La frase que encabeza este POST fue pronunciada por Francisco de Bobadilla – maestre de campo del tercio viejo de Zamora en 1585, ante la petición de rendición formulada por los franceses
“Bien sé a cuantos contradigo y reconozco a los
que se han de armar contra mi; más no fuera yo español si no buscara peligros,
despreciándolos antes, para vencerlos después.”
Francisco de Quevedo
Somos altaneros, farrucos y valientes hasta la inconsciencia, y ello nos ha arrastrado a tensiones no comparables a las vividas por otros pueblos; nos afanamos en dañarnos y renegar de nosotros mismos, pero al apercibirnos de la más ligera osadía del extranjero, el alma española no duda en ponerle las peras al cuarto -buena cuenta pudo dar Napoleón de ello cuando derrotamos a sus invencibles tropas y echamos a cajas destempladas a "Pepe Botella" y sus bárbaros, lo que llevó al Emperador a reconocer que "A los españoles les gusta renegar de su país y de sus instituciones, pero no permiten que lo hagan los extranjeros"-.
Es consustancial a nuestra idiosincrasia: que vengan problemas, los que sean, que ya les daremos su merecido: ¿qué importa a quien hayamos ofendido, si damos por sentado que nos batiremos en duelo o guerrearemos, en la seguridad, bravucona y pendenciera, de que los venceremos llegado su momento?
Pero la realidad es tozuda y de vez en cuando nos envía derrotas como las de los Tercios de Felipe IV, el desastre del 98, las permanentes guerras civiles padecidas desde principios del S.XIX hasta mediados del S.XX, o el desatino —y sus nefastas consecuencias— de las bravatas de un gobierno enrocado en la mentira y la demagogia como son, más recientemente, los gobiernos de Sánchez y su partido, el PSOE.
Válganos Dios de tamaña necedad, pero más consigue el necio, por tozudo y contumaz, que por sus razones, y, quién sabe, si algunos piensan que la demagogia populista y entresombrada sanchista tiene más tirón electoral que el que nos imaginamos y que su figura conspiradora y jacobina. que sigue sufriendo un imparable desgaste electoral, insiste a favor de las tesis bolcheviques de los comunistas, con riesgo evidente para las posiciones socialdemócratas, pese a que crea el PSOE y su montaraz líder Sánchez, que le resultan rentables para desgastar, desde la calle, al PP y pese a que los extremismos puedan llevar a la ruptura de un sistema que es el más largo en paz que nunca hayamos vivido.
Pero es que lo grave del
asunto es que los españoles, desmemoriados y poco reflexivos, volverían a votar
a Sánchez, que con su retiro de 5 días, ha jugado la baza sentimental del
electorado, con tal de mantener el poder a toda costa.
Lo hizo el PSOE de Largo
Caballero en 1934, lo hacen los convergentes catalanes o el PNV vasco —de
derechas pero nacionalistas— en este momento y lo hará la izquierda toda como
hasta el momento.
“España
es una tierra donde hay pocas cosas, pero donde cada una parece estar de un
modo sustantivo y eterno.”
Y entre esas cosas sustantivas
y eternas, están —además de nuestro espíritu altanero, valiente y bravucón—
nuestro afán de considerar enemigo a quien piensa diferente de nosotros, la
envidia ante el triunfador —que es propia de los países de cultura católico/marxista
y no de los protestantes/capitalistas— y el resentimiento, propio de cierta
izquierda, que no acaba de aceptar su derrota en la guerra civil 1934-39.
© 2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA
No hay comentarios:
Publicar un comentario