El 8 de julio el BOE publicaba la
ley 24/2006, de 7 de julio de declaración del año 2006 como Año de la Memoria
Histórica.
La ley es de fecha 7 de julio, día del Santo Navarro, a quien, ese año
de 2007, Javier Eskubi, el concejal de Aralar encargado de encender el
“chupinazo” de comienzo de sus fiestas se ha negado a alabar con el tradicional
“Viva San Fermín”, que ha sustituido por un “Vivan las fiestas de San Fermín”,
posiblemente más acorde con el laicismo de los tiempos y menos con la tradición
pamplonica.
Lo que no debe de saber el
“honorable concejal de aralar” (“aralaren zinegotzi omentsu”, dicho en la
lengua que tanto ama) es que hoy en día los pamplonicas visten un pañuelo
colorado atado al cuello no por mero colorismo, ni por connotaciones políticas
nacionalistas o marxistas, sino en recuerdo de la decapitación del santo ―como
remedo de la sangre del degollado― en castigo por propagar y defender su fe,
sus creencias cristianas, en tierras entonces paganas del sur de Francia.
Pero
volviendo a la Ley que queremos comentar, quiero resaltar que su disposición
Adicional tercera establece, literalmente, que:
Sic: “El Ministerio de Cultura,
en colaboración con las Comunidades Autónomas, velará por la edición e
incorporación a las bibliotecas de sus competencias de libros y videos
pedagógicos sobre la recuperación de la memoria histórica de la Segunda
Republica, la represión de la dictadura franquista y la lucha por las
libertades. Se Garantizará la promoción de materiales realizados en todas
las lenguas oficiales del Estado.”
Pues bien, en el ánimo de
contribuir a esa “memoria histórica”, me gustaría, haciendo muestra de
asturianía, continuar este artículo en “bable”, aunque no tenga el reconocimiento de lengua
oficial, pero como no sé escribirlo correctamente, y como realmente tampoco sé
si escribir “correctamente”
en “bable” no deja de
ser, en si mismo, un empeño sin mucho sentido, me abstengo de mi inicial
propósito y lo haré en vulgar castellano y además voy a aportar elementos de
carácter gráfico, documentos gráficos, como llaman los expertos a las simples
“fotografías” para añadir intensidad emocional a mi contribución.
Como continuación del desatino, el
Congreso ha dado luz verde a la tramitación parlamentaria del proyecto de Ley.
Pero eso no acaba ahí, pues ayer,
día del San Fermín de 2022, los cachorros de EHBILDU/ETA han atacado a la
procesión del Santo, hiriendo al Alcalde, que, oh casualidades!!!, es de la
coalición derechista Navarra Suma.
Los atacantes son las mismas alimañas
con la que Pedro Sánchez, alias “Antonio”, ha pactado la enrevesada revisión de
aquella Ley en la nueva “Ley de Memoria Democrática”, como he comentado en un
POST anterior.
Y ya que vamos de "Memoria Histórica", quiero recoger en este post alguno de los pasajes de nuestra historia que esta Ley pretende llevar al baul de los olvidos
En
cualquier caso, en estas líneas quiero ser fiel a la recomendación del Bachiller Sansón
Carrasco en El Quijote:
«El historiador ha de escribir las cosas, no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna.»
Y así os cuento:
«Yo
declaro... que, antes de la República, nuestra obligación es traer al
socialismo... Hablo de socialismo marxista... socialismo revolucionario...
somos socialistas pero socialistas marxistas revolucionarios... ¿Procedimiento?
¡¡El que podamos emplear!!»...
Pues bien, la frase no se compadece con la manifestación
contenida en la exposición de motivos de la Ley que hoy comentamos, fomentada
por el PSOE contemporáneo, conforme a la cual:
Aquella
etapa de nuestra historia (La Segunda Republica) constituyó la más importante
experiencia democrática que podamos contemplar al mirar nuestro pasado.
