El contenido de este POST, comprendo que pueda resultar irreverente para muchos católicos bien pensantes, educados en el principio de respeto al Papa.
Sin embargo, mi fe se sustenta en la razón, como enseñó el Papa Benedicto XVI, y ello me lleva a ser crítico con el Vaticano y el Papa cuando mi razón me inclina a pensar que sus planteamientos son erróneos, y con la excepción de las ocasiones que el Papa hable "ex cátedra", lo que no se ha producido desde hace tiempo
En su momento publiqué un POST llamado “LOS DESLICES DOCTRINALES DEL PAPA NEGRO” en el que explicaba que “PAPA NEGRO” es la forma en que tradicionalmente se ha llamado al superior de los Jesuitas, dado el poder que tiene en la Iglesia, afirmando que lamentaba poder escandalizar con mis críticas a los Católicos bien intencionados que defienden al Papa a toda costa, a quien llamo "Papa Negro" por ser el primer jesuita en alcanzar la cátedra de San Pedro.
Siempre he considerado un grave error de Bergoglio su indisimulada
beligerancia anticapitalista y eco climática, que se ha manifestado sin ambages,
en su encíclica “Laudato si” de 24 de mayo de 2015, en la que se muestra firme
partidario de la teoría de la “Culpa humana en el cambio climático” materia
sobre la que no existe consenso científico, pero que gusta mucho a los
ecologistas izquierdistas, ligado a las críticas al capitalismo.
Lo
primero que lamento es que el Papa no se haya informado de que tras las
posiciones oficialistas de los luchadores contra el Calentamiento global no se
esconde sino un claro posicionamiento político de la ONU, que arropa en este
terreno posiciones Malthusianistas, tanto de las izquierdas, anti sistémicas y
ecologistas, como de los ultra capitalistas conservadores, todos los cuales
sostienen el origen antropológico del calentamiento del clima en nuestro
planeta, con unos fines igual de oscuros pero que, aún dispares, les hacen ir
de la mano en este asunto, como son, para la izquierda considerar el
Maltusianismo una fórmula para forzar la desalienación de los pueblos y allanar el
camino a la revolución y para la derecha un instrumento para frenar la
competencia que implica el desarrollo de los países emergentes y del tercer
mundo.
Ello
queda demostrado por un hecho, que no se escapará a ningún observador avispado,
como es que las medidas propuestas por el Protocolo de Tokio y otras
recomendaciones de IPCC, no centren la exigencia de actuaciones en los países
desarrollados, con capacidad de inversión en medidas reductoras de la emisión
de CO2, sino sobre las economías de los países emergentes, a quienes se culpa
de una actuación antiecológica e irrespetuosa con las directrices contra el
cambio climático del IPCC en favor de sus economías. El Tema ya
lo hemos abordado en nuestro post MALTHUSIANISMO
Sin
embargo, mi pregunta en esta situación es: ¿Qué pinta el Papa tomando posición
en un debate científico de controversia irresoluta ─polémica analizada en
nuestros posts a los que se puede acceder clickando en su nombre LA AMENAZA REAL DEL CAMBIO
CLIMÁTICO, REFLEXIONES DE UN CLIMAESCÉPTICO y NEUROSIS CLIMÁTICA─, tomando partido por una causa propia de los sectores izquierdistas de
la propia Iglesia?
De
todos modos, ya os advierto que este POST no será breve, dado lo delicado e
importante que es el tema que trataremos.
Lamentablemente,
y con todo mi respeto al Papa Francisco en su labor de Papa, y mi consideración
hacia él como un hombre Santo, lo cierto es que con su posicionamiento en esta
materia, puede acabar metido en camisa de once varas, entrando a tomar partido
por una de las partes en conflicto en un debate científico complejo, delicado y
en plena ebullición, en donde su autoridad de Obispo de Roma no le atribuye
mayor conocimiento que a cualquier otro lego en la materia, cediendo a los
posicionamientos de los sectores más progresistas de la Iglesia y a asesores
poco informados en la materia, partidistas e imprudentes, que le hacen entrar
en un posible callejón sin salida, poco recomendable y ajeno a su labor
pontificia.
