Retrato
del General Puello por Ferrer Dalmau
Estados
Unidos vive la tormenta perfecta de su «Black lives matter», que se ha extendido hacia la “Hispanofobia” con el derribo de esculturas
que representan a personajes de nuestra historia que contribuyeron a forjar la
Nación norteamericana.
Sin embargo, las revueltas populares nada tienen que ver con la discriminación racial en EEUU.
Cierto que pudieron comenzar como consecuencia
de la muerte de George Floyd, un ciudadano negro, en una actuación abusiva de un
policía blanco, ya apartado del Cuerpo Policial y a la espera de juicio por su
acción, pero pronto degeneraron en una protesta financiada por los lideres
antisistema mundiales, especialmente Soros, convirtiéndose en un movimiento
revolucionario de corte anarquista antisistema, que más tarde o más temprano
acabará siendo reprimido por las autoridades, ya estatales, ya federales.
Y todo ese movimiento, en cuanto a su manifestación “hispanofóbica”
demuestra una incultura absoluta hacia lo que España y los Españoles
representaron para América.
Así, se acusa de esclavista a Colón y a los Reyes Católicos, cuando todos
los indígenas traídos por Colón a la Península, fueron devueltos a sus tierras
por orden Real.
De igual modo, ya en 1504, tan solo 12 años después del descubrimiento de
América, la Reina Católica dio instrucciones para que:
«No consientan ni den lugar que los indios reciban agravio alguno en sus
personas y sus bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados, y si
algún agravio han recibido, lo remedien».
La “Real Cedula de 1514” de Fernando el Católico, vino a avanzar en la colonización no esclavista de América, al autorizar los matrimonios mixtos, y reconocía de forma legal una realidad que se convertiría en una de las principales características de la experiencia colonial española, y cuyas consecuencias afectarían el entramado social de Sudamérica hasta nuestros días: el mestizaje, debiendo advertirse como mientras en EEUU y Canadá el porcentaje de población indígena o mestiza es del 3 o 4 %, en los países de habla hispana de sudamerica ese porcentaje es superior al 85%.
Por otra parte, en EEUU no se autorizaron los matrimonios mixtos entre blancos, indios o negros hasta los años 60 del s.XX.
Incluso se ha vandalizado una escultura de Cervantes, desconociendo que él mismo fue esclavo de los berberiscos en Argel durante cinco años, hasta su liberación por los padres trinitarios.
En cualquier caso, la esclavitud en España, que fue una práctica habitual en los diferentes reinos de la península ibérica durante la Edad Media, se abolió pronto en las posesiones españolas en América.
La esclavitud indígena fue abolida con las Leyes de Burgos en 1512, tan sólo 20 años después del descubrimiento.
En 1873 se abolió todo tipo de esclavitud, aunque de facto no había esclavos en la península ibérica desde 1766, cuando fueron expropiados por el Estado y vendidos a Marruecos o liberados.
Sólo Cuba y Puerto Rico quedaron expresamente exentas de cumplir la norma, pues amenazaron que si se abolía la esclavitud se unirían a los Estados Unidos.
La exención relativa a Puerto Rico fue derogada por la I República en 1873, y la de Cuba en 1886, si bien desde 1880 ya no se permitía la tenencia de nuevos esclavos
En cualquier caso, de entre las potencias colonizadoras, España fue
posiblemente la menos esclavista como consecuencia de la firma del Tratado de
Tordesillas en 1494, que impedía el transporte de esclavos desde África, entre
otros límites al comercio.
Tratados posteriores, como por ejemplo el firmado en 1713 con Inglaterra
cedían la totalidad del comercio de esclavos de raza negra a otras potencias.
Como consecuencia directa de esta política, en las regiones conquistadas por España apenas existieron negros.
