Companys detenido tras su declaración de independencia de Cataluña
Pere Aragonés y Puigdemón, Lideres del separatismo catalán actual
Cervantes,
cuando define la Historia lo hace con estas palabras:
“Émula del
tiempo, depósito de acciones, testigo del pasado, aviso del presente,
advertencia de lo porvenir.”
Pues vista la cita
ciñámonos a la Historia.
Asistimos en los
últimos tiempos a una guerra fratricida (soterrada y oculta a los ojos del
pueblo) entre el PSC y el PSOE, que viene decantándose a favor de las
tesis federalistas del PSC que, con debilidad alarmante, acepta sin reparo
por Sánchez.
El
Partido Socialista Obrero Español es, conforme a sus siglas y sus estatutos, un
partido que podríamos calificar de Españolista, en cuanto que su actividad se
desarrolla en todo el territorio Nacional y en tanto que los Estatutos de las
Agrupaciones Regionales o Autonómicas del partido deben ser aprobados por su
Comité Federal.
Sin embargo y con renuncia al principio jacobino de
centralismo, que inspira toda ideología socialista en relación a organización
territorial de una Nación, el PSOE, por aquello de sacar provecho de los movimientos
políticos “nacionalistas”, abdicó, ya en tiempos de la Transición, de ese
carácter centralista, jugando a quitarle votos a los partidos nacionalistas de
derechas, CIU y PNV, y de izquierdas ERC y las escisiones socialdemócratas
radicales del PNV, con el discurso de defensa de las singularidades culturales
y sociológicas de aquellos “territorios históricos”, como son considerados en
su jerga, Cataluña y las Vascongadas.
Carme
Chacón tras recriminar al líder del PSC-PSOE, Pere Navarro, su connivencia con
Mas en su iniciativa soberanista, y después de que cinco diputados del
PSC-PSOE, saltándose la disciplina de voto,
apoyaran de modo expreso en la Cámara Autonómica Catalana la iniciativa
independentista de CiU, haciendo oídos sordos a la resolución del Tribunal
Constitucional que calificó esa iniciativa y la correspondiente resolución
del Parlament, como contraria a la Carta Magna, decidió quitarse de en
medio, para no verse alcanzada por las salpicaduras del muladar en que el PSOE
se ha convertido, y se ha marchado a dar clases a EEUU, en asíncrona paradoja.
Mientras
tanto, el Presidente de la Generalidad
de Cataluña, Sr. Aragonés, ha decidido no cumplir las sentencias judiciales que
imponen un trato igualitario del
castellano con el catalán en las aulas y profundizar en su pretensión
soberanista camino de la independencia de Cataluña respecto de España.
Y
su portavoz en el Parlamento Nacional se ha permitido el lujo de decir
públicamente, y en sede parlamentaria, que “Cataluña no aplicará las leyes
aprobadas en el Parlamento cuando consideren que son contrarias a los intereses
de su comunidad”, vamos que se pasn la legalidad por el arco del triunfo.
En
cualquier país civilizado, toda esta tropa estaría ya en prisión por un delito
continuado de desobediencia a las resoluciones de los Tribunales y otro también
continuado de traición en sus pretensiones secesionistas, pero lamentablemente
cada día somos menos serios.
El
camino que sigue Aragonés no se diferencia, en esencia, del seguido en 1934 por
Companys, declarando la independencia de la República Catalana, con
aspiraciones de ser un Estado propio dentro de la “Confederación de Pueblos
Ibéricos”
Efectivamente
la Historia parece repetirse. Tras la victoria electoral de la derecha en las
elecciones republicanas de noviembre de 1933, la izquierda radical, apoyada en
los nacionalismos, inició toda clase de movimientos tendentes a derrocar al
gobierno, que desembocaron en la Revolución de Octubre de 1934, cuya máxima
expresión de fuerza se concretó en Asturias, y en la declaración de independencia
de Cataluña por Companys que el 6 de octubre del mismo año realiza su proclama
con la escusa de que:
” Las fuerzas monárquicas y
fascistas, que de un tiempo a esta parte pretenden traicionar a la República,
han logrado su objetivo y han asaltado el Poder.”
Hoy,
el enemigo fascista a derrocar es el débil Gobierno de Sánchez, que se sustenta
en la mayoría absoluta parlamentaria frankenstein alcanzada en las Elecciones generales de
noviembre de 2018.
Ya
sabemos que los pueblos que olvidan su Historia están condenados a repetirla.
Esperemos
que el PSOE se vea abocado a perder el Gobierno de España, y se acabe con estos
desmanes, y el sentido común en los líderes políticos catalanes, que eviten
males mayores y sobre todo que Aragonés, Junqueras y Puigdemón no tengan que acabar en la
cárcel, aunque se lo merezcan.
© 2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA
No hay poder mas férreo que el que detentan los presidentes sucesivos de los partidos que gobiernan; desde Felipe hasta Rajoy tienen mas autoridad que el propio Franco pero dudo mucho que la utilicen para acabar con los nacionalismos de los que aún están dependientes y pendientes para poder sacar algo
ResponderEliminarSaludos