Nótese
pues que la “lealtad” del PSOE en 1936, con Largo Caballero a su cabeza, lo era al Socialismo Marxista Revolucionario,
que no a la Republica. Y ello pese a que la doctrina oficial izquierdista trate
de vendernos que la revolución del 34, propiciada por los más reconocidos
lideres del propio PSOE, entre ellos y muy especialmente Largo caballero, no
fue un ataque a la Republica, sino una defensa del pueblo para “prevenir” la amenaza fascista que representaba
la incorporación de ministros de la CEDA al Gobierno de la República. Es decir
que fue una “guerra preventiva”, de esas que hacen los americanos y que son hoy tan denostadas por la progresía de
izquierdas, al grito de “No a la Guerra”
Recordemos, además que la frase en
cuestión fue pronunciada por Largo caballero en 1936, dos años, tan solo,
después del fracaso de la intentona “revolucionaria y marxista” en que consistieron los
acontecimientos de Asturias en Octubre de 1934, propiciados por el propio PSOE,
de los que desde luego no parecía muy arrepentido.
La contumacia en la defensa de un
régimen bolchevique, era evidente en los lideres socialistas, para los que el “Octubre
Rojo Ruso”,
anterior en apenas quince años al “Octubre Rojo Asturiano”, era un referente de objetivo
claramente imitable en España, en un deseo decidido de superar lo que para
ellos (Largo Caballero, Indalecio Prieto, Luis Araquistáin, etc…) era una “Republica
Burguesa” que
había que destruir y superar.
Por lo demás, y tal y como nos dice Salvador de Madariaga, republicano
de pro:
“Con la revolución del 1934
la izquierda española perdió hasta su sombra de autoridad moral para condenar
la rebelión de
Y pese a todo ello,
nadie ha reclamado que se retire su estatua-monumento de los aledaños de los
nuevos ministerios de Madrid, como ya se hiciera con la de otro “antidemócrata”
como él, llamado Francisco Franco, que gozaba de monumento a la vuelta de la
esquina; claro que este era de derechas y le había ganado la guerra a nuestro
protagonista, y eso es inadmisible desde el punto de vista de la corrección
política impuesta desde la democrática izquierda patria.
Finalmente,
y como critica a los socialistas “prosovieticos y bolcheviques” capitaneados por Largo Caballero,
recordemos, tan solo, las palabras de alguien tan poco sospechoso de fascista como
Julián Besteiro, representante del ala moderada y demócrata del PSOE:
“La
verdad real: estamos derrotados por nuestras propias culpas: por habernos
dejado arrastrar a la línea bolchevique, que es la aberración política más
grande que han conocido quizás los siglos. La política internacional rusa, en
manos de Stalin y tal vez como reacción contra un estado de fracaso interior,
se ha convertido en un crimen monstruoso que supera en mucho las más macabras
concepciones de Dostoievski y de Tolstoi.”
2º.- El 13 de julio de 1936 fue
asesinado en Madrid el líder de la oposición conservadora, José Calvo Sotelo y
creo que, en relación con dicho drama, una de las opiniones mas respetables es
la del Catedrático de Historia Contemporánea Alfonso Bullón de Mendoza, autor
del libro “José Calvo Soleto” (ARIEL 2004) y que en un reciente artículo
publicado en “EL MUNDO” nos dice que:
“La declaración del presidente del parlamento Europeo (el socialista español) Sr. Borrell, según la cual “el
alzamiento de parte del ejercito español en 1936 frustró la gran esperanza que
representaba la II República” sería válida si ese alzamiento se hubiese
producido en 1931, al poco tiempo de la instauración de la República, pero no (cuando este tuvo lugar) en 1936, muchos meses después (…) a
lo largo de los cuales se produjeron muchas circunstancias que hicieron
frustrar esa “enorme esperanza”, circunstancias que ponen de manifiesto hasta
que punto se había frustrado toda esperanza sin necesidad de que un alzamiento
militar le pusiera fin.”
