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miércoles, 15 de enero de 2025

LIBERTAD DE INFORMACION Y PRENSA CONTROLADA

 

En esta “Reflexión Heteróclita”, voy intentar definir la diferencia entre la libertad de información, propia de los medios libres no sometidos al poder.

Y la Prensa Controlada, propia de lo que llamaremos “prensa sistémica” por su sometimiento al sistema de poder establecido.

Y que represento con la Libertad entre nieblas.

La “prensa sistémica” se presenta como libertadora y apóstol de la democracia, y a quien osa oponerse a su visión delirante de la falsa información, siempre inventada en beneficio del poder, se les señala como divulgadores de bulos y se les condena al ostracismo.

La “Prensa Sistémica” simplemente ha creado un mátrix —universo paralelo—, o metaverso, que permita a los poderes nacionales y al poder plutocrático mundial, pastorearnos hasta el redil de la pérdida de la independencia y la razón.

Juan Manuel de Prada nos recuerda el Apocalipsis y su frase:

”Pueblo mío sal de allí para que no os hagáis cómplices de sus pecados y no os alcancen sus plagas,”

      En España la realidad de la “prensa sistémica” está representada en el “Plan de Control de los Medios de Comunicación”             —aprobado por fases— por el gobierno sanchista.

El control de la prensa se ha convertido en una prioridad para los actores políticos, en su afán por estructurar la esfera pública conforme a sus intereses y objetivos.

según Lasswell (1971) la Propaganda representa la expresión de la opinión, efectuada deliberadamente por parte de individuos o grupos, para influir en la opinión o acción de otros, en relación con fines predeterminados y mediante manipulaciones psicológicas.

Y eso es lo que los poderes nacional e internacional hacen para potenciar y defender sus posiciones políticas.

 El sistema necesita extender su poder de influencia a través de medios sutiles y elaborados.

Y la gestión de la información resulta una de las mejores vías para llevar a cabo este objetivo.

El objetivo, cuasi totalitario, es el de crear,  a través de los mensajes, con los que continuamente bombardean los medios, un tipo de persona capaz de acabar reproduciendo, a escala reducida, y de defender, a ultranza, la validez y la legitimidad de los discursos que el poder impone, a través de la prensa manipulada —o sistémica— para imponer a sus “súbditos” que no “ciudadanos” “SU” forma de ver la realidad. 

    Esta tendencia, sin embargo, a lo largo de la historia, hemos sido testigos de cómo la libertad de información se ve, permanentemente, amenazada por diversas formas de control e influencia por parte del poder político, económico y social.

    La falta de independencia en los medios no solo afecta la calidad de la información que recibe el público, sino que también socava los principios democráticos y limita el ejercicio de la ciudadanía informada.

    Uno de los aspectos más preocupantes del control sobre los medios es la censura.

    En muchos países, los gobiernos ejercen presión sobre las organizaciones mediáticas para que presenten una imagen favorable del régimen en el poder.

    Esto puede manifestarse a través de leyes restrictivas, amenazas a periodistas o incluso la clausura de medios que se atreven a criticar al gobierno.

    La censura limita la diversidad de voces y opiniones en el espacio público, lo que impide un debate saludable y crítico sobre asuntos relevantes para la sociedad.

    El uso de propaganda es otra herramienta utilizada por el poder para controlar los medios.

    A menudo, los gobiernos o grupos con intereses específicos buscan moldear la opinión pública mediante campañas mediáticas que promueven sus agendas.

    Esta manipulación puede ser sutil o evidente, pero en ambos casos distorsiona la verdad y engaña a la ciudadanía.

    La propaganda no solo afecta la percepción pública sobre ciertos temas, sino que también puede generar desconfianza hacia aquellos medios que no se alinean con tales narrativas.

    La falta de libertad en los medios también tiene implicaciones directas para el ejercicio democrático.

    Una prensa libre es esencial para mantener informada a la ciudadanía y permitirle tomar decisiones fundamentadas en procesos electorales.

    Cuando los medios están bajo control o coacción, se limita el acceso a información crítica que podría influir en el voto informado del ciudadano.

    Esto crea un círculo vicioso donde el poder se perpetúa al mantener al público desinformado o mal informado.

    La polarización política y el auge de las "fakenews" han llevado a un clima donde la desconfianza hacia los medios se ha incrementado.

    Esto puede ser explotado por actores políticos que buscan desacreditar voces críticas bajo la premisa de que son "falsedades" o "noticias falsas".

    Este fenómeno socava aún más la credibilidad del periodismo independiente.

    En conclusión, la falta de libertad en los medios de comunicación representa una amenaza significativa para las democracias modernas y una deriva hacia el totalitarismo.

    El control ejercido por poderes políticos y económicos limita el acceso a información diversa y veraz, obstaculizando el ejercicio pleno del derecho a estar informados.

Y, como siempre, concluyo esta “Reflexión Heteróclita” con una nueva pieza musical, en esta ocasión Natalie Dessay, interpretando el Aria del Segundo Acto, de la Ópera Julio Cesar de George Friedrich Häendel



©2025 JESÚS FERNÀNDEZ-MIRANDA Y LOZANA

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