Y entonces será el llanto y el crujir de
dientes.
Pero desgraciadamente no el de los suyos, si no
los de las víctimas de sus desatinos.
En fin, los de todos nosotros...
y para terminar os dejo un video que reproduce el ataque del bosque de Birnan a Dunsinane
El 8 de julio el BOE publicaba la
ley 24/2006, de 7 de julio de declaración del año 2006 como Año de la Memoria
Histórica.
La ley es de fecha 7 de julio, día del Santo Navarro, a quien, ese año
de 2007, Javier Eskubi, el concejal de Aralar encargado de encender el
“chupinazo” de comienzo de sus fiestas se ha negado a alabar con el tradicional
“Viva San Fermín”, que ha sustituido por un “Vivan las fiestas de San Fermín”,
posiblemente más acorde con el laicismo de los tiempos y menos con la tradición
pamplonica.
Lo que no debe de saber el
“honorable concejal de aralar” (“aralaren zinegotzi omentsu”, dicho en la
lengua que tanto ama) es que hoy en día los pamplonicas visten un pañuelo
colorado atado al cuello no por mero colorismo, ni por connotaciones políticas
nacionalistas o marxistas, sino en recuerdo de la decapitación del santo ―como
remedo de la sangre del degollado― en castigo por propagar y defender su fe,
sus creencias cristianas, en tierras entonces paganas del sur de Francia.
Pero
volviendo a la Ley que queremos comentar, quiero resaltar que su disposición
Adicional tercera establece, literalmente, que:
Sic:“El Ministerio de Cultura,
en colaboración con las Comunidades Autónomas, velará por la edición e
incorporación a las bibliotecas de sus competencias de libros y videos
pedagógicos sobre la recuperación de la memoria histórica de la Segunda
Republica, la represión de la dictadura franquista y la lucha por las
libertades. Se Garantizará la promoción de materiales realizados en todas
las lenguas oficiales del Estado.”
Pues bien, en el ánimo de
contribuir a esa “memoria histórica”, me gustaría, haciendo muestra de
asturianía, continuar este artículo en “bable”, aunque no tenga el reconocimiento de lengua
oficial, pero como no sé escribirlo correctamente, y como realmente tampoco sé
si escribir “correctamente”
en “bable” no deja de
ser, en si mismo, un empeño sin mucho sentido, me abstengo de mi inicial
propósito y lo haré en vulgar castellano y además voy a aportar elementos de
carácter gráfico, documentos gráficos, como llaman los expertos a las simples
“fotografías” para añadir intensidad emocional a mi contribución.
Como continuación del desatino, el
Congreso ha dado luz verde a la tramitación parlamentaria del proyecto de Ley.
Pero eso no acaba ahí, pues ayer,
día del San Fermín de 2022, los cachorros de EHBILDU/ETA han atacado a la
procesión del Santo, hiriendo al Alcalde, que, oh casualidades!!!, es de la
coalición derechista Navarra Suma.
Los atacantes son las mismas alimañas
con la que Pedro Sánchez, alias “Antonio”, ha pactado la enrevesada revisión de
aquella Ley en la nueva “Ley de Memoria Democrática”, como he comentado en un
POST anterior.
Y ya que vamos de "Memoria Histórica", quiero recoger en este post alguno de los pasajes de nuestra historia que esta Ley pretende llevar al baul de los olvidos
En
cualquier caso, en estas líneas quiero ser fiel a la recomendación del Bachiller Sansón
Carrasco en El Quijote:
«El historiador ha
de escribir las cosas, no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni
quitar a la verdad cosa alguna.»
Y así os cuento:
1º.- El entonces líder del PSOE Largo Caballero, en el
cine Europa, según relata El Socialista de fecha 13 de enero de 1936,
decía:
«Yo
declaro... que, antes de la República, nuestra obligación es traer al
socialismo... Hablo de socialismo marxista... socialismo revolucionario...
somos socialistas pero socialistas marxistas revolucionarios... ¿Procedimiento?
¡¡El que podamos emplear!!»...
Pues bien, la frase no se compadece con la manifestación
contenida en la exposición de motivos de la Ley que hoy comentamos, fomentada
por el PSOE contemporáneo, conforme a la cual:
Aquella
etapa de nuestra historia (La Segunda Republica) constituyó la más importante
experiencia democrática que podamos contemplar al mirar nuestro pasado.
Nótese
pues que la “lealtad” del PSOE en 1936, con Largo Caballero a su cabeza,lo era al Socialismo Marxista Revolucionario,
que no a la Republica. Y ello pese a que la doctrina oficial izquierdista trate
de vendernos que la revolución del 34, propiciada por los más reconocidos
lideres del propio PSOE, entre ellos y muy especialmente Largo caballero, no
fue un ataque a la Republica, sino una defensa del pueblo para “prevenir” la amenaza fascista que representaba
la incorporación de ministros de la CEDA al Gobierno de la República. Es decir
que fue una “guerra preventiva”, de esas que hacen los americanos y que sonhoy tan denostadas por la progresía de
izquierdas, al grito de “No a la Guerra”
Recordemos, además que la frase en
cuestión fue pronunciada por Largo caballero en 1936, dos años, tan solo,
después del fracaso de la intentona “revolucionaria y marxista” en que consistieron los
acontecimientos de Asturias en Octubre de 1934, propiciados por el propio PSOE,
de los que desde luego no parecía muy arrepentido.
La contumacia en la defensa de un
régimen bolchevique, era evidente en los lideres socialistas, para los que el “Octubre
Rojo Ruso”,
anterior en apenas quince años al “Octubre Rojo Asturiano”, era un referente de objetivo
claramente imitable en España, en un deseo decidido de superar lo que para
ellos (Largo Caballero, Indalecio Prieto, Luis Araquistáin, etc…) era una “Republica
Burguesa” que
había que destruir y superar.
argo
Caballero, disfrazado de miliciano y con un reluciente Winchester
entre sus
manos, de visita en el frente de Somosierra.
Por lo demás, y tal y como nos dice Salvador de Madariaga, republicano
de pro:
“Con la revolución del 1934
la izquierda española perdió hasta su sombra de autoridad moral para condenar
la rebelión de 1936”.
Y pese a todo ello,
nadie ha reclamado que se retire su estatua-monumento de los aledaños de los
nuevos ministerios de Madrid, como ya se hiciera con la de otro “antidemócrata”
como él, llamado Francisco Franco, que gozaba de monumento a la vuelta de la
esquina; claro que este era de derechas y le había ganado la guerra a nuestro
protagonista, y eso es inadmisible desde el punto de vista de la corrección
política impuesta desde la democrática izquierda patria.
Finalmente,
y como critica a los socialistas “prosovieticos y bolcheviques” capitaneados por Largo Caballero,
recordemos, tan solo, las palabras de alguien tan poco sospechoso de fascista como
Julián Besteiro, representante del ala moderada y demócrata del PSOE:
“La
verdad real: estamos derrotados por nuestras propias culpas: por habernos
dejado arrastrar a la línea bolchevique, que es la aberración política más
grande que han conocido quizás los siglos. La política internacional rusa, en
manos de Stalin y tal vez como reacción contra un estado de fracaso interior,
se ha convertido en un crimen monstruoso que supera en mucho las más macabras
concepciones de Dostoievski y de Tolstoi.”
2º.- El 13 de julio de 1936 fue
asesinado en Madrid el líder de la oposición conservadora, José Calvo Sotelo y
creo que, en relación con dicho drama, una de las opiniones mas respetables es
la del Catedrático de Historia Contemporánea Alfonso Bullón de Mendoza, autor
del libro “José Calvo Soleto” (ARIEL 2004) y que en un reciente artículo
publicado en “EL MUNDO” nos dice que:
“La declaración del presidente del parlamento Europeo (el socialista español) Sr. Borrell, según la cual “el
alzamiento de parte del ejercito español en 1936 frustró la gran esperanza que
representaba la II República” sería válida si ese alzamiento se hubiese
producido en 1931, al poco tiempo de la instauración de la República, pero no (cuando este tuvo lugar) en 1936, muchos meses después (…) a
lo largo de los cuales se produjeron muchas circunstancias que hicieron
frustrar esa “enorme esperanza”, circunstancias que ponen de manifiesto hasta
que punto se había frustrado toda esperanza sin necesidad de que un alzamiento
militar le pusiera fin.”
Para continuar relatando:
“En su última intervención parlamentaria acaecida el 1 de
julio (de
1936) las constantes
interrupciones e insultos le obligaron (a José Cavo Sotelo) a abandonar el uso de la palabra, y fue ese mismo día
cuando pudo escucharse decir a diputado del PSOE Angel Galarza:
“Pensando en Su Señoría, encuentro justificado
todo, incluso el atentado que le prive de la vida”.
Reprendido por Martínez
Barrio, quien mandó retirar las amenazas del Diario de Sesiones, Galarza
respondió:
“Esas palabras, que en el Diario de sesiones no figurarán, el
país las conocerá y nos dirá a todos si es legítima o no la violencia”
Angel Galarza
No olvidemos que Galarza fue Ministro de Gobernación
en el Gobierno Socialista poco después de estos acontecimientos.
Fernando Condés, asesino de Calvo Sotelo
Concluye Bullón de Mendoza relatando como el asesinato de
Calvo Sotelo, ejecutado con la directa intervención de los
socialistas Fernando Condés,(Capitán de
la Guardia Civil responsable de la escolta personal de Indalecio Prieto) y Luis
Cuenca (uno de los guardaespaldas de dicha escolta), fue conocido en la mañana del 14 de julio de 1936 por los diputados socialistas Vidarte,
Zugazagoitia, director además de “El Socialista”, y por el propio Indalecio
Prieto, quienes no solo no procedieron a denunciar los hechos (el gravísimo
asesinato del líder de la oposición parlamentaria) sino que, además,
encubrieron a sus autores, circunstancias todas ellas que demuestran, según
Bullón la “anormalidad del régimen
republicano del 36”.
El Cadáver de Calvo Sotelo en el depósito
del cementerio de la Almudena, a cuya puerta fue abandonado por sus asesinos.
Pues bien, nuestros
demócratas del PSOE, IU, ERC, y demás patulea “progresista”, exigen la retirada
de los nombres de todas las plazas, calles o avenidas que recuerden al
“fascista” Sr. Calvo Sotelo, pues su sola presencia es considerada una
provocación antidemocrática. O mala fe o ignorancia intencionada.
3º.- El 14 de agosto de 1936
la aviación nacional bombardea Gijón causando cincuenta víctimas. En represalia
por dicho bombardeo, el Consejo Soberano de Asturias y León, presidido por el
socialista Belarmino Tomás, que había sido uno de los lideres mineros de la
Revolución de octubre de 1934, ordenó la ejecución de ciento dieciséis presos
políticos, tal y como relata en la página 882 del “Diccionario
Histórico de Asturias” publicado por “La Nueva España” de Oviedo.
Consejo soberano de
Asturias y Leon Presidido por el Socialista Belarmino Tomás
(en el centro con cazadora oscura)
Efectivamente, dos horas después del
bombardeo, se empezaron a sacar presos de la recién construida Iglesia de San
José, que como otras de Gijón había sido convertida en cárcel. Se eligió
metódicamente a las víctimas que fueron transportadas en autobuses al
cementerio de Jove, donde fueron asesinados (lo cuenta un superviviente,
Bonifacio Lorenzo, en su libro “Disparad sobre nosotros. Los cuarteles de
Gijón y otros sucesos”).
Los
cadáveres de los fusilados permanecieron insepultos varios días, hasta que se les roció de gasolina y
fueron quemados y sepultados en una fosa llena de cal viva. Existe una lapida
con sus nombres, totalmente abandonada, en el cementerio citado. Figuran en
ella numerosos gijoneses de prestigio, entre ellos los diputados republicanos
conservadores Romualdo Alvargonzález y Mariano Merediz.