Para continuar relatando:
“En su última intervención parlamentaria acaecida el 1 de
julio (de
1936) las constantes
interrupciones e insultos le obligaron (a José Cavo Sotelo) a abandonar el uso de la palabra, y fue ese mismo día
cuando pudo escucharse decir a diputado del PSOE Angel Galarza:
“Pensando en Su Señoría, encuentro justificado
todo, incluso el atentado que le prive de la vida”.
Reprendido por Martínez
Barrio, quien mandó retirar las amenazas del Diario de Sesiones, Galarza
respondió:
“Esas palabras, que en el Diario de sesiones no figurarán, el
país las conocerá y nos dirá a todos si es legítima o no la violencia”
Angel Galarza
No olvidemos que Galarza fue Ministro de Gobernación en el Gobierno Socialista poco después de estos acontecimientos.
El Cadáver de Calvo Sotelo en el depósito
del cementerio de la Almudena, a cuya puerta fue abandonado por sus asesinos.
Pues bien, nuestros
demócratas del PSOE, IU, ERC, y demás patulea “progresista”, exigen la retirada
de los nombres de todas las plazas, calles o avenidas que recuerden al
“fascista” Sr. Calvo Sotelo, pues su sola presencia es considerada una
provocación antidemocrática. O mala fe o ignorancia intencionada.
3º.- El 14 de agosto de 1936
la aviación nacional bombardea Gijón causando cincuenta víctimas. En represalia
por dicho bombardeo, el Consejo Soberano de Asturias y León, presidido por el
socialista Belarmino Tomás, que había sido uno de los lideres mineros de la
Revolución de octubre de 1934, ordenó la ejecución de ciento dieciséis presos
políticos, tal y como relata en la página 882 del “Diccionario
Histórico de Asturias” publicado por “La Nueva España” de Oviedo.
Consejo soberano de
Asturias y Leon Presidido por el Socialista Belarmino Tomás
(en el centro con cazadora oscura)
Efectivamente, dos horas después del
bombardeo, se empezaron a sacar presos de la recién construida Iglesia de San
José, que como otras de Gijón había sido convertida en cárcel. Se eligió
metódicamente a las víctimas que fueron transportadas en autobuses al
cementerio de Jove, donde fueron asesinados (lo cuenta un superviviente,
Bonifacio Lorenzo, en su libro “Disparad sobre nosotros. Los cuarteles de
Gijón y otros sucesos”).
Los
cadáveres de los fusilados permanecieron insepultos varios días, hasta que se les roció de gasolina y
fueron quemados y sepultados en una fosa llena de cal viva. Existe una lapida
con sus nombres, totalmente abandonada, en el cementerio citado. Figuran en
ella numerosos gijoneses de prestigio, entre ellos los diputados republicanos
conservadores Romualdo Alvargonzález y Mariano Merediz.
A continuación,
el día 29 de agosto de 1936, se ordenó el traslado de 500 presos políticos de
las cárceles gijonesas de “la iglesiona” (Iglesia del Sagrado Corazón) y de “El
Coto” al buque "José Luis Caso de los Cobos", que fue fondeado en la
dársena del puerto de El Musel, con la intención de crear un escudo humano
frente a los bombardeos que sufría el referido puerto.
El buque Jose Luis Cabo
de los Cobos (Colección Rubén)
A diferencia de lo ocurrido en
Gijón ¿qué ocurrió con Oviedo en manos del “sublevado” Aranda?:
«La
ofensiva republicana arrasó Oviedo con un bombardeo diario de 3.000 proyectiles
de cañón y bombas de aviación del 21 de febrero a finales de marzo (1937)». Fundación Pablo Iglesias, AFLC XXIV, pág. 722
“Oviedo sufrió durante el sitio 130 bombardeos aéreos, algunos de 13
horas seguidas, 120.000 proyectiles de cañón, 10.000 bombas de aviación.”
