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miércoles, 24 de junio de 2020

MAS SOBRE EL ISLAM




    En mi reciente escrito "RATISBONA" planteaba la cuestión del crecimiento de las comunidades musulmanas en Europa y la cada día mayor influencia, a través de ellas, de lo islámico en nuestras sociedades.

    De esta realidad se derivan, necesariamente, algunas cuestiones que voy a abordar en este nuevo escrito.

    Un artículo de Jonh Lloyd en el “Financial Times” formulaba una pregunta clave para tratar de definir las relaciones del Islam y Europa:

¿Puede un musulmán devoto ser leal a un Estado laico?

    O dicho con otras palabras:

    ¿Será posible que los musulmanes europeos puedan separar, de modo expresamente diferenciado, el ámbito de su fe y la piedad con la que la defienden y practican sus ritos, del ámbito de sus derechos y obligaciones civiles impuestas por la legislación del Estado en el que residen o del que formen parte?

    La cuestión es efectivamente crítica, y las consecuencias derivadas de ella, inmensas.

    Una de las consecuencias es que al igual que los musulmanes exigen respeto a su fe y libertad para su práctica, deberían corresponder ─pues tal es el sentido de las leyes en las sociedades occidentales─ con un pleno respeto hacia las posiciones religiosas o filosóficas de los demás, especialmente de aquellas para las que el Islam exige una mayor beligerancia y falta de respeto.

    Y junto a ello, pues nuevamente es consecuencia de los principios inspiradores de las sociedades occidentales modernas, debería exigirse a todo musulmán respeto hacia los musulmanes disidentes o críticos con las interpretaciones mayoritarias del propio Islam, favoreciendo así un necesario proceso de adaptación de la fe islámica a las sociedades desarrolladas occidentales en las que está integrada.

    La cuestión que todas estas preguntas plantean es la de si es posible aventurar la emergencia de un Islam moderado capaz seducir a los musulmanes y ofrecer alguna perspectiva de libertad y respeto hacia quienes tienen creencias incompatibles con las del propio Islam, propiciando así la coexistencia del Islam con los no musulmanes.

    No faltan expertos que piensan que sería perfectamente posible, ya que afirman que el Corán no avala ninguno de los comportamientos antiéticos (desde el punto de vista occidental) que caracterizan a los sistemas legales musulmanes, intransigentemente apoyados en la Sharía ─v.g.: la pena de muerte y otros castigos físicos para delitos como el adulterio o la conversión a otra religión─ y ciertamente no existe la menor razón que nos impida creerlo.

    Dado que tampoco los Evangelios incitan a la violencia y ello no fue óbice para que, durante un largo período de nuestra historia, su interpretación sesgada fuera utilizada como coartada para justificar las cruzadas o para quemar herejes, muchos sostienen que es posible una evolución modernizadora de las sociedades musulmanas, similar a la modernización de las sociedades cristianas, acaecida a partir de la revolución francesa.

    Sin embargo, es preciso tener en cuenta que esa modernización choca contra la creencia, incontrovertida en las distintas ramas del Islam, de la infalibilidad del Profeta y la inamovilidad de los principios derivados del Corán y la Sunna.

    A diferencia de los evangelios cristianos, que constituyen una relación de hechos y dichos de Jesús ─fundamentalmente de sus enseñanzas, y de su pasión, muerte y resurrección, en los que se basan los elementos de la fe cristiana─ redactados por sus discípulos, los evangelistas, el Corán es, según los propios musulmanes, la revelación de Alá, la palabra de Alá revelada directamente al profeta por el Arcángel Gabriel.

    La diferencia plantea una cuestión fundamental, los cristianos creen que son ciertos los hechos relatados en los evangelios y las enseñanzas del Maestro, pero que no son sino los relatos reproducidos por sus discípulos, los cuatro evangelistas, por lo que, sin negar esa autenticidad, se ha discutido en el seno de la cristiandad la posibilidad de interpretaciones diversas de su contenido, lo que dio lugar históricamente a las llamadas corrientes protestantes, frente a la interpretación “verdadera” de la Iglesia católica, divergencias que contribuyeron, positivamente, a la evolución sociológico-filosófica de Occidente.

    el contrario. los musulmanes creen que el Corán contiene mandatos literales emanados del propio Alá, y por tanto, según la interpretación integrista mayoritaria, tales mandatos son inamovibles y solo son susceptibles de interpretación limitada sobre la base de los dichos del profeta transmitidos, sin ruptura del enlace histórico, de ulema a ulema: las llamadas “hazid”.

En tal sentido

«El gobierno islámico está sometido a la ley del Islam, que no emana ni del pueblo ni de sus representantes, sino directamente de Dios y su voluntad divina. La ley coránica, que no es otra que la ley divina, constituye la entidad de todo gobierno islámico y reina enteramente sobre todas las personas que están bajo ella.»

Tal y como Afirmaba categóricamente el Ayatolá Jomeini.

    Esta consideración elimina toda posibilidad, en las sociedades musulmanas, ─partidarias en su  mayoría de una interpretación integrista del Corán─, de llegar a una efectiva división de los poderes religioso y político, que ha sido una de las constantes de la evolución político-histórica en los países occidentales, y uno de los hitos de la evolución de nuestras sociedades hacia lo que hoy conocemos como sociedades democráticas desarrolladas.

    En esta línea son interesantes las conclusiones manifestadas por el candidato a la Presidencia de la República Francesa Nicolás Sarkozy en su libro, publicado por la editorial Gota a Gota de la fundación FAES, bajo el título “La República, las religiones, la esperanza”

    De este libro se deducen las siguientes conclusiones.

    Los Estados deben garantizar el respeto y la promoción del culto de las distintas religiones que se practiquen en sus territorios, pero, en el caso de la Unión Europea, deben mostrar una especial sensibilidad hacia el cristianismo, que no solo es una religión, sino que es la base de nuestra cultura.