Ya lo dice Gabriel Albiac:
“Eso a la cual llamamos
naturaleza ─despliegue inacabable de fuerzas materiales─ puede ser figurado
bajo cualquier metáfora. Menos bajo esa, estúpida, de lo bueno o lo bello, que
tantísimo satisface a bucólicos y ecologistas (…) Una inteligencia básica
debería bastarnos para sospechar que decir «naturaleza» es decir «no sé y no
quiero saber que ignoro”.
Por
tanto, que nadie mal aconseje al Papa para entrar en materias que para él, que
no es un experto climatólogo ni naturalista, son esquivas y farragosas como
para cualquier lego, por muy bienintencionado que sea. Acepte, Santidad, como
dice el pasaje de los Evangelios, que a veces es preciso
“Dar a Dios lo que es de
Dios y al Cesar lo que es del Cesar”
Pero
lo más grave del asunto es que el Papa no vaya a centrar su primera encíclica
─puesto que la firmada por él “Lumen Fidei” es prácticamente obra de Ratzinger─
en asuntos espirituales, que se supone deberían ser su prioridad, y ni tan
siquiera en asuntos terrenales que conciernan directamente a la defensa de los
pobres y desfavorecidos del mundo, si no, precisamente, en un tema que
para ellos, para los pobres, es estrictamente “superficial” y que realmente
sólo interesa en los países de economías desarrolladas.
Qué
duda cabe que la defensa de la riqueza natural y biodiversidad de nuestro
planeta debería ser una prioridad paralela al desarrollo, pero eso no se puede
hacer castigando a los países en vías de desarrollo, frenando este,
precisamente, con políticas malthusinistas al albur de la lucha contra el
cambio climático.
El
asunto es bastante más complejo, e intervienen en él muchas más derivadas de
las que trata el Papa en sus discursos y encíclica de tinte ecologista. Estoy completamente
seguro de ello.
Es
precisamente en esa materia del “desarrollo sostenible y ecológicamente
respetuoso” donde deberían centrarse los esfuerzos internacionales más allá del
mero ─y puesto en cuestión─ “Calentamiento Global”.
Los
países en desarrollo precisan abordar sus procesos de industrialización con
ayuda de los países desarrollados y de las instituciones internacionales, pues
ese desarrollo es imprescindible para lograr una mejoría de la dignidad de los
ciudadanos desfavorecidos del mundo, por vía de su mejoría económica y por ende
cultural.
Centrar
el debate en el discutible problema del “Calentamiento Global” con medidas
claramente Malthusianistas, es errar el tiro, desviar la atención de los
problemas reales, y alinearse con los planteamientos más amorales y extremos
existentes en la materia.
De la
misma forma que eligió la isla de Lampedusa y el drama de la inmigración para
convertir su primer viaje apostólico en un alegato contra la “globalización de
la indiferencia”, Bergoglio ha querido que su encíclica “Laudatio Si” se
convierta en una defensa apasionada de la ecología. Según fuentes del Vaticano,
la encíclica en la que Jorge Mario Bergoglio y un significativo grupo de
asesores –entre los que destacan el cardenal ghanés Peter Turkson y los
teólogos argentinos Carlos María Galli y Víctor Manuel Fernández-- llevan
trabajando desde otoño de 2013 se centra en la enorme preocupación, que Bergoglio
nunca ha ocultado, ante lo que considera uno de los más grandes desafíos de la
humanidad, “la custodia de la creación y la ecología”.