Además, los esclavos tenían derechos impensables en otras latitudes, como el descanso dominical, establecer pequeños negocios de subsistencia y comprar su libertad. Y aunque hoy pueda pensarse lo contrario, tanto los indígenas americanos como los afrodescendientes fueron firmes pilares de la monarquía hispánica frente al independentismo americano. Se sentían protegidos por el Rey frente a las arbitrariedades de los criollos, oligarcas de origen español, como Simón Bolivar, perteneciente a una rica familia propietaria de minas de cobre.
Pero aquí no se acaba la historia colonial no esclavista americana de España, pues el primer General Negro con mando sobre soldados blancos, del que tenemos noticias en el mundo entero, lo fue Eusebio Puello y lo fue en 1861, un siglo antes de que EE.UU. tuviera alguno, cuando Benjamin Davis llegó a general en 1960.
Eusebio Puello y Castro nació en 1811 en Santo Domingo, el antiguo
territorio hispano que ocupaba la mitad occidental de la isla de La Española.
Ingresó en filas en 1824 y siempre demostró un gran valor y una extraordinaria
capacidad de liderazgo, lo que le proporcionó una meteórica carrera durante las
guerras de la República Dominicana contra sus vecinos de la República de Haití.
En 1859 y ante las continuas invasiones haitianas, Santo Domingo solicitó la anexión a España para protegerse de sus violentos enemigos.
Puello sería
admitido entre las tropas españolas en 1861 con el grado de mariscal de campo
(general de división). Pronto tuvo que hacer frente a la sublevación de sus
compatriotas opuestos a la anexión, que abrió desde 1863 un período de casi
tres años de guerra, en la que participaría del lado de España en innumerables
combates.
España decidió abandonar su presencia en Santo Domingo en 1865. Los
numerosos dominicanos que, como Puello, habían apostado por España se vieron en
la necesidad de emigrar a Cuba o Puerto Rico. Como otros muchos
afrodescendientes libres convivieron con los rescoldos de una esclavitud que,
debido a los intereses de los oligarcas y hacendados antillanos, no sería
abolida definitivamente hasta 1888.
Puello
había sido condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Carlos III por su
actuación en Santo Domingo. Al estallar la sublevación
independentista cubana en 1868, empuñó nuevamente las armas, ahora para
defender la integridad nacional de su país de adopción. Mientras otros
compañeros dominicanos emigrados eligieron unirse a los rebeldes cubanos,
Puello participó en numerosas operaciones militares -siempre al mando de
tropas españolas de raza blanca- contra los mambises, como eran llamados los insurrectos.
A mediados de 1869 fue nombrado comandante general del Departamento Central
o de Camagüey, con sede en Puerto Príncipe. Allí fortificó la ciudad, reparó
las líneas de ferrocarril y animó a los habitantes, muy afectados por el hambre
y las enfermedades tropicales.
El 30
de diciembre de 1869, al mando de una columna compuesta por unos 1.200 hombres
(Batallones de Chiclana, La Unión, Reina y Voluntarios de Madrid; Infantería de
Marina, Caballería, Ingenieros y 4 piezas de artillería) atacó y ocupó el
pueblo de Guáimaro, que las fuerzas insurrectas habían establecido como su
capital.
El 1 de enero de 1870 se enfrentó en Las minas de Juan Rodríguez (en el
camino de Guáimaro a Palo Quemado) a las tropas rebeldes dirigidas por el
aventurero norteamericano Thomas Jordan (un antiguo general del ejército
confederado) y el líder independentista Ignacio Agromonte. En esta acción, sus
tropas sufrieron 223 bajas y Puello resultó herido en el asalto a pecho descubierto
contra un enemigo fuertemente atrincherado y emboscado, que le esperaba con el
grueso del ejército rebelde. Su arenga a sus soldados bisoños fue:
«¡Soldados! ¡Yo que soy negro, me ofrezco como blanco a los
enemigos de España! ¡Adelante!»
Cuatro meses más tarde y tras recibir críticas por deficiencias en la
administración y organización de sus tropas, Puello sería relevado del mando de
Camagüey y, aunque estaba dispuesto a seguir cumpliendo con su deber hacia
España, no volvería a dársele ningún mando en campaña.
