"El
bienestar del pueblo siempre ha sido la excusa de los tiranos"
Albert Camús
Por
otra parte, Juan Carlos Girauta, en su libro “SENTIMENTALES, OFENDIDOS,
MEDIOCRES Y VIOLENTOS” nos dice:
“«Hacer
bien» a la gente consiste principalmente en privarles de algún placer: bebida,
juego, ociosidad, etcétera. En este caso aparece un elemento que es típico de
nuestra moralidad social y es la envidia a quienes pueden cometer faltas de las
que nosotros debemos abstenemos si queremos que nuestros amigos nos respeten.
Los que votan, por ejemplo, una Ley para que no se fumen cigarrillos […] son no
fumadores para quienes el placer que otros obtienen del tabaco es una fuente de
dolor.”
¿Y
por qué digo Tirano?
Pues
muy fácil. Empecemos por lo más sencillo que es la definición del DRAE que en
la segunda acepción del término nos dice:
“Dicho de una persona: Que abusa de su poder, superioridad o fuerza en cualquier concepto o materia, o que, simplemente, del que impone
ese poder y superioridad en grado
extraordinario”
y
Sánchez se caracteriza por ejercer su poder abusando de él e imponiéndolo en
grado extraordinario.
Para
la mentalidad moderna, la tiranía se identifica con un uso abusivo y cruel del
poder político.
Sin
embargo, Rousseau, en su obra “El Contrato Social”, diferencia entre Tirano,
que es quien accede al poder ilegítimamente y Déspota, que sería quien se hace
superior a las leyes en el ejercicio del poder.
En
Sánchez se conjuga la ilegitimidad del Tirano ─al menos moral─ de su acceso al
poder apoyado por comunistas, terroristas y separatistas (los mayores enemigos
de España) tras haber repetido decenas de veces, antes de su ascenso al poder, que nunca gobernaría con los comunistas de PODEMOS ni con los herederos de ETA HE-BILDU; y su comportamiento como un Déspota, situado en su mesiánica
autocomplacencia, por encima de la Ley, de la Constitución e incluso del Rey.
Así,
durante la pandemia, ninguneó hasta el insulto a las Cortes con dos
fraudulentos e inconstitucionales estados de alarma con la finalidad de poder gobernar por decreto sin rendir cuentas al Congreso.
Los
verdaderos motivos de estas acciones los manifestó en el Senado dirigiéndose a
Feijóo en un claro “acto fallido freudiano” diciéndole que «la
oposición estorba», frase que parece sacada de la
biografía de algún tirano, o de la película de Chaplin “El Gran Dictador”.
Y
abusa de su típico discurso frentepopulista, afirmando que la derecha es
culpable de todos los males, y que él defiende a la clase trabajadora, mientras
pondera al asesino líder socialista y frentepopulista Largo Caballero, manifestando que le
gustaría hacer lo mismo que este hizo, o a los exministros socialistas Chaves y
Griñán, pese a haber sido condenados por el escándalo de los EREs andaluces.
En
cualquier caso, ya Polibio afirmó en su obra “Historia Universal bajo la
República Romana” que:
«Es propio de un tirano
aborrecer y ser aborrecido de sus súbditos, y a fuerza de malos tratamientos
exigir por el miedo un vasallaje forzado» y que todo tirano «reputa por sus
mayores enemigos a los promotores de la libertad»
y
así contemplamos en Sánchez la permanente retórica de amedrentar a los
ciudadanos, con el fin de controlar a los mismos mediante el miedo, al tiempo
que es personaje odiado por el pueblo ─no hay más que ver los permanentes
abucheos a que es sometido en cada aparición pública─ al tiempo
que odia a quienes, como Isabel Díaz Ayuso, contraponen la actitud despótica y
procomunista del presidente, con el deseo de vivir en libertad de los
madrileños.
Otra
genialidad del Gobierno del Tirano ha sido la prohibición de incrementar la
velocidad en los adelantamientos. La DGT asegura que el aumento de muertes en
carretera este mes de julio tiene que ver con el calor, cuando los expertos en seguridad vial apuntan a que tiene más que ver con la eliminación del margen de 20 km/h para adelantar, critican al organismo porque se basa en "ocurrencias sin sentido", o su permanente incongruencia, bajando el IVA del gas
Y todo ello se adoba con el odio a todos
los que no siguen, como mensajes de un mesías, las paparruchas de Antonio el
Tirano.
