Richard Dawkins es un científico y profesor de Oxford de fama
mundial, no por su labor científica, sino por ser el líder intelectual del
ateísmo contemporáneo.
Es autor del libro “The god delusion”, traducido al español
como “El espejismo de Dios”, y promotor de la campaña, en los autobuses de
Londres, repetida después en Madrid bajo el lema: “Probablemente Dios no existe,
de modo que deja de preocuparte y disfruta de la vida”, cuya crítica en
relación con su militante ateísmo ya he dedicado un post en este blog que
puedes leer haciendo clic AQUÍ.
Pero Dawkins, además de ateo es partidario de la eugenesia y
el proabortismo más extremos.
Guiado por sus convicciones, Dawkins ha provocado, no hace
mucho, una enorme polémica en relación con el tema del aborto. Un seguidor suyo
le comentó que él se enfrentaría a “un auténtico dilema ético” si la pareja
esperase un niño con síndrome de Down. La respuesta del autor ateo, en su
cuenta de twitter, fue: “Aborta e inténtalo de nuevo. Sería inmoral traerlo al
mundo, si tienes la opción de no hacerlo.”
Una madre de un niño con dicho síndrome reaccionó al
comentario de Dawkins diciendo: “Yo lucharé hasta mi último aliento por la vida
de mi hijo. No hay dilema”. El autor reaccionó diciendo: “En ningún momento
pediré perdón por abordar una cuestión filosófica de un modo racional. Hay
lugares para la emoción, pero no son este”.
Pero Dawkins, con esta actitud, no sólo defiende el aborto ─tema sobre el que volveré en el futuro, pues
se merece un nuevo post─ sino que lo que
está planteando es la defensa de la eugenesia, una ideología compartida por grandes
personajes del progresismo materialista de finales del XIX y comienzos del XX,
y que cayó en descrédito por su aplicación entusiasta por parte de los nacional
socialistas, en la Alemania de los años 30.
A juicio de Dawkins, no es ya que el aborto sea un
instrumento ideal para la eugenesia, es decir, para la mejora de la raza y el
deshecho de las personas imperfectas según cierto criterio. Lo que plantea es
que la eugenesia es un deber moral de todos nosotros, y por eso permitir el
nacimiento de un niño con síndrome de Down es, para él, “inmoral”.
Dawkins no está solo, y ha sido apoyado por una pléyade de
seguidores. Pero también ha recibido fuertes críticas. La Asociación del Síndrome
de Down del Reino Unido ha emitido un comunicado, en el que afirma que “las
personas con síndrome de Down pueden tener, y de hecho tienen, vidas plenas y
gratificantes. También hacen contribuciones valiosas a nuestra sociedad. En la
Asociación del Síndrome de Down no creemos que el síndrome de Down deba ser un
motivo para abortar, aunque consideramos que cada familia debe hacer su propia
elección”.
En esta reflexión heteróclita voy a posicionarme entre sus
críticos.
La primera gran sorpresa que presenta la eugenesia, en los
términos en que es defendida por algunos pensadores contemporáneos, es que
vemos su aplicación en los programas de control de nacimientos en el tercer
mundo auspiciados por Naciones Unidas, mezclados con posturas sexistas feministas
de corte radical e izquierdoso realmente alarmantes, sin embargo, no voy a
detenerme en este aspecto, pues no quiero repetir los argumentos contrarios a
la eugenesia ya publicados en este BLOG, concretamente en mi POST “Eutanasia y
Eugenesia” que podeis leer pinchando AQUÍ.
Pero al ateísmo y proabortismo intolerante de Dawkins le ha
llevado a manifestaciones muy peligrosas y, por ello, a ser objeto de muy duras
críticas.
Su defensa de un darwinismo muy extremista y de las tesis
malthusianistas más radicales, le ha llevado a proponer cosas realmente criticables.
Como ejemplo podemos citar la carta que Dawkins escribió el
19 de noviembre de 2006 al diario escocés Sunday Herald, en la que el británico
sostenía que “programas eugenésicos como
los de Hitler no deben ser considerados malos”. [1]
En la carta, Dawkins se muestra partidario de las tesis
eugenésicas más radicales en estos términos:
“Si se pueden criar vacas de leche, caballos de carreras y perros de
arreo, ¿por qué sería imposible criar hombres para la matemática, la música o
el atletismo? Me pregunto si, sesenta años después de la muerte de Hitler,
debiéramos aventurarnos a preguntar cuál es la diferencia moral entre criar
músicos y obligar a los niños a recibir lecciones de música. O por qué es aceptable
entrenar velocistas o saltadores pero no criarlos”[1]
Frente a esta
radicalidad del eugenismo, ha surgido una corriente científica con gran
aceptación social que es llamada neoeugenesia.
