La ascensión e PODEMOS viene pareja a la decadencia de los
partidos tradicionales.
En primer lugar han fagocitado todo el voto de IU y de ahí en
adelante están conquistando el voto más radical del PSOE y el de los
descontentos desideologizados del PP.
Según las encuestas del CIS la fuerza liderada por Pablo
Iglesias se habría convertido en la mayor fuerza política en cuanto a intención
directa de voto en España.
La realidad es que, y pese a que esa mayoría de intención de
voto se mantuviera, que eso se traduzca en una mayoría parlamentaria ─y ello por mor de nuestra Ley electoral─
parece más que improbable, pues lo cierto es que el voto de podemos es un voto
amplio pero disperso; es la suma de muchas minorías, y eso con la Ley D’Hont en
la mano funciona en su detrimento a la hora de obtener representación en las
cámaras.
Por otra parte creo que los partidos tradicionales están
todavía en disposición de desestabilizar la fuerza de PODEMOS mediante la
propaganda.
Pero su labor debería empezar ya, y no estoy de acuerdo en la idea
de que hablar de PODEMOS es dale publicidad; NO, hablar de PODEMOS es
desenmascarar a un lobo que se presenta ante la Sociedad con una mesiánica piel
de cordero.
No negaremos en esta reflexión heteróclita, la culpa que de
la ascensión de PODEMOS tienen los partidos tradicionales, con su torpeza, su
alejamiento de la realidad ciudadana y los ya no frecuentes, sino habituales
supuestos de grave corrupción económica, pero todo ello, que es subsanable, no
justifica el ascensión de una fuerza política anclada en el más primitivo y
violento bolchevismo radical marxista.
Las barbaridades manifestadas por los diversos círculos de
PODEMOS hacen que esta fuerza sea temible en cuanto al respeto que cabe esperar
de ella en relación la libertad y demás derechos humanos de los ciudadanos,
esencialmente de sus opositores.
La red se ha convertido así en un megáfono de sus dislates,
uno de los últimos es aquel que, recordando las prácticas de los Kjemeres Rojos,
anunciaba en Tuiter que:
“El campo de reeducación y los trabajos comunitarios formarán parte de la
vida cotidiana de los que pretendan frenar la revolución social.”
¿De verdad alguien en su sano juicio, más allá de algún
adolescente alucinado, votaría a quien propone técnicas de reeducación social
de los políticamente descarriados al estilo de los Gulags Soviéticos, o de los
Campos de la muerte de los Kjemeres Rojos Camboyanos?
Lamentablemente España ya vivió experiencias similares en los
barrancos del Jarama o en las tapias de muchos cementerios.
¿Acaso pasa más allá del chiste de taberna un líder de una
formación política que termina un mitin animando a su público a dar caza a los
fascistas de la ciudad en que la reunión se celebra?
También por desgracia, si eso se llevase a la práctica sólo fomentaría
la aparición de fuerzas de choque de signo contrario y permanentes carnicerías
callejeras.
¿En serio se cree alguien que existirían fondos necesarios
para dotar a cada ciudadano de una renta social básica de 300 euros mensuales?
¿Qué gasto social suprimiría PODEMOS para hacer frente a
dicho pago: La sanidad por ejemplo?
¿Alguien piensa que un país como España sobreviviría
económicamente mucho tiempo si el Gobierno decreta una suspensión del pago de
la deuda exterior?
Se volvería indefectiblemente al estraperlo y al consumo
humano de algarrobas.
PODRÍAMOS en esta reflexión heteróclita continuar analizando
las propuestas de PODEMOS, pero es que tales propuestas no existen como un
verdadero programa político; se trata de una sarta de genialidades de sus líderes
al albur de los acontecimientos. Parches ante situaciones que enervan a los más
desfavorecidos, pero no dentro de un cuerpo programático metodológico y
completo, sino como medidas independientes de difícil sino imposible
financiación.
El ejemplo de lo que he dicho está en
las propuestas emanadas de su Asamblea Constituyente del pasado día 19 de
octubre
PRIMERO: Auditoría y reestructuración de la deuda
Defiende realizar una macro auditoría desarrollada por
"expertos independientes" bajo "control ciudadano" ─sin que
sepamos qué es eso del control ciudadano─ para determinar el grado de
corresponsabilidad de los gobernantes y acreedores, tratando de dilucidar qué
deudas pueden considerarse ilegítimas.
Pero en el momento de definirse la ilegitimidad de la deuda se
entra en una ambigüedad preocupante, pues tal ilegitimidad podría proceder
tanto del origen de la deuda, si ha favorecido intereses particulares por
encima de los generales, ya si tienen su causa en un proceso de endeudamiento
irregular por cláusulas abusivas o por problemas de información al ciudadano,
ya si lo son a causa de elementos derivados de su ejecución.
Realmente cualquier político con sentido común o economista
avezado necesitaría un curso profundo para desentrañar las motivaciones que
determinasen la ilegitimidad de una deuda, pues tan ambigua definición no es
sino un cajón de sastre al gusto del responsable de la definición de
ilegitimidad de una deuda. Y ello sin perjuicio de la mezcla que se produce
entre endeudamiento público y privado. Pero no debemos preocuparnos, pues la
formación liderada por el contubernio de Somosaguas lo resolverá mediante
tribunales populares. Ya me veo nuevamente a las tricoteuses aullando de placer
a cada chasquido de la tan amada, por Iglesias, guillotina.
Pero el tema no acaba ahí, PODEMOS pretende hacer una
reestructuración de la deuda pública mediante la renegociación de los tipos de
interés, imponiendo en su caso periodos de carencia, alargando los plazos de
vencimiento y amortización de la misma e incluso imponiendo quitas a sus
principales. Vamos que si a Grecia en su negociación de la deuda Europa le ha
dado calabazas, a podemos le pueden dar en Europa Calabazas adobadas con
carcajadas.
