Enrique de Santiago, líder del movimiento radical de Refundación de IU |
La
Transición, nombre con el que se conoce el proceso de evolución del régimen de
Franco a una Democracia de Partidos, homologable a las del resto de Occidente,
se hizo sobre la base de la “Reconciliación Nacional” y a ello contribuyó la
Ley de Amnistía, Ley 46/1977, de 15 de
octubre; sin embrago el Zapaterismo, tras su llegada al poder —como consecuencia indudable de los
atentados islamistas del 11 del marzo en Madrid— puso en cuestión las bondades
de la Transición, renegó de la reconciliación, y casi de la Ley de Amnistía —aunque
no se atrevió a tocarla— y fomentó el enfrentamiento de los españoles con leyes
como la de la Memoria Histórica, o la afirmación de que el concepto de Nación
era un concepto “discutido y discutible” dando alas a los nacionalismos disgregadores.
Desde entonces
se ha desatado en España una nueva oleada de AGITPROP marxista, de movimientos
callejeros, tan inútiles y bienintencionados como
manipulados, y de intento de deslegitimación de la mayoría parlamentaria del
PP, llegándose a afirmar que el ejercicio de esa mayoría parlamentaria es
“antidemocrático” por no aceptar las propuestas de las minorías, cuando su
ejercicio responde, ni más ni menos, que a un mandato popular expresado en las
urnas y a la propia naturaleza del sistema democrático parlamentario.
Y además,
desde la izquierda, conocedora de la existencia de una grave crisis económica,
que trató de ocultar adoptando medidas electoralistas, —que llevaron a nuestro
déficit público, en 2011, al 11% del PIB— se culpa ahora al PP de todas
nuestras desgracias económicas. Y de aquellos polvos vienen estos lodos.
En este punto
es necesario advertir de la deriva bolchevique del PSOE —favorecida por la
debilidad de Rubalcaba— y el giro hacia posiciones “soviéticas” de algunos
sectores comunistas.
El derrumbe en
las encuestas del PSOE como izquierda moderada, unido al malestar social que
produce la crisis económica y el caldo de cultivo antisistema fruto de la
corrupción política, están dando alas al rumbo radical tomado por los
comunistas “extra aparato”, que les hace soñar con un comunismo que llegue a un
porcentaje de votos que, según sus previsiones, les permitiría condicionar el
poder institucional.
Sectores internos de IU se manifiestan
preocupados por la posibilidad de que la organización caiga en manos de
dirigentes que rompen con la línea eurocomunista del Partido, pretendiendo
llevar la lucha política a la calle por todos los medios, al margen de las
instituciones y de cualquier acuerdo con el PSOE.
El
fortalecimiento interno de este sector de IU —que aglutina a todos los
antisistema colados en la ya de por sí variopinta organización— ha derivado en un
desplazamiento aún más acusado hacia la izquierda del equipo de Cayo Lara,
cercano a la tentación de deriva anticonstitucional, al tiempo que ha generado una dura pugna
interna de dos grandes sectores de IU.
El primero, el representado por Diego
Valderas, ajustado a los postulados clásicos del PC y abierto a llegar a
acuerdos con el PSOE sobre la base del “programa” en la línea que en su día
marcara Julio Anguita.
El segundo, más radicalizado, que quiere
dirigir el partido hacia posicionamientos más anticapitalistas y revisionistas
de la Transición, de la Ley de Amnistía o de la propia Constitución, es el
dirigido por Enrique de Santiago, hijo de un militar de carrera franquista y
con una posición tan fuerte en la coalición, que está obligando, de hecho, a
Lara a hacer un replanteamiento general del papel de la izquierda, avanzando
hacia un “chavismo” a la española, es decir, entendido el comunismo como una
"concepción del socialismo real en el siglo XXI, donde el partido se
diluye en un movimiento de choque y confrontación en la calle", lo que
denominan el “combate de las masas”.
Otra de las obsesiones de este sector,
es el deseo de abrir un proceso constituyente en el que se revise “radicalmente”
el régimen surgido de la Transición, llegando incluso a afirmar y difundir la
idea de que la “reconciliación nacional” preconizada por el PCE de Santiago
Carrillo fue una “traición a la verdadera izquierda”.
