He de confesar que le he cogido gusto a esto
de escribir, e incluso no me importaría, de vez en cuando, declamar las
palabras escritas.
Pero en este empeño de literatura y tentación de oratoria, lo primero que debo hacer a cada intento es no reprocharme mi locuacidad, como se la reprochaba Chateaubriand, pues como él puedo llegar, en caso contrario a
“No hablar nunca con nadie de mis intereses, de mis intenciones, de mis trabajos, de mis ideas, de mis afectos, de mis alegrías, de mis tristezas, pues estoy convencido del profundo tedio que se causa a los demás hablándoles de uno mismo.”
Pero también he de confesarme curado de tales prevenciones e insolentemente decidido a importunar sin pudor a mis prójimos, preferiblemente a los amigos, con mi manía de escribir cosas, en ocasiones incluso fútiles, por el mero hecho de procurarme un divertimento inofensivo consistente en trasladarles, en negro sobre blanco, mis reflexiones.
Ahora bien, llevo tiempo molestando a mis sufrientes amigos con estas "Reflexiones" que he venido en calificar de "Heteróclitas", concepto en el que, sin embargo, no me he detenido a explicar su alcance.
Así que aquí va la primera de ellas.
Diccionario de la RAE :
Heteróclito :1.- Irregular, extraño y fuera de orden
2.-
Se dice, en general, de todo paradigma que
se aparta de lo regular.
Heterodoxo: Disconforme con las doctrinas o prácticas generalmente admitidas.
Lo cual nos lleva a la conclusión de la escasa capacidad de convocatoria de Buda en los ambientes animales, pues al parecer hay más de dos millones de especies catalogadas por los zoólogos, aunque otros, más condescendientes con Siddharta “El Iluminado”, piensan que todo se trata de una mera invención de los astrólogos que quisieron deidificar los signos zodiacales para darles mayor “glamour”
Este no es si no un bello ejemplo de pensamiento heteróclito.
Si alguien fuera a catalogarme intelectualmente me gustaría más serlo como heteróclito que como heterodoxo pues, en mis inquietudes, estoy más cerca de moverme de modo extraño o fuera del orden regular de las cosas, que en una actitud de directa disconformidad con las prácticas o las doctrinas generalmente admitidas por nuestra sociedad.
Es decir, que soy poco convencional aunque dentro de una cierta ortodoxia social.
Ya se que es una cuestión de puro matiz, pero la entiendo esencial.
Vivimos en un mundo en el que si no te estás quieto no te sacan en la foto, aunque si lo estás demasiado pueden pensar que te has muerto. Y te pasan por encima.
El secreto está en moverse en atención a lo que te inspire tu libre albedrío y saber detenerse, en los momentos oportunos, sobre todo con un gesto bonancible para no fastidiarle la instantánea al fotógrafo.
y como siempre os traigo un nuevo video musical, hoy el concierto nº2 de Brandenburgo de Bach
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