A continuación,
el día 29 de agosto de 1936, se ordenó el traslado de 500 presos políticos de
las cárceles gijonesas de “la iglesiona” (Iglesia del Sagrado Corazón) y de “El
Coto” al buque "José Luis Caso de los Cobos", que fue fondeado en la
dársena del puerto de El Musel, con la intención de crear un escudo humano
frente a los bombardeos que sufría el referido puerto.
El buque Jose Luis Cabo
de los Cobos (Colección Rubén)
A diferencia de lo ocurrido en
Gijón ¿qué ocurrió con Oviedo en manos del “sublevado” Aranda?:
«La
ofensiva republicana arrasó Oviedo con un bombardeo diario de 3.000 proyectiles
de cañón y bombas de aviación del 21 de febrero a finales de marzo (1937)». Fundación Pablo Iglesias, AFLC XXIV, pág. 722
“Oviedo sufrió durante el sitio 130 bombardeos aéreos, algunos de 13
horas seguidas, 120.000 proyectiles de cañón, 10.000 bombas de aviación.”La Nueva España, 06-03-04, pág. 48, Francisco
Camarero
Ruinas de Oviedo tras los
bombardeos de 1937
Ruinas de Guernica trás
los bombardeos de 1937
Por cierto, la fotos que publico
comparan los efectos de los bombardeos de Guernica por la Legión Condor y de
Oviedo por los Republicanos, ambos terriblemente ocurridos en 1937, aunque no
recuerdo haber oído hablar a nadie del Bando Republicano de la brutalidad de
los bombardeos sobre Oviedo, ni de los sufrimientos de su población Civil ―será
porque eran sublevados y no leales republicanos―.
Por otra parte,
no consta, históricamente, que en Oviedo se realizasen ejecuciones de prisioneros
políticos como represalia por los bombardeos sufridos.
Ello no quita
que, durante el periodo del asedio republicano a la ciudad, entre julio de 1936
y octubre de 1937, fueran fusiladas 66 personas del bando republicano ―según
consta en la pagina web de la Asociaron de la Fosa Común del cementerio de Oviedo
[i]― en la mayoría de los casos tras “juicios
sumarios” y con el objetivo de mantener la moral de los asediados mediante
ejecuciones de “enemigos” de los defensores de la ciudad, fusilamientos que
nadie pretende justificar.
3º.- Desgraciadamente las represalias sobre los vencidos fueron una
constante en ambos bandos, pero no es, sin embargo, cierto que la represión
fuera mayor o más inhumana en el bando franquista.
Voy a hacer referencia a
algunos ejemplos de represión ejercida sobre los Nacionales por parte de los
leales republicanos, ya que la recuperación de la memoria histórica al amparo
de la nueva Ley, por parte de los entonces vencidos, dará lugar a la
rememoración de ejemplos múltiples de la “represión fascista”.
a.- Últimamente oímos hablar mucho del abuelo del expresidente Zapatero,
el Capitán Lozano, aunque lo cierto es que su nombre era Juan Rodríguez
García-Lozano ―no se que le pasa a esta familia con el Rodríguez y el García―.
Pues resulta que el Capitán
Rodríguez no solo participó en el sofocamiento de la revolución minera de
octubre de 1934, sino que el libro “La gran revancha” de los periodistas Isabel
Durán y Carlos Dávila, pone de manifiesto el expediente
El
Capitán Juan Rodríguez García-Lozano
disciplinario abierto por la Justicia Militar Republicana contra el
mismo por actuar como confidente del director de El Socialista, el diputado del
PSOE Julián Zugazagoitia, ya citado, lo que dio lugar a su separación del servicio activo en 1936, antes del levantamiento del
18 de julio.
Es cierto que el capitán fue fusilado el 20 de julio de 1936, tras
fracasar en su intento de apoyar al gobierno de la República frente a los
sublevados, pero también es cierto que tuvo incluso tiempo, desde su condena
hasta su ejecución, para escribir su testamento.
