“El cielo no se toma por consenso se toma por asalto”
La frase pronunciada por el líder de PODEMOS, la formación
política ultraizquierdista nacida al albur del descontento popular con las
medidas esencialmente económicas provocadas por la crisis -que arrastramos desde tiempos de Zapatero- en su congreso nacional del pasado fin de semana
del 18-19 de octubre, no tiene desperdicio, pero no es original.
Este profesor de sociología ─al que en mi época juvenil se
llamaría PNN─ maneja bien los tempos y la imagen, pero intelectualmente es poco
original y bastante repetidor ─de modo más bien burdo─ de Marx y otros autores
comunistas o izquierdistas de raíz marxista.
La frase en cuestión contiene un concepto ─asalto a los
cielos─ con el que Karl Marx describió las aspiraciones de la Comuna de París, en su fugaz insurrección con la que tomó el poder entre marzo y mayo de 1871.
La expresión la utilizó Marx en una carta que dirigió a su
amigo el doctor Kugelmann el 12 de abril de ese año y se convirtió en una
referencia relativamente frecuente en la retórica comunista.
Irene Falcón, secretaria de Dolores Ibarruri 'Pasionaria', ya tituló precisamente 'Asalto a los cielos' su libro de memorias, publicado en 1996.
Irene Falcón, secretaria de Dolores Ibarruri 'Pasionaria', ya tituló precisamente 'Asalto a los cielos' su libro de memorias, publicado en 1996.
Hay varios artículos periodísticos publicados entre ayer y hoy
que nos recuerdan que la expresión podría tener un origen más remoto.
Al parecer, el director del Instituto Cervantes en Lisboa,
Javier Rioyo, que dirigió junto a José Luis López Linares el documental
'Asaltar los cielos', sobre la muerte de León Trotsky, considera que la
expresión fue heredada por los comunistas del romanticismo alemán, que a su vez
se inspiró en la mitología griega. El asalto a los cielos es mencionado en los
poemas de Friedich Hölderlin (1770-1843), donde se recupera la figura de los
titanes, seres que combatieron a los dioses del Olimpo en la llamada
Titanomaquia.
Así que de originalidad, nada de nada.
En el fondo, Iglesias, pronunciando esta frase recuerda a
Zapatero con la suya: “la Tierra no pertenece a nadie, salvo al viento”
pronunciada en el Cumbre del Clima de Copenhague en 2009, tomando el rábano por
las hojas, parafraseando con poco éxito el memorable discurso del jefe Seattle,
para decir algo que suena genial pero
que es un copia, remedo o plagio de una idea previa, generalmente más
elaborada.
En cualquier caso Pablemos es listo y original al estilo
definido por Goethe, pues no hace sino repetir una idea no original haciendo
parecer que es la primera vez que se dice, y claro, eso entre su público cala hondo.
Pero vayamos al fondo.
¿Qué propuestas constructivas y originales propone PODEMOS
para solventar lo que son los problemas reales de nuestra Sociedad?
Aunque se me pueda acusar de pecar de partidista traigo aquí
las críticas de Santiago Armesilla, miembro de la directiva madrileña del PCE
que resume la Asamblea de Podemos con las siguientes conclusiones, puede que
interesadas, pero bastante certeras:
“1) En realidad no se pueden sacar conclusiones
políticas en sentido maximalista de un acto de dos días que no ha acabado
realmente. Pues las votaciones a propuestas, enmiendas y listas se van a seguir
realizando por Internet estos días que vienen. Esto demuestra que no son
democráticas ni abiertas a la ciudadanía, en tanto que solo podrían votar los
que tienen acceso técnico y por conocimientos a la tecnología informática que
permite la participación. Los negados informáticos y la gente mayor que
desconoce estas cuestiones tendrán que conformarse con la habitual
telepredicación del contubernio de Somosaguas, que es y seguirá siendo quien
controle Podemos.
2) Para ser una organización con menos de
un año de vida han convocado a mucha gente al acto, pero para movilizar a tanta
gente en tan poco tiempo el acto no ha convocado todo lo que podría o debería.
8000 el sábado y 4000 (la mitad) el domingo no es para tirar cohetes tampoco,
aún cuando es encomiable en cierto sentido.
3) Aprenderán con el tiempo, pero hubo
momentos sobre todo a nivel técnico un poco chapuceros. Horas de retraso en la
presentación, problemas de sonido no solventados ni bien preparados antes del
acto, y acabar el acto el domingo con la canción separatista catalanista
“l’Estaca” de Lluis Llach deberían poner en guardia a más de uno ante un
conglomerado como el de Podemos.
