Páginas

martes, 27 de diciembre de 2022

A QUE ATENERNOS

    


     En una sociedad con hiper información, como es la nuestra, en la que nos llegan, permanentemente, relatos de actualidad y opiniones a través de los medios de comunicación, internet o incluso rumores pseudo informativos procedentes de fuentes desconocidas,  lo crítico es tener criterio, saber diferenciar lo verdadero de lo falso y lo accesorio de lo fundamental;  saber lo qué es realmente importante, dentro de la marea informativa que nos abruma y diferenciarlo de su envoltorio, extrayéndolo el elemento esencial de lo que se nos cuenta, vemos  o escuchamos, tratando de que solo lo cierto e importante afecte a nuestra forma de pensar y actuar.

    Lao Tse ya nos advierte de que

“Los colores atractivos ciegan los ojos; los sonidos musicales ensordecen; los sabores exquisitos engañan al paladar; la caza y la pesca trastornan al hombre; y la lucha por la adquisición de riquezas envilece las acciones humanas. Por eso el Hombre que desee ser un hombre justo no solamente ha de educar sus ojos, sino que también su mente, y así, libre de la influencia de los colores, sonidos y gustos, podrá elegir el verdadero camino de su vida”.

    Reflexión que, a su manera, también hace Blaise Pascal, cuando nos dice en sus "Pensamientos"

"Nuestros sentidos no se dan cuenta de nada extremo: demasiado ruido, ensordece; demasiada luz, ofusca; demasiada distancia y demasiada proximidad, impiden la visión; demasiada longitud y demasiada brevedad en el discurso, lo oscurecen; demasiada verdad, nos pasma." 

    Lo mismo sucede con la información y opiniones que nos colapsan, y que nos obliga a educar nuestro criterio para no dejarnos influenciar por sus colores o melodías.

    Sin embargo la tarea no es fácil, pues nunca sabremos donde está el contrapunto, el matiz diferencial, la certeza de las informaciones que nos llegan en un momento determinado muchas veces sobre acontecimientos similares pero enfocados desde perspectivas diversas.

    Sobre todo si pensamos como Heráclito que

“Uno no se baña nunca en el mimo rio, pues las aguas en las que nos sumergimos nunca son ya las mismas”.

    Así, el Taoismo de Lao tse, en un intento de preservarnos frente a la información que nos asalta desde el exterior, estableció unas reglas para mantener el “sano criterio”

    La primera es conocer a los demás y conocerse a uno mismo, para alcanzar la sabiduría.

    La segunda es conquistar a los demás; pero conquistarse a uno mismo para ser invencible.

    La tercera es conservar la posición que se tiene; pensando no obstante que todo lo mundano se perderá  y que nuestro objetivo real es alcanzar la vida eterna, lo que significa morir y no perecer.

    Si se hubiera de describir al Hombre Justo, según el mismo Lao Tse, ─lo que es perfectamente aplicable a la actitud que debemos tener en la discriminación de lo falso y lo verdadero─ diríamos de él:

"El Hombre Justo ha de ser Cauteloso como el que atraviesa un río en pleno invierno; vigilante como si temiera la actitud de los que le rodean; ceremonioso como si estuviera de visita; discreto como el hielo que se disuelve; sincero como la madera virgen; acogedor como un valle; turbulento como las aguas turbias de un río caudaloso;

    Sin embargo, la frenética hiperactividad de nuestro mundo contemporáneo nos cierra, en muchas ocasiones, la posibilidad de tomarnos el respiro necesario para reflexionar sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea, al modo que las viejas lecciones recomiendan, solucionando los conflictos entre las cuestiones opuestas que se nos planteen mediante una solución que no dé lugar a otros conflictos mayores.

    Máxime en una época en que es el propio poder del Estado, utilizado sistemática y sectariamente por el Gobierno ─Social Comunista con filoetarras terroristas y separatistas─ de Sánchez, quien pretende manipular a la opinión pública con sus declaraciones ideológicas y sus mentiras para mantenerse en el poder contra viento y marea.

    No obstante, no debemos dejar de lado la esperanza, mantener la Guerra Cultural, y defender nuestros principios liberales y democráticos, frente al “asalto a los cielos” que mantiene la izquierda extrema que nos gobierna.

    Recordemos con Paul Desjardins:

Que aunque el bosque esté sombrío, azul sigue el cielo.

no olvidemos que son los árboles los que no nos dejan ver el bosque, ni la luz del sol, que, por encima de sus copas, aún brilla majestuoso.

Y tampoco nos dejemos despistar por los “déjà vù”, que se describe en una cita de Dickens:

Todos tenemos alguna experiencia de la sensación, que nos viene ocasionalmente, de que lo que estamos diciendo o haciendo ya lo hemos dicho y hecho antes, en una época remota; de haber estado rodeados, hace tiempo, por las mismas caras, objetos y circunstancias; de que sabemos perfectamente lo que diremos a continuación, ¡como si de pronto lo recordásemos! [i]

pues en ocasiones la información recibida nos parece repetición de otras previas, aunque los supuestos sean diferentes y por lo tanto las conclusiones que de los mismos se deriven hayan de ser, forzosamente, diferentes.

    Mi recomendación: No creamos nunca la primera “verdad” que nos llegue, contrastémosla con otras versiones de la misma “verdad y saquemos nuestras propias conclusiones.

    Y, por desgracia, seamos mal pensados, llegando a la conclusión que todas las fuentes quieren transmitirnos no “La Verdad” sino “su verdad” y no dejemos manipularnos.

Pero una cosa es tener criterio para separar el heno de la paja, y otra muy distinta la censura que la izquierda quiere imponer a las libertades de pensamiento, expresión e información.

Y al hilo de esta reflexión no quiero dejar de hacer referencia al deseo del Gobierno de Sánchez de imponer la censura con una nueva Ley Audiovisual que pretende regular los contenidos que se difundan en base a unos criterios establecidos por el propio ejecutivo, para asegurarse de que no incumplan el lenguaje de lo políticamente correcto ni los criterios ideológicos de la agenda política que defienden el PSOE y Podemos.

Así, el Gobierno del Déspota, convertido en Juez y Parte, ya no dejaría ni que te puedas expresar libremente.

    Según el proyecto de Ley, se multará a aquellos que difundan información considerada por los estamentos reguladores como falsa, algo que afectará de lleno a todos los protagonistas de cualquier canal audiovisual de comunicación que disientan de los dogmas progres que pretende implantar el Gobierno de España entre la sociedad vía imposