La reina nació y murió en el Palacio Real de Madrid, y tan solo vivió 18 años.
Su popularidad se vio en su momento muy impulsada por la película rodada por Luis Cesar Amadori en 1958, en la que se contenía la popular canción que incluía la famosa estrofa:
“Donde vas Alfonso XII
Donde vas Triste de ti,
Voy en busca de Mercedes
Que ayer tarde no la vi.”
Pero tras la historia de este romántico matrimonio, que nace de un enamoramiento a primera vista, según reconoció el propio Alfonso XII en una carta dirigida a su abuela la Reina Cristina, viuda de Fernando VII, existe todo un folletín romántico en el que se entremezclan pretensiones dinásticas, duelos y asesinatos, que constituyen uno de los más novelescos períodos de nuestra historia durante el s XIX.
Todo comienza con la figura de Antonio de Orleans, 10º hijo del último Rey de Francia Luis Felipe I de Francia, uno de los tres reyes que ostentaron la Corona francesa en el periodo que transcurre entre la primera república y Napoleón Bonaparte y la instauración de la II República.
Con el título de Duque de Montpensier, y tras la abdicación de su padre, Antonio se exilió en España donde contrajo matrimonio con la Infanta Luisa Fernanda de Borbón, hija de Fernando VII y hermana pequeña de Isabel II Reina de España. Montpensier fue, durante toda su vida un conspirador obsesionado con el ascenso al trono, que disputó a su cuñada Isabel II y a su sobrino Alfonso XII .
Tras la llamada revolución Gloriosa de 1868 encabezada por el General Serrano y Prim y apoyada financieramente por Montpensier, en España se suceden distintas formas de gobierno una vez destronada la Reina Isabel II, que se exilió en París: el Gobierno Provisional (1868–1870), la monarquía democrática de Amadeo I (1870–1873) y la I República (1873–1874) hasta que esta fue liquidada en el mes de enero por el golpe de estado del general Pavía, y se abrió un segundo período de gobiernos provisionales. Durante esta etapa histórica (el Sexenio Democrático), la causa alfonsina estuvo representada en las Cortes por Antonio Cánovas del Castillo.
En todo momento Montpensier maniobró para convertirse en uno de los más firmes candidatos a suceder a su cuñada como Rey de España; Sin embargo su destino se vio empañado por la muerte del Duque de Sevilla, el infante Enrique María Fernando de Borbón, nieto de Fernando VII y hermano de Francisco de Asís, rey consorte esposo de Isabel II, y otro de los posibles candidatos a la obtención de la Corona.
Efectivamente Fernando María había denunciado por escrito en el periódico “La Epoca”, las conspiraciones del de Montpensier, entre las que se contaba la financiación de la llamada Revolución Gloriosa de 1868, lo que motivó un duelo “a primera sangre” que tuvo lugar en la escuela de tiro de la Dehesa de Carabanchel, en la mañana del 12 de marzo de 1870. En el duelo Montpensier mató de un disparo en la frente al Duque de Sevilla, derramando así sangre real española, lo que le privaría de cualquier oportunidad de acceder al Trono que ansiaba. Y efectivamente, en el mes de diciembre de 1870 y con el apoyo del general Prim, era declarado rey de España, por el Congreso, el príncipe italiano Amadeo de Saboya.
Pero las intrigas de Montpensier no quedaron ahí, tras la reinstauración de la monarquía por impulso de Prim, en la persona de Amadeo de Saboya, y según numerosos estudios, entre otros los de Antonio Pedrol Rius, durante años Decano del Colegio de Abogados de Madrid, Montpensier fue el financiador e instigador del asesinato del General Prim, pensando que con su muerte liquidaría la posesión del trono del Saboya pudiendo nuevamente optar al mismo.
Pero tampoco en esta ocasión alcanzó sus objetivos.
Efectivamente Prim fue asesinado, y no solamente gravemente herido por los disparos recibidos en la emboscada sufrida en las calles de madrid, sino que al parecer, según los estudios que en estos momentos se están realizando sobre sus restos momificados, fue estrangulado ante el temor de que se recuperase de sus heridas por arma de fuego, que no revestían gravedad mortal y se asegura que nuevamente con la implicación de Montpensier y del general Serrano.
Pero Montpensier no accedió al trono, sino que, en diciembre de 1874, se restauró la monarquía en España, con el pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos, en favor del príncipe Alfonso, hijo de Isabel II, que reinaría como Alfonso XII. Un joven Alfonso XII que accedía al trono con 17 años de edad.
En 1872 Alfonso había coincidido con su prima María de las Mercedes en la fiesta de Pascua de Navidad, contando él con 15 años y ella con 12, pero, pese a su juventud, el enamoramiento fue mutuo e instantáneo. Así lo reconoce el propio Alfonso, que pese a la oposición de su madre Isabel, dadas las pésimas relaciones con su cuñado Montpensier, padre de María de las Mercedes, como consecuencia de sus constantes conspiraciones, y del propio Presidente del Consejo Canovas del Castillo, impuso su voluntad de casarse con su prima, de la que está profundamente enamorado.
La boda se celebró en la Basílica de la Virgen de Atocha de Madrid el día 23 de enero de 1878. Los novios contaban con 20 y 18 años respectivamente, y fue todo un acontecimiento celebrado alegremente por el pueblo de Madrid
Sin embargo esa felicidad duraría poco, ya que después de un aborto sufrido por la reina su salud se resintió, y su creciente debilidad se complico con una infección de tifus, que acabaría con su vida el 28 de junio, a la edad de 18 años y apenas cinco meses después de su boda.
Se cuenta que el Rey cayó en una profunda melancolía y que se recluyó en el Palacio de Rio Frio para curar sus penas, aunque algunos historiadores comentan que no se encerró solo en el palacio de la dehesa segoviana, sino que lo hizo acompañado de quien fuera su amante, la cantante Elena Sanz, con la que al parecer tuvo dos hijos.
A partir de este momento las crónicas populares comentan que el Rey se convirtió en un personaje taciturno, bebedor y mujeriego, con permanentes escapadas de Palacio buscando la compañía de actrices, cantantes y juerguistas, siendo algunos de sus acompañantes habituales José Isidro Osorio y Silva-Bazán, Duque de Sesto, Fabián Gómez y Anchorena, conde del Castaño, y el Coronel Jefe de su Regimiento de Escolta Jacinto de León y Barreda.
Como consecuencia de las presiones de su madre y del Gobierno, que exigían al Rey que garantizase la descendencia a la Corona, Alfonso volvió a casarse, esta vez con la Princesa Austríaca María Cristina de Habsburgo-Lorena, matrimonio que se celebró el 29 de noviembre de 1879, y si bien es cierto que el Rey no estuvo enamorado de su nueva esposa, esta le dio tres hijos, entre ellos el póstumo Alfonso que nació como Rey Alfonso XIII tras la también temprana muerte de su padre por tuberculosis en 1885 a la edad de 27 años, y que fue una gran Reina Regente hasta la mayoría de edad del Rey Alfonso XIII en 1902.
Artículo publicado en el suplemento dominical de LA GACETA - ESTILO G del 10 de febrero de 2013
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