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lunes, 5 de septiembre de 2022

PROHIBIENDO, QUE ES GERUNDIO

 


    En un ejercicio de violación flagrante de las libertades individuales e incluso de las Leyes y la Constitución, los políticos social comunistas han adoptado la actitud de prohibir a la ciudadanía, totalitariamente, todo aquello que no es de su agrado, o que va en contra de su ideología particular.

    También los catalanes separatistas son expertos en eso de prohibir cosas a la gente.

    Como ejemplo la decisión de prohibir las corridas de toros en Cataluña.

    En primer lugar dudo mucho que uno de cada dos catalanes esté por la prohibición de las corridas de toros, pero, es más, en segundo lugar afirmo que la decisión de los políticos no se ha adoptado por un afán de protección de los animales o de evitar su sufrimiento, pues están exentos de la prohibición acordada festejos taurinos arraigados en Cataluña, como los toros embolados de fuego [«Bou embolat», «bous al carrer» o «bous capllaçats»] que son una tradición muy catalana y más cruel, si cabe que una corrida y si no recuerden ustedes al toro embolado de fuego al que se le rompió una pata en el momento de embolarlo.

    ¿De qué se trata entonces? Pues de prohibir las corridas por su cualidad intrínseca de festejo español por excelencia, es decir por su españolidad.

    Según el abogado Joaquín Moeckel, asesor jurídico de los toreros, el artículo 148.1.17 de la Constitución permite a las comunidades autónomas asumir competencias sobre el fomento de la cultura y la investigación, pero no sobre los espectáculos. La Constitución «olvidó» los espectáculos públicos. Además el artículo 149 le atribuye al Estado la competencia exclusiva sobre la defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental. Como se ve, los toros están implicados en todo ello. ¿Cuántas plazas de toros son monumento histórico artístico? Pero no es el único precepto que pude ser vulnerado, ya que la norma aprobada va contra el artículo 20, que habla de la creación y difusión artística; el 44 y 46, que obliga a los poderes públicos a promover y preservar los fenómenos culturales; o el 38, que habla de la libertad de empresa. No olvidemos que la Fiesta es una actividad económica.

    Vamos que ya tenemos pendiente otra asonada del Tribunal Constitucional en ciernes.

    Pero como eso les ha parecido poco, ahora han prohibido fumar en las playas de Barcelona.

    Aquí me remito a las palabras de un catalán, Juan Carlos Girauta, ya repetidas en mi REFLEXIÓN anterior, para quien:

“«Hacer bien» a la gente consiste principalmente en privarles de algún placer: bebida, juego, ociosidad, etcétera. En este caso aparece un elemento que es típico de nuestra moralidad social y es la envidia a quienes pueden cometer faltas de las que nosotros debemos abstenemos si queremos que nuestros amigos nos respeten. Los que votan, por ejemplo, una Ley para que no se fumen cigarrillos […] son no fumadores para quienes el placer que otros obtienen del tabaco es una fuente de dolor.” [i] 

    Pero quien se lleva la palma en el tema de las prohibiciones es el Gobierno Social Comunista del Tirano Sánchez, que prohíbe con fruición y con la finalidad de eliminar a todo aquel que discrepe de sus ideas, esencialmente con las inconstitucionales Leyes de Memoria Histórica y Memoria Democrática, que conculcan los derechos a la libertad de pensamiento y expresión, con la finalidad de imponer la idea de la II Republica como un paraíso democrático que nunca fue, y tratando de esconder los abusos criminales de toda la izquierda desde 1931 a 1939. 

    Destaco entre otras las prohibiciones que el Tirano quiere imponer a los ciudadanos con normas como las de ahorro energético, las del bienestar animal, la censura a los medios, etc... que trataré de ir tratando en mis próximas reflexiones. 

    Al final, el postmarxismo, el falso progresismo de la izquierda, consiste en imponer su ideología como la única aceptable y prohibir a los ciudadanos todo aquello que no se ajuste al concepto de “vida aceptable” conforme a esa ideología, que no es tal, sino un mero método de desintegración, mediante su desvertebración, de las sociedades de democracia liberal, con la final de alcanzar y perpetuarse en el poder, así como la utopía clásica marxista de crear una nueva sociedad ─con criterios de dudosa legitimidad y éxito─ y un hombre nuevo ─concepto manido y nunca satisfactoriamente explicado

    Y en ese paroxismo de la prohibición, nuestros políticos que ocupan el poder, caen frecuentemente en el absurdo denunciado por el genial Quino en la viñeta que abre esta reflexión.

    Y tal obsesión por prohibir es incluso mayor que la existente respecto del pecado en la más puritana concepción de cualquier religión.

    Concluyamos esta reflexión con el video musical "Prohibido Prohibir" de Sandra Mihanovich 



[i] SENTIMENTALES, OFENDIDOS, MEDIOCRES Y VIOLENTOS; J.C. Girauta (2022)

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