La
importancia creciente que, en las sociedades desarrolladas, tiene la promoción
de la calidad de vida, de la salud y de tener hijos sanos, sin depender del
azar de la reproducción. Esta importancia está llevando al uso creciente de los
métodos de diagnóstico prenatal en todas sus variantes y a su más que probable
generalización en las próximas décadas en muchos países.
Así surge la
neoeugenesia, que podríamos definir como el conjunto de métodos
científico-técnicos orientados al control de la reproducción humana con una
finalidad sanitaria de carácter preventivo o terapéutico, pues los avances en
las técnicas de diagnóstico y manipulación genética por el desarrollo de la
biología molecular, por un lado, y de la embriología, por otro, son
instrumentos cada vez más poderosos, fiables y seguros que previsiblemente pondrán
al alcance de los servicios sanitarios y de la ciudadanía la posibilidad de
combatir más eficazmente las enfermedades hereditarias reduciendo drásticamente
su transmisión a la descendencia.
El riesgo,
sin embargo, se encuentra en la fácil deriva de estas técnicas hacia el
eugenismo puro, en los términos defendidos por Dawkins, y no podemos olvidar
que el eugenismo, como programa político de reforma de la sociedad mediante la
modificación de las características genéticas socialmente deseables de los individuos,
genera importantes temores y es justamente considerado peligroso desde el punto
de vista social y rechazable desde el punto de vista ético, por ser atentatorio
contra los derechos y la dignidad de las personas.
Una de las
discusiones más interesantes y que más aportan, desde el punto de vista filosófico,
a esta cuestión es la polémica entre Habarmans y Gilbert Hottois
Habermans publicó
en 2001 su obra “El futuro de la
naturaleza humana. ¿Hacia una eugenesia liberal?”[2],
un ensayo en el que criticaba la “eugenesia liberal” entendida como la
manipulación genética no solo terapéutica, sino con finalidad de mejora de la
vida futura del individuo, afirmando que estas técnicas conducen a la
cosificación del individuo, junto con la consecuente pérdida de la dignidad
humana y la rotura de la igualdad en las relaciones intersubjetivas de mutuo
reconocimiento.
El filósofo alemán
entiende que la manipulación genética nos conduce, inevitablemente, hacia un
punto crítico en el que se debe decidir cómo queremos ser como humanos, puesto
que podemos ser de otra manera diferente a como hemos sido hasta ahora: el
fruto del azar y de la naturaleza nuestras decisiones se tomen en función del
concepto de dignidad humana,
Hottois [3] critica a Habermas porque este parece pretender sustituir un discurso cientificista
y reduccionista por otro discurso sustentado por bases metafísicas, con
referencias implícitas a la moral y la religión.
Sin embargo si que debemos darle
la razón a Habermans, con independencia del fundamento de sus tesis, en el
reconocimiento del peligro que entraña el uso indiscriminado de la
tecnociencia, con el único criterio del beneficio particular como objetivo.
Si queremos superar esos peligros y tal y como dice la
obra “Bioética, sujeto y cultura”, al analizar esta polémica:
“Para que la decisión sobre lo que queremos ser y
sobre cómo queremos utilizar la tecnociencia sea una decisión libre e informada,
es absolutamente necesario que el beneficio particular no sea el único criterio
para el uso de la biotecnología, como que ningún discurso, materialista o
esencialista, pretenda definir de antemano lo que somos.” [4]
[1] “Eugenics may not be bad”; Richard Dawkins; Sunday Herald ; Edimburg; 19 nov.
2006
[2] En el año 2001 aparecía publicada
en Alemania la obra de Jürgen Habermas Die Zukunft der menschlichen
Natur. Auf dem Weg zu einer liberalen Eugenik? [1].Publicada en castellano el año 2002
bajo el título El futuro de la naturaleza
humana. ¿Hacia una eugenesia liberal?, editada por Paidós.
[3] Gilbert Hottois; Dignité et diversité des hommes (Libertad y
Diversidad de los Hombres); Livrairie Philosophique J. Vrin, París,
2009; Capítulo tercero: “A propos
de Habermas: quel rôle pour les philosophes dans les débats bioéthiques?” – “A
propósito de Habermans; ¿qué papel corresponde a los filósofos en los debates
bioéticos?
[4] “Bioética, sujeto y
cultura”; Coordinados Norbert Bilbeny, N.;
Editorial Horsori, Barcelona, 2011; Capítulo 3 “La eugenesia liberal, entre
esencialismo y materialismo” Autor: Margarita Boladeras.
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