Se dice, coloquialmente, que Asturias es la Suiza española, por sus verdes valles, por sus montañas nevadas y por su grandioso y sobrecogedor paisaje, pero hay más relación que la puramente física entre el Reino del Norte de España y el pais centroeuropeo de los Cantones.
Existen, por lo demás, muchas circunstancias interesantes para seguirle la pista a las influencias celtas/visigodas de la cultura asturiana.
Así, las similitudes toponímicas existentes entre Asturias y la zona de los Alpes suizos, en donde encontramos asentada a la tribu de los “ESTURES” entre los ríos Tinee y Tanaro, que nos hace recordar el propio nombre dado a los “ASTURES” prerromanos y a los toponímicos asturianos Tineo y Tarna. Lo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que según los historiadores los “astures” proceden de la zona geográfica centroeuropea de “Estiria”.
Otras similitudes toponímicas entre ambas zonas son las siguientes:
Lozana-Lausanne;
Libardón-Yverdon;
Sevares-Siviriez;
Arnicio-Arnés;
Pendás-Penthaz;
Zardón-Chardonne;
Bobia-Vevey;
Ercina-Orzens;
Melendreras-Mollendruz;
Bulnes-Baulmes;
San Román-Saint Romont;
Cabranes-Chavornay.
Por no citar la antigua ciudad astur de Noega (en la Campa de Torres, próximo a Gijón) que nos recuerda a la Noecium belga.
Pese a nuestras peculiaridades lingüísticas y culturales, los asturianos nunca hemos tenido otras veleidades nacionalistas más que las españolas, pues no en balde uno de nuestros dichos preferidos es que “Asturias es España y lo demás terreno conquistado a los moros”.
Posiblemente ello encuentre su explicación en el hecho de que la reconquista se inició en Asturias desde una concepción visigótica de “España”, a la que se refiere San Isidoro en su “Cronicae Visigotorum”
“De todas las tierras, cuantas hay desde Occidente hasta la India, tú eres la más hermosa, oh sacra España, madre siempre feliz de príncipes y de pueblos.; no envidias los sotos y los pastos de Etruria, ni los bosques de Arcadia... Rica también en hijos, produces los príncipes imperantes, a la vez que la púrpura y las piedras preciosas para adornarlos. Con razón te codició Roma, cabeza de las gentes, y aunque te desposó la vencedora fortaleza Romúlea, después el florentísimo pueblo godo, tras victoriosas peregrinaciones por otras partes del orbe, a ti amó, a ti raptó, y te goza ahora con segura felicidad, entre la pompa regia y el fausto del Imperio"
Todas estas palabras de San Isidoro, escritas hacia el año 630, suponen el primer texto de un protonacionalismo ideológico en el seno de la cultura occidental.
El nuevo ideal nacional, que reflejan los textos del Santo visigodo sevillano, se concreta en un territorio, la Península Hispánica y en un pueblo, los Godos, hasta identificar en su conjunción una Patria diferenciada de todos, España.
Y son precisamente aquellos hispano-godos los que más tarde, refugiados en territorio cántabro-astur ante el avance musulmán, mantendrán la conciencia de una «Hispania por restaurar», conciencia de la que carecerían por completo los pueblos autóctonos de aquellos valles norteños, antaño enfrentados tanto al poder unificador romano como al poder central visigodo toledano.
Y sobre la base de esa conciencia cristalizará la creación de un poder político nuevo, el reino astur-leonés, guiado por el claro objetivo de la recuperación de las tierras de Hispania sometidas a los invasores islámicos.
Sobre esos mimbres difícilmente pueden construirse teorías nacionalistas artificiales antiespañolas.
Y como siempre os traigo un nuevo video musical, en esta ocasión el himno de Asturias "Asturias Patria Querida" interpretada con su guitarra por el genial Mark Knopfler
Que interesante el artículo de hoy sobre nuestra “tierrina” y sus orígenes. Gracias D. Jesús. Otra estupenda lección de Historia.
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