Encuentro esta curiosa fotografía, en la que aparece, al lado de Indalecio Prieto —uno de los líderes del frente populismo extremista de izquierdas en la España Republicana de los años 30 del siglo pasado— un tipo, el que lleva camisa negra que es igual que Pedro Sánchez.
FESTIVAL
EN EL CHIRINGUITO SANCHISTA
Pero nuestro tiranuelo no es consciente de su posicionamiento el el lado frente polulista de extrema izquierda le ha provocado innumerables problemas y vulneraciones constitucionales, entre las que podemos apuntar.
1.-
La Ley de Amnistía
2.-
La ilegal conversión del Tribunal Constitucional en un nuevo Tribunal de
Apelación, contra sus propios estatutos.
3.-
La conquista meramente partidista de numerosas instituciones del Estado y de
distintas Empresas Públicas.
4.-
La ocultación de la corrupción, tanto suya como de su esposa y su hermano, y
toda clase de maniobras contra jueces y periodistas que intervienen en esa
materia.
5.-
El acoso personal contra Isabel Ayuso, que personifica el éxito de la derecha
frente a su PSOE, con el fin de desgastar su prestigio con el fin de
destruirla.
6.- La negación preelectoral de su intención de
pactar con comunistas, separatistas y herederos de ETA, que tras las
elecciones, incumpliendo esa promesa, se apoyó en ellos para lograr su
investidura.
7.- Los indultos a sus socios, previos a la Ley
de Amnistía.
8.- Los
intentos de derribo del Estado de Derecho, el desmantelamiento de la
independencia judicial y de la separación de poderes.
Etc.etc…
Sin embargo Sánchez no solo oculta esos
desmanes, sino que el sábado celebró, con toda su parafernalia demagógica populista,
el décimo
aniversario de la primera elección de Pedro Sánchez como secretario
general del partido socialista haciendo un relato triunfalista de su gestión.
En concreto, el partido conmemora la victoria de Sánchez en las primarias del
13 de julio de 2014, cuando sustituyó a Alfredo Pérez Rubalcaba.
La celebración ha omitido que Sánchez tuvo que dimitir tras ser derrotado por el Comité Federal del partido en 2016, cuando se eligió una gestora que estuvo dirigiendo el PSOE hasta 2017. El propio Sánchez ignoró este hecho en un tuit publicado este mismo sábado diciendo: «Gracias por estos 10 años. ¡A por la siguiente década!».
El partido socialista intenta tapar con
este relato triunfalista y engañoso los seis años del Gobierno de
Sánchez, que han sido una carrea de polémicas, falsedades y traiciones a la
palabra dada, y la corrupción en que han incurrido él mismo, su esposa Begoña y
su hermano, amén de infinitos cargos y carguitos socialistas.
Esta
celebración ha producido numerosas reacciones en las que se recuerdan los
episodios más oscuros del PSOE en estos diez años, como la supuesta
manipulación de las urnas en el Congreso que dio la victoria a Sánchez en el
partido o la intervención de Koldo García en la custodia de los avales.
La
«celebración» también ha producido numerosas críticas a Sánchez por haber
acabado haciendo —permanentemente— lo contrario de lo que prometió.
En esta
celebración el PSOE —con la desfachatez que le es propia— ha construido un
relato completamente alejado de la realidad, en el que se atribuye logros como
haber ampliado el estado del bienestar, reducido la desigualdad o haber
aumentado la justicia social. O la ya esperpéntica mentira de que los
socialistas fueron los creadores del Sistema Nacional de Salud.
LA POSICIÓN
DE VOX
Otra cuestión de
actualidad se centra en la pregunta ¿Por qué ha roto Abascal con el PP? ¿Ha
hecho bien?
En Vox, los simpatizantes
más comprometidos con el partido aplauden con énfasis la decisión y creen que
es un ejemplo de que «Vox es un partido de principios».
Consideran también que la
inmigración irregular está fuera de control —lo cual es cierto, pues el
Gobierno se esconde tras su AGITPROP— y que los llamados 'menas' están creando
serios problemas de delincuencia en muchas localidades («no vamos a ser
cómplices de las violaciones, robos y machetazos», ha llegado a decir uno de
los comunicados de Vox).
Por lo tanto, era necesario dar un sonoro
puñetazo sobre la mesa, incluso a riesgo de romperla. La explicación pública de
Abascal es que Feijóo –«una estafa», según Vox– ha roto los acuerdos entre
ambos partidos y fomenta una política de fronteras abiertas.
Parece ser que en la
decisión de VOX ha pesado, y mucho, que el partido se sentía maltratado por el
PP en los gobiernos de coalición, «ninguneado en todos sus proyectos».
Hay otras hipótesis que
manejan los periodistas “politólogos”
1.-Vox estaría convencido
de que puede haber un adelanto de las generales, por lo que desearía reforzar
su perfil propio.
2 La irrupción Alvise con
su “Se Acabó la Fiesta”, que pesca sus votos en el tradicional espectro social
de Vox, que haría necesario reafirmar su contundencia ideológica.
3.-Vox habría reparado en
que la historia demuestra que, en las coaliciones el partido mayor suele
fagotizar a los más pequeños. Así que mejor cortar ya y no correr el riesgo de
sucumbir en brazos del PP.
4.-Puede que se haya mirado
el ejemplo de Francia, donde el partido de Le Pen ha creído de modo
espectacular, sobre todo por la preocupación por la inseguridad provocada por
los inmigrantes.
5.-La última hipótesis, es
la de los que dicen que Vox está en el «cuanto peor, mejor». pues necesitarían
que la crisis política que sufre ya España se agudizase todavía más, hasta
llegar a una situación límite en la que Vox aglutinaría por fin todo el voto de
protesta de la derecha, como ha hecho el lepenismo en Francia.
Supongo que la realidad
será una mezcla, con matices, de esas interpretaciones y otras más desconocidas
¿Le saldrá bien la jugada
a Vox?
Una gran mayoría de los
votantes de derechas querrían que los dos partidos colaborasen lealmente para
afrontar la urgencia mayor: echar a Sánchez.
Pero el desprecio, los
ninguneos y la incapacidad de negociación y pacto que Feijoo y su PP han
demostrado hacia VOX, así como su ambigüedad política, propia de la
socialdemocracia, demostrada en sus acuerdos con el PSOE —como ocurre en
materia de inmigración, por ejemplo— creo que no permite despejar la duda de «a
quién votar», que afectaría, de un lado, a VOX por su excesiva beligerancia, o
llevar a los votantes más conservadores, y por lo tanto más desapegados del PP
de Feijoo, a no votar a este partido por estar, hoy en día, dominado por su ala
socialdemócrata, tan cercana a los socialistas.
Y concluyamos esta “Reflexión”
como es mi costumbre, con una nueva pieza musical.
Hoy “Brucia
La Terra” de la banda sonora de la película EL PADRINO, apodo que le viene de
miedo a nuestro aprendiz de tirano y líder del sanchismo
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