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lunes, 4 de noviembre de 2024

OTRA VEZ LA SOLEDAD tuya

 


Todos conocéis mi amor por la soledad, en gran medida explicada por la influencia que encuentro en autores como Kant, Schopenhauer, Chesterton. Kierkegaard, Jung, o Rilke, que me van a servir de inspiración para escribir esta “Reflexión”.

Pero en esta ocasión tan sólo voy a hablar de la soledad querida, buscada, deseada, lo que yo llamo “Mi Castillo”, donde nadie más que yo puede entrar, salvo invitados que considere de interés y tan solo durante breve tiempo y que procura la sanación de las heridas sufridas en el corazón o la mente.

Y ¿a qué se debe ese mi amor por la soledad? entre otras cosas porque la intolerancia llega a tal nivel que las personas inteligentes tienen prohibido pensar para no ofender a los imbéciles.

Y no podemos olvidar que lo que más odia el rebaño es a aquel que piensa de modo distinto, no tanto por su opinión en sí misma, sino por la osadía de querer pensar por sí mismo, algo que ellos no saben hacer.

De todos modos, al abordar esta reflexión sobre la soledad, me pregunto de qué me sirve contar mi soledad al mundo si solo aquellos que también amen la soledad podrán comprenderme, aunque es principio inviolable de mi pensamiento que quien se haga amigo de la soledad, y llegue a amarla, habrá adquirido una mina de oro.

Y, para ello, he empezado a intentar vivir más seriamente por dentro, lo que, además, me permite empezar a vivir más sencillamente por fuera.

No en balde, el hombre inteligente busca una vida tranquila, modesta, defendida de infortunios, y si quiere llegar a ser un espíritu superior, escogerá la Soledad.

Como consecuencia de ello, no lamento las personas que he perdido con el tiempo, sino que lamento el tiempo que perdí con ciertas personas porque las personas no me pertenecían, pero el tiempo sí, y además, no me preocupa que aquellas hayan tratado, en alguna ocasión, de robarme mis ideas, lo que reamente ne preocupa que no las tenga propias


.

Algunos autores clásicos como Schopenhauer o Nietzsche, consideran que una persona no puede ser completamente ella misma, sino cuando está sola, y si no ama la soledad es porque no ama la libertad, pues únicamente se es libre cuando se está solo.

Por otra parte, no olvidemos que la tristeza es causada por la inteligencia, pues cuanto más entiendes ciertas cosas, más desearías no comprenderlas, al tiempo que nos hacemos más solitarios a medida que conocemos bien a la gente, en cualquier caso no hace falta vengarse. La mala gente se destruye sola.

Lo que me lleva a la conclusión de que no todo el que sonríe es feliz, existen lágrimas en el corazón que no llegan a los ojos.

Lo que uno es para sí, lo que le acompaña en la soledad y que nadie puede darle o quitarle, es manifiestamente más esencial que todo lo que posee o lo que pueda ser a ojos de los demás, por ello no le tengo miedo a la soledad. La gente es infinitamente más peligrosa.

Así que no me subestiméis, sé más de lo que digo, pienso más de lo que hablo y me doy cuenta de mucho más de lo que creeís.

Soy de la vieja escuela, vivo en base a principios y códigos, donde la conciencia no se compra. Y la seriedad y la lealtad son prioridad.

Hasta que no te sientas cómodo estando solo, nunca sabrás si estás siendo elegido por alguien, por amor o por soledad.

Aprender a estar solo es el primer paso hacia la libertad, no hay amor propio sin soledad porque en ella nos revelamos el ser que realmente somos.

En cierta ocasión me dijeron que era una persona peligrosa, les pregunté por qué y su respuesta fue porque no necesitaba a nadie para hacer las cosas, ni para ser feliz, yo solamente sonreí, y pensé que igualmente peligroso es dar una espada a un loco o el poder a un depravado y no me puedo resistir a que Sánchez me venga a la memoria.

La izquierda, en contra de mis apreciaciones, es totalitaria e intolerante, y se cree con la superioridad moral suficiente para marcarnos lo que tenemos que hacer, a quién tenemos que votar, a cuántos inmigrantes en los lugares recibir y ya lo último como y cuando debemos morir.

De este modo, la intolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles.

