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lunes, 13 de enero de 2025

SI LA MUERTE PISA MI HUERTO

 

 

Si la muerte pisa mi huerto

¿quién firmará que he muerto

De muerte natural?

¿Quién vaciará mis bolsillos?

¿quién liquidará mis deudas?

A saber…

¿Quién pondrá fin a mi diario...

Al caer...

La última hoja en mi calendario?

     Tomo estos versos del poema “Si la muerte pisa mi huerto” de Juan Manuel Serrat, pues reflejan el sentimiento primario de quien va a morir y ruega que sus deudas sean liquidadas y su diario concluido.

Aunque a nadie interese.

La Muerte es un arcano para el conocimiento humano, y la tumba iguala a todos, ricos y pobres, feos y guapos, gordos y delgados, inteligentes y lerdos, si, a todos…

Y a todos preocupa, aunque omitan cualquier pensamiento o comentario sobre ello, y aunque exista, en nuestra sociedad, la idea de que toda referencia a la muerte, toda conversación o mención a ella, es una falta de respeto a nuestros contertulios.

En esta línea recuerdo una anécdota entre dos amigos, en la que uno de ellos, cuando se encontraban, se daba unos golpecitos con la mano en su hombro, significando “aquí llevaré apoyado tu ataúd” a lo que el otro contestaba con intensos improperios, llevándose la mano al bolsillo de su pantalón, donde, como buen supersticioso que era, llevaba un taquito de madera para espantar la mala suerte y sus maleficios.

En mi caso, el hecho de llevar años conversando cara a cara con el destino y la muerte, me ha llevado a no temerla.

De hecho mi conclusión, al respecto, es

“Si después de la muerte está la Gloria e Dios, espero que su divina y eterna misericordia allí me lleven.

Y si tras la muerte no existe nada, tampoco hay que temerla, pues la nada implicaría que no haya conciencia de ella, ni melancolía, ni sufrimiento, ni tristeza, solo NADA y nada más que NADA…”

      Y de este modo, al no temerla, la veo como un acontecimiento más de mi vida, cierto que el último, pero tan natural, que lo lógico es aceptarla —en mi caso como creyente— cuando el Señor decida que me llegue, sabiendo que serán mi familia, y mis amigos, los que se entristezcan con ella.

           Pero siempre tendré un pensamiento profundo de fé y confianza, y dejaré mi destino en el regazo amoroso de Dios. En cuyas manos encomiendo mi espíritu 

  Y como siempre os acompaño una nueva pieza musical, así que hoy os traigo la escena final de la ópera “Madame Butterfly” de Puccini, "Con honor muero", cantada por la soprano Kristine Opolais en producción de la Opera de Viena, 2016.



©2025 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA

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