4) Todo el mundo ahí quiere la mejor
organización posible, solo que unos asocian la mejor organización a un grupo de
personas concreto que ha sido el promotor, y que han sido los que más contentos
han salido del acto de este fin de semana (gente de Somosaguas, Contrapoder y
La Tuerka sobre todo), y otros asocian la mejor organización posible a la
organización en sí y a su mayor institucionalización, aún pecando de
democratistas, pero queriendo evitar que Podemos se convierta en una empresa
“familiar” tipo RUMASA o algo así. Cosa que siempre ha sido porque los derechos
sobre el nombre Podemos los tiene Pablo Iglesias Turrión.
5) Las asambleas jamás son “democráticas”.
Siempre domina quien tiene el megáfono y quién mejor actúa.
6) Muchas veces Pablo Iglesias se ha metido
con José Luis Centella (secretario general del Partido Comunista de España) por
ser “tartaja” o con Pedro Montes (economista del Frente Cívico) porque “no se
le entiende”, y como Pablo Iglesias vende imagen, ha estudiado comunicación
política, telegenia y es actor de teatro, sabe cómo hablar, cuándo hablar y por
qué, y ha estudiado todo eso para ser el mejor líder posible, es decir, es un
“empresario de sí”. Pablo Echenique podrá tener mejor preparación que Iglesias
y ser, en el fondo, más inteligente. Pero, sin querer ser cruel, Iglesias le
aplica el mismo baremo medidor de liderazgo que le aplica a Centella, con mayor
saña incluso. Iglesias maneja al público como quiere, como buen actor que es. Y
les dice cuándo aplaudir y cuándo callar. Esto no hace a un macho alfa como él
bien reconoce. Ni siquiera Mario Luna, el traductor pionero al español de los
códigos de seducción de los maestros norteamericanos, definiría macho alfa por
lo que se vio en Vista Alegre con Iglesias. Detrás del líder y actor, se
esconde una persona muy tímida e insegura que, no obstante, tiene la valentía
suficiente como para disputarse constantemente a sí mismo día tras día. Ese es
el paradigma de un tipo de liderazgo muy concreto: aquel que asume las
contradicciones capitalistas y los modos neoliberales de actuación en la vida
política para, sin saberlo, ser neoliberal.
7) Las cinco propuestas más votadas las
podría defender cualquier Partido político hoy día, también los de la “casta”.
Podemos es un partido transversal que proviene de una tradición izquierdista,
pero que es en realidad “atrapalo-todo”.
8)
Hablé con mucha gente saliendo del acto, y muchos, la mayoría, estaban entre
escépticos y desilusionados. Claro que, precisamente, estos escépticos y
desilusionados son los que “sobran” en Podemos si no se reciclan. Un partido
atrapalo-todo con una estructura jerárquica y centralizada con círculos a su
servicio, de los cuales pueden surgir talentos, eso quiere Pablo Iglesias para
Podemos. Una máquina bien engrasada para la toma del poder del Estado. Ahora
bien, ¿puede hacerlo? Porque las prisas no son buenas, y en ese sentido el
mayor enemigo de Podemos son las prisas. Es decir, el mayor enemigo de Podemos
es Pablo Iglesias, porque él es su mayor enemigo (de momento).
Todo está en el aire, y las mismas armas
que llevan a Iglesias Turrión a donde está, le pueden sumir en el olvido y el
descrédito. .” [1]
Si esta es la opinión de los propios comunistas...
No quiero en cualquier caso concluir esta reflexión heteróclita sin referirme a Albert Camús y su obra "El Hombre Rebelde" de 1951, profundamente crítica con el concepto de revolución marxista/comunista, cuya cita vuelve a demostrar la falta de originalidad de Iglesias.
“A pesar de los fracasos parciales, la fe no dejó de aumentar hasta el momento en que se entró en 1917, ante sus sueños casi realizados. "Luchamos por las puertas del cielo", había gritado Liebknecht. El mundo revolucionario creyó verdaderamente que había llegado ante esas puertas. Rosa Luxemburgo exclamaba "La revolución se alzará mañana en toda su altura y con estrépito y, para terror vuestro, anunciará con todas sus trompetas: yo era, soy y seré". El movimiento espartaquista creyó inminente la revolución definitiva, puesto que, según Marx mismo, ésta debía pasar por la revolución rusa completada con una revolución occidental. Después de la revolución de 1917, una Alemania soviética habría abierto, en efecto, las puertas del cielo. Pero el movimiento espartaquista es aplastado, fracasa la huelga general francesa de 1920 y el movimiento revolucionario italiano es degollado. Liebknecht reconoce entonces que la revolución no está madura. "No se había cumplido el tiempo". Pero dice también, y en ello advertimos cómo la derrota puede sobreexcitar la fe vencida hasta el ansia religiosa: "Ante el estrépito del hundimiento económico, cuyos fragores ya se acercan, las dormidas tropas de proletarios se despertaran como ante las trompetas del juicio final, y los cadáveres de los luchadores asesinados se pondrán en pie y pedirán cuentas a quienes están cargados de maldiciones". Entretanto, él mismo y Rosa Luxemburgo mueren asesinados y Alemania se precipita en la servidumbre. Queda sola la revolución rusa, viviente contra su propio sistema, todavía lejos de las puertas celestiales, con un apocalipsis por organizar.” [2]
Si esta es la opinión de los propios comunistas...
