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jueves, 10 de enero de 2013

DESMEMORIA HISTÓRICA: EL ORO QUE NO FUE A MOSCÚ

                                       El yate “Vita” en la época en que era el yate real Giralda
 
En 2007 escribí este post.
 
Según las investigaciones llevadas a cabo por el catedrático Angel Viñas, basadas en gran medida en la documentación propia del Banco de España, las reservas españolas habían sido registradas por las estadísticas internacionales en mayo de 1936 como las cuartas más grandes del mundo, tal y como afirman las “Estadísticas del Banco de Pagos Internacionales de Basilea, “Sixième rapport annuel” del 11/5/1936”.
En cuanto al valor de tales reservas, según el mismo Ángel Viñas, la cifra podría alcanzar entre 715 y 720 millones de dólares que actualizados a 2005 supondría unos 10.000 millones de dólares, ---es decir unos 7.300 millones de euros o un billón doscientos mil millones de las antiguas pesetas--- cuando las reservas españolas en septiembre de 2005 eran de 7.509 millones de dólares.
El día 25 de octubre de 1936 las reservas españolas mencionadas fueron cargadas en los buques soviéticos Kine, Kursk, Neva y Volgoles, con destino a Odessa; Alexander Orlov delegado de la NKVD (policía secreta soviética) fue el encargado de firmar el recibo de entrega, en el que se reseñó la cantidad de 7.800 cajas, pese a que Francisco Méndez Aspe entonces Director General del Tesoro, había reseñado 7.900 ---lo que permite pensar que
con ocasión del embarque alguien sustrajo 100 cajas de las que contenían aquel tesoro, con un valor desconocido, que nunca fueron enviadas a Rusia---
Es sobradamente conocido que el destino de las reservas depositadas en la URSS fue el pago del material militar comprado por el Gobierno de la Republica, aunque gran parte de los historiadores que han estudiado este asunto afirman que las facturas soviéticas se vieron hinchadas en
porcentajes superiores en ocasiones al 50% del coste real de los materiales o servicios cobrados por el tan burdo procedimiento de manipular los cambios de divisas, de rublos a dólares y de dólares a pesetas.
Pero con ser grave el derroche, dispendio y descontrol sobre el uso de las reservas de oro nacionales, mucho más grave fue el despojo y apropiación por parte de los responsables republicanos, de inmensos tesoros en dinero, joyas y obras de arte de la Iglesia y de particulares cuyo
destino, en gran parte, es desconocido.
Según se desprende de la “Causa General” durante abril de 1938, el titulado Comandante de Carabineros Ciriaco López, con policías y soldados armados, se presentó en los establecimientos de la Banca privada de Madrid, exhibiendo orden del Ministro de Hacienda —ya lo era Francisco Méndez Aspe— para apoderarse del contenido de todas las
cajas y depósitos existentes en aquella fecha en numerosas, por no decir en la totalidad, de los establecimientos bancarios madrileños. La orden, fechada en 23 de marzo de 1938, estaba concebida en los siguientes términos:
"Con el fin de salvaguardar los intereses de los titulares de cajas y depósitos de toda la Banca acreditada en territorio leal al Gobierno de la República, procede que unos y otros PASEN INMEDIATAMENTE AL ESTADO para que el Ministerio de Economía adopte las PRECAUCIONES INDISPENSABLES QUE GARANTICEN EN TODO MOMENTO LA INTEGRIDAD DEL CONTENIDO DE DICHAS CAJAS Y DEPÓSITOS, disponiendo que en el plazo de cuarenta y ocho horas se proceda a entregar al Ministerio de Hacienda y Economía, a través de los Delegados especiales que se designarán, las cajas y depósitos de la pertenencia de ciudadanos españoles.”
Parte de esas riquezas procedentes de las incautaciones y expolios a particulares, se enviaron nuevamente a la unión Soviética.
Sin embargo otra gran parte fue trasportada en el yate “Vita” hasta Veracruz (Méjico) el 28 de marzo de 1939.
Según las investigaciones de Javier Rubio, basadas e las declaraciones del Director de la Caja de Reparaciones del Ministerio de Hacienda el socialista Amaro del Rosal1, el yate “Vita”, que había sido el yate de recreo “Giralda” de Alfonso XIII, descargó en Méjico un cargamento valorado, en las estimaciones más modestas, en 50 millones de dólares de entonces, lo que actualizado a nuestros días superaría los mil millones de euros.
En dicho cargamento, según el propio del Rosal se encontraban objetos históricos de la catedral de Tortosa, como el Tesoro Mayor y Relicario Mayor de Sta. Cinta; Ropas y objetos procedentes de la catedral de Toledo, entre ellos el famoso manto de las 80.000 perlas; numerosas monedas de valor numismático, con ejemplares únicos de valor histórico; objetos de culto de la Capilla Real de Madrid, entre ellos, el joyero y el Clavo de Cristo; sin perjuicio de gran cantidad de oro amonedado y divisas.
El “Vita” fue fletado por Negrín, pero a su llegada a Méjico y con la complicidad del Presidente Mejicano Lázaro Cárdenas, paso al control de Indalecio Prieto a través de la entidad JARE (Junta de Ayuda a Refugiados Españoles) por él controlada.
Nunca se ha llegado a conocer el destino de esa ingente cantidad de dinero ni quienes fueron sus beneficiarios, lo único cierto es que la mayoría de los exiliados republicanos españoles, tanto en Francia como en Méjico, sufrieron penalidades inmensas sin recibir apoyo alguno de las instituciones de la República en el exilio, mientras que los ex altos cargos republicanos, todos ellos de izquierdas, vivieron exilios dorados muy posiblemente a costa, entre otras, de aquellas ingentes cantidades de dinero expoliadas a particulares y sacadas de España en el “Vita”.
 
Me alegra ver como Pio Moa, el prestigioso historiador, acaba de recuperar en su blog esta desconocida historia, naturalmente con mayor rigor, datos y documentación que este aficionado. Tiempo es de que se pongan todas y cada una de las cosas en su sitio
 
1 El Oro del Banco de España y la Historia del Vita,
Amaro del Rosal
Editor: Grijalbo, México 1976
 

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