A las secuelas de sus muchas fatigas y heridas de guerra se unió el pesar
de sentirse apartado y olvidado. Pocos meses después, un 15 de diciembre de
1871, el valiente, honrado y leal general fallecía en la ciudad de La Habana,
rodeado de sus diez hijos, fruto de su unión con cinco esposas diferentes.
Sin embargo, puede que Puello no sea el
primer negro con rango de General en el ejército español, pues hay un personaje
llamado Georges Biassou que ostentó dicho rango, aunque no al mando de tropas
regulares sino de los “auxiliares negros”.
George Biassou nació en 1741 en Haití hijo
de esclavos traídos de África para trabajar en la isla, y murió en 1801, en San
Agustín (Florida) fue un prócer de la independencia haitiana y el primer líder
de los esclavos rebeldes de Haití.
El mismo Biassou fue esclavo de Los Padres
de la Caridad, trabajando en plantaciones de azúcar.
En 1791, miles de esclavos se levantaron y
se enfrentaron contra sus dueños blancos.
Biassou, que tenía en aquel momento
cincuenta años, se unió a ellos y pasó a asumir rápidamente la jefatura rebelde
con Jean Francois.
Biassou envío a 40.000 esclavos, para que
quemaran las plantaciones y asesinaran a los blancos.
En cuatro años de guerra, Biassou
desarrolló una importante reputación que provocó el desarrollo de leyendas
sobre su persona.
Dado que la isla de la Española, estaba
dividida entre España y Francia los esclavos decidieron luchar contra los
franceses uniéndose al bando español.
Allí, el gobernador español reclutó a los
esclavos rebeldes, ofreciendo a los líderes de la revolución haitiana libertad
para ellos y sus familias y posiciones en el ejército de Santo Domingo en la
guerra contra Francia.
El gobernador les dio armas, suministros,
ropa, salarios y la nacionalidad española.
Jean - Francois Papillón, Jorge Biassou, y
su ayudante Toussaint L'Ouverture recibieron medallas de oro y cartas de
agradecimiento y confianza por parte del gobierno español.
Biassou fue reconocido como "Caudillo
de los Auxiliares Negros de Carlos IV" en Santo Domingo y "Virrey de
los territorios conquistados".
Aunque el gobernador les estaba agradecido
por sus hazañas en la guerra contra Francia, cuando esta terminó, los
auxiliares negros fueron disueltos y enviados fuera de la Española, y con tanta
rapidez que Biassou no tuvo tiempo de vender su propiedad o encontrar a su
madre.
A Biassou y varios de sus seguidores se
les ordenó marchar a San Agustín (Florida).
Biassou se trasladó a Florida con su
familia y sus seguidores en 1795 y, allí, se instaló como un ciudadano libre
español.
El
gobernador español de Florida le nombró General de la milicia negra.
Jorge Biassou sirvió en el ejército
militar de San Agustín durante cinco años. Murió en 1801 a la edad de sesenta
años, como hombre libre y ciudadano español.
Tras su muerte, surgió un importante y
expontáneo reconocimiento de la posición del General Biassou como un oficial
condecorado de España, incluso reemplazando las distinciones raciales. Se le
honró con una misa y el Gobernador acompañó el cortejo fúnebre al cementerio de
la iglesia con tambores y una guardia negra de honor.
Jorge Biassou está enterrado en el
cementerio de Tolomato, aunque la ubicación exacta de su tumba se desconoce.
Como conclusión de esta reflexión, podríamos resumir diciendo que la esclavitud y el genocidio de indígenas, no llegaron a América en la Pinta, la Niña y la Santa María en 1492, sino con el Mayflower en 1620.
Y concluimos esta reflexión con la “Marcha
de Infantes” que es la marcha de honor a los Generales, según las vigentes
ordenanzas militares.
©2023 JESÚS
FERNÁNDEZ-MIRANDA
Y LOZANA
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