Ya no
queda ninguna duda de que el jesuita Bergoglio, se esperara o no ser elegido
Papa tras la renuncia de Joseph Ratzinger, tenía muy claro desde el primer día
su proyecto de Iglesia. No sólo porque sus primeros desplazamientos por él
elegidos una vez designado Papa –las islas de Lampedusa y Cerdeña— quisieran
escenificar el viaje hacia las periferias de la inmigración y el paro, sino
porque ya en la primera misa de inauguración del pontificado, el 19 de marzo de
2013, subrayó la importancia de “custodiar la naturaleza”.
Dijo entonces que Francisco de Asís, en cuyo nombre y mensaje quiere inspirar
su papado, representa el modelo de vida austero, respetuoso con la creación,
tan lejano a la actual “cultura del descarte”, por culpa de la cual en unos
países se derrochan de forma caprichosa alimentos y recursos naturales mientras
en otras latitudes millones de personas mueren de hambre. Sólo cuidando la
naturaleza, advirtió el Papa, es posible también “custodiar a la gente,
preocuparse por todos, especialmente por los niños, los ancianos, los más
frágiles”.
Han
sido muchas desde aquel día las referencias de Francisco a la protección de la
naturaleza, tanto a lo largo de sus viajes como en las audiencias en la plaza
de San Pedro. El pasado mes de mayo, ante unos 100.000 peregrinos llegados de
todo el mundo, Bergoglio advirtió:
“La
naturaleza no es una propiedad de la que podamos abusar a nuestro antojo, ni
mucho menos es la propiedad de unos pocos, sino un don de todos, que debemos
custodiar. Si destruimos la creación, la creación nos destruirá a nosotros.
¡Nunca lo olvidéis!”.
Bergoglio
ha sacado a colación en varias ocasiones un dicho popular: “Dios
perdona siempre, los hombres algunas veces, la naturaleza nunca”. Y,
el pasado mes de julio, declaró: “Estamos destruyendo la
Creación. Matamos la naturaleza sin darnos cuenta de que nos estamos quedando
con un desierto, no con un jardín”. El
pontífice admitió que estaba escribiendo una encíclica que podría llevar el nombre
de “La ecología de la Humanidad”.
El
Papa ha querido que la parte doctrinal de su encíclica sea sustentada por los
dos máximos responsables del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, su
presidente, el cardenal ghanés Peter Turkson, de 66 años, y su secretario, el
obispo italiano Mario Toso, de 64 años, un prestigioso experto en teología y
filosofía, aunque “demasiado progresista” para algunos conciliábulos vaticanos.
La parte expositiva también ha sido redactada por dos de las personas más cercanas
a Bergoglio. El arzobispo Víctor Manuel Fernández, rector de la Pontificia
Universidad Católica de Argentina (UCA), y el sacerdote Carlos María Galli,
doctor en Teología por la UCA.
Pero
centrémonos en el análisis de los principales puntos de la Encíclica:
Existe
una evidente contradicción en alabar a:
“quienes
luchan con vigor para resolver las consecuencias dramáticas de la degradación
ambiental en las vidas de los más pobres del mundo.”
y la
necesidad de esos pobres de realizar actividades que, aún heterodoxas con las
doctrinas conservacionistas, les permitan salir de esa terrible pobreza.
La
acumulación de basuras sin control se produce más en los países no
desarrollados que en los desarrollados en los que el reciclaje y tratamiento de
residuos está muy avanzado, pero eso vuelve a caer en una incongruencia pues
sería tanto como pedir a los países no desarrollados que no tienen esos
procesos implantados que redujeran su consumo, incrementando su pobreza por mor
de no ·ensuciar el planeta
“…la
mayor parte del papel que se produce se desperdicia y no se recicla… “
Esta
afirmación, por ejemplo, es falsa
En
los países mayores productores de papel como son los escandinavos o Canadá y
EEUU existen planes de reforestación para suplir los árboles talados para la
fabricación de papel, de modo que por ejemplo en los países escandinavos la
superficie arbórea ha crecido en los últimos años casi un 20% respecto de la
existente en el momento en que se iniciaron estos planes, y nuevamente son los países no
desarrollados los que carecen de pantas de reciclaje y donde se produce ese
descarte del que “Francisco” nos habla.
