Como decía Ortega, o se hace ciencia, o se hace literatura, o se calla uno.
En cualquier caso la literatura sirve para expresar emociones, símbolos o reflexiones.
La casa tradicional del labrador asturiano está formada por una planta baja y un piso superior con corredor o solana, orientada al mediodia y arrimado a la casa está el establo y sobre él una estancia de techo bajo, ―la tenada―, destinada a conservar la hierba que sirve de pienso para el ganado.
Frente a la casa hay una porción de terreno llamado corrada o antoxana, y a uno de sus costados, cerca de la antoxana, se alza el hórreo.
Estan estampa asturiana es tipica y habitual.
En el paisaje asturiano es sorprendente la convivencia del hórreo con el alto horno y altos edificios.
En esa convivencia, el hórreo afirma su persistencia.
Se da en todo su vigor lo que el sociólogo alemán Hans Freyer llamó la cotidianidadde lo no coetáneo; en la que el presente histórico subraya la selección que la historia realiza, la persistencia de lo que sigue teniendo valor y sentido.
¿Por qué esta misteriosa persistencia del hórreo?
Las cosas profundas requieren de la imaginación para ser explicadas; no es el número de lo existente, sino el símobolo, lo que aquí ayudamos a comprender.
Y el símbolo es permanente y persistente. Y en el caso del hórreo, encierra la esencia de lo asturiano. Y con su existencia se complace, identifica y se ve representado el asturiano.
Y son, precisamente , esos símbolos, asumidos por el subconsciente de los asturianos, los que dan sentido a su cultura, sus creencias , su ser propio colectivo, al fin y al cabo.
Reflexión que nos lleva a la Historicidad individual.
Para Hans-Grorge Gadamer, a través de la Historia el ser humano puede llegar a comprenderse a sí mismo.
Por ello plantea que lo más importante no es encontrar la estructura histórica, como la época, sino comprender nuestro presente.
Lo importate, así, es lo que se conserva del pasado y tiene un significado propio.
De modo que, es la realización de la tradición en la cotidianidad, la que tiene como función formular preguntas acerca de lo que hemos llegado a ser y cuyas respuestas nos permiten esbozar el futuro.
Lo que seremos.
Este devenir de lo histórico, en cuanto que así, con ese transcurso de inbeteradas generaciones, fue definido nuestro presente como hoy es, hace que el historicismo sea el núcleo de lo existente y conecte lo cotidiano de hoy con las experiencia histórica de lo no cotidiano, del pasado.
Finalmente, al considerar la coteidad, se hace evidente que cualquier análisis social debe incluir una mirada hacia lo cotidiano.
En resumen, la teoría de Hans Freyer sobre la coteidad destaca la relevancia de lo cotidiano como un espacio activo y significativo donde se construyen identidades y relaciones sociales.
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