La isla Dobu es rocosa, volcánica, solamente alberga escasos depósitos de
tierra vegetal y proporciona poca pesca.
Según
nos relata Erich Fromm en su obra “Anatomía de la destructividad humana” los dobuanos
no se caracterizan por el hecho de su pobreza, sino por su peligrosidad.
Se dice de ellos que son magos con poder diabólico y guerreros que no se detienen en la traición.
Hace
un par de generaciones, antes de la intervención de los blancos, eran
caníbales, en una zona donde muchos pueblos no comen carne humana.
No
tienen leyes y son arteros.
La
mano de todo hombre se levanta contra cualquier otro hombre.
Dobu
no tiene jefes sino “magos maléficos” que con sus hechizos alcanzan el poder.
En
sentido estricto no tiene legalidad.
Y
esto, no a causa de que los dobuanos vivan en un estado de anarquía, como
"el hombre natural" de Rousseau, todavía no trabado por el contrato
social, sino porque las formas sociales de Dobu premian el mal y la felonía y
hacen de ellas virtudes aceptadas en su sociedad.
Los
que viven juntos se hacen, entre sí, daño sobrenatural y real continuo.
Juegan
con la devastación de la cosecha del prójimo, traen confusión en sus cambios
económicos, causan enfermedad y muerte.
Cada
uno usa la magia de sus hechiceros para estos fines, y la usa en todas las
ocasiones.
La
violencia de los dobuanos, su desconfianza recíproca y su malevolencia, están
groseramente reflejadas en su religión, y proyectan, sobre sí mismos y sus bienes,
la malignidad que muchas sociedades han reducido mediante sus instituciones.
El
dobuano vive sin reprimir las malas pesadillas del hombre, la mala voluntad del
universo; y, de acuerdo con su visión de la vida, la virtud consiste en elegir
una víctima sobre la cual descargar la malignidad que atribuye a la sociedad
humana y a los poderes de la naturaleza.
Toda
existencia se le aparece como una lucha feroz en la que adversarios mortales se
enfrentan en una contienda por cada uno de los bienes de la vida.
A ellos se refiere Ortega y Gasset en unas notas
preparatorias de un “Comentario al banquete de Platón” escritas en Portugal
hacia 1940 ─según relataba su discípulo Julián Marías en su artículo “El fin de
los Dobuanos” publicado en el diario la Vanguardia de Barcelona el 11 de mayo
de 1975─ definiéndolos como paradigma de la existencia de lo que sería
“contramoral” o “contraetica” elevadas a la categoría de "ética" o
"moral".
Y concluye Ortega afirmando que los dobuanos son el
reflejo de lo malvado (según concepciones occidentales) elevado a la categoría
de bueno. ─Nuevamente desde nuestras perspectivas occidentales romano judeocristianas─
Y hete aquí que nuestros políticos de la extrema izquierda,
los que sustentan el gobierno Sanchista/Socialcomunista de Antonio, y él
mismo, anclado electoralistamente en el más rancio populismo comunista bolchevique, se
asemejan, y mucho, a los dobuanos definidos como inmorales y antiéticos por
Ortega y Gasset, ya que:
• No se detienen en la traición ni en la mentira.
• No respetan la Ley.
Victimas que hoy en día son los hombres ─varones humanos─ los niños, o quienes no pertenecen a su tribu ideológica, a quienes persiguen cruelmente procurando su permanente humillación y la negación de sus libertades y sus derechos.
Dios nos libre, pues, y lo antes posible, de los dobuanos
en que se han transmutado los inmisericordes políticos de la Extrema Izquierda
que nos gobierna.
Y terminemos con un nuevo video musical, como es nuestra costumbre.
Una danza y canción de Papúa, ya que, siendo imposible confraternizar con sus gentes, no hay ninguna imagen de los aborígenes de Dobu.
Nunca había oído hablar de los dibuanos, pero si es cierto que se asemejan a nuestra política de extrema izquierda, como decía Ortega y Gasset y usted mismo corrobora en su artículo de hoy, que Dios nos coja confesados. Tremendo panorama el que se nos presenta como no cambiemos la situación con nuestro ya cercano voto. Interesantísimo artículo, muchas gracias
ResponderEliminarEl mal como camino, el puedo y lo hago. En definitiva lo animal contra la civilización. Y ya sabemos como acaba todo esto...
ResponderEliminarEl mal en estado puro, el puedo y lo hago. En definitiva el caos contra la civilización. Y ya sabemos como acaba todo esto...
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