La Nueva España, 06-03-04, pág. 48, Francisco
Camarero
Ruinas de Oviedo tras los
bombardeos de 1937
Ruinas de Guernica trás
los bombardeos de 1937
Por cierto, la fotos que publico
comparan los efectos de los bombardeos de Guernica por la Legión Condor y de
Oviedo por los Republicanos, ambos terriblemente ocurridos en 1937, aunque no
recuerdo haber oído hablar a nadie del Bando Republicano de la brutalidad de
los bombardeos sobre Oviedo, ni de los sufrimientos de su población Civil ―será
porque eran sublevados y no leales republicanos―.
Por otra parte,
no consta, históricamente, que en Oviedo se realizasen ejecuciones de prisioneros
políticos como represalia por los bombardeos sufridos.
Ello no quita que, durante el periodo del asedio republicano a la ciudad, entre julio de 1936 y octubre de 1937, fueran fusiladas 66 personas del bando republicano ―según consta en la pagina web de la Asociaron de la Fosa Común del cementerio de Oviedo [i] ― en la mayoría de los casos tras “juicios sumarios” y con el objetivo de mantener la moral de los asediados mediante ejecuciones de “enemigos” de los defensores de la ciudad, fusilamientos que nadie pretende justificar.
3º.- Desgraciadamente las represalias sobre los vencidos fueron una constante en ambos bandos, pero no es, sin embargo, cierto que la represión fuera mayor o más inhumana en el bando franquista.
Voy a hacer referencia a
algunos ejemplos de represión ejercida sobre los Nacionales por parte de los
leales republicanos, ya que la recuperación de la memoria histórica al amparo
de la nueva Ley, por parte de los entonces vencidos, dará lugar a la
rememoración de ejemplos múltiples de la “represión fascista”.
a.- Últimamente oímos hablar mucho del abuelo del expresidente Zapatero,
el Capitán Lozano, aunque lo cierto es que su nombre era Juan Rodríguez
García-Lozano ―no se que le pasa a esta familia con el Rodríguez y el García―.
Pues resulta que el Capitán
Rodríguez no solo participó en el sofocamiento de la revolución minera de
octubre de 1934, sino que el libro “La gran revancha” de los periodistas Isabel
Durán y Carlos Dávila, pone de manifiesto el expediente
El Capitán Juan Rodríguez García-Lozano
disciplinario abierto por la Justicia Militar Republicana contra el mismo por actuar como confidente del director de El Socialista, el diputado del PSOE Julián Zugazagoitia, ya citado, lo que dio lugar a su separación del servicio activo en 1936, antes del levantamiento del 18 de julio.
Es cierto que el capitán fue fusilado el 20 de julio de 1936, tras
fracasar en su intento de apoyar al gobierno de la República frente a los
sublevados, pero también es cierto que tuvo incluso tiempo, desde su condena
hasta su ejecución, para escribir su testamento.
El Capitán Ortiz de Zarate en manos de milicianos
poco antes de su asesinato
Sin embargo no hemos oído nada de otros fusilamientos, igual de
dramáticos, ocurridos en la zona republicana, como el del Comandante Ortiz de
Zarate, sublevado en Guadalajara y fusilado tras su intento de alzamiento,
inmediatamente después de su apresamiento, sin juicio y por decisión “popular”
de los milicianos que le apresaron, hechos a los que corresponde la fotografía
que acompañamos, en la que Ortiz de Zarate es conducido al paredón por sus
captores, que no le dieron tiempo ni para otorgar testamento, ni para nada.
b.-
Genocidio sobre los defensores cautivos del Cuartel de la Montaña, de Madrid;
su ejecutor Enrique Castro Delgado, cuenta en su libro Hombres made in Moscú:
“Ya dentro del Cuartel, alguien dice: “Allí” están los
que no han escapado, serios, lívidos, rígidos... Castro sonríe al recordar la
“fórmula”. “Matar... matar, seguir matando hasta que el cansancio impida matar
más... Después... Después construir el socialismo”. “Que salgan en filas y se
vayan colocando junto a aquella pared de enfrente, y que se queden allí de cara
a la pared... ¡Daros prisa! La fórmula se convirtió en síntesis de aquella
hora... luego un disparo... luego muchos disparos... La fórmula se había aplicado
con una exactitud casi maravillosa”.