    Entre los sistemas defendidos en distintos países europeos en relación con el Islam, el “multiculturalismo” y la “asimilación” y pese a reconocer los fallos de ambos sistemas, Sarkozy defiende la exigencia de integración de los musulmanes a la cultura occidental para evitar la formación de “guetos” culturales o la deriva de los ciudadanos europeos musulmanes hacia la violencia del “yihadismo” integrista.

    Su pensamiento se puede resumir en la frase dirigida por Sarkozy, en un programa televisivo, a una defensora del uso del velo o “chador” por las jóvenes musulmanas en las escuelas francesas:

“Al igual que los cristianos tienen que quitarse sus zapatos, por respeto a las tradiciones musulmanas, al entrar en una mezquita, las musulmanas se tiene que quitar el velo, por respeto a nuestra tradición de escuela laica, al entrar en un colegio.”

       Solo un proceso de “integración” cultural del Islam en los esquemas sociológicos y de derechos y libertades Occidentales permitiría la coexistencia de Islam y cultura occidental, del modo en que es posible la coexistencia entre cultura occidental y cristianismo.

       Algunos estudiosos defienden que esa posibilidad existe ya en el seno del Islam, en el que no podría obviarse la inexistencia de una uniformidad de interpretación del Corán y la Sunna.

En ese sentido, y como muestra de la evolución del Islam se señala, por ejemplo, la diferente redacción que se propugna entre las corrientes integristas y las más moderadas, del último inciso del versículo 34 de la Sura An-Nisáa (Sura 4ª La mujer):

“En relación con aquellas mujeres de las que tengáis pruebas de su hostilidad, hacedlas entrar en razón, evitad su intimidad e imprimid en ellas la necesidad de un cambio” (Versión moderada)

“Respecto de aquellas mujeres de las que temáis que no os serán sumisas, reñirlas, relegarlas a sus habitaciones, y golpearlas” (versión Integrista)

        En cualquier caso, con ser groseras las diferencias entre una y otra versión, se olvida que lo esencial de la cuestión no se encuentra en este último inciso del versículo, si no en su primer inciso, que ambas corrientes declinan de modo idéntico:

“Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a unos más que a otros y de los bienes que gastan.”

        Lo que implica una sumisión de la mujer al hombre contraria a los principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos y difícilmente conciliable con ella.

        Son estas, y otras cuestiones fundamentales referidas a la falta de respeto por parte del Corán a aspectos concretos de la Declaración Universal de Derechos Humanos, las que dificultan una verdadera integración del Islam en la cultura occidental, no solo las posiciones más integristas, si no su esencia general que, hoy por hoy, dificulta la conciliación de pensamientos entre los postulados de las sociedades laicas occidentales y la concepción teológica de la existencia y la presencia de los postulados de El Corán, en todas las esferas y en todos los aspectos de la vida pública y privada de los musulmanes.

        Y mientras tanto, seguimos presenciando nuevas muestras de la debilidad de la sociedad occidental frente a las presiones y amenazas del Islam.

        Así, los alcaldes de diversas localidades del Levante español, en las que son tradicionales las llamadas “Fiestas de Moros y Cristianos” han decidido alterar las tradiciones de esas fiestas eliminando de su programa la tradicional “quema de Mahoma” con el fin de “no herir a la sensibilidad de los musulmanes”. Aunque nadie se ha escandalizado de que Bisbal, en el vidioclip de presentación de su nuevo disco se presente “crucificado” colgando de una soga, en una estética de imitación de la crucifixión que, no se muy bien porqué, encanta a nuestros faranduleros.

        Por otra parte, los inmigrantes musulmanes retenidos en las instalaciones de acogida de Tenerife, se han amotinado contra la policía porque siendo “Ramadán” se les han repartido bocadillos a la luz del sol, contraviniendo así sus preceptos del ayuno y a nadie se le ha ocurrido decirles que se coman sus bocadillos, cada uno de ellos, cuando sus convicciones religiosas personales se lo recomienden.

        Y Marruecos se niega a aceptar que varias decenas de vehículos todo terreno, regalados por España, entren en su territorio por la frontera de Melilla, pues eso sería tanto como aceptar que Melilla es Española y que hay una frontera legítima, mientras que nuestro Gobierno acuerda con las autoridades de Gibraltar abrir un centro del Instituto Cervantes en el Peñón, reconociendo de facto su cualidad de territorio extranjero.

        Y así vamos viendo pequeñas, pero constantes muestras de lo que es un permanente intento de islamización de nuestra sociedad:

        Los aragoneses discuten la eliminación de las cuatro cabezas de moro que aparecen en su escudo desde la Edad Media; en Granada se piensa eliminar de sus fiestas la exposición y el flameo del pendón de los Reyes Católicos, que recuerda su reconquista, tal y como se ha venido haciendo desde 1492; en Córdoba se insiste en realizar una oración musulmana colectiva en la mezquita pese a que sea templo cristiano desde hace casi 800 años, exactamente desde 1236, año de la conquista de la ciudad por el Rey Fernando III El Santo; etc...

        Y fuera de España se suspende la representación de la Opera “Idomeneo” porque en su montaje hay escenas que pueden ofender al Islam, pero nadie suspende el estreno de obras de cine o teatro que ofenden los sentimientos cristianos, (v.g. la obra “Corpus Christi” del autor Terence McNally que presenta a un Jesucristo homosexual y que va a estrenarse en Brodway) y salvo a los ortodoxos rusos, a nadie se le ocurre quejarse de la crucifixión (nuevamente) de Madona.

        No podemos seguir en esta dinámica, Occidente tiene la obligación de defender los esquemas de su Sociedad laica, liberal y democrática, creada sobre la base del pensamiento cristiano, si no quiere verse arrastrada a una situación de islamización de consecuencias impredecibles.

