FRANCO EN BURGOS CON LOS
GENERALES CAVALCANTI Y MOLA EN AGOSTO DE 1936
LARGO CABALLERO EN EL PUERTO DE MIRASIERRA RODEADO DE
MILICIANOS
Ahora que
vamos de “Memoria Democrática” y que dentro de poco van a tratar de
perseguirnos y sancionarnos por contar la verdad de la Historia de España
durante el s.XX, no como delito, pues modificar el Código Penal exige una mayoría parlamentaria que el Gobierno Frankenstein no tiene no tiene, sino mediante multa gubernativa (inconstitucional, pues ataca a la libertad ideológica, de pensamiento y expresión) de hasta 150.000.-€, creo que es el momento de reflejar en estas mis reflexiones
históricas, hechos que la izquierda quiere silenciar a la Sociedad, imponiendo “su
verdad” mentirosa hasta en los libros de Historia.
Se han
escrito artículos, libros, memorias, ensayos, sesudos informes, todos ellos
tratando de analizar las causas de nuestra guerra civil, que oficialmente duró
del 18 de julio de 1936 al 1 de abril de 1939.
Sin
embargo, entiendo que la guerra civil comenzó no en 1936, año en que se produjo
el alzamiento militar de un importante grupo de Generales contra la II
República, sino en octubre de 1934, mes en el que se produjo la Revolución de
Asturias y la Declaración unilateral de la República catalana por Companys.
Desde que
se produjeran tales acontecimientos, la sociedad española vivió ya en guerra
civil, que se agudizó con el pucherazo del Frente Popular en las elecciones
Generales de 1936, que supuso el fraudulento triunfo electoral del Frente Popular
y como consecuencias de este, el asalto y fusilamiento de conservadores
encarcelados en la Cárcel Modelo de Madrid, que comenzó el 22 de agosto de 1936,
así como el reparto de armas entre la población civil por el Gobierno de la
República.
El
asesinato del líder conservador, el diputado José Calvo Sotelo, fue la chispa
que encendió el levantamiento de los militares, que como dice el entonces Cónsul
de Noruega en Madrid, Félix Schlayer en su libro «Diplomático en el Madrid Rojo»:
“La
parte del pueblo español de orientación derechista, mayoría numérica
indiscutible, se veía abocada a la elección entre dejarse aniquilar por las
turbas incontroladas o lanzarse a la lucha. Tal fue el origen de la sublevación
de los generales, como ejecutores de la voluntad de la mayoría de la población
que no se quería dejar exterminar conscientemente”.
Esa frase expresa mejor que cualquier reflexión las causas
del origen de la Guerra, y conecta con el sentimiento que mi padre expresaba
respecto de la guerra, que repito aquí, aunque lo haya reproducido en mi POST
“Viva San Fermín” (link)
“Mira,
hijo, no me gusta recordar la guerra civil, pues esa guerra fue una
consecuencia fatal, cruel y terriblemente dramática, de una situación social
envenenada, en la que los españoles sublevados llegamos a la conclusión que
aquella era la única solución posible ante la impunidad de los matones y la
impotencia (cuando no pasividad) de las instituciones, ante el riesgo, efectivo
y cotidianamente hecho realidad, de vernos masacrados, cualquier día, en cualquier
rincón y a cualquier hora, por una pandilla de matones por pensar diferente o
creer distinto que ellos."
En conclusión, los ciudadanos, militares y civiles, no
afectos al Frente Popular se sublevaron en armas contra la República ante su
lenidad y falta de acción, o de autoridad, ante los desmanes de los miembros de
las milicias frente populistas, Socialistas, Comunista y Anarquistas, que
asesinaban sin recato a cualquiera sospechoso de no ser partidario de sus ideas,
y ante su deseo, no de mantener una
República democrática defensora de la libertad, sino de implantar una República
Soviética de los pueblos Ibéricos.
Prueba manifiesta de ello son las numerosas declaraciones del
Líder del PSOE Largo Caballero, entre las cuales destacamos estas dos:
Declaración
a El Liberal, de Bilbao, del 20 de enero de 1936
“Quiero
decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados;
pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble,
colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir
a la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas
por decirlas, que nosotros lo realizamos”
Mitin
celebrado en Linares el 20 de enero de 1936:
“La
clase obrera debe adueñarse del Poder político, convencida de que la
democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder
no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la revolución”.
Así pues, nunca existió la idílica II República Española,
democrática y defensora de la justicia social y la libertad, que hoy nos vende
la izquierda.
Muy por el contrario, la II República fue, desde su comienzo,
un régimen totalitario, antidemocrático, anti católico, asesino y partidario de
instaurar una República Soviética, en el que la represión y asesinato de sus
oponentes políticos fue una práctica cotidiana y de una violencia inusitada,
labor que fue dejada en las manos impunes de partidos y sindicatos, que la
ejecutaron a través de las llamadas checas, centros de detención, tortura y
asesinato de decenas de miles de ciudadanos, civiles, militares y religiosos,
por el mero hecho de no compartir la ideología de sus asesinos..
Y es en esa violencia e impunidad donde se encuentra el
origen de la Guerra Civil. Tan claro, tan sencillo y tan contundente, como eso.
Hoy, la izquierda ha vuelto a instalarse en la trinchera
guerracivilista, con sus permanentes ataques a la Constitución, al Rey, que es
su personificación, al Poder Judicial, ya los derechos y libertades de los
ciudadanos.
El Gobierno encabezado por los Socialistas, ha necesitado del
voto de independentistas vascos y catalanes, así como de los herederos de la
blanqueada banda terrorista ETA, para lograr la mayoría parlamentaria de
constitución de Gobierno y se ha dejado fagotizar, como en la II República, por
los comunistas.
El PP, antes fuerza de derecha moderada, se ha girado hacia
posiciones de clara influencia socialdemócrata, en busca de un añorado “centro
político“, con el desencanto de gran cantidad de sus, hasta ahora, votantes.
Y en esta situación el partido VOX, de derecha algo
radicalizada, debe buscar el voto de la derecha moderada, con una necesaria
moderación de sus posiciones.
En cualquier caso, la noticia de estos días es que un nutrido
grupo de relevantes socialistas, exministros y ex dirigentes del partido, han
firmado un manifiesto solicitando la retirada de la “Ley de Memoria Democrática”
que tramita el gobierno de Sánchez, alias “Antonio”, porque:
No
aceptamos que el pacto constitucional se someta a una tergiversación injusta y
ajena a la verdad histórica como la que supone la Ley pactada por el Gobierno
con los Bilduetarras. Ni aceptamos, tampoco, que se considere como período sospechoso
hasta diciembre de 1983, ya con el PSOE en el poder.
Y para concluir, una pieza musical.
En
este caso, que mejor que el segundo movimiento del Concierto nº 5 para Piano y
Orquesta “El Emperador” de Beethoven
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