Dicen que soy siempre frío ante la muerte de otro.
No es frialdad.
La muerte del prójimo me impresiona de tal forma, que mi alma tiende a
refugiarse en el silencio, la desolación, y la tristeza.
Os aseguro que el llanto más
doloroso es aquel que carece de lágrimas, de lamentos y de palabras.
En la ópera “El Trovador” de Verdi, Manrico, en medio de una gran confusión,
se da cuenta de que van a matar a su madre, una bruja.
Y entre el alboroto de exclamaciones, dice “Madre. Infeliz, corro a
salvarte. O por lo menos corro a morir”.
Cuando escuchaba esta aria, no podía menos que imaginar la alegoría de esta
muerte, o al menos la proximidad de la muerte en relación con la muerte de la
patria.
Aquellos que, en plena bronca política, vemos esta muerte lenta y agónica la
sufrimos, la sentimos entre los dientes, se vuelve visceral, se vuelve síntoma
corporal de desgaste y depresión, pues vemos cada síntoma de esa muerte minuto
a minuto.
Y vamos descubriendo la proximidad al abismo inevitablemente,
irreversiblemente.
Más de uno nos sumaríamos al grito de Manrico, en un ejercicio activo
frente a la destrucción; una posición movilizante.
Pero ¿Dónde está hoy la Patria? ¿Qué es hoy la Patria?
¿Hay alguna esperanza después de la desesperanza repetida e infinita?
Pues hay algunos ejemplos de tal esperanza y esta en:
1.- La movilización de las derechas.
2.- La permanencia (aunque menor) de medios de comunicación
independientes.
3.- La existencia de pensadores y escritores que
continúan dando la batalla cultural, sin aceptar la máxima ultraizquierdista de
que “sólo es válida y defendible la propia ideología y condenables todas las
demás”.
Es la idea Nietzcheana de aislarse para defender su pensamiento amenazado
por las Tiranías, donde se odia al filósofo libre, y de mantener insomne al
dragón que se utilice de custodio.
Porque la filosofía proporciona al hombre un refugio en donde el despotismo
no puede alcanzarle con sus esbirros. Desde cuyo interior el solitario pensador
le hace la higa a los esbirros desde su caverna, su castillo (su mundo interior).
No olvidemos que estos son malos tiempos en los que los hijos no obedecen a
sus padres y todo el mundo escribe libros, o posts, y que la realidad de los
hombres es siempre peor que su apariencia.
En esta línea, desearía que la jornada electoral del próximo domingo día 9,
suponga una victoria significativa a la derecha, con a que se inicie el definitivo
declive del Sanchismo y su defenestración política
Y terminemos con Manrico y su aria “Di quella pira” de la Opera “Il
Trovatore” de Verdi, interpretada por Luciano Pavarotti en el Metropolitan Opera de New York en1988.
©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA
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