Más de cincuenta cadáveres de los defensores del cuartel de la Montaña,
masacrados por los
saltantes milicianos, yacen en el Patio del Cuartel.
c.- Se
nos relatan también, de modo insistente y machacón, los fusilamientos de
“miles” de presos milicianos detenidos en la toma de Badajoz por los Nacionales
el 15 de agosto de 1936, tras ser encarcelados en la plaza de toros de la
localidad convertida en prisión improvisada y según las crónicas, fusilados por
las tropas franquistas.
Según
los propagandistas de izquierdas los fusilados fueron 4.000, aunque según el
nada sospechoso Hugh Thomas y otros historiadores más objetivos, los ejecutados
fueron no más de 300, lo cual no deja de ser una barbaridad, pero difiere considerablemente
de los datos aportados por la propaganda marxista.
Por
cierto, que la propaganda socialista, por pluma del propio director de “El
Socialista”, el diputado Zugazagoitia, al que ya he hecho
Julian Zugazagoitia
referencia
en varias ocasiones en este escrito, es el creador del esperpéntico bulo de la
increíble escena de los nacionales, falangistas, militares, curas y señoras con
mantilla, presenciado el espectáculo del fusilamiento de los detenidos,
alborozadamente, con música de pasodoble y merienda, en la plaza de toros de la
ciudad.
Sin
embargo, desde la izquierda no se habla, nunca, de los fusilamientos en
Paracuellos del Jarama, Soto de Alcolea
y Pozuelo de Alarcón, de más de once mil setecientos (11.705)
“fascistas” sacados de las cárceles de Madrid ―según la relación nominal de
víctimas contenida en el libro “Checas de Madrid” de Cesar Vidal― especialmente
durante el mes de noviembre de 1936, ante la proximidad de las tropas
nacionales a Madrid, al parecer con intervención del ínclito Santiago Carrillo,
y encima la progresía patria se indigna cuando a “don Santiago” le increpan
como “asesino” en actos públicos…
Debemos
advertir que El 6 de noviembre de 1936, ante el avance de los nacionales, que
se hallan a las puertas de Madrid, el gobierno de la república abandonó la
Capital, retirándose a Valencia y formándose la Junta de Defensa de Madrid, presidida
por el general Miaja, en la que Santiago Carrillo, entonces líder de las
Juventudes Socialistas, es designado Consejero de Orden Público.
Uno de
los primeros asuntos que afrontar la nueva Junta es impedir que, en el caso de
que la ciudad cayese ante el asedio, el ejército rebelde pudiera aumentar su
potencial ofensivo con los presos de las cárceles (Modelo, Porlier, Ventas y
otras), muchos de ellos militares y civiles simpatizantes de los nacionales. A
este fin, el mismo día del nombramiento de Carrillo se decide evacuarlos a
prisiones alejadas de Madrid, con lo que a la mañana siguiente, 7 de noviembre,
un convoy de autobuses vacía las cárceles (alguna de ellas, como la Modelo,
situada a unos cientos de metros del frente). Sin embargo, el convoy termina en
la vega del Jarama (en el municipio de Paracuellos de Jarama), allí los presos
son fusilados. Los sucesos se repiten dos días después, esta vez en la vega del
Henares (en el municipio de Torrejón de Ardoz). Hasta el 27 de noviembre no
todos los convoyes llegarían a su destino
Los
testimonios del PNVista Jesús Galíndez Suárez, de Gueorgui Dimitrov ―delegado
de la Internacional Comunista en Madrid en aquellas fechas― de Félix Schlayer ―cónsul
de Noruega en Madrid durante la guerra civil― así como el informe de Henry
Henny ―delegado de la Cruz Roja Internacional― son esgrimidos como prueba de la
culpabilidad de Carrillo por numerosos historiadores conservadores como César
Vidal, Pío Moa, Ricardo de la Cierva o Stanley G. Payne, así como por algunos
claramente comprometidos con la causa republicana, como Guillermo Cabanellas;
aunque son desestimados por la historiografía académica oficial (Alberto Reig
Tapia, Enrique Moradiellos, Ian Gibson, Paul Preston o Javier Tusell, entre
otros).