Incluso se cuestiona la Ley de amnistía
de 1977, por cuanto fue un “concesión” de los vencedores de la Guerra Civil y
no se ajustaron las cuentas con el franquismo, todavía pendientes y que mantienen
en su ideario como necesaria revisión a llevar a cabo.
La estrategia clave de este movimiento
es la más pura acción y agitación callejera y antisistema.
Junto al líder e ideólogo del movimiento
radical, Enrique de Santiago, juega también un papel importante Pablo Iglesias,
un profesor asociado de la Facultad de CC Políticas de la Universidad
Complutense de Madrid y compañero sentimental de otra de las protagonistas de
esta nueva estrategia, la diputada en la Asamblea de Madrid, Tania Sánchez. La
pareja es la cara más visible de la nueva corriente. Él dirige la política
mediática de IU a través de la empresa “Con Mano Izquierda Producciones”.
El pensamiento de Iglesias respecto a la
acción política lo ha dejado escrito él mismo:
"Es duro de tragar, pero ningún proyecto político puede construirse y
perdurar sin el respaldo de dispositivos capaces de asegurar el uso de la
fuerza cuando sea necesario. (….) Los que aspiramos a una sociedad más justa
necesitamos tener a nuestro lado a hombres, y también a mujeres, armados,
preparados y disciplinados”.
Iglesias escribió tal afirmación en su tesis
doctoral sobre “La insurrección en Europa”, dirigida por el geógrafo Heriberto
Cairo. Y yo la ilustro con un cartel comunista de la época de nuestra II
República, que le viene al pelo.
Su pareja, Tania Sánchez Melero,
diputada en la Asamblea de Madrid, es la cara amable del movimiento, que no
duda en participar reiteradamente en tertulias televisivas tanto en “territorio
amigo enemigo".
La cuarta pata de esta corriente radical
comunista, es Juan Carlos Monedero, también profesor de esa misma facultad de
la Complutense, que utiliza como instrumentos de acción las plataformas “Contrapoder”
y “La Promotora” (Red de Profesores), sin olvidar la Fundación Centro de
Estudios Políticos y Sociales (CEPS) al parecer financiada por el Gobierno de Venezuela.
El rector de la Complutense, Carrillo
hijo, un matemático radical y resentido, deja hacer. Sabe que enfrentarse a
este grupo tendría graves consecuencias para
él, ya que movilizan muchos votos dentro de la propia universidad
No deseamos —la
mayoría de los españoles— que, por causa de las acciones de agitación
bolchevique promovidas por estos y otros individuos, la situación se llegue a
deteriorar de tal manera que la calle sea ingobernable, y que se produzcan
desmanes que pongan en peligro la convivencia o el orden social.
Nuestra experiencia histórica nos
debe hacer reflexionar, tras haber sufrido el terror sembrado por el
frentepopulismo, que acabó incluso con la II Republica -en aras del
establecimiento de un Estado Sovietico que provocó asesinatos en masa de
inocentes, una cruel persecución religiosa y la reacción no solo de los
militares, sino de media España-, y debe llevarnos a tratar de evitar, a toda costa, el triunfo de
estos energúmenos, y lo primero que debemos hacer para ello es
denunciarles.
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No me gustaría
que sonasen a razonables, como lo fueron en su momento, las tremendas palabras
de Unamuno con las que quiero concluir este post:
“En este
momento crítico del dolor de España, sé que tengo que seguir a los soldados.
Son los únicos que nos devolverán el orden. Saben lo que significa la
disciplina y saben como imponerla. No, no me he convertido en un derechista. No
haga usted caso de lo que dice la gente. No he traicionado la causa de la
libertad. Pero es que, por ahora, es totalmente esencial que el orden sea
restaurado. Pero cualquier día me levantaré -pronto- y me lanzaré a la lucha
por la libertad, yo solo. No, no soy fascista ni bolchevique; soy un
solitario.”
Pilar dijo: Sobrecogedor, esperemos que se solucione la decadencia en que vivimos sin necesidad de recurrir al ejercito pero ¿cómo se hace? no solo denunciando sino TAMBIEN PROPONIENDO...
ResponderEliminarDoña Pilar, efectivamente, una solución razonable es proponer; pero qué difícil resulta cuando a la excelencia se le ponen tantos obstáculos: http://www.lolitavalois.blogspot.com.es/2013/11/el-hermetismo-del-poder.html?m=1
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