Otra afirmación es que:
“La
humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios
de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento
o, al menos, las causas humanas que lo producen o acentúan.”… “numerosos estudios científicos señalan que la
mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran
concentración de gases de efecto invernadero (anhídrido carbónico, metano,
óxidos de nitrógeno y otros) emitidos sobre todo a causa de la
actividad humana”… ”Esto se ve potenciado especialmente por el patrón de
desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles, que
hace al corazón del sistema energético mundial. También ha incidido el aumento
en la práctica del cambio de usos del suelo, principalmente la deforestación
para agricultura.”…” A su vez, el calentamiento tiene efectos sobre
el ciclo del carbono. Crea un círculo vicioso que agrava aún más la situación,
y que afectará la disponibilidad de recursos imprescindibles
como el agua potable, la energía y la producción agrícola de
las zonas más cálidas, y provocará la extinción de parte de la biodiversidad
del planeta.”
El calentamiento originado por el enorme consumo de algunos países ricos tiene repercusiones en los lugares más pobres de la tierra, especialmente en África, donde el aumento de la temperatura unido a la sequía hace estragos en el rendimiento de los cultivos [[1]]
Esta última afirmación en concreto queda desmentida por este estudio del paleoclimatólogo Antonio Uriarte DESIERTOS MAS VERDES
Y
todas estas aseveraciones clima alarmistas contenidas en la Encíclica son,
cuando menos discutibles, y toman partido por la posición oficialista de la
ONU, pues no podemos olvidar que otro “nutrido grupo de científicos” englobados
en el PNICC (Panel No Intergubernamental del Cambio Climático) las desmienten,
tal y como apuntaba en ESTE post PANEL
NO INTERGUBERNAMENTAL DEL CAMBIO CLIMÁTICOOTRO de
Antonio Uriarte.
Por otra parte, el Papa hace una crítica
injustificada y fuera de lugar a la propiedad privada, en un guiño a los
movimientos progresistas de la iglesia de los países desarrollados y de los
movimientos populistas de los países en desarrollo al afirmar:
En algunos lugares, rurales y urbanos, la privatización
de los espacios ha hecho que el acceso de los ciudadanos a zonas de particular
belleza se vuelva difícil. En otros, se crean urbanizaciones «ecológicas» sólo
al servicio de unos pocos, donde se procura evitar que otros entren a molestar
una tranquilidad artificial. Suele encontrarse una ciudad bella y llena de
espacios verdes bien cuidados en algunas áreas «seguras», pero no tanto en
zonas menos visibles, donde viven los descartables de la sociedad. [[2]]
La tierra de los pobres del Sur es rica y poco
contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos para satisfacer
sus necesidades vitales les está vedado por un sistema de relaciones
comerciales y de propiedad estructuralmente perverso. [[iii]]
¿Sistema de propiedad estructuralmente perverso?
Recordemos
que el papa cita la declaración universal de Derechos Humanos en varios pasajes
de su encíclica, pero en este punto se olvida que el Derecho a la propiedad
privada también es un derecho esencial según su artículo 17. Otro guiño a la
progresía pro socialista vaticana y a las influencias marxistas
jesuítico/argentinas y el desconocimiento del papa de lo que es una verdadera
economía libre de mercado, lo que no existe, desde luego, en Argentina, en
donde ha vivido toda su vida.
Y,
por cierto, Santidad, ¿hablamos de ecología o de distribución de la riqueza?
El
resto de la Encíclica es más pastoral, centrándose en las escrituras y sus
recomendaciones de amor hacia la naturaleza, hacia la “Creación”, por lo que
voy a acabar aquí mis críticas.
Bien
haría el papa en no dejarse convencer tan fácilmente de cuestiones tan
espinosas, y centrar su actividad en lo que es su misión, ser jefe de la
Iglesia católica y velar por las cuestiones doctrinales y no científicas.
