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jueves, 6 de mayo de 2010

Y LA OPOSICION .... DILETANTE

Diccionario de la RAE: Diletante: Que cultiva algún campo del saber, o se interesa por él, como aficionado y no como profesional.
La evidencia es contundente, los problemas reales de España (España: que palabro tan políticamente incorrecto) no se solucionarán con este gobierno, pero la previsión que podemos hacer es que tampoco los solucionará la oposición. Por desgracia al PP continúa en manos del mismo político, la misma cara, responsable del gran fiasco electoral del 11-M: Mariano Rajoy.
En su momento, en los círculos internos del PP se justificaba la prepotencia de Aznar demostrada en la designación “personalísima” del sucesor, más propia del PRI que de un partido propio de una democracia madura, diciendo que nadie mejor que “Él” sabría cual habría de ser el mejor candidato para continuar “su obra”. Pero lo cierto es que el equipo de mando del PP liderado por Rajoy se encuentra absolutamente descolocado en la oposición, sin argumentos, sin estrategia, con falta de propuestas y de explicaciones al electorado, y atrapado en las redes que le ha tendido el Gobierno con sus actuaciones, frente a las cuales es necesario tener una muy clara concepción de lo que a los ciudadanos interesa lejos de los complejos o de temor a las críticas procedentes de los grupos políticos “gubernamentales”. Efectivamente los lideres del PP parecen tocar “de oído”, más con la buena voluntad de los aficionados que con la profesionalidad que sería deseable en quienes representan a casi diez millones de votantes. Pero da igual. En la “partitocracia” imperante lo importante no son los representados sino el partido representante y sus equilibrios de poder internos. A veces incluso parece que Rajoy y sus adláteres se encuentran cómodos en esa especie de “Ministerio de la Oposición” en que se ha convertido Génova, y así nos luce el pelo. Y mientras tanto, los únicos que mantienen en silencio sus opciones de futuro,—francamente inciertas por cierto— aunque replegados en sus cuarteles de invierno, son Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, ninguno de ellos demasiado queridos en los pasillos de Génova, ella porque no tiene pelos en la lengua, y él porque no es considerado “ortodoxo”, aunque el respeto ahacia ambos sea innegable, pues ambos gobiernan en Madrid con mayorías absolutas. Hay otros, también queridos, respetados y añorados por muchos, Rato y Cascos entre otros, pero estos parece ser que han optado por contemplar la vida con otros caleidoscopios.

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