Pensar diferente no es un delito, es un derecho y a veces un gran privilegio, aunque cuando no te dejas pisotear, la gente comienza a decir que tienes un carácter difícil.

 Al final, los verdaderos lujos son el tiempo, la salud, la buena compañía, una mente tranquila y la libertad de elegir qué quieres hacer.

En esta estúpida y tediosa época lo más excéntrico que uno puede hacer es tener cerebro y memoria, pero no, no sufro de amnesia, solo me acuerdo de lo bonito y de lo que quiero acordarme. Se llama memoria selectiva y es muy saludable tenerla.

La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes, y concede al hombre dotado de grandes cualidades intelectuales, una doble ventaja, primero le proporciona la posibilidad de estar consigo mismo y segundo, la de no estar con los demás.

Por eso estoy siempre conmigo, y es este yo quien me atormenta, aunque encuentre más soportable estar siempre solo que no poderlo estar nunca.

Lo que hace a los hombres sociales es su incapacidad para soportar la soledad, y con esta, su propio yo, y es su vacío y desencanto interiores la que los motiva a buscar la compañía ajena.

Las personas buscan estar acompañadas porque no se encuentran bien consigo mismos. Necesitan compañía para salir el aburrimiento que se preocupa se fijan mucho. En lo que hacen los demás y se preocupan por lo que opinan de ellos.

Al final, los hombres vulgares han inventado la vida de sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos.

Así que si es triste no tener amigos, más triste debe ser no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga es señal de que no tiene ni talento, que haga sombra ni valor que le teman, ni honra, que le murmuren, ni bienes que le codicien, ni cosa buena que le envidien.

De este modo, los hombres insignificantes luchan continuamente por llamar la atención. Los realmente importantes tratan de pasar desapercibidos.

¿Qué belleza guardan aquellos que no encuentran su lugar fácilmente entre tanta gente? Tal y como está El Mundo es un privilegio. ¿Porque no encajan?

En todo caso mi soledad no depende de la presencia o ausencia de personas. Al contrario, odio a quien roba mi soledad sin, a cambio, ofrecerme una charla profunda o que te haga ver cosas que tú no ves. Que te enseña a mirar con otros ojos..

Entendedme. No soy de un mundo ordinario. Tengo locura. Vivo en otra dimensión y no tengo tiempo para cosas que no tienen alma. Mi manera de pensar es tan diferente, que por eso no encajo con casi nadie.

Solo los locos y los solitarios pueden permitir ese el lujo de ser ellos mismos, porque los solitarios no necesitan complacer a nadie y a los locos no les importa ser comprendidos.

Se necesita ser una persona muy fuerte. Para sentarse a solas y calmar sus tormentas.

Cuando realmente somos nosotros mismos, muchas personas se alejan, pero esto crea el espacio necesario para que la gente adecuada llegue.

Tenemos que aprender a estar en soledad y entender que el silencio no es siempre tristeza, sino que a veces es paz. Incluso los genios más destacados hacen uso del retiro, de modo que la nostalgia es generada por su ausencia los vuelve más estimados.

Estaba buscando la carga más pesada y me encontré a mi mismo.

Nadie vivió mi vida ni lloró mis lágrimas, entonces nadie tiene derecho a juzgar mi forma de ser.

Tienes que estar dispuesto a caminar solo. No todo el que empieza a caminar contigo acabará el paseo a tu lado.

Que no te engañe mi tranquilidad, te mostraría el infierno si quisiera; sólo aquellos árboles cuyas raíces han tocado el infierno pueden crecer hasta el cielo.

Todo aquel que se complace en la soledad es o una bestia salvaje o un Dios y yo acepto que se me encasille en cualquiera de las dos opciónes

Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro es fácil. Lo difícil es criar un hijo. Regar el árbol, y que alguien lea el libro.

Ama tu soledad. Y soporta el sufrimiento que te causa.

Si te molesta lo que hago con mi vida, te ofrezco mis más hipócritas disculpas.

Y para concluir esta Reflexión, como siempre, os traigo una nueva pieza musical, hoy, por su belleza, Barcarolle de la obra “Les Contes d'Hoffmann” interpretada por Anna Netrebko & Elīna Garanča – Offenbach

©2024 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA


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