El Capitán Ortiz de Zarate en manos de milicianos
poco antes de su asesinato
Sin embargo no hemos oído nada de otros fusilamientos, igual de
dramáticos, ocurridos en la zona republicana, como el del Comandante Ortiz de
Zarate, sublevado en Guadalajara y fusilado tras su intento de alzamiento,
inmediatamente después de su apresamiento, sin juicio y por decisión “popular”
de los milicianos que le apresaron, hechos a los que corresponde la fotografía
que acompañamos, en la que Ortiz de Zarate es conducido al paredón por sus
captores, que no le dieron tiempo ni para otorgar testamento, ni para nada.
b.-
Genocidio sobre los defensores cautivos del Cuartel de la Montaña, de Madrid;
su ejecutor Enrique Castro Delgado, cuenta en su libro Hombres made in Moscú:
“Ya dentro del Cuartel, alguien dice: “Allí” están los
que no han escapado, serios, lívidos, rígidos... Castro sonríe al recordar la
“fórmula”. “Matar... matar, seguir matando hasta que el cansancio impida matar
más... Después... Después construir el socialismo”. “Que salgan en filas y se
vayan colocando junto a aquella pared de enfrente, y que se queden allí de cara
a la pared... ¡Daros prisa! La fórmula se convirtió en síntesis de aquella
hora... luego un disparo... luego muchos disparos... La fórmula se había aplicado
con una exactitud casi maravillosa”.
Más de cincuenta
cadáveres de los defensores del cuartel de la Montaña,
masacrados por los
saltantes milicianos, yacen en el Patio del Cuartel.
c.- Se
nos relatan también, de modo insistente y machacón, los fusilamientos de
“miles” de presos milicianos detenidos en la toma de Badajoz por los Nacionales
el 15 de agosto de 1936, tras ser encarcelados en la plaza de toros de la
localidad convertida en prisión improvisada y según las crónicas, fusilados por
las tropas franquistas.
Según
los propagandistas de izquierdas los fusilados fueron 4.000, aunque según el
nada sospechoso Hugh Thomas y otros historiadores más objetivos, los ejecutados
fueron no más de 300, lo cual no deja de ser una barbaridad, pero difiere considerablemente
de los datos aportados por la propaganda marxista.
Por
cierto, que la propaganda socialista, por pluma del propio director de “El
Socialista”, el diputado Zugazagoitia, al que ya he hecho
Julian Zugazagoitia
referencia
en varias ocasiones en este escrito, es el creador del esperpéntico bulo de la
increíble escena de los nacionales, falangistas, militares, curas y señoras con
mantilla, presenciado el espectáculo del fusilamiento de los detenidos,
alborozadamente, con música de pasodoble y merienda, en la plaza de toros de la
ciudad.
Sin
embargo, desde la izquierda no se habla, nunca, de los fusilamientos en
Paracuellos del Jarama, Soto de Alcoleay Pozuelo de Alarcón, de más de once mil setecientos (11.705)
“fascistas” sacados de las cárceles de Madrid ―según la relación nominal de
víctimas contenida en el libro “Checas de Madrid” de Cesar Vidal― especialmente
durante el mes de noviembre de 1936, ante la proximidad de las tropas
nacionales a Madrid, al parecer con intervención del ínclito Santiago Carrillo,
y encima la progresía patria se indigna cuando a “don Santiago” le increpan
como “asesino” en actos públicos…
Debemos
advertir que El 6 de noviembre de 1936, ante el avance de los nacionales, que
se hallan a las puertas de Madrid, el gobierno de la república abandonó la
Capital, retirándose a Valencia y formándose la Junta de Defensa de Madrid, presidida
por el general Miaja, en la que Santiago Carrillo, entonces líder de las
Juventudes Socialistas, es designado Consejero de Orden Público.
