Ulises y las sirenas. Herbert Draper (1909)
" …Detén tu nave y ven a escuchar
nuestras voces. Después de deleitarse con ellas quienes las escucharon se van
alegres conociendo muchas cosas que ignoraban, … sabemos cuánto sucede sobre la
tierra fecunda". LA ODISEA Canto XII
El ciudadano contemporáneo se
encuentra, como Ulises, en la encrucijada de abandonarse a los cantos de las
Sirenas, que le prometen hacerles partícipes de la verdad y la felicidad, pero
que sólo quieren moldear la Sociedad a su antojo, o resistir a tal
embelesamiento y proseguir, con criterio propio, la senda de su vida, tratando
de alcanzar el conocimiento por si mismo y no como regalo de seres mágicos y
embaucadores.
Y ese es el
reto que debemos afrontar, con reforzado ahínco, quienes hemos hecho de nuestra
vida vocación por encontrar la sabiduría y la verdad mediante el estudio y la
reflexión.
Ante el rechazo sufrido, las sirenas
no tuvieron otro remedio que cumplir con sus promesas, por lo que una de ellas
debía morir.
La escogida fue Parténope, que se
lanzó al mar. Su cuerpo fue arrastrado hasta la costa, donde fue enterrada con
grandes honores, construyéndose también un pequeño templo en su honor alrededor
el cual se fundó un pueblo, Parténope, que tiempo después sería Nápoles.
Sin embargo, ninguno de los augures
mediáticos o políticos que hoy en día nos prometen “conquistar el cielo”,
alcanzar la felicidad, o la plenitud de nuestras añoranzas, están dispuestos a
sacrificarse cuando los hados desoyen sus promesas; viven demasiado acomodados
para aceptar sus falsarias propuestas.
Las redes sociales han usurpado el
lugar que correspondía a los oráculos clásicos. Delfos o Dodona han sido
sustituidos por Tweeter, Instagram, Facebook y demás chats en los que los
charlatanes de cada ideología tratan de difundir sus predicciones, más que
opiniones, sobre la realidad cotidiana, y con la particularidad de que cuando
la verdad, siempre tozuda, les desautoriza, borran sus mensajes, y como si la
verdad fuere tornadiza, inician su nueva andadura con criterios, las más de las
veces, contradictorios con sus antiguos pronósticos.
Hoy los políticos y los medios, al
amparo de la adaptación a las circunstancias del momento, propia de la
corrección política y del principio “haz lo que yo te diga, no lo que yo haga”,
opinan blanco o negro según sople el viento que consideren más favorable a sus
intereses y objetivos cortoplacistas. Las promesas electorales siempre se
quedan en agua de borrajas y la información no tiene por objeto crear una
opinión pública plural e informada, sino servir a los intereses de quienes
financien sus piruetas ideológicas.
A esta descomposición intelectual ha
contribuido lo que Baumann ha llamado “Sociedad Líquida”, una sociedad en la
que ya no existen principios sólidos, sino mutables conforme a las
circunstancias, y en donde el más preciado objetivo de cada ciudadano ya no sería
el afán de superación de la propia situación, sino el mero conformarse con quedarse
como está, que papá Estado ya proveerá.
Me revelo contra esta Sociedad, no
quiero que mis hijos sean volubles y sin principios sólidos, o que abandonen la
exigencia del afán de autosuperación, pues ello solo conduciría a una sociedad
decadente, languideciente y sin futuro.
Y no estoy dispuesto a vivir mi vida
o censurar mis opiniones conforme a los dictados de ese “despotismo ilustrado”
puritano y liberticida que es la Corrección política, que gira sobre el
paradigma “Haz lo que yo te diga, no lo que yo haga”, formulado en beneficio de
los propios políticos y de los medios a ellos apesebrados en defensa de sus
privilegios económicos y su poder político.
Y que dicten todas las leyes que
quieran para constreñir mi libertad, pues yo las violaré todas, ya que, como he
recogido en varios de mis posts, opino como Thoreau en su “Desobediencia Civil”
“El único sitio decente para un hombre libre, en una sociedad que persigue injustamente las libertades, es la cárcel”
Entre los acordes que llenan mi memoria de melómano, la pieza que más pueda recordarme al canto de las sirenas sería el "Coro a bocca chiusa" de Madame Butterfly de Puccini, que les acompaño en el siguiente video:
© Jesús Fernandez-Miranda, 2019
Fantástico artículo. Hoy me alegraste este triste, lluvioso y frio Lunes de Otoño. Gracias Jesús .
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