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viernes, 3 de enero de 2025

EL HOMBRE REBELDE

 

 

Albert Camus, en su obra “El Hombre rebelde” nos dice:

«¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice no, aunque si niega no renuncia.

Rebelarse significa, por ejemplo, mantener que “las cosas han durado demasiado”, que “vais demasiado lejos” o que “hay un límite que no franquearéis”.

En cierta manera, opone al orden que oprime una especie de derecho a no ser oprimido más allá de lo que puede admitir.

EL hombre en rebeldía, en el sentido etimológico, se revuelve,  planta cara y opone lo que es preferible a lo que, a su juicio, no lo es.»

       Hoy en día, en España, un “Hombre Rebelde” es todo aquel que mantiene la “guerra cultural” frente a la espuria supremacía del pensamiento único marxista, la propaganda sanchista y el temor hacia el deslizamiento que se está produciendo, desde el poder, hacia el totalitarismo populista propio de republicas bananeras, tercermundistas o comunistas.

El concepto de “Pensamiento Único” fue formulado inicialmente por Schopenhauer con finalidad filosófico-positiva, pero a lo largo del tiempo transcurrido desde entonces se reformuló en el “Manifiesto Comunista”.

La purga, el ajuste de cuentas, contra todo el que disiente, es la más perdurable herencia del marxismo.

La única, en realidad.

No en vano Karl Marx dedicó la cuarta parte de El Manifiesto Comunista a condenar a todos los que sentía como enemigos por ser competidores en atraer el interés del proletariado.

Y esa ha sido la actitud permanente de la izquierda radical marxista, hoy en día representa por el sanchismo, ese peligroso conglomerado de socialismo radical, comunismo, separatismo y herederos del terrorismo.

Efectivamente, para ese sanchismo, todo lo que no respeta su impostada “única verdad Impuesta” es “lodo”, de tal modo que las acciones críticas de la oposición política oficial o de la sociedad civil, son denostadas como falsas, conspiranóicas, e ilegítimas.

Y con esa estrategia expanden una impenetrable cortina de humo para imponer sus interesas a la Sociedad y ocultar su corrupción, sus excesos y su tendencia totalitaria, que trata de evitar, al precio que sea, la posibilidad de la alternancia en la Poder.

Efectivamente, toda la política sanchista no es sino una pertinaz falsificación de la realidad, mediante su radical abolición por decreto, realidad que es sustituida por la mentira que constituye la esencia profunda de los intereses demagógicos y corruptos de esa banda.

Y precisamente ello constituye su punto débil pues los ciudadanos cada día están más convencidos de que “el sanchismo ha llegado demasiado lejos” y que “hay un límite que no franquearan”, haciendo suyas las expresiones de Camus.

Y como siempre, concluyo esta “Reflexión Heteróclita” con una nueva pieza musical. Hoy "La Stravaganza", Concerto no.2 in E minor, RV 279 de Antonio Vivaldi.




 ©2025 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA

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