En este punto, y ante el entusiasmo de la ONU, no
puedo sino recordar las manifestaciones de GUY SORMAN en la entrevista
concedida al diario ABC de Madrid el 8 de abril de 2015, en el que, a la
pregunta: ¿Le gusta este Papa y lo que está diciendo?, contestó:
“Cuando
[el Papa] dice que la mayor preocupación de la Iglesia es cuidar de los pobres
estoy de acuerdo, lo apruebo. Es uno de los grandes papeles de la Iglesia. Pero
cuando empieza a hablar de problemas globales, como cuál es el mejor sistema
económico o el calentamiento global, él no sabe más que otros. Puede ser el
Papa, pero no conocer los temas. Creo que el Papa no es prisionero del tiempo,
sino de su época en Buenos Aires. El Papa se sirve del típico lenguaje de la
izquierda y de los jesuitas en Buenos Aires. En guerra con el Opus Dei (el Opus
Dei era partidario del mercado y los jesuitas estaban en contra), creo que todo
su pensamiento social está basado en una experiencia limitada y en un
conocimiento limitado, fruto de lo que vivió en Argentina, que nunca ha sido un
mercado libre. El Papa creía que vivía en un mercado libre y no es así, vivió
en una economía mafiosa, que es algo totalmente distinto.”
La misma tesis, en relación con la falibilidad de
las manifestaciones o pronunciamientos de los Papas a lo largo de la Historia
sobre temas ajenos a la religión, y concretamente a sus encíclicas de contenido
religioso, mantiene el economista norteamericano Thomas E. Woods en su obra
“PORQUÉ EL ESTADO SI ES EL PROBLEMA” [[iv]] quien
nos dice:
“(...)
Siento el más profundo respeto por los papas anteriores al Vaticano II cuyos
comentarios económicos lamento haber tenido que criticar en el presente
estudio. Eran hombres buenos, santos y valientes que gobernaron la Iglesia con
gran habilidad y coraje y de cuyos escritos me he beneficiado inmensamente. Pero
por grandes que fueran, por el mero hecho de ocupar el sillón de San Pedro no
heredaron una perspectiva económica superior a la que pueda poseer cualquier
persona inteligente. El hecho de que en este libro someta a cuidadoso
escrutinio algunas de sus afirmaciones sobre cuestiones económicas, no
significa que los esté criticando como papas.”
Por otra parte los últimos inviernos han sido
especialmente crudos en la costa Este norteamericana, y nadie comenta los
efectos climáticos que empieza a provocar el fenómeno de oscilación térmica del
Pacifico conocido como “El Niño” o “La Niña” según se produzca calentamiento o
enfriamiento del mar.
Por otra parte existe un movimiento científico
opuesto a estas teorías, conocidos como “clima escépticos”, grupo formado por
científicos independientes y grupos liberal-conservadores, que alegan que el
cambio climático es, como la deriva de los continentes, un hecho no controlable
por el hombre.
Qué duda cabe de que el cambio climático se está
produciendo, pero el estudio científico de sus causas y efectos es
desalentador, ante la enorme cantidad de contradictorias conclusiones a que
llegan los científicos de ambas tendencias.
Así, es evidente que durante los últimos años se está produciendo una reducción de la superficie de hielo invernal en el Polo Norte –Ártico─, pero sin embargo esta reducción se ve correspondida por un incremento porcentualmente mayor de crecimiento de los hielos del Polo Sur –Antártico─ y las últimas noticias afirman que la capa de hielo de Groenlandia ha crecido de forma extraordinaria en las últimas semanas.
De lo que no cabe duda alguna es de que no es la
actividad humana la desencadenante de los cambios climáticos que se están
produciendo en nuestro planeta, eso sería tan aventurado como decir que es el
hombre el causante de la deriva de los Continentes, inexorable y callada hasta
que provoca un desastre como el reciente terremoto en Nepal.
