Después
de la conquista de Hispania por los romanos, que se produjo entre los años 218
a.C. y el 19 a.C, la península se convirtió en el principal suministrador de
Oro del Imperio.
Se
estima que Roma extrajo de Hispania, aproximadamente, 190.000 kilos de oro ─190
toneladas─, además de plomo, estaño, cobre, hierro, etc… lo que demuestra la
riqueza minera de la península.
Pero
con ello no agotaron nuestras reservas, y hoy España sigue siendo uno de los países
con mayores recursos mineros de Europa, la mayoría sin explotar.
De hecho,
en Salave, Tapia de Casariego, Asturias, según los estudios de seis empresas
mineras multinacionales, que se han sucedido en la titularidad de los derechos
mineros sobre la zona, existe un yacimiento de oro que sería el mayor de la UE,
con un cálculo de reserva de más de 150 toneladas de oro, pero que no se está
explotando porque el Gobierno del Principado lo prohíbe por motivos “medioambientales”.
Y
uno de los motivos ecologistas alegados es que su explotación destruiría las
lagunas de Silva, cuyo origen, sin embargo, no es natural, sino que nacieron
como consecuencia de la acumulación de agua en el hueco producido por la
explotación aurífera romana existente en la misma zona.
Pero
España no está renunciando solamente a la explotación del oro que hemos comentado,
que crearía más de 500 empleos directos y cerca de 3.000 indirectos, sino que
por acuerdo de socialistas y comunistas, están paralizados, por motivos idelógicos
propios de los urbanitas pisapraderas progres "woke", los proyectos mineros
sobre el Uranio, cuya producción cubriría las necesidades de nuestras plantas eléctricas
nucleares durante los próximos 10 años ─y que hoy importamos fundamentalmente
de Rusia─, el litio, también muy abundante e imprescindible para la industria
de tecnología avanzada, el Coltán, el cobre, el hierro etc…, que convierten a
España en un paraíso de la minería que no explotamos.
De
hecho, una teoría sobre el origen de la palabra “Hispania” considera que estaría
en el término fenicio ”I-span-ya”, ya
que spy, raíz de la palabra fenicia span, significa batir metales.
Uno
de los grandes atentados en contra de la minería en España ha sido la Ley
7/20221 de 20 de mayo de Cambio climático y Transición Energética, que ha
prohibido, entre otras cosas, la explotación de hidrocarburos ─petróleo y gas─
mediante la técnica del “fracking”, produciéndose nuevamente una contradicción entre
ecologismo y realidad, ya que no podemos usar el fracking pero importamos petróleo
y gas de los Estados Unidos obtenido de su subsuelo mediante el fracking.
Como
ya he dicho en otro post anterior, no podemos estar en manos de ecologistas
urbanitas social comunistas, cuya mayor preocupación es el bienestar de las
plantas y los animales silvestres, de los paisajes y no del paisanaje.
Si bien
es cierto que tal y como dijo Arthur Koestler en su libro “El Cero y el
Infinito”:
“El
dominio de la jerga marxista permite a cualquier idiota pasar por inteligente”
mientras que las campañas políticas
y mediáticas de la izquierda ecologista ─del más puro estilo gramsciano─, han
creado una “conciencia ecológica popular” no por falsa y manipulada menos
extendida, fundamentalmente entre la población menor de 40 años y urbanita.
Otra materia en la que es preciso profundizar es en la “batalla cultural”
contra los mantras “progrePSOEistas” si no queremos avanzar hacia el progresivo
empobrecimiento de nuestra Sociedad y nuestras gentes.
Y para concluir os traigo un nuevo video musical, en esta
ocasión “Soy Minero”, cantado por Antonio Molina
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