Carrillo en 1936
El propio Carrillo ha negado siempre su participación, aunque la frase:
“fue una desgracia tremenda, pero hubiera sido mucho peor que se hubieran unido al Ejército que estaba atacando a Madrid...”
pronunciada
por el propio Carrillo en la entrevista publicada en el diario El País del día
9 de enero de 2005, no es precisamente tranquilizadora al respecto…
Entre
los asesinados se encontraban varios padres con sus hijos adolescentes, como
por ejemplo el capitán Enrique Sicluna Burgos y sus dos hijos, Luis y Enrique
Sicluna Rodríguez, estudiantes de 21 y 17 años respectivamente, o el de Anselmo
Larrondo González y su hijo Anselmo de dieciséis años. ―En el caso de los tres
jóvenes, su único delito era el de ser “hijos de fascistas”―
Sinceramente,
creo que el resumen de los hechos trágicos enunciados no resulta nada
atractivo.
¿De
verdad pretende el Gobierno Socialista llevarnos al recuerdo activo de estos
acontecimientos?
Pues
resulta que si, que este ejercicio de rencor es lo que propugna la Ley
de “Memoria Histórica” aprobada por el Congreso de los Diputados, que no parece
que vaya a modificarse en los sucesivos trámites parlamentarios, y lo hace
además sectariamente, como si los acontecimientos dramáticos que cristalizaron
en España en la década de los años 30 del siglo XX no hubieran tenido más
víctimas que las del bando “republicano”, con olvido, además, de que el
advenimiento de la II Republica, la revolución de Octubre de 1934, la Guerra
Civil española 1936-1939 y el régimen de Franco fueron realidades acaecidas en
el contexto histórico de los enfrentamientos que a escala mundial se produjeron
entre los defensores de las democracias liberales, los fascismos y el
comunismo, con víctimas inocentes y desmanes en todos los bandos.
Todo
ello adobado con la II Guerra Mundial, el sometimiento de los países europeos
del Este al llamado telón de acero, la creación del Estado de Israel, la guerra
fría y el acogimiento del régimen Franquista por las potencias aliadas como
pieza del rompecabezas con establecimiento de bases norteamericanas en nuestro
territorio, la crisis cubana de los misiles, las guerras de Corea y Vietnam, el
hundimiento de la Unión Soviética, la
radicalización de los movimientos islamistas... etc...
La
Historia, en fin, de la humanidad durante el siglo XX, con sus grandezas y sus
miserias, sus logros y sus derrotas...
Y
mientras las nuevas generaciones viven preocupadas por su futuro, por el futuro
de un mundo en equilibrio económico inestable, de un mundo amenazado en su
conservación y viabilidad planetaria, de un mundo en crítico desarrollo global
con graves deficiencias de supervivencia en más de tres cuartas partes de su
población... mientras tanto, nuestros gobernantes viven preocupados por
reinventar la “memoria” del pasado más dramático de nuestra historia reciente,
en un irresponsable ejercicio de revisionismo partidista que solo conduce a la
reapertura de las heridas que durante la época de nuestra llamada “transición”
quisieron dejarse definitivamente cerradas. Por desgracia parece que no lo
hemos conseguido.
Por
cierto, el efecto de rebote ya se está produciendo; no hay más que ojear los
diarios ABC y EL MUNDO para ver una multitud de esquelas recordando a
“nacionales” fusilados por elementos anarquistas, comunistas y socialistas
desde el mes de agosto de 1936.
Estos
recordatorios habían sido almacenados en la conciencia olvidada de las familias,
hasta que Rodríguez y sus secuaces, con su afán revisionista, han reactivado el
enfrentamiento entre las “dos Españas”.