No quiero en cualquier caso concluir esta reflexión heteróclita sin referirme a Albert Camús y su obra "El Hombre Rebelde" de 1951, profundamente crítica con el concepto de revolución marxista/comunista, cuya cita vuelve a demostrar la falta de originalidad de Iglesias.
En esa obra Camús nos dice:
«Una nueva y obscena raza de mártires
nace».
Albert Camus la describe como una raza de ángeles violentos, en cuyo delirio se anunciaban ya todos los horrores del siglo que venía. Porque “todo está permitido a aquel cuya misión es traer el cielo a la tierra”. Todo sacrificio ─el de la vida propia como el de la ajena─ es apenas anécdota, cuando se está llamando a las puertas del paraíso. El martirio de ese ángel purificador que cree ser el terrorista «consiste en aceptar infligir el sufrimiento a los otros», para lograr el nirvana de la revolución, constata un Camus lúcido y estupefacto.
Albert Camus la describe como una raza de ángeles violentos, en cuyo delirio se anunciaban ya todos los horrores del siglo que venía. Porque “todo está permitido a aquel cuya misión es traer el cielo a la tierra”. Todo sacrificio ─el de la vida propia como el de la ajena─ es apenas anécdota, cuando se está llamando a las puertas del paraíso. El martirio de ese ángel purificador que cree ser el terrorista «consiste en aceptar infligir el sufrimiento a los otros», para lograr el nirvana de la revolución, constata un Camus lúcido y estupefacto.
“A pesar de los fracasos parciales, la fe no dejó de aumentar hasta el momento en que se entró en 1917, ante sus sueños casi realizados. "Luchamos por las puertas del cielo", había gritado Liebknecht. El mundo revolucionario creyó verdaderamente que había llegado ante esas puertas. Rosa Luxemburgo exclamaba "La revolución se alzará mañana en toda su altura y con estrépito y, para terror vuestro, anunciará con todas sus trompetas: yo era, soy y seré". El movimiento espartaquista creyó inminente la revolución definitiva, puesto que, según Marx mismo, ésta debía pasar por la revolución rusa completada con una revolución occidental. Después de la revolución de 1917, una Alemania soviética habría abierto, en efecto, las puertas del cielo. Pero el movimiento espartaquista es aplastado, fracasa la huelga general francesa de 1920 y el movimiento revolucionario italiano es degollado. Liebknecht reconoce entonces que la revolución no está madura. "No se había cumplido el tiempo". Pero dice también, y en ello advertimos cómo la derrota puede sobreexcitar la fe vencida hasta el ansia religiosa: "Ante el estrépito del hundimiento económico, cuyos fragores ya se acercan, las dormidas tropas de proletarios se despertaran como ante las trompetas del juicio final, y los cadáveres de los luchadores asesinados se pondrán en pie y pedirán cuentas a quienes están cargados de maldiciones". Entretanto, él mismo y Rosa Luxemburgo mueren asesinados y Alemania se precipita en la servidumbre. Queda sola la revolución rusa, viviente contra su propio sistema, todavía lejos de las puertas celestiales, con un apocalipsis por organizar.” [2]
Pero como el propio Camús explica en su obra citada, todos
los postulados y previsiones marxistas resultaron fallidos y su revolución, por lo tanto, injustificada.
Nada hay, pues, nuevo bajo el sol, nada novedoso en estos
alevines de revolucionarios imberbes y alucinadamente soñadores.
Quieren ser los ángeles purificadores de nuestra Sociedad y
se quedan en aprendices de brujos…
El contubernio de Somosaguas…
[1]
Santiago Armesilla: http://www.armesilla.org/2014/10/breves-reflexiones-sobre-la-asamblea-de.html
[2] Albert Camús; El Hombre Rebelde (Un homme tévotté); Pag 198; Editorial Losada, S. A. 1953;
http://www.enxarxa.com/biblioteca/CAMUS%20El_hombre_rebelde.pdf
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