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sábado, 2 de julio de 2022

CITAS LITERARIAS DE UN CLIMAESCÉPTICO


 

Algunos de mis lectores han criticado mi último POST por considerar que en él se contenían excesivas citas de otros autores.

Sin embargo, ya lo dijo Michel De Montaigne

“Yo no cito a otros más que para expresar mejor mi pensamiento.” [SIC]

Se trata pues de una forma retórica de elegir las mejores sentencias para mis “reflexiones”, pero no elaboradas por mi propia pluma, sino por la pluma de quienes expresan mejor que yo las ideas que trato de transmitir.

Sin embargo, en esta nueva “reflexión” trataré de no abusar de esta manía para demostrarles que, con mejor o mayor fortuna, en ocasiones Calíope me susurra sus bondades, y soy capaz de escribir algo medianamente interesante.

Y voy a hacerlo con algo que me desasosiega y que no es sino la tremenda farsa, el engaño interesado al que nos han conducido nuestros políticos con el tan manido tema del “Cambio Climático” y su concreción en el porege ecologista objetivo llamado “Agenda 2030”

En relación con ello, debo iniciar mi reflexión confesando que, contra corriente, soy un absoluto climaescéptico, que se manifiesta tan contundentemente contra el cambio climático como contra la deriva de los continentes, dos fenómenos absolutamente naturales que, sin embargo, en nada dependen ni se producen como consecuencia de la actividad humana.

Efectivamente, un muy importante, aunque silenciado, número de notables científicos, niegan el carácter antropogénico de los cambios que está experimentando el clima terrestre, que, por cierto, no se sabe si nos conducen a un calentamiento global o a un drástico enfriamiento que pueda ocasionar un nuevo episodio de “Pequeña Edad de Hielo", como los conocidos científicamente como “Los mínimos de Dalton, Maunder o Spöder” que tuvieron lugar durante los siglos XVIII y XIX, en los que una de las causas de los cambios del clima, con un notable enfriamiento en nuestro planeta, fue la variación de la actividad solar y la disminución del número de manchas en la superficie de nuestra estrella.

Por otra parte, también han tenido notable influencia en esos cambios climáticos los grandes acontecimientos volcánicos, como las erupciones de los volcanes Tambora de 1815, o Pinatubo de 1991, o la fisura de Laki, en Finlandia en 1783.

Paisaje durante la Pequeña edad de hielo por Francisco Collantes (1599-1656)

La conclusión es que no sabemos cuanto tiempo será preciso que se vaya enfriando nuevamente la Tierra para que nos demos cuenta de que no se está calentando.

Y entonces será demasiado tarde.

Habremos gastado cantidades ingentes de recursos para luchar contra al calentamiento global, con prohibición de uso de combustibles fósiles electrificacando masivamente nuestra Sociedad, para lo que se necesitará de aquellos combustibles, pues las fuentes “limpias” de producción eléctrica solar o eólica aún no están suficientemente desarrolladas y habremos empobrecido nuestras economías en aras de las histerias ecológicas que la izquierda “progresista” ha vendido a las naciones como el Shangri-lá del futuro  (Ese lugar mítico y próspero en que reina la paz total y la felicidad absoluta, descrito por  el novelista británico James Hilton en su obra “Horizontes Perdidos” de 1933)

Sin que, de otra parte, podamos olvidar el riesgo no calculado que, para nuestra supervivencia como Sociedad desarrollada, tiene la electrificación como única fuente de energía, pues todo el sistema eléctrico podría colapsar en un instante, sin que existan medidas previstas para evitar tal desastre, si se produjese una “Tormenta Solar”, un flujo geomagnético de vientos solares imprevisibles que haría caer todas las redes eléctricas del planeta.

Efectivamente, según diversos medios de comunicación, es más que probable que en los próximos años se produzca un gran flujo electromagnético solar, es decir, una “Gran Tormenta Solar” que generaría un enorme volumen de partículas imantadas que impactarían con el campo magnético que protege la Tierra y cuyos efectos podrían ser apocalípticos.

Este tipo de tormentas ocurren cuando una gran burbuja de gas sobrecalentado, llamada plasma, es expulsada de la superficie del Sol y golpea frontalmente a la Tierra. A esta burbuja se la conoce como eyección de masa solar coronal.

Según los científicos que analizan esta posibilidad, el impacto económico de un suceso de esas características sería gigantesco.

  Buena parte del mundo quedaría sin electricidad, provocando que el planeta esté apagado durante varios días.

Son muchas las tormentas solares que han tenido lugar a lo largo de la historia, aunque no muchas impactaron con fuerza.

No obstante, podemos recordar la de 1921 o la ‘Carrington event’ de 1859. 

En esta últimalas agujas de las brújulas se descontrolaron y las líneas de telégrafo entre Europa y Estados Unidos quedaron inutilizadas. Además, también se pudieron presenciar auroras boreales en partes del mundo tan sorprendentes como Colombia.

Según los cálculos de la NASA, la probabilidad de que una “gran tormenta solar” de efectos devastadores, golpee nuestro planeta dentro del plazo de los próximos 10 años es del 12%. La cifra un es excesivamente elevada, pero es cuando menos inquietante.

Y mientras la preocupación de numerosos científicos con estas posibilidades es omitida por nuestros políticos, estos se afanan en profundizar es sus políticas ecologistas y climáticas con un infantiloide entusiasmo, profundizando en su “Agenda 2030” de espaldas a la realidad; condenando nuestro futuro y regodeándose en su propio universo utópico a costa de nuestros esquilmados bolsillos.

O Tempora¡¡ O Mores¡¡

Así que nuestro “progresista futuro” será una devastación total de nuestros mecanismos sociales por la quiebra del sistema eléctrico mundial, mientras que nuestros políticos seguirán jugando a la gallinita ciega, con venda en los ojos, risas e irresponsabilidad…

Y, mientras tanto, yo quiero concluir esta breve reflexión con una nueva cita de Michel De Montaigne

“La principal ocupación de mi vida es pasarla lo mejor posible.“

y una pieza musical adecuada a mis reflexiones…; el Segundo Movimiento de la Sinfonía nº 7 de Beethoven con videoclip de la Película “Señales del futuro” de Nicolas Cage, que cuenta, precisamente, el fin del mundo provocado por una “Tormenta Solar”




2 comentarios:

  1. Ni Don Juan, ni Juanillo. Pero merluzos en linea con lo progre...nos van a encarecer la ronda muchísimo

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  2. Incluir citas bien traídas de Montaigne, Chateubriand y otros de ese calibre, enriquecen tus, ya de por sí, magníficos escritos y mantienen vivo su legado más allá de los libros. Una cita apropiada es siempre un buen encuentro, y si hay más, mejor. Yo las agradezco.

    Por alguna mágica razón, en vez de Beethoven escucho en tu enlace a Mozart, su 'Lacrimosa dies illa'. No me quejo.

    A.

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