Según la opinión de los científicos clima
escépticos, organizados en torno al NIPCC:
El
calentamiento total habido desde aproximadamente 1860 corresponde a la
recuperación de las temperaturas bajas de la Pequeña Edad de Hielo, modulado
por ciclos naturales causados por las oscilaciones oceánico-atmosféricas, o por
variaciones solares con las periodicidades de de Vries (de unos 208 años), de
Gleissberg (de unos 80 años) y otras más cortas. [[v]]
Por otra parte, y contrarrestando el alarmismo del
que está contagiada la ONU, el propio informe afirma:
Durante
el reciente tiempo geológico, la temperatura de la Tierra ha fluctuado entre
+4ºC y -6ºC con respecto a la temperatura del siglo XX. Un calentamiento de 2ºC
por encima de la temperatura actual, si se diese, entraría dentro de los
límites de la variabilidad natural [7]
Finalmente, el informe del NIPCC recoge las
siguientes dos conclusiones [7]:
1.-
Las causas del calentamiento global histórico son aún inciertas, pero existen
correlaciones significativas entre el devenir climático y las variaciones
multidecadales y la actividad solar durante los últimos cientos de años.
2.-Las
proyecciones futuras de los ciclos solares implican que las próximas décadas
pueden estar marcadas por un enfriamiento más que por un calentamiento, a pesar
de que continúen las emisiones de CO2
Y me dirán ustedes, pero si existe el más
mínimo riesgo de que el calentamiento global esté influido por el
comportamiento humano, tomemos medidas, pues algo harán.
Mi pregunta en esta situación es: ¿Qué pinta el Papa
tomando posición en un debate científico de controversia irresoluta ─polémica
existente analizada en nuestros posts LA AMENAZA REAL DEL CAMBIO
CLIMÁTICO, REFLEXIONES DE UN CLIMAESCÉPTICO y NEUROSIS CLIMÁTICA ─, más
allá de tomar partido por una causa propia de los sectores izquierdistas de la
propia Iglesia?
No olvidemos las palabras anteriormente mencionadas
de Guy Sorman:
“El
Papa se sirve del típico lenguaje de la izquierda y de los jesuitas en Buenos
Aires”
y no olvidemos que esa izquierda jesuítica
sudamericana ha sido el caldo de cultivo de la herejía de la “Teología de la
Liberación”, que desnaturaliza el mensaje salvífico de Cristo en aras de una
política terrenal de redención puramente material y no espiritual de los
pobres, como denunciamos en nuestros Posts "IGLESIA DE SAN CARLOS BORROMEO" y "JON SOBRINO Y LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN"
¿De dónde surgiría esta
redención de la Humanidad, convertida repentinamente a la pobreza compartida en
vez de dedicarse a la búsqueda del progreso material y de la libertad
individual? El Papa no contesta; esta encíclica es menos política que
apocalíptica, no tiene ninguna utilidad práctica y tiene que ver con la
teología, no con la ciencia política o la económica.
Y por ese camino, con sus
deslices y anatemas, puede que este Papa nos conduzca al cataclismo. Por ello,
recordemos las palabras de Jesús:
“Dar al Cesar lo que es del
Cesar y a Dios lo que es de Dios”
A mí, al menos, me
desconcierta y escandaliza.
Debemos asimismo recordar que el cofundador y ex
presidente de Greenpeace, Patrick Moore, dice que el cambio climático es un
"engaño y estafa", que se ha "apoderado de la ciencia con la
superstición y una especie de combinación tóxica de religión e ideología
política".
El mensaje del cofundador de Greenpeace se hace eco del de John
Coleman, el difunto fundador de Weather Channel que calificó el calentamiento
global como " la mayor estafa de la historia " .
