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miércoles, 6 de julio de 2022

ETA BLANQUEADA POR EL PSOE DE SÁNCHEZ

 

Reunión de ex presos de ETA. Durango 2014

"Y el demonio contestó: Mi nombre es Legión, pues somos muchos" Marcos 5:9

“Aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos y se precipitaron en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron” Marcos 5:1-20

 

    Se produce, en estos días, el vigésimo quinto aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco.

    Mientras esto ocurre, la Guardia Civil está llevando a cabo una investigación para imputar a los entonces jefes de la banda terrorista ETA, los asesinos José Javier Arizcuren, alias “Kantauri”, Miguel Albisú, alias “Mikel Anza”, Ignacio Gracia Arrregui, alias “Iñaki de Rentería” y María Soledad Iparaguirre, alias “Anboto” ―a quienes, por su participación como autores intelectuales de aquel asesinato, persigue el Juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón―

    Y para caer en otra indignidad, el Gobierno social comunista de Pedro Sánchez, alias “Antonio”, ha cometido una de las mayores felonías de nuestra reciente historia política, consistente en incluir a EH-BILDU, rama política de ETA ―incrustada en nuestras instituciones― en los acuerdos de “adecuación” de la Ley de Memoria Democrática, a fin de que se puedan “investigar las violaciones de derechos humanos cometidas por el franquismo entre 1977 y 1983” es decir, que no se investigarán las violaciones de esos derechos cometidas por ETA mediante los asesinatos coacciones y extorsión a sus víctimas, pero si las que, según los asesinos comunistas de ETA/EH-BILDU, sufrieran sus “gudaris” por parte del aparato represor del franquismo.

    Vamos, que se da otra pasada de jabón y esponja a esos hijos de la grandísima puta que son los etarras y bilduetarras, y se considera violadores de derechos humanos a los policías y guardias civiles que persiguieron detuvieron y en ocasiones mataron, en enfrentamientos armados, a los terroristas.

    Y todo ello con la mera finalidad de tener los votos necesarios para que el Gobierno Frankenstein pueda sacar adelante la reforma que pretende de la Ley de Memoria Democrática, de estilo absolutamente revanchista comunista.

A cualquier persona decente y de espíritu realmente democrático, el comportamiento de Sánchez, alias “Antonio”, y todos sus socios antisistema comunistas y separatistas, no le puede provocar otra cosa que un inmenso vómito.


Y todo responde a ese afán resentido de ganar, por medio de decisiones políticas disparatadas, aquellos “conflictos” que la izquierda ha perdido a lo largo de la Historia.

    Así, la Ley de Memoria Democrática sirve a la finalidad de intentar ganar sociológicamente la Guerra Civil 1934/1936 ―provocada por la izquierda al intentar establecer una República Soviética― perdida por la izquierda en los campos de batalla, o de ganar lo que estas alimañas separatistas llaman “conflicto vasco” ―otro intento similar de convertir las Vascongadas en una Albania Ibérica―, perdido por ellos ante la eficacia de la Policía y la Guardia Civil y el valiente quehacer de algunos fiscales y jueces, muchos de los cuales fueron sus víctimas.

    Y todo responde a una estrategia ya definida por el comunista Gramsci, para quien

“La conquista del poder cultural es previa a la del poder político, y esto se logra mediante la acción concertada de los intelectuales llamados 'orgánicos' infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios”.

Se trata, en fin, de lograr la “hegemonía cultural”, concepto con el que se designa la dominación ideológica de la sociedad, culturalmente diversa, por la clase dominante, para justificar un determinado statu quo social, político y económico ―como natural e inevitable, perpetuo y beneficioso para todo el mundo― pero que en realidad beneficia únicamente a la clase dominante que la impone.”

Estrategia aplicada con fruición por Sánchez, alias “Antonio”, como servidumbre a sus socios parlamentarios comunistas y separatistas ―repugnantes sostenes de su Gobierno― que no han condenado las acciones criminales de sus “Basapiztia gudariek” (Guerreros alimañas)― y que trata de convencer a la Sociedad española de que la “lucha armada” ―mera delincuencia criminal― de sus huestes asesinas, no fue un simple ejercicio de terrorismo marxista con intención de crear en las Vascongadas una república soviética, sino una lucha por la democracia y la libertad frente a la represión del Estado Español.

Afortunadamente, en los últimos tiempos son numerosas las voces que se levantan, con mayor o menor autoridad intelectual, contra esta conquista cultural de nuestra Sociedad.

Uno de los más recientes ha sido Juan Carlos Girauta, que en su nuevo libro “Sentimentales, Ofendidos, Mediocres y agresivos “, alerta contra las actuales formas de manipulación sentimental e ideológica, afirmando que la izquierda se ha hecho con la hegemonía cultural.

Lo que se agrava por el hecho, indiscutible, de que la derecha ha abandonado los principios esenciales de la democracia liberal, con una aborregada población a la que se ha manipulado torticeramente hasta convencerla de que no es tolerable soportar las opiniones contrarias a las mayoritariamente imperantes, interpretándose cualquier disensión como una forma intolerable de violencia.

Ya en 1926 Dicey y Lowell afirmaron que

“La democracia es el gobierno de la opinión”

Hoy, algunos autores como Sartori siguen aceptando la idoneidad de tal afirmación

 “Actualmente, el pueblo soberano opina sobre todo en función de cómo la televisión le induce a opinar. Y en el hecho de conducir la opinión, el poder de la imagen, se coloca en el centro de todos los procesos de la política contemporánea, de modo que la opinión pública, moldeada por el Gobierno a través de los medios de comunicación, condiciona las propias decisiones del Gobierno”

y aquí debemos tener en cuenta que la “Opinión” es tan solo eso, opinión subjetiva y no demostrable, mudable y acomodaticia, e inspirada, hoy en día, por el propio poder en beneficio de sí mismo.

                  Sin embargo, el pueblo español es cualquier cosa menos estúpido, y todas estas maniobras repugnan a los ciudadanos, que cada día se apartan más de la política de Sánchez, alias “Antonio”, como han demostrado los recientes resultados electorales de Madrid, Castilla y León y Andalucía.

 Y como no quiero alargar demasiado esta reflexión heteróclita, cuyo objetivo no es sino el de hacer pensar a mis lectores sobre la materia tratada, me despediré, según acostumbro, con una pieza musical, que hoy solo puede ser reflejo de tristeza...

En este caso “Lacrimosa” de la Misa de Requiem de Mozart  



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