Páginas

martes, 25 de octubre de 2022

CONTESTO A UNA CRÍTICA

 


He de reconocer que tras una etapa llena de creatividad, he llegado a ese punto en el que las musas me han dado la espalda y por mucho que lo intente, me da la impresión de que me he quedado sin nada que contar.

Releo clásicos, estrujo mis recuerdos, consulto mis notas y mis apuntes….

Y nada…

La Musa de la elocuencia, la bella Calíope, debe tener otros menesteres en los que ocuparse, o tal vez esté entretenida en dulce plática con sus hermanas, las demás hijas de Zeus y Mnemosine, y no se adivina que pueda tener ninguna intención de inspirarme alguna breve idea con que deleitarme y tratar de no aburriros.

Podría, como hizo Dante al comenzar a describir su segundo Infierno, en la Divina Comedia, implorar a las Musas su ayuda:

Oh musas, oh altos genios, ayudadme!

¡Oh memoria que apunta lo que vi,

ahora se verá tu auténtica nobleza!

    Pero aunque procedo a su invocación, hoy, por lo visto, estoy condenado a su desprecio.

De todas formas, haciendo un esfuerzo llego a la conclusión de que nuestros pensamientos, se construyen como un rompecabezas, encajando piezas y sin soportes adicionales, y siempre los consideramos brillantemente únicos y exclusivos, cuando realmente no lo son.

Tal y como decía Nietzsche:

“Lo que distingue a una verdadera cabeza original no es ser la primera en ver algo nuevo, si no el ver como nuevas las cosas viejas, conocidas de antiguo, vistas por todo el mundo y no tenidas en cuenta por nadie.”

   Así que hablando de mis pensamientos, que no considero ni únicos ni sublimes, debo hacer mención a la crítica que a ellos ─expresados a través de estas mis reflexiones heteróclitas─ hace uno de mis, todos muy queridos, lectores, que me critica por excesivamente partidistas.

    Me dice:

“No cabe duda de que todas las posiciones son respetables, defendibles..., pero cada uno elige el tipo de cancha para sus juegos, incluidos los intelectuales...; yo prefiero debates cuidadosos, lo menos personales posible; partir, en la esfera política, de la inexistencia de verdades absolutas, ni mentiras abrumadoras..., busco la perplejidad, disfruto con la Ciencia en sus enormes posibilidades y tonalidades; me gustan las chispas, las intuiciones..., los sueños, los relámpagos...”

   Agradezco enormemente la crítica, y omito su identidad, que sólo a él interesa, pero creo que se puede decir algo en relación con sus argumentos.

Comparto, en esencia y en su conjunto, la reflexión que me hace.

Efectivamente “Cada uno elige el tipo de cancha para sus juegos, incluidos los intelectuales...” pero lamentablemente yo no sé expresar “las chispas, las intuiciones..., los sueños, los relámpagos...” provocados por mis neuronas si no es a través del filtro de mis “principios”, de mis “Verdades Absolutas” y consecuentemente de mis “Mentiras Abrumadoras...”, y en ocasiones no comparto como tales las verdades o mentiras que son substrato del pensar de otros, pero me enriquece conocer la forma en que las mismas son filtro del pensamiento de los demás.

E incluso, en mi proceso intelectual, en ocasiones, me planteo si mis verdades y mis mentiras no serán menos verdad, o menos mentira, atemperadas por las verdades y mentiras que son base de las reflexiones de otros.

En cualquier caso, las dudas que pudieran surgirme son siempre metódicas y no escépticas. 

Pues como dice Descartes:

“los escépticos dudan por dudar y hacen de su duda puro afectamiento”

Continúa diciéndome mi querido amigo que:

“No me gustan tus cánticos a la responsabilidad de los tuyos... frente a los desastres izquierdistas, continuos, numerosos, ininterrumpidos... de Chaves, Evo Morales Sánchez, Iglesias o el resto de la izquierda patria.”

    Desde la perspectiva de esas verdades-mentiras, de los “principios”, que conforman mi base intelectual, no tengo duda alguna de que Chaves, Evo Morales, Castro, Sánchez, Iglesias y la izquierda patria e internacional, en su conjunto, están instalados “continua, numerosa e ininterrumpidamente” en el desastre izquierdista, pero al mismo tiempo, y partiendo de mis raíces intelectuales de base ecléctica “conservadora” y “liberal”, parafraseando a un viejo político del tardofranquismo y de los principios de la democracia, siento, en ocasiones, el olfato de los míos” en el cogote y pienso

“Al suelo, que vienen los nuestros”

cuyas actitudes, planteamientos, e incluso formulaciones teórico-ideológicas, a veces instalados en el “desastre derechista”, se apartan mucho de los que son mis conclusiones intelectuales.

Lo que más me ha sorprendido es el talante izquierdista de mi amigo, a quien tenía por un moderado liberal. Será que los años le han avinagrado, como a un mal vino, y se ha dejado engatusar por la corrección política, o acaso viva instalado a la cómoda sombra de algún chiringuito subvencionado, de modo que concluye su invectiva diciéndome:

“Me gustaría proseguir recibiendo tus reflexiones, siempre que cumplas estas premisas...”

       No sé si seré capaz de darle gusto cumpliendo sus condiciones.

       Uno de los componentes peculiares de mi carácter, que impregna incluso mi quehacer intelectual, ha sido siempre el de la beligerancia, el de la búsqueda de la confrontación, el de la defensa, en ocasiones vehemente, de mis verdades y de mis mentiras.

Soy un polemista nato.

Y por lo tanto no sé si seré capaz de realizar ejercicios intelectuales tan asépticos y elevados como los que mi amigo me invita a realizar.

Espero su reacción ante mi contumacia intelectual en mis próximas reflexiones, aunque supongo que me castigará con el ostracismo borrando mis reflexiones, pues ni pienso cambiar mi estilo, ni voy a borrarle de la lista de mis potenciales lectores.

  Y concluyo como siempre con un video musical, en esta ocasión dedicado especialmente a mi amigo crítico: “MUSICA PARA HACER CACA” de Emma Shanahan, encontrada en YouTube


© 2022 Jesús Fernández-Miranda y Lozana


1 comentario: