El pasado mes de octubre publiqué, en el diario EL DEBATE, un artículo titulado “SUPREMACISMO ISLÁMICO” que puede leerse pinchando en su título resaltado.
Hoy
ese SUPREMACISMO ha alcanzado la categoría de “BARBARIE” en Francia, nuestro
país vecino.
La
realidad es tozuda y desmonta con los hechos los mantras del
“multiculturalismo” que los políticos de la UE han venido fomentando y
amparando durante los últimos años en línea con la Agenda 2030 y las consignas
del Foro de Davos y sus organizadores del Foro Económico Mundial (EWF) dirigidos
por el peligroso fanático Klaus Schwab.
La
violencia desatada en Francia por consecuencia de la muerte de un delincuente
argelino de 17 años que se saltó un control policial en un vehículo robado que
conducía sin carnet, demuestra la falacia de las bondades de la inmigración
descontrolada, y de la impunidad con que el Islam campa a su aire en los países
europeos, pero, lo que es más grave, demuestra la incapacidad de sus
gobernantes de controlar los excesos del SUPREMACISMO que ya entonces denunciábamos.
La política de promoción de la inmigración, capitaneada por la canciller alemana Merkel y seguida por la UE —como un elemento sustancial de la Agenda 2030— además de un error, es una total falacia contradictoria, pues mientras se fomentan los derechos de minorías sociales como las LGTBI o los derechos de las mujeres, se abona la colonización europea por parte de los musulmanes que no respetan o incluso persiguen a sangre y fuego aquellos derechos, "ejecutando" a los homosexuales y manteniendo a la mujer discriminada y sometida al hombre conforme a las enseñanzas del Corán.
Ya
Ben Bela advirtió que Europa sería colonizada por los musulmanes a través del
vientre de sus mujeres, mientras que Hassan II Rey de Marruecos, en entrevista
concedida a la TV F1 en 1992 avisó que los marroquíes nunca serían verdaderos
franceses pues la integración de culturas tan dispares como la cristiana
europea y la musulmana africana era “imposible”.
Y
hoy vemos los resultados de esas predicciones, pues europeos de tercera
generación, descendientes de inmigrantes, y de fe musulmana, son los que están
incendiando Francia, creando Guetos y zonas “No Go” y violentando la paz
social con su intransigencia dogmática ultra religiosa en numerosos países
europeos.
Toda esta situación está fomentando el auge de movimientos políticos de derecha nacionalista en varios países de Europa, como Holanda, Italia, Grecia, Suecia, Finlandia, Irlanda, Polonia, Hungría, Chequia, Letonia, Lituania, o Croacia, y es muy posible que los tories ingleses giren hacia posiciones más nacionalistas y conservadoras y que en España gane la derecha las próximas elecciones del 23 de este mes de julio.
Pero
el buenismo woke de la izquierda europea es incapaz de ver y combatir el
problema.
Ya
el académico francés Gilles Kepel, politólogo especialista en el Islam, temía y
adelantaba la proximidad de una guerra civil en Europa, pues un número cada vez mayor de jóvenes
musulmanes, hijos y nietos de inmigrantes, con pocas perspectivas de empleo, están conformando lo que él llama
la «generación Yihad», cuyo objetivo es «destruir la sociedad europea
occidental y democrática a través de una guerra civil para construir una
sociedad islámica sobre sus cenizas".
Durante
el Gobierno de Aznar se procuró fomentar la inmigración desde países
hispanoamericanos, ya que su población era más integrable que la musulmana, por
ser de cultura hispana, mayoritariamente cristiana e hispanohablante, pero ese
deseo fue abandonado en beneficio de las políticas pro islámicas
socialcomunistas de los gobiernos sanchistas.
Ello
me lleva a recordar las palabras de la intelectual exiliada rusa Nadiezda
Mandelstam:
«La atracción de los comunistas por
el Islam no es casual. El determinismo, la disolución del individuo en la
sagrada militancia, el orden que aplasta al individuo. Todo eso les atrae más
que la doctrina cristiana del libre albedrío y el valor de la personalidad
humana».
Y
esa incontrolada inmigración de musulmanes ha estado siendo favorecida, por el
socialcomunismo, con subsidios, ayudas económicas, sanidad y educación
gratuitos, impunidad en la okupación, ocultación de identidad en las
violaciones y otros delitos cometidos, etc.
El tema no deja de ser delicado, en cuanto afecta a lo que la izquierda engloba demagógicamente dentro de los “Derechos Fundamentales” en el capítulo de la islamofobia y la xenofobia, pero creo que es imprescindible denunciar la situación existente, los riesgos —hoy en día ya violencia desatada— de la política migratoria de la UE inspirada en la Agenda 2030 multiculturalista, y la necesidad de defender nuestra cultura europea, basada en la libertad, los derechos de los ciudadanos y la aconfesionalidad de las instituciones, sin renunciar a sus raíces cristianas frente al inadmisible SUPREMACISMO ISLÁMICO.
Y para concluir, os traigo un nuevo video musical, conforme a mi costumbre.
Hoy el "Himno al Apóstol Santiago", cantado durante la visita de Benedicto XVI a Santiago de Compostela, mientras se balanceaba el "Botafumeiro"
© 2023 Jesús Fernández-Miranda y Lozana
Con tantos problemas que nos acosan en nuestro propio país y con la prensa, las televisiones y las redes sociales inmersas en las próximas elecciones, no estamos advirtiendo que España se está convirtiendo en el relleno de un bocadillo explosivo: el islamismo, tanto desde Francia por el Norte, como apunta el artículo, como Marruecos por el Sur. Y por si esto no fuese suficientemente preocupante, ahí tenemos asomando la cabeza a Erdogan, intentando por todos los medios entrar en la OTAN.
ResponderEliminarY nosotros discutiendo si ayer ganó el debate Sánchez o Feijóo. Que mundo de locos, la verdad….., casi apetece volver a ser niños para disfrutar y soñar con las películas clásicas de Walt Disney. Y digo bien clásicas, porque con esto del feminismo hasta este sueño infantil nos lo quieren cambiar.
Disculpen el error a mi anterior comentario, dije OTAN en lugar de UE.
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