        Y como casi siempre, y para concluir, os añado un vÍdeo con la pieza “Capricho Árabe” de Francisco Tárrega, música que nos conecta con la herencia árabe de 800 años de presencia musulmana en la península ibérica, cuyo poso permanece en nuestra cultura, aunque de su definitiva marcha hace ya más de 500 años.


martes, 23 de junio de 2020

NUNCA TAN POCOS HICIERON TANTO DAÑO A TANTOS

GRUPO PARLAMENTARIO DE UNIDAS PODEMOS EN EL HEMICICLO DEL CONGRESO

                 Nuestra Historia está llena de grandes acontecimientos y figuras que sobresalen por su grandeza y su valentía, o por su sacrificio y entrega.

La Historia no es un conjunto de capítulos cerrados, sino un permanente devenir de cada Nación, de cada persona. Y hoy vivimos un nuevo Capitulo dentro de esa situación temporal que, para sus contemporáneos, es la mas grave y preocupante de nuestra Historia, de la “nuestra” y no de la de nuestra Patria, pues otros momentos más graves se han vivido y aquí estamos.

Efectivamente, este período histórico, iniciado con la muerte de Franco y la Transición, se encuentra en un momento crítico por consecuencia de dos circunstancias coexistentes y coincidentes:

De una parte, la formación de un Gobierno que ha venido en llamarse Frankenstein, por lo complejo de las partes que los conforman, a saber, el PSOE, la izquierda ultra radical de UNIDAS PODEMOS y sus “mareas”, los terroristas etarras de BILDU, sus enemigos políticos en Vascongadas, pero más enemigos de España del PNV, los separatistas catalanes de ERC y JpC, los canarios de izquierdas de Coalición Canaria y el exotismo de “Teruel Existe”

 Por otra parte la pandemia de COVID19, que ha sido tratada de controlar mediante reiterados períodos de un Estado de Excepción disfrazado de Estado de Alarma, que manteniendo a los ciudadanos encerrados en sus casas no ha evitado que la nefasta gestión del Gobierno nos haya convertido en el País del mundo con mayor número de fallecidos por el virus, por millón de habitantes, y que se ha cebado ─incluso me inclino a pensar que conscientemente─ con nuestros mayores, de modo que del total de fallecidos superior a los 45.000 ─aunque el Gobierno maquille las cifras reconociendo menos de 30.000─ de los que más de la mitad son mayores de 70 años.

Y ello hace que nos formulemos una pregunta: ¿Quién debe tomar la iniciativa para superar esta crisis?

Desde luego, no los políticos, y menos los de la “banda” de apoyo al Gobierno, preocupada en derribar el régimen constitucional del 78 para imponernos una dictadura marxista chavista, más que en dar solución a los problemas reales de los ciudadanos.

Nuestra Historia se ha fraguado no por el impulso de los poderosos o las instituciones, sino por la existencia de personajes que, desde los más populares y heroicos, hasta los más desconocidos, fueron movidos por el mismo espíritu, el de la innovación, la superación y la lucha contra las circunstancias y las adversidades.

Y en ese panorama jugaron un rol esencial una miríada de desconocidos que acompañaron a sus líderes, desde las huestes de Pelayo, hasta los ciudadanos que eligieron una vuelta pacífica a la democracia en 1977 con la aprobación de nuestra Constitución, camino de concordia y coexistencia, que se ha demostrado uno de los más fértiles de nuestra Historia.

                Y dentro de esa multitud, que ha hecho posible los logros históricos de nuestro pasado, alcanzan hoy la dimensión de protagonistas las masas de descontentos, que pueden provocar una grave contestación social si la crisis hace realidad la previsión de que en el mes de diciembre haya 8 millones de parados En España ─cerca del 25% de paro─ consecuencia de la caída de nuestro PIB en 2020 en más de un 15%

                Parafraseando la frase que Churchill dedicó a sus pilotos tras la batalla de Inglaterra

“Nunca tan pocos hicieron tanto daño a tantos.”

                La fotografía que encabeza esta reflexión heteróclita es del grupo parlamentario de ese partido ultraizquierdista de extraño nombre UNIDAS PODEMOS, en el que hay mayoría de varones y en el que todos sus miembros se caracterizan por rasgos comunes despreciables:

1.- Su incultura adoctrinada

2.- Su totalitarismo de trinchera guerracivilista

3.- Su tenacidad antisistema perroflauta

4.- Su falso ultra feminismo espeso y antifemenino

5.- Su aspecto deplorable, espeso y antihigiénico

6.- En varios casos sus antecedentes penales

7.- Su “neolengua” que es un calco del 1984 de Orwell

8.- Su talante agrio y mal encarado

9.- El insulto, constante, al discrepante

10.- Etc…

                La última novedad en relación con esta gentuza, la protagonizan varios países de la UE que han manifestado su oposición a dar fondos de reconstrucción sin control a España, precisamente por la desconfianza que genera la presencia de estos comunistas en nuestro Gobierno y su medida estrella del “Ingreso del Mínimo Vital”.

                Tal y como informan los medios, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 insistieron en sus líneas rojas en el plan para salir al rescate de Italia y España.

                Los países nórdicos del “club de los frugales” (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia) se han atrincherado en su rechazo al plan de Von der Leyen.

                La prioridad que se han marcado estos países es doble.

                Por un lado, garantizar que el fondo de reconstrucción es una solución temporal a la crisis del Covid-19.

                 Por otro, endurecer los controles y las condiciones que la UE exigirá a España e Italia a cambio de las ayudas multimillonarias de la UE para la reconstrucción.

                Esta vez ha sido el austriaco Sebastian Kurz el que ha ejercido como portavoz del grupo.

                 Kurz ha defendido que las ayudas de la UE sólo se desembolsen a cambio de reformas económicas que hagan más competitivos a los países beneficiarios.

                El dinero europeo, ha dicho, no puede gastarse en ningún caso en ideas como "un renta básica o cheques de viaje”, refiriéndose a las iniciativas estrella de Pedro Sánchez y Giuseppe Conte. Por un lado, el ingreso mínimo vital (IMV) que acaba de aprobar el Gobierno español; y por el otro, los cheques de vacaciones que ha lanzado Italia para salir al rescate de su sector turístico.

                Kurz ha escrito además en Twitter que "el fondo de reconstrucción no debe ser una antesala de una unión de deuda permanente y, por lo tanto, debe tener un límite temporal claro". Austria, Holanda, Dinamarca y Suecia se conjuran para seguir manteniendo un frente unido, ha anunciado.

                En cualquier caso, nadie en la UE entiende que los socialistas españoles cuenten como socios preferentes con comunistas y terroristas, lo que genera una enorme desconfianza hacia el cumplimiento efectivo de las medidas que España se vería obligada a adoptar para salir de la crisis económica provocada por las adoptadas en la lucha contra la pandemia del COVID19.

                Tales medidas impondrían una necesaria reducción del gasto público, de difícil, por no decir imposible, consecución en la actual situación de multiplicación absurda de administraciones, con gasto desmesurado, en nuestro “Estado de las Autonomías”, unido al despilfarro de tales administraciones junto con la estatal y las locales, en la financiación del clientelismo político, o voto cautivo, a través de la subvención a chiringuitos ideológicos de escasa, incluso nula, actividad real.

                Paradigma de lo que comentamos es esa Asociación para la ayuda de mujeres maltratadas, financiada por la Junta de Andalucía bajo el Gobierno del PSOE, con 50 millones anuales de euros, de los que sólo llegaban a las víctimas de maltrato 2,3 millones, quedándose el resto en sueldos y gastos de su estructura.

                Con todo ello no se pretende sino incrementar el voto cautivo, bien por vivir sin trabajar, debidamente subvencionados, bien porque para cambiar el voto y no votar por inercia “a los de siempre”, hace falta fomentar el conocimiento de la realidad y el razonamiento lógico crítico, lo que no se conseguirá, desde luego, con la reforma educativa Celaa que desincentiva la excelencia, convierte la enseñanza obligatoria en un mero trámite sin exigencia de conocimiento, y destruye la formación de las futuras generaciones, creando tan sólo titulados y no estudiantes.

                En todo caso, no me atrevo a hacer vaticinios de lo que acabará ocurriendo con nuestra economía, cuando las más optimistas previsiones auguran una caída del PIB en 2020 de más del 15%, lo que, desgraciadamente, llevaría las cifras de paro por encima del 25% a finales de año.

«MÁS DE 8 MILLONES DE PARADOS»

                Pero la patulea tardo comunista no tiene reparo alguno en que ello ocurra, su deseo íntimo, aunque no confesado, es el de una sociedad arruinada, que precise del Estado para sobrevivir, un Estado orwelliano en que se provea a los obedientes, de vivienda miserable y alimentación escasa a mayor gloria del “Gran Hermano”; en donde la verdad será siempre la mentira para lo que existirá un, a modo de, Ministerio de la Verdad, dedicado a tergiversar el pasado para adecuarlo a los intereses del presente, función que ya cumple la política de “Memoria Histórica”,  y en donde los ciudadanos libres de conciencia serán perseguidos y masacrados por ser “políticamente incorrectos” y atentar contra la estabilidad fingida.

        Se me podrá acusar de pesimista, incluso de alarmista, pero los derroteros por los que transitamos, no se alejan mucho de la futura Sociedad dominada por el INGSOC ―que curioso INGSOC es el acrónimo de “Socialismo Inglés”― en la novela de Orwell, y de ello es muestra la persecución al disidente que Orwell describe a través de la figura de la Policía del Pensamiento, que vigila y reprime cualquier tipo de disidencia. Y no olvidemos, en tal sentido, las palabras del General de la Guardia Civil Santiago en Rueda de Prensaque a continuación os adjunto




              Como característica nº 7 de las comunes a los podemoguers, hemos mencionado anteriormente el uso de la “neolengua” que en Orwell y su 1984, es un sistema para imponer un pensamiento, pues sólo las palabras reconocidas oficialmente pueden ser usada, de modo que se impone la norma de que aquellas palabras que no existan en la neolengua, no existe, tampoco, para la sociedad.

                La esencia de la neolengua se puede identificar hoy en día con el lenguaje políticamente correcto, o de inclusismo sexual, como el repetido uso de femenino y masculino en vez del masculino genérico (Todas y Todos…), la imposición de variantes femeninas en palabras que no la tienen (Presidenta, Tenienta, Portavoza),  o el hecho  de censurar ciertas palabras porque no convienen a los fines políticos de la izquierda, o la imposición de otras que encajan en esos fines, como llamar antifascistas a los grupos violentos totalitarios de extrema izquierda, demócratas a los marxistas, y fachas a quienes no comulguen con la ideología de izquierda radical.

                Y vamos terminando este hilo, con un nuevo vídeo, que en este caso no puede ser otro que “The Wall” de Pink Floyd.




lunes, 22 de junio de 2020

RATISBONA



    Vienen hoy, a mi mente, los  acontecimientos ocurridos en relación con la intervención del Papa Benedicto XVI en Ratisbona, Alemania y sus referencias al Islam, y las reacciones acaecidas en el mundo musulmán, que deberían obligar a Occidente a realizar una reflexión más seria, menos acobardada, de la que estamos presenciando.

    Me parece indignante que tantos personajes del mundo se hubieran pronunciado tan tibiamente, rogando al Papa que se disculpase ante los Islamistas extremistas que le habían puesto en la picota, ¡¡¡como si Benedicto XVI hubiese dicho algo inconveniente!!!.

    Nos encontramos ante un nuevo capítulo de la presión del Islam sobre el mundo Occidental en el terreno de las ideas y la libertad de expresión, continuación de la situación provocada por el llamado “Escándalo de las Caricaturas”, o el ataque a la libertad de expresión contra Salman Rushdie por su libro “versículos Satánicos”.