En
cualquier caso, solo hay que ver la cara de extrañeza con la que Zapatero contempla
la imagen venerada de nuestro Santo Patrón, en su última visita a Santiago de
Compostela, para entender que, realmente, la verdad le importa un comino, tanto
como la fe cristiana, las tradiciones del pueblo al que gobernaba o su Historia,
aunque el caso de Pedro Rodríguez alias “Antonio” es peor, pues no se conoce
visita alguna al Santo Apóstol.
Para Pedro Rodríguez, alias “Antonio”,
con su nueva Ley de Memoria, lo único importante es activar mecanismos
demagógicos que le permitan desviar la atención de los ciudadanos de los
acontecimientos realmente importantes en los que su gobierno, de continuo,
desbarra y buscar argumentos que le permitan identificar a su adversario
político, el PP, con la “derechona fascista y antidemocrática” que gano la guerra
civil y de la que está empeñado que se piense que es heredera.
Uno de los artífices de la
Transición de 1978, Torcuato Fernández-Miranda, mi padre, a quien no gustaba
hablar de la terrible experiencia de la Guerra Civil, forzado en una ocasión
por mi insistencia adolescente para que me contase alguna batallita de la
guerra, me hizo esta reflexión:
“Mira, hijo, no me gusta recordar la guerra civil, pues esa guerra fue
una consecuencia fatal, cruel y terriblemente dramática, de una situación
social envenenada, en la que los españoles sublevados llegamos a la conclusión
que aquella era la única solución posible ante la impunidad de los matones y la
impotencia (cuando no pasividad) de las instituciones, ante el riesgo, efectivo
y cotidianamente hecho realidad, de vernos masacrados, cualquier día, en
cualquier rincón y a cualquier hora, por una pandilla de matones por pensar
diferente o creer distinto que ellos."
Mi
padre había sido reiteradamente amenazado de muerte en 1935 y 1936 (a los 20
años de edad) en los pasquines de las Juventudes Comunistas de Asturias que
circulaban por la Universidad de Oviedo, por su condición de Delegado
Universitario de Acción Católica, y tuvo que huir, campo a través, tras el 18
de julio, para salvar su vida, hasta Galicia, donde se sumó a las tropas
nacionales.
No pretenda pues
el Presidente Sánchez, alias “Antonio”, que ahora tenga que aceptar que
aquellos matones y aquellas instituciones a que se refería mi padre sean un
ejemplo de comportamiento democráticamente ejemplarizante.
Por mucho que
insista o amenace con sancionarme por tener mi propia opinión, no va a
convencerme.
Y ahora lo difícil es elegir una canción que se acompase a lo relatado en esta dramática reflexión, aunque, tal vez, lo más apropiado sea el toque a oración en honor de los caidos a manos de los asesinos a quienes hemos dedicado estas líneas.
Excelente exposición que comparto, la memoria histórica partidista y sesgada debe ser contradicha con artículos bien redactados y fundamentados como este. Basta ya, que las instituciones se dediquen a trabajar para procurar un futuro mejor para todos y no para volver a enfrentarnos
ResponderEliminarCompletisima reflexion, que da idea del grado de preparacion e informacion del autor. Me ha encantado, la respuesta dada por tu padre, a tu insistente demanada, de tener informacion de los acontecimientos que ocurrieron en aquel periodo. Un fuerte abrazo Jesus
ResponderEliminarMuy interesante artículo que combina la actualidad con los acontecimientos históricos, que se tergiversan o interncionadamente se ignoran, y con el sentido común. Tiene usted una pluma valiente -escribe con rigor y sin odio, lo que muchos piensan y muchos conocen- que desenmascara la perniciosa ley de memoria democrática continuadora de la llamada de memoria histórica de Zapatero que, lejos de hacer justicia y conciliar, reabre heridas, fomenta el odio, enfrentan a los españoles y solo tiene como finalidad el rédito político para desviar la atención de los graves problemas de nuestra sociedad. Lo más esperpéntico es que esta historia oficial de la LMD ha sido redactada por el Sánchez con el apoyo de la marca política de los terroristas de ETA
ResponderEliminarEnhorabuena por su artículo. Y gracias por su testimonio.
Santiago Milans del Bosch