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viernes, 30 de septiembre de 2022

SABINO ARANA «ESPAÑOLISTA CON TODA EL ALMA»

 



Una de las historias más negras del PNV es la ocultación de la renuncia, por parte de Sabino Arana, su fundador, a la soberanía nacional del País Vasco y su deseo de integración de las provincias vascongadas, plenamente, a España.

 Pero todo en el PNV no es más que mentira, ocultación y ruindad moral, en beneficio de la oligarquía empresarial que representan y en perjuicio del pueblo vasco, al que han mentido y manipulado desde el momento de la muerte de Arana.

Efectivamente, los últimos escritos de Arana confirman su voluntad de renunciar a la independencia, disolver el PNV y crear la Liga de de vascos españolista

     Año y medio antes de su muerte ocurrida en el pueblo que Sabino Arana siempre llamaba «Pedernales» y que el PNV de hoy llama «Sukarrieta», el fundador del PNV e inventor de la idea de la «patria vasca» anunció su intención de disolver el Partido Nacionalista Vasco y fundar la «Liga de vascos españolista» con el fin de, como ha quedado escrito, «que los estados vascos que son de hecho españoles, reconozcan y acaten en derecho esta anexión y alcancen dentro de esa situación de derecho, dentro de la unidad de España, la mayor felicidad moral y material que puedan».

     La enfermedad que, sin saberlo, consumía a Arana, además de la labor de los ultraortodoxos nacionalistas que desobedecieron las directrices de ese «testamento vital» porque pensaban que Sabino se había vuelto loco, dio al traste con lo que hubiera sido, como escribió Arana: «La renuncia del nacionalismo a la independencia».

      El 23 de junio de 1902, Sabino Arana envió una carta a su hermano, Luis Arana, en la que le decía: 

«Mi consejo es este: hay que hacerse españolistas y trabajar con todo el alma por el programa que se trace con este carácter. A mi modo de ver, la Patria nos lo exige. Esto parece un contrasentido; pero si en mí se confía debe creerse. Es un golpe colosal desconocido en los anales de los partidos. Queda empañada toda mi reputación. Deshecha la obra de muchos años, levantada a costa de grandes sacrificios. Tú ya me comprenderás. Tu hermano, Sabin».

 Previamente, el día 22 de junio de 1902, el semanario vasco «La Patria» publicaba un artículo titulado «Grave y trascendental» en el que se decía: 

«Corre el rumor de que el señorArana-Goiri convencido ya de que continuar la campaña nacionalista sería gastar inútilmente preciosas energías que los vascos pudieran aplicar a la consecución de fines más asequibles, más prácticos, se propone desistir de continuar llamando a sus compatriotas al nacionalismo, recomendar a los que hasta ahora han acudido, reconozcan y acaten la soberanía española y pedirles un último voto de confianza para redactar y exponerles el programa completo de un nuevo partido vasco que sea a la vez español, que aspire a la felicidad de este país dentro del estado español, que camine hacia ella sin quebrantar la legalidad vigente, que aspire a restaurar del pasado vasco lo que bueno y a la vez compatible con la unidad del estado español y con las necesidades de los modernos tiempos»   

     Cuatro días después, Sabino Arana publicaba en «La Patria» una carta extensa en la que confirmaba «el rumor» con estas palabras

«De realizarse lo que anunciaba el artículo de La Patria, el nacionalismo tiene que dejar de serlo, si ha de ser patriota: por esto el más nacionalista, el más patriota, es el primero que acude a los pies de la patria a ofrecer en holocausto su nacionalismo, su mismo patriotismo, en interés de la patria misma… los buenos vascos seguirán trabajando por su pueblo, pero sin considerarlo aisladamente, sino dentro del Estado español»

          Por aquellas fechas un redactor de «La Gaceta del Norte» entrevistó a Arana a propósito del «rumor» recogido en «La Patria». Entrevista de la que merece destacar este pasaje.

 ― ¿Qué plan o programa trazaría usted al nuevo partido?

 ― El de una autonomía lo más radical posible dentro de la unidad del estado español, y a la vez adaptada al carácter vasco y a las necesidades modernas.

          Pero el colmo del giro españolista que Arana preparaba para el PNV llega en una carta que envía el 4 de julio de 1902 al director de la publicación «Euskalduna»: 

«Muy señor mío: Agradezco a V. en lo que vale la adhesión que presta su semanario a mi proyectado plan. Debo aplaudir la franqueza con que declara Vd. que su semanario ha sido españolista desde su primer día, puesto que queda, sin moverse en el mismo terreno político al que, según proyecto, va a parar el partido nacionalista al trocarse en españolista».

            Y el PNV desobedeció las órdenes del fundador, de modo que sus biógrafos nacionalistas intentaron desprestigiar su giro diciendo que fue un delirio de enfermo

         No olvidemos que hubo, y así está documentado, un «padre» del PNV racista, xenófobo, iluminado y, por supuesto, profundamente anti español e independentista.

  Pero también existió, por más que los documentos que lo prueban sin duda alguna sean cuidadosamente relegados al olvido, otro Sabino Arana que, en sus postreros años, en la última madurez intelectual, pasó revista a su triste obra y abominó de ella.

 La versión oficial nacionalista rechaza este extremo y trata de desvirtuar, y ocultar por tanto, que Arana se declaró al final vasco españolista y optó, sinceramente por renunciar a toda veleidad independentista como el mejor camino para el futuro del pueblo vasco.

 El plan último de Sabino, que sus seguidores más próximos intentaron incluso llevar a cabo, pasaba por defender un País Vasco en el seno de España y de su Corona, con una fuerte autonomía que destacara los rasgos esenciales y mejores de los vascos.

Está escrita, en cartas, en entrevistas y en artículos periodísticos de la época, una visión de Arana que recapitula ante su obra, y plantea ni más ni menos que el proyecto de Autonomía que los españoles aprobaron en la Constitución de 1978.

Por eso se oculta, porque lo que sus pretendidos discípulos quieren hacer ahora con la Carta Magna no habría gustado, en modo alguno, al Sabino Arana de su última época.

         Acabemos, como de costumbre, con una pieza musical, es esta ocasión un “Aurresku” en honor de Felipe VI, Rey de España y Señor de Vizcaya, en una visita a Ermua.




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