Hay un divertido libro llamado “Como ser
un alienígena en Inglaterra”, escrito por el húngaro George Mikes, que es una
parodia de los hábitos y costumbres de los ingleses, en el que describe su pasión
por hacer cola con estos párrafos:
«Hacer cola es la pasión nacional de una
raza por lo demás desapasionada.
Los ingleses son bastante tímidos al
respecto, y niegan que lo adoren.
En el continente, si la gente está
esperando en una parada de autobús, merodean aparentemente aburridos y medio
dormidos.
Cuando llega el autobús, corren hacia
él; la mayoría de ellos salen en autobús y una minoría afortunada es llevada
por una elegante ambulancia negra.
Un inglés, aunque esté solo, forma
ordenadamente una cola de uno.
Los anuncios más grandes y atractivos
frente a los cines le dicen a la gente:
Haga cola aquí
por 4s 6d; Haga cola aquí por 9s 3d; Haga cola aquí por 16 s 8 d (impuestos
incluidos).
Los cines que no pongan estos carteles
de colas no hacen ningún buen negocio.
Los fines de semana, un inglés hace cola
en la parada del autobús, viaja a Richmond, hace cola para un barco, luego hace
cola para el té, luego hace cola para el helado, luego se une a algunas colas
extrañas solo por el gusto de hacerlo, luego hace cola en la parada de autobús y
pasa el mejor tiempo de su vida. Muchas
familias inglesas pasan agradables veladas en casa simplemente haciendo cola por
unas horas, y los padres se ponen muy tristes cuando los niños los dejan y
hacen cola para ir a la cama.»
Y prueba de ello, son las inmensas colas
que se han formado estos últimos días en Londres para rendir homenaje ante el
féretro de la fallecida reina Isabel II.
Sin embargo, no nos engañemos, ese “hacer cola”, en el fondo, no significa una perpetua e indestructible adhesión a la monarquía.
Efectivamente, en 1975, tras la muerte
de Franco se formaron inmensas colas en Madrid para rendir honores a los restos del
General expuestos en el Palacio Real.
Pero tan solo tres años más tarde ─Transición mediante─, los
españoles se olvidaron de Franco y el franquismo, y abrazaron una democracia
parlamentaria pluripartidista ─incluyendo a PCE y PSOE, vencidos por Franco en
nuestra Guerra Civil 1936/1939─ con una abrumadora mayoría de votos en el referéndum
para la aprobación de la Constitución.
Así que el significado de estas colas no es más que una
expresión de luto en un momento determinado, que no interfiere en el común pensar
de los ciudadanos, y que no implica, como ya he dicho, adhesión o compromiso
político de clase alguna.
Y despidámonos, nuevamente con un video musical, en esta
ocasión, ya que vamos de muertes y funerales, el “Confutatis Maledictis” de la Misa de
Requiem de Mozart
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