En cuanto a la deuda privada, aunque ya estaba mezclada en el
anterior “tutum revolutum” se vuelve a ella exigiendo la reestructuración de la
deuda empresarial y especialmente de la hipotecaria, y una reducción en el
valor facial de las hipotecas de primeras viviendas en el caso de las familias
que cumplan ciertos criterios sociales es un buen punto de partida. Y a
continuación nuestro sistema bancario a la quiebra forzosa.
SEGUNDA: Por el derecho a la salud: Sanidad pública para tod@s y tod@s
Aparte de la idiotez semántica del todos y todas con arrobas
incluidas, se plantea el desarrollo de una financiación sanitaria suficiente y
finalista, la universalización de la asistencia con compromiso de atención a
toda la población, sin exclusión de inmigrantes irregulares ni ciudadanos
españoles. Vamos un nuevo efecto llamada a los inmigrantes ilegales y la
multiplicación del coste de la sanidad que no sabemos cómo se financiaría.
Además, entre los puntos clave de esta resolución se
encuentran también la eliminación de los copagos, la derogación de las leyes de
gestión del Sistema Nacional de Salud (SNS) y de ordenación sanitarias de las
comunidades autónomas que posibilita la gestión privada de los recursos
sanitarios ─lo que significa cargarse el sistema mixto de prestación─, el
desarrollo de un plan que redefina los objetivos de salud y permita la
reformulación de la Ley General de Sanidad.
Asimismo, promueve la dotación de recursos para la reducción
de las listas de espera y la derivación de pacientes a urgencias, la gestión
pública de los recursos, el control del marketing farmacéutico y del gasto a
través del control de precios y otras estrategias de reducción del gasto
farmacéutico, la reapertura de los centros públicos de salud mental, acabar con
la privatización, la exigencia de transparencia informativa y asegurar el derecho
a salud de los ciudadanos por encima de los beneficios empresariales. Supongo
que incluso por encima de la que a cada uno de la naturaleza.
Es decir, en su conjunto multiplicar al menos por dos el
coste de asistencia sanitaria, aunque no nos explica cómo se financiarían todas
estas pretenciosas medidas.
TERCERA: Defender la educación pública, nuestro derecho y no su negocio
Resume la paralización y derogación de la LOMCE, la apertura
de un proceso asambleario abierto a toda la comunidad educativa para conseguir una
reforma educativa integral, la redacción de nuevas Leyes Orgánicas de
educación, el restablecimiento inmediato de los recursos que aseguren el acceso
universal a la educación y la articulación de mecanismos de garantía de
condiciones laborales dignas.
CUARTA: Medidas Urgentes de Anticorrupción
Sostiene que se eliminen las tasas judiciales, el aumento de
las penas por delitos de cohecho, tráfico de influencias, malversación y
fraude, la tipificación penal de la financiación ilegal de los partidos políticos.
También, incluye la tipificación expresa como
"organización y grupo criminal" de la asociación entre responsables
políticos y actores económicos para cometer delitos de cohecho y prevaricación,
la eliminación de los aforamientos -salvo para los parlamentarios y jueces, que
queda restringida al ejercicio de sus funciones-, la obligación legal de total
transparencia de renta y patrimonio para cargos electos y responsables públicos
o la redefinición de las instituciones de control.
QUINTA: Ganar el derecho a la vivienda y acabar con la impunidad
financiera
Apoya los derechos habitacionales para todas las personas de
acuerdo con los estándares internacionales de Derechos Humanos, el derecho a la
dación en pago con carácter retroactivo, el establecimiento de unos
procedimientos judiciales con todas las garantías y el fin de la impunidad
financiera y la apertura de una auditoría social.
Además, promueve el fin de los desalojos forzosos sin
alternativa y el reconocimiento del derecho al alquiler social. "Debemos
acabar de forma definitiva con los desalojos forzosos sin alternativa
habitacional, que vulneran los compromisos internacionales en materia de DDHH.
Es necesario reconocer el derecho al alquiler social, y la obligación de
garantizar alternativas habitacionales estables en los casos en los que se
realice un desalojo forzoso por ausencia de recursos económicos suficientes.
En conclusión:
DEMAGOGIA: Degeneración de la democracia, consistente en
que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos
elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
POPULISMO: Uso de medidas destinadas a ganar la
simpatía de la población, a costa de tomar medidas contrarias al estado
democrático con la finalidad de preservar o alcanzar el poder y la hegemonía
política a través de la popularidad entre las masas.
Y MUCHO ASAMBLEARISMO debiendo admitirse, como hace
cualquier politólogo avezado, que las asambleas jamás son “democráticas”.
Siempre domina quien tiene el megáfono y quién mejor actúa, es decir, siempre
gana el aparato y nunca la mayoría.
Y ese es el panorama que nos promete PODEMOS. No me cabe duda
de que más de un resentido, de un despistado o de un analfabeto pueda ver en
esta formación una solución a sus problemas, pero dudo que la mayoría de la
población piense de ese modo.
Y no olvidemos tampoco que la previsión de estos resultados
nacen de “encuestas” que tienen la virtud de fallar más que una escopeta de
feria.
Prefiero pensar que en la contestación a las encuestas los
ciudadanos se manifiestan favorables a PODEMOS como forma de mortificar y
castigar moralmente a los partidos tradicionales, pero espero y deseo, también,
que cuando esos ciudadanos se presenten delante de las urnas su sentido común
se imponga sobre su rabieta personal.
En otro caso auguro el caos y la violencia, de todo signo,
campando a sus anchas por nuestras calles.
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