Tal y como nos relatan los medios de comunicación, el diputado del PSOE José Antonio Pérez Tapias, y la “Fundación Blas Infante”, apoyó ayer en Granada la presentación de la candidatura al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia para la comunidad de los descendientes de moriscos andalusíes.
La candidatura, cuenta también con la adhesión, entre otros, de escritores como José Saramago e Ian Gibson, ¡¡¡ que otra cosa podríamos esperar de estos escritores atacados por el gagaismo de los años!!!
Empecemos por “Blas Infante”.
El Estatuto de Autonomía de Andalucía, aprobado en 2006 con el apoyo del PSOE y del PP —en este segundo caso debo de manifestar mi desconcierto— es un dislate en su conjunto.
Baste como muestra un botón: su texto comienza por reconocer a Andalucía como Nacionalidad Histórica y al igual que ya lo hiciera el anterior Estatuto, su preámbulo reconoce como “Padre de la Patria Andaluza” a Blas Infante.
En un artículo publicado en la revista digital EL CATOBLEPAS, Gustavo Bueno, analiza detenidamente y como hecho de mayor calado y trascendencia de lo que su mero enunciado pudiera sugerir, la conversión de Blas Infante el 15 de septiembre de 1924 al Islam, al realizar la Shahada —acto formal de conversión— en la Mezquita de Agmhat, donde se conservan los restos de al- Mu'tamid, el último Rey de Sevilla, siendo uno de los testigos Omar Dukali, descendiente de al- Mu'tamid, acto en el que adoptó el nombre de Ahmad Infante.
En dicho artículo, cuya lectura recomiendo en este vínculo EL CATOBLEPAS seguro que así lo sueñan.
Baste, como nuevo ejemplo de lo que digo, este párrafo extraído de la inefable página WEB “Webislam" artículo “Fundamentos de Andalucía en la obra de Blas Infante” publicado en la referida página web:
“Solo la INTUICIÓN de Infante fue capaz de rescatar lo que nuestros conquistadores, con tanto afán, han intentado ocultarnos, dejándose arrastrar por los sentimientos que le produce el contacto con los restos históricos y culturales de la última civilización andaluza que vivió en libertad: Al-Andalus, y con los restos más genuinos de ese pueblo morisco: los jornaleros, los felah-menco (campesinos sin tierra).”
En conclusión, que Blas (Ahmad) Infante soñaba con una Patria Andaluza desligada de los conceptos occidentales de Nación, e imbuida de los mimbres culturales y morales del Islam. Punta de lanza de la “revolución” deseada para occidente que no es otra que la de la islamización.
En definitiva, lo mismo que se desea en las hamadas, en las mezquitas y en los cubiles del yihadismo internacional.
Buen Padre para una patria ficticiamente soñada sobre las fantasías de un “al Andalus” idílico, falso y peligrosamente añorado por el más intolerante islamismo integrista.
Y mientras tanto el Presidente del Gobierno en Babia...
Por cierto, Provincia de León...
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