    Podríamos aquí entrar en la disquisición a cerca de lo que realmente dijo Benedicto XVI, el contexto en que se pronunciaron sus palabras sobre el Islam y la conclusión de todo su discurso, que no es sino la identificación de los conceptos “Dios” y “Logos” (razón), y aconsejar a los hombres que, en el dialogo entre culturas, el elemento esencial sea el “Logos”, la Razón, partiendo de una crítica al mandato del Corán de expandir la fe de Mahoma mediante la violencia, usando para ello las palabras del Emperador de Constantinopla Manuel II Paleólogo, en el dialogo que mantuvo con un persa culto sobre el cristianismo y el islam, y sobre la verdad de ambos, que son las siguientes:

"Muéstrame también lo que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malas e inhumanas, como su directriz de difundir por medio de la espada la fe que predicaba".

    A lo largo de los últimos tiempos no han faltado invocaciones al dialogo Occidente-Islam, ni llamadas a la necesidad de salvar el enorme abismo existente entre las culturas judéo-cristiana de los países occidentales y la musulmana de los Islámicos.

    Que duda cabe que todas estas llamadas al dialogo, incluida la de Benedicto XVI, con invocación de la “Razón” como elemento inspirador del mismo, son bienintencionadas y encuentran perfecto acomodo en la tradición liberal occidental de respeto al diferente, a las minorías, al otro en definitiva, sin importar diferencias de credo o pensamiento.

    Sin embargo, la cuestión fundamental es la de saber si ese dialogo, esa negociación, esa “Alianza de Civilizaciones”, en palabras del entonces Presidente Rodríguez Zapatero, es o no posible con el Islam.

    Un análisis detenido de lo que hoy en día representa el Islam y su cara más integrista o fundamentalista, desgraciadamente mayoritaria, nos lleva a la conclusión de lo vano de la propuesta, de lo inútil de la buena intención y de la condena al fracaso de tales pretensiones.

    Occidente no debería repetir, por su inclinación al dialogo y la alianza, episodios de su historia tan lamentables como el del “appeasement”, o política de apaciguamiento protagonizada, siempre desde posiciones bienintencionadas, por el Primer Ministro Británico Chamberlain en los años 30 del siglo pasado, que se concretó en los pactos de Munich de 1938.

    Esa política de “appeasement” consistente en fomentar el dialogo y la negociación con la Alemania Nazi de Hitler a base de cesiones (p.e.: la cesión de los Sudetes checos a Hitler), a fin de evitar un conflicto de mayores proporciones, desembocó en un fortalecimiento de Alemania y en la Segunda Gran Guerra, pues lo cierto es que mientras las naciones liberales y democráticas sí eran partidarias del dialogo y el acuerdo, los Nazis tan solo accedieron a ellos como método de fortalecimiento propio, con desprecio absoluto de sus interlocutores.

    Winston Churchill ya dijo que el “appeasement” era como

 “dar de comer a un cocodrilo con la sola esperanza de retrasar el momento en que vaya a devorarnos”.

    En cualquier caso, mi apreciación de la futilidad del intento de abrir un proceso de dialogo con el Islam, se basa en el análisis de su propia esencia.

    En el año 1990 la 19ª Conferencia Islámica, formada por 45 países musulmanes, promulgo la “Declaración de Derechos Humanos en el Islam”, como respuesta a la declaración de Derechos Humanos de la ONU de 1948.

    En esta “Declaración de Derechos Humanos en el Islam”, se establecen principios que son esclarecedores en relación con la filosofía de fondo que subyace en el Islam y en su relación con el resto del mundo.

Así, en primer lugar, su artículo 10º nos dice:

“El Islam es la religión indiscutible”

Y como corolario de ello el artículo 22 de la misma declaración añade:

a) Todo ser humano tiene derecho a la libertad de expresión, siempre y cuando no contradiga los principios de la Sharía.

 b) Todo ser humano tiene derecho a prescribir el bien, y a imponer lo correcto y prohibir lo censurable, tal y como dispone la Sharía Islámica.

 c) La información es una necesidad vital de la sociedad. Se prohíbe hacer un uso tendencioso de ella o manipularla, o que ésta se oponga a los valores sagrados [del Islam] o a la dignidad de los Profetas. Tampoco podrá practicarse nada cuyo objeto sea la transgresión de los valores, la disolución de las costumbres, la corrupción, el mal o la convulsión de la fe.

    Recordemos que la Sharía es la ley islámica, contenida en el Corán y en la tradición de los “hazid” ---hechos o dichos del Profeta ratificados en su autenticidad por los Ulemas--- y que en palabras de Jomeini:

«El gobierno islámico está sometido a la ley del Islam, que no emana ni del pueblo ni de sus representantes, sino directamente de Dios y su voluntad divina. La ley coránica, que no es otra que la ley divina, constituye la entidad de todo gobierno islámico y reina enteramente sobre todas las personas que están bajo ella.»

 La consecuencia fundamental de esos preceptos es que la libertad de expresión queda sometida a la Ley Coránica. Y puesto que “El Islam es la religión indiscutible”, cualquier defensa de otra fe, o de cualquier idea ajena a las enseñanzas de “El Profeta”, no puede quedar amparada por el derecho a la libertad de expresión.

Por otra parte, profundizando en la misma idea, el apartado c del artículo 22 de esta declaración prohíbe expresamente que la información pueda oponerse a los valores sagrados [del Islam] o a la dignidad de los Profetas.

 Según Pedro Buendía en su comentario a la declaración de Derechos Humanos en el Islam, publicada en la página Web del Grupo de Estudios Estratégicos, (www.gees.org):

“La parte más grave de la Declaración es aquella que afirma "Todo ser humano tiene derecho a prescribir el bien, y a imponer lo correcto y prohibir lo censurable". Bajo esta filantrópica expresión alcoránica (al-amr bi-l-ma'ruf wa-n-nahi 'ani-l-munkar, 3:104), la Declaración oculta un concepto islámico de la moral pública que, en el plano práctico, equivaldría a autorizar a todo el mundo a fiscalizar la vida de su vecino y, en última instancia, a emprender particularmente la acción política represiva. "Imponer lo correcto y prohibir lo censurable" es, en efecto, una parte esencial del programa político del yihadismo internacional, y desde luego es una conducta que han aplicado los regímenes musulmanes más represivos, como el sudanés, el talibán, el iraní o el de Arabia Saudí, donde incluso hay departamentos de policía moral con ese nombre "Al-amr bi-l-ma'ruf wa-n-nahi 'ani-l-munkar".

        Pues bien, si consideramos estos principios, que aparecen en el mundo islámico como esencia de la filosofía que debe presidir la vida de todo “buen musulmán” y su relación con los no creyentes, difícilmente podrá nunca llegar a concretarse un entendimiento razonable entre Occidente y el Islam.

        Pero es que, además, y aunque la cita del “Libro” me ponga en el punto de mira de los integristas, lo que no me va a arredrar para ejercer mis derechos de occidental a la libertad de pensamiento y de expresión, es el propio Corán el que insta a la violencia contra los cristianos y lo hace, esencialmente en varios versículos de la Sura “Al taueba” (El arrepentimiento), o Sura 9ª, entre los que podemos citar los siguientes:

9,5 Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores dondequiera que les encontréis. ¡Capturadles! ¡Sitiadles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes!

9,29:  ¡Combatid contra quienes, habiendo recibido la Escritura, no creen en Alá ni en el último dia ni prohiben lo que Alá y Su Enviado han prohibido,ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados,paguen el tributo directamente!

9,33:  Él es Quien ha mandado a Su Enviado con la Dirección y con la Religión Verdadera para que, a despecho de los asociadores, prevalezcasobre toda otra religión.

9,38 ¡Creyentes! ¿Qué os pasa? ¿Por qué, cuando se os dice: «¡Id a la guerrapor la causa de Alá!» permanecéis clavados en tierra? ¿Preferís la vida de acá a la otra? Y ¿qué es el el breve disfrute de la vida de acá comparado con la otra, sino bien poco...?

9,39. Si no vais a la guerra, os infligirán un doloroso castigo. Hará que otro pueblo os sustituta, sin que podáis causarle ningún daño. Alá es omnipotente.

9,41. ¡Id a la guerra,tanto si os es fácilcomo si os es difícil!  ¡Luchad por Alá con vuestra hacienda y vuestras personas! Es mejor para vosotros. Si superáis...

        No faltan estudiosos, incluso sabios ulemas,  que interpretan el concepto coránico de “yihad” no como “guerra” sino como “lucha espiritual” que se impone al musulmán frente a la mentira y la descreencia, lucha que ha de estar encaminada a lograr el bien y la sintonía con las enseñanzas de Alá, conocidas por boca del Profeta.

         Por desgracia estas posiciones moderadas no ocupan el sentir de la mayoría en el mundo Islámico, en el que las posiciones fundamentalistas siguen ganando adeptos desde Marruecos hasta Filipinas, en todo el Orbe Musulmán.

Por otra parte, mucho se ha hablado de la cercanía del Islam a las otras religiones del “Libro”, Judaísmo y Cristianismo y la deslegitimación de la “yihad” emprendida contra Occidente, ya que aquella solo sería legítima frente a politeístas y animistas, pero nunca contra los miembros de las religiones monoteístas.

A tal efecto se cita el versículo 62 de la “Sura Al Bacara”, del Corán, que dice:

 Los creyentes, los judíos, los cristianos, los sabeos, quienes creen en Alá y en el último Día y obran bien. ésos tienen su recompensa junto a su Señor. No tienen que temer y no estarán tristes.

Sin embargo, la opinión más extendida entre los fundamentalistas, por desgracia como decimos la mayoría, es que el Corán ha de interpretarse en el sentido de que los “asociadores”, a los que reiteradamente se refiere, son todos los politeistas, y que los cristianos, en cuanto que defienden el Dogma de la Santísima Trinidad, declaran la divinidad de Jesús y elevan a sus santos a los altares, han de ser considerados politeistas y por tanto “asociadores”, ya que tales creencias son contrarias al principio esencial del Corán de que “Dios es Uno”.

 En tal sentido se citan varios versículos de la ya citada Sura “Al taueba” (El arrepentimiento), concretamente:

9,30. Los cristianos dicen: «El Ungido ---Jesús--- es el hijo de Alá». Eso es lo que dicen de palabra. Remedan lo que ya antes habían dicho los infieles. ¡Que Alá les maldiga! ¡Cómo pueden ser tan desviados!

9,31. Han tomado a sus doctores y a sus monjes, así como al Ungido, hijo de María, como señores, en lugar de tomar a Alá cuando las órdenes que habían recibido no eran sino de servir a un Dios Uno. ¡No hay más Dios que Él! ¡Gloria a Él! ¡Está por encima de lo que Le asocian!.

como demostración de la “desviación” en que han caído los cristianos en la interpretación, errónea según Mahoma, del papel y la realidad de Jesús      ---tan solo un profeta más--- que en modo alguno puede considerarse hijo de Dios ni ponerse en pié de igualdad con “El Profeta”.

       Desviación que todo buen musulmán debe combatir conforme a las enseñanzas coránicas transcritas.

Y, ¿a dónde nos lleva esta perspectiva islámica del mundo?

Como nos dice Gustavo Bueno:

“No tiene sentido una alianza entre una civilización cristiana (cuyo consustancial proselitismo le obligará, por amor a los demás hombres, a extender su doctrina y sus sacramentos) y una civilización islámica (cuyo consustancial proselitismo le obligará a extender la valoración del dogma de la divinidad de Cristo como una blasfemia). Solo cuando ambas civilizaciones hubieran perdido la fe proselitista salvadora de sus dogmas y sacramentos, es decir, cuando hubieran dejado de ser cristiana o musulmana, la Alianza sería posible.”