Uno de
los primeros asuntos que afrontar la nueva Junta es impedir que, en el caso de
que la ciudad cayese ante el asedio, el ejército rebelde pudiera aumentar su
potencial ofensivo con los presos de las cárceles (Modelo, Porlier, Ventas y
otras), muchos de ellos militares y civiles simpatizantes de los nacionales. A
este fin, el mismo día del nombramiento de Carrillo se decide evacuarlos a
prisiones alejadas de Madrid, con lo que a la mañana siguiente, 7 de noviembre,
un convoy de autobuses vacía las cárceles (alguna de ellas, como la Modelo,
situada a unos cientos de metros del frente). Sin embargo, el convoy termina en
la vega del Jarama (en el municipio de Paracuellos de Jarama), allí los presos
son fusilados. Los sucesos se repiten dos días después, esta vez en la vega del
Henares (en el municipio de Torrejón de Ardoz). Hasta el 27 de noviembre no
todos los convoyes llegarían a su destino
Los
testimonios del PNVista Jesús Galíndez Suárez, de Gueorgui Dimitrov ―delegado
de la Internacional Comunista en Madrid en aquellas fechas― de Félix Schlayer ―cónsul
de Noruega en Madrid durante la guerra civil― así como el informe de Henry
Henny ―delegado de la Cruz Roja Internacional― son esgrimidos como prueba de la
culpabilidad de Carrillo por numerosos historiadores conservadores como César
Vidal, Pío Moa, Ricardo de la Cierva o Stanley G. Payne, así como por algunos
claramente comprometidos con la causa republicana, como Guillermo Cabanellas;
aunque son desestimados por la historiografía académica oficial (Alberto Reig
Tapia, Enrique Moradiellos, Ian Gibson, Paul Preston o Javier Tusell, entre
otros).
Carrillo en 1936
El
propio Carrillo ha negado siempre su participación, aunque la frase:
“fue una
desgracia tremenda, pero hubiera sido mucho peor que se hubieran unido al Ejército que estaba atacando a Madrid...”
pronunciada
por el propio Carrillo en la entrevista publicada en el diario El País del día
9 de enero de 2005, no es precisamente tranquilizadora al respecto…
Entre
los asesinados se encontraban varios padres con sus hijos adolescentes, como
por ejemplo el capitán Enrique Sicluna Burgos y sus dos hijos, Luis y Enrique
Sicluna Rodríguez, estudiantes de 21 y 17 años respectivamente, o el de Anselmo
Larrondo González y su hijo Anselmo de dieciséis años. ―En el caso de los tres
jóvenes, su único delito era el de ser “hijos de fascistas”―
Sinceramente,
creo que el resumen de los hechos trágicos enunciados no resulta nada
atractivo.
¿De
verdad pretende el Gobierno Socialista llevarnos al recuerdo activo de estos
acontecimientos?
Pues
resulta que si, que este ejercicio de rencor es lo que propugna la Ley
de “Memoria Histórica” aprobada por el Congreso de los Diputados, que no parece
que vaya a modificarse en los sucesivos trámites parlamentarios, y lo hace
además sectariamente, como si los acontecimientos dramáticos que cristalizaron
en España en la década de los años 30 del siglo XX no hubieran tenido más
víctimas que las del bando “republicano”, con olvido, además, de que el
advenimiento de la II Republica, la revolución de Octubre de 1934, la Guerra
Civil española 1936-1939 y el régimen de Franco fueron realidades acaecidas en
el contexto histórico de los enfrentamientos que a escala mundial se produjeron
entre los defensores de las democracias liberales, los fascismos y el
comunismo, con víctimas inocentes y desmanes en todos los bandos.
Todo
ello adobado con la II Guerra Mundial, el sometimiento de los países europeos
del Este al llamado telón de acero, la creación del Estado de Israel, la guerra
fría y el acogimiento del régimen Franquista por las potencias aliadas como
pieza del rompecabezas con establecimiento de bases norteamericanas en nuestro
territorio, la crisis cubana de los misiles, las guerras de Corea y Vietnam, el
hundimiento de la Unión Soviética,la
radicalización de los movimientos islamistas... etc...
La
Historia, en fin, de la humanidad durante el siglo XX, con sus grandezas y sus
miserias, sus logros y sus derrotas...
