Todos
los años, por estas fechas, suelo despedirme hasta el otoño, en busca de descanso,
pero no del mío sino el de los sufrientes destinatarios de mis POSTS a los que
con regular frecuencia asalto con la invasión de la intimidad de sus WA con mis
escritos y mi música.
Por
mi parte seguiré leyendo, escribiendo y escuchando música, pues en mi caso esas
actividades me aportan tranquilidad, sosiego y descanso.
Llegados
a este punto quiero reflexionar acerca de estos breves opúsculos que os
transmito.
Una
de las razones por las que inicié, hace algunos años, esta ronda de escritos,
tal y como decía en mi presentación, consistía en satisfacer el deseo de
conseguir en el lector una sonrisa, una reflexión, una crítica, una alteración
de su ánimo cotidiano, y si lo consigo, aunque sea levemente, habré triunfado.
No
se si lo habré logrado, pero aunque no haya sido así, no pasaría nada, pues he
de reconoceros que mantener vivo este juego “pseudo
intelectual” y “pseudo
literario” que he iniciado, me ha permitido
superar la sensación, siempre frustrante para el escritor, de que solo escribo
para mi mismo.
Continuaré,
pues, remitiendo mis escritos a la lista de amigos a los que he decidido
castigar con mi presencia, casi cotidiana, en la pantalla de sus ordenadores,
hasta que algún día, alguien, harto ya de mis insensateces, me haga
reconsiderar mi dedicación a la escritura y me aconseje destinar mi tiempo
literario a ocupaciones menos sesudas, más propias de mi carácter y mis
habilidades.
En
definitiva, os agradezco que me hayáis permitido disfrutar escribiendo y contar
con la compañía de mis lectores, cuya benevolencia es admirable, pues nadie ha
protestado por mi ataque a su intimidad
Llegados
a este punto he tomado la decisión de dejaros descansar algún tiempo, sobre
todo pensando que durante estos días de verano va a ser difícil que consultéis
vuestros WA y no quiero que, en la terrible “reentrè”, os
encontréis con un cúmulo de papel escrito indigestible.
Y
es esta fecha del 25 de Julio, día de Santiago, Patrón de España, que
tradicionalmente, es la fecha del comienzo de las vacaciones de muchos, en la que he decidido parar hasta la “reentré” del otoño.
Así
que he pensado que sería bueno que nos concedamos unas largas vacaciones.
Cuando
vuelva el otoño, cuando recuperemos las tardes de “escopeta y perro” ―esas
tardes en las que lo que apetece es dejar la escopeta en un rincón y tumbarse a
leer con el perro echado a tus pies al calor de la lumbre, que dijera un viejo
amigo sevillano― podré continuar castigando vuestro espíritu y vuestra
paciencia con mis “Reflexiones Heteróclitas”.
Mientras
tanto os deseo a todos felices vacaciones y provechoso descanso.
Al
menos espero, con mi silencio, contribuir a ello.
Y
me despido hoy, como siempre con una pieza musical, “El Verano” de las Cuatro
estaciones de Vivaldi
©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA
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