Odio
que se extiende al poder judicial, pues Sánchez abomina del hecho de que sus
medidas puedan ser fiscalizadas por el Parlamento o por los Tribunales.
De
hecho, sus maniobras para controlar los órganos judiciales han sido duramente criticadas
por la Unión Europea.
De
toda esta nefasta consideración de la Tiranía surge, desde época griega y
romana, la doctrina de la legitimidad del “Tiranicidio”.
Así,
Cicerón, en su obra “De officis III” nos dice que:
«La más bella de las
acciones era matar a un tirano»
Esta legitimación del “Tiranicidio” se va
ponderando con el tiempo, de modo que Santo Tomás de Aquino nos dice en su obra
“De Regimine Principum ad Regem Cypri” que:
«Así como el gobierno del
Rey es el mejor, así es el peor el del tirano», « […] de donde nace que de los
gobiernos injustos el más tolerante es la democracia, y el peor la tiranía» Y afirma
que se debe proceder contra la crueldad de los gobiernos tiránicos por medio de
la autoridad pública, más que por presunción particular. Si pertenece al pueblo
el elegir Rey, puede justamente deponer el que habrá instituido y refrenar su
potestad, si usa mal y tiránicamente del poderío Real, en otro caso, «cuando
totalmente no se pudiera hallar socorro humano contra el tirano, debemos acudir
a Dios, que es Rey de todos y es el que ayuda a tiempo oportuno en la
tribulación, y en su poder está el convertir el corazón del tirano a
mansedumbre»
La doctrina sobre el tiranicidio irá desapareciendo de los libros. El 23 de mayo del año 1767 el Rey de España, Carlos III ─monarca que encarna la Ilustración y el "Despotismo Ilustrado" que se define en la frase "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo"─, dictará una norma mandando a los prelados eclesiásticos, a los superiores de la Órdenes y a las Justicias, graduados catedráticos y maestros de la Universidades y Estudios hacer observar y enseñar la doctrina contenida en el Concilio de Constanza, que condenó como herética la proposición por el que un particular cualquiera pudiera matar al tirano o estuviese obligado a hacerlo: «La tiranía de los malos príncipes se ha de mitigar con paciencia y oraciones cristianas»
Esta tendencia a la deslegitimación del tiranicidio se incrementa durante el z XIX, en donde demócratas y liberales condenan tal figura en todos aquellos regímenes políticos en donde esté previsto un sistema legal para apartar al Tirano del Poder ─como son las elecciones─ pero decae durante el final del s XIX y primera mitad del s XX, con el nacimiento de una estrategia basada en la violencia y el terror, que no son originales, aunque si lo son su justificación ideológica y su metodología, que encuentra su fundamento esencial en el socialismo nacionalista (Fascistas y Nazis) o internacionalista (Comunismo y Anarquismo) que justifican la violencia para derribar toda estructura de poder que no se ajuste a su ideología, incluso el poder legal y democrático.
Hoy en día, sin embargo, ningún pensador medianamente sensato defiende el tiranicidio.
Así que, en relación con Sánchez, y dado que vivimos en una democracia ─al menos nominalmente─ NO PODEMOS DEFENDER EL TIRANICIDIO, pero si dar la batalla cultural contra sus peroratas ideológicas manipuladoras, sus mentiras, sus prohibiciones y sus abusos ─mediante el ejercicio valiente y decidido del derecho a la libertad de expresión─ procurando su desestabilización política, y teniendo la esperanza de poder mandarle a su casa en las elecciones que se avecinan, dejando que como buen irresponsable disfrute. mientras tanto, sus vacaciones en "La Mareta" a costa de los contribuyentes.
Y para concluir, que mejor que un canto a
la libertad, el de “Libertad” de Albano y Romina
Acabo de leer tu escrito, me parece magnifico. Abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, muy interesante, esperemos que nuestro egolatra, indecente, mentiroso y ambicioso tirano caiga en las próximas elecciones…
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