Y
mientras las nuevas generaciones viven preocupadas por su futuro, por el futuro
de un mundo en equilibrio económico inestable, de un mundo amenazado en su
conservación y viabilidad planetaria, de un mundo en crítico desarrollo global
con graves deficiencias de supervivencia en más de tres cuartas partes de su
población... mientras tanto, nuestros gobernantes viven preocupados por
reinventar la “memoria” del pasado más dramático de nuestra historia reciente,
en un irresponsable ejercicio de revisionismo partidista que solo conduce a la
reapertura de las heridas que durante la época de nuestra llamada “transición”
quisieron dejarse definitivamente cerradas. Por desgracia parece que no lo
hemos conseguido.
Por
cierto, el efecto de rebote ya se está produciendo; no hay más que ojear los
diarios ABC y EL MUNDO para ver una multitud de esquelas recordando a
“nacionales” fusilados por elementos anarquistas, comunistas y socialistas
desde el mes de agosto de 1936.
Estos
recordatorios habían sido almacenados en la conciencia olvidada de las familias,
hasta que Rodríguez y sus secuaces, con su afán revisionista, han reactivado el
enfrentamiento entre las “dos Españas”.
En
cualquier caso, solo hay que ver la cara de extrañeza con la que Zapatero contempla
la imagen venerada de nuestro Santo Patrón, en su última visita a Santiago de
Compostela, para entender que, realmente, la verdad le importa un comino, tanto
como la fe cristiana, las tradiciones del pueblo al que gobernaba o su Historia,
aunque el caso de Pedro Rodríguez alias “Antonio” es peor, pues no se conoce
visita alguna al Santo Apóstol.
Para Pedro Rodríguez, alias “Antonio”,
con su nueva Ley de Memoria, lo único importante es activar mecanismos
demagógicos que le permitan desviar la atención de los ciudadanos de los
acontecimientos realmente importantes en los que su gobierno, de continuo,
desbarra y buscar argumentos que le permitan identificar a su adversario
político, el PP, con la “derechona fascista y antidemocrática” que gano la guerra
civil y de la que está empeñado que se piense que es heredera.
Uno de los artífices de la
Transición de 1978, Torcuato Fernández-Miranda, mi padre, a quien no gustaba
hablar de la terrible experiencia de la Guerra Civil, forzado en una ocasión
por mi insistencia adolescente para que me contase alguna batallita de la
guerra, me hizo esta reflexión:
“Mira, hijo, no me gusta recordar la guerra civil, pues esa guerra fue
una consecuencia fatal, cruel y terriblemente dramática, de una situación
social envenenada, en la que los españoles sublevados llegamos a la conclusión
que aquella era la única solución posible ante la impunidad de los matones y la
impotencia (cuando no pasividad) de las instituciones, ante el riesgo, efectivo
y cotidianamente hecho realidad, de vernos masacrados, cualquier día, en
cualquier rincón y a cualquier hora, por una pandilla de matones por pensar
diferente o creer distinto que ellos."
Mi
padre había sido reiteradamente amenazado de muerte en 1935 y 1936 (a los 20
años de edad) en los pasquines de las Juventudes Comunistas de Asturias que
circulaban por la Universidad de Oviedo, por su condición de Delegado
Universitario de Acción Católica, y tuvo que huir, campo a través, tras el 18
de julio, para salvar su vida, hasta Galicia, donde se sumó a las tropas
nacionales.
No pretenda pues
el Presidente Sánchez, alias “Antonio”, que ahora tenga que aceptar que
aquellos matones y aquellas instituciones a que se refería mi padre sean un
ejemplo de comportamiento democráticamente ejemplarizante.
Por mucho que
insista o amenace con sancionarme por tener mi propia opinión, no va a
convencerme.
Y ahora lo difícil es elegir una canción que se acompase a lo relatado en esta dramática reflexión, aunque, tal vez, lo más apropiado sea el toque a oración en honor de los caidos a manos de los asesinos a quienes hemos dedicado estas líneas.