       Pero es más, no solo no cabe Alianza alguna entre ambos mundos, sino que el Islam, al menos el mayoritario Islam fundamentalista, no está dispuesto a renunciar a su guerra contra Occidente, contra su “inmoralidad”, su “herejía” y su “corrupción”.

Y mientras tanto Occidente, debilitado en su esencia, en sus creencias, en sus principios, acobardado desde sus posiciones extremistamente “pacifistas”, adormecido en el reconocimiento de su propia identidad, se empeña en el dialogo, la alianza, el pacto, con quienes no lo desean en absoluto, presa de un nuevo impulso del concepto de “appeasement”.

En esta línea se incardinan las alusiones del ex Presidente Rodríguez al reconocimiento de sus plenos derechos a todos los inmigrantes y su “Alianza de Civilizaciones”.

 Y hasta el Papa Benedicto, presionado por todas partes, celebró un encuentro ecuménico con responsables musulmanes moderados para explicarles su deseo de entendimiento entre el Cristianismo y el Islam.

No quiero concluir estas líneas sin una referencia al problema de la inmigración musulmana que ha crecido exponencialmente en Europa durante las últimas décadas.

La inmigración es un fenómeno complejo, que por si solo, requeriría un análisis detenido y profundo; pero en lo que ahora nos concierne no dejo de pensar en las corrientes ideológicas robustecidas últimamente en Europa, en ocasiones peligrosamente cercanas a los postulados del Fascismo, que nos previenen de la instrumentalización “islamista” de la inmigración musulmana a Europa.

No se si será un planteamiento simplista, pero desde el “yihadismo” internacional no parece descabellada la idea de financiar en Europa Mezquitas, centros culturales o instituciones de asistencia cultural y social a los musulmanes ─en gran medida procedentes de la monarquía wahabista Saudí, uno de los movimientos más intransigentes del Islam─ en vez de que las ingentes cantidades de dinero destinadas a tales fines se inviertan en programas de ayuda al desarrollo de naciones musulmanas esencialmente exportadoras de inmigrantes.

Y esa proliferación de instituciones musulmanas en Europa no parece responder sino a un deseo de reforzar la presencia del Islam en la vida social, política y cultural europea, en un deliberado intento de acabar con el “monopolio” del cristianismo en la sociedad Occidental.

Es más, ¿acaso todo ello no es un síntoma de la existencia de una decisión concertada y oculta, dirigida a la “conquista” de occidente a través de la emigración que se está produciendo desde los países musulmanes y el fortalecimiento social del Islam en nuestra sociedad?. ─Una prueba de ello serían las reiteradas campañas en defensa de las peculiaridades sociológicas musulmanas derivadas la aplicación de las normas del Corán, como por ejemplo el uso del chador o velo que año tras año se plantean en Francia o Inglaterra─

No deberíamos olvidar que el Corán mismo impulsaría, desde esa interpretación “yihadista”, la idea que apuntamos, pues no en balde el versículo 20 de la Sura Al taueba, nos dice:

Quienes crean, emigren y luchen por Alá con su hacienda y sus personas tendrán una categoría más elevada junto a Alá. Ésos serán los que triunfen.

Ciertamente, si no queremos vernos empapados por la persistente “lluvia mental” de la intransigencia religiosa y política musulmana, de la dilución de los principios filosóficos del humanismo cristiano, de la desaparición de la esencia de Occidente y de la cada día mayor influencia de lo musulmán en las sociedades occidentales, deberíamos ser capaces de reaccionar frente a la amenaza del islamismo, no solo del radical, activo y terrorista, sino también de ese islamismo sordo, cultural y sociológico, que nos invade poco a poco, y, abandonando las tentaciones del “appeasement”, profundizar en la defensa de los principios y valores que conforman el ser y la conciencia occidental.

Los principios de libertad y tolerancia, el respeto a “los otros” no pueden, nunca, ser coartada para permitir que esos otros cercenen nuestros derechos y nuestra libertad.

        Y para finalizar os acompaño una nueva pieza musical apropiada al contexto de esta reflexión heteróclita, que no es otra que el canto del "Padre Nuestro" oración por excelencia de los cristianos, cantada en arameo.




domingo, 21 de junio de 2020

REFLEXIÓN EN EL MIRADOR



Algunos conocéis mi afición por la fotografía, y con los años he reunido un archivo fotográfico de negativos, ya de cierto volumen.

Hurgando en él, encuentro esta fotografía que tomé en los jardines del palacio del Maharajá de Jaipur, en la India, en la que un miembro de su personal se solaza, contemplando el horizonte del jardín, desde un historiado balcón de mármol, tal vez en una reflexión que nunca conoceremos.

Su expresión de placidez, la riqueza ornamental de la balaustrada y el aire de intemporalidad de la fotografía me encantan, y el rojo de su turbante rompe la armonía de los blancos que dominan la imagen..

Espero que a vosotros también os guste, y dada la brevedad de esta pequeña reflexión os acompaño una pieza de música de sitar, el tradicional instrumento hindú de cuerda, tocado por la famosa interprete Anoushka Shankar

 


sábado, 20 de junio de 2020

LA LIBERTAD INDIVIDUAL



La defensa de la conciencia individual, del libre pensamiento y del misterio de la dignidad humana en si misma, me parecen imprescindibles en el momento actual, para hacer frente a las amenazas más radicales a las libertades individuales, que son fruto de una imposición ideológica, “la superioridad moral del pensamiento de izquierdas”, presunción  que ni liberales ni conservadores han sabido contrarrestar durante los últimos 70 años.