Moore afirma que el miedo y la culpa están
impulsando el argumento del cambio climático,
El miedo se ha utilizado
a lo largo de la historia para controlar las mentes y las billeteras de las
personas y todo lo demás, y la catástrofe climática es estrictamente una
campaña de miedo. Bueno, miedo y culpa. Temes que estás matando a tus hijos
porque estás conduciendo. Recójalos en su SUV y emita dióxido de carbono a la
atmósfera y se sentirá culpable por hacerlo. No hay una motivación más
fuerte que esos dos.
Y
finalmente tampoco quiero omitir las opiniones de ANTÓN URIARTE, ya fallecido, en la entrevista concedida el 27/04/2016 a “Noticias 324.cat”, e inmediatamente retirada
por orden del jefe de meteorología de TV3 Tomás Molina
En esa
entrevista Antón Uriarte hacía las siguientes manifestaciones que creo merece
la pena recordar:
En
realidad, los escépticos manejamos los mismos datos y las mismas series de
temperatura que los oficialistas, pero no vemos en esos datos el calentamiento
catastrófico del que se habla. La temperatura del siglo XX subió desde unos
13.6ºC al principio hasta unos 14.5ºC al final, pero no lo hizo de una forma
regular. La subida comenzó bastante antes de que se le pudiese achacar al CO2
el incremento, hacia 1910, y la temperatura subió hasta 1945. Después hubo un
largo período de estabilidad hasta 1975, y de 1975 hasta 1998 subió de nuevo.
Desde hace doce años no ha subido nada, a pesar del incremento del CO2. Por lo
tanto, estamos desde hace un siglo en lo más alto, pero en los doce años que
llevamos de este siglo XXI, la
temperatura no ha subido. En 1990 el IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio
Climático) publicó su primer informe. En una de las páginas del resumen inicial
se vaticinaba que la temperatura en el 2025 habrá subido probablemente 1ºC con
respecto a la de 1990, con una media aproximada de 0,3 ºC por década. Han pasado ya 22 años desde que se hiciera
aquella predicción y no se ha cumplido esa subida, pues todas las series
indican desde entonces, desde Enero de 1990, una tendencia lineal de entre 0,13
y 0,18 ºC por década, que es mucho menos, y cero de subida en los últimos diez
años.
El
CO2 está en la base de la vida orgánica de este planeta. Con CO2, agua y luz es
como se crea la vida. A esta reacción, la fotosíntesis, le viene muy bien que
haya más CO2 en el aire. Lo sabe cualquiera que tenga un invernadero. En las
épocas en que ha habido más CO2 en la atmósfera, por ejemplo durante toda la
era secundaria y casi toda la terciaria, la vegetación en la Tierra era mucho
más abundante. Otra ventaja del incremento del CO2 en la atmósfera es que las
plantas aguantan mejor las sequías ya que cierran sus estomas y pierden por
evapo-transpiración menos agua. Es un absurdo el paradigma reinante de que el
CO2 es el mayor contaminante. Al contrario, es una bendición que el CO2
aumente. En las épocas glaciares, cuando el CO2 desaparecía en los océanos y su
concentración atmosférica bajaba de las 200 partes por millón (ahora estamos en
casi 400 ppm), la vegetación arbórea tenía dificultades para desarrollarse, no
sólo por el frío, sino por esta bajada de CO2 que dificultaba la fotosíntesis y
el crecimiento de las plantas.
Steve McIntyre demostró que los cálculos que originaron la famosa gráfica del “palo de hockey” eran erróneos. Fué el primer gran varapalo a los gurús del cambio climático. Ahora, el “climagate”, la difusión de miles de e-mails del departamento del clima de la Universidad de East Anglia, han sacado a la luz el comportamiento poco ético de algunos de esos gurús. ¿Puede más la fe, la ideologia, que el método científico? ¿Són los “modelos”, como sugiere Claude Allègre, una nueva ideologia.
No es fácil encontrar una música adecuada para este complejo y delicado POST, pero voy a intentarlo con "LA TRISTESSE DU DIABLE" de Meimuna
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