En palabras del profesor Armando Pego, debemos de defender esa libertad individual con firmeza, pues

“El Estado no tiene la autoridad ─aunque pueda tener el poder─ para dar el derecho a nacer, a casarse, a educar a los hijos o a morir." 

        Desde que Karl Marx formulase sus teorías en el último cuarto del s.IX, hasta nuestros días, el concepto de libertad individual ha sido criticado y negado por los que pudiéramos llamar “intelectuales de izquierdas” de modo que la dinámica de la confrontación ideológica se ha movido en la lucha de los defensores de la igualdad contra los defensores de la libertad.

Ya Mounier, fundador de la corriente filosófica “Personalista” afirmaba:

 “La laguna esencial del marxismo es haber desconocido la realidad íntima del hombre, la de su vida personal.”

Efectivamente, para Marx el hombre es ante todo el conjunto de sus relaciones sociales:

"... la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de sus relaciones sociales".

En palabras de Benedicto XVI:

“El marxismo parte de la idea de que la libertad es algo indivisible y   subsiste por tanto, como tal, sólo si es la libertad de todos. La libertad está unida a la igualdad: para que haya libertad, hay que establecer ante todo la igualdad. Lo que significa que para el objetivo de una plena libertad son necesarias ciertas renuncias a la libertad. La solidaridad de los que combaten por la libertad común, de todos, precede la realización de la libertad individual.”

En definitiva, en Marx prevalece la idea de la postergación de la libertad del individuo en aras de lograr la igualdad de todos los miembros de la Sociedad, lo que lleva, a la postre, a una libertad limitada del individuo, pues sobre la libertad individual ha de prevalecer la igualdad de los miembros comunidad y sobre sus derechos individuales como persona los derechos de la Colectividad.

Y es en esa dinámica de sometimiento de la libertad individual a la igualdad de todos donde siguen moviéndose, hoy, los marxistas, tanto los teóricos como los políticos que tratan de imponer la ideología totalitaria de las izquierdas en nuestra Sociedad actual.

Dice Torcuato Fernandez-Miranda:

"La vida humana es radical intimidad, mismidad, destino propio, peculiar, infungible, intimo. Así como nadie puede morirse por mí, soy yo el que tengo que morir mi muerte, así de la misma manera sólo en mi radical intimidad puede mi vida ser vivida. Renunciar a esta radical intimidad, al propio destino de nuestra vida infungible, para asumir un destino ajeno, enajenar nuestra vida, es dimitir del modo más absoluto de la vida humana y aceptar la peor de las esclavitudes".

Frente a tal concepción de la libertad como elemento esencial de la vida humana, el socialismo marxista amenaza tanto la libertad cuanto algo más radical: La intimidad, la posibilidad de vivir cada uno dentro de sí mismo, en ese castillo interior que es el alma y la vida del hombre.

La intimidad implica que cada hombre tiene su propio destino, su vocación específica, infungible. Y así, al igual que nadie puede vivir nuestra propia muerte, así tampoco nadie puede imponernos como vivir nuestra propia vida.

Pretender, por tanto, estandarizar al hombre, uniformar su vida bajo la igualdad es desconocer lo que la vida tiene de infungible en su intimidad individual.

        En conclusión, si el hombre quiere serlo plenamente, debemos luchar en defensa de esa libertad individual, que alcanza su máxima expresión en la intimidad propia de cada sujeto, en donde se manifiestan sus principios, sus creencias, sus aspiraciones y sus sentimientos.

        Volviendo a Armando Pego:

“Es una pretensión tiránica intentar relegar al ámbito privado la disconformidad de los ciudadanos por razones morales y/o religiosas con esa usurpación de facto, obligándoles a un asentimiento público por acción u omisión.”

        Y eso es, precisamente, lo que está pretendiendo la izquierda radical que hoy nos gobierna, tachando de “fascista” al discrepante, condenando como “golpista” al disidente, desautorizando todo comentario o expresión de crítica a las acciones de la mayoría gobernante, e imponiendo la “supremacía cultural de izquierdas” como verdad única e indiscutible.

        E incluso invadiendo el ámbito de lo privado, pues como dice Amando Pego, todo ello está ocurriendo:

“en una época cuya ideología dominante está tejiendo un entramado legal que intenta imponer la “transparencia”      -¿como cumplimiento del ideal ilustrado?- hasta en la intimidad del hogar, que se quiere identificar, de manera gnóstica, como un ámbito de oscuridad y de freno al progreso”.

No podemos olvidar, en cualquier caso, que ello está ocurriendo como consecuencia de una demoledora propaganda incrustada en el AGITPROP marxista de nuestros gobernantes, que ha traído como consecuencia, unos medios de comunicación que participan en esa estrategia ciegamente, bien engrasados con subvenciones y publicidad institucional que les salva de su quiebra.

Téngase en cuenta que en una Sociedad como la nuestra, en la que las gentes más sencillas temen a la libertad, pues realmente no saben que hacer con ella, y prefieren someterse a los dictados del "Estado Paternalista" que les organiza su vida y les evita el "sacrificio de tener que tomar decisiones", los mensajes televisivos son uno de los ínstrumentos más temibles de manipulación de la opinión pública, de conformación del pensamiento mayoritario de la Sociedad, frente a lo cual habremos de defender que serán más, pero que la razón está con nosotros.

 Hagamos, pues, causa de la defensa de nuestra intimidad familiar, ya que según palabras de Santo Tomás Moro:

  “El hogar es la morada real de la Libertad”

         Y  no olvidemos el consejo del filósofo alemán Otto Marquard que nos recuerda que:

«Vivimos en una época en que en lugar de tener una conciencia propia (que es difícil y exige de nosotros) preferimos ser la conciencia de otros (que está tirado y nos llena de satisfacción)».

Y concluyamos, tal y como es nuestra costumbre, esta Reflexión con un vídeo; en esta ocasión el “Canto a la Libertad” del Nabuco de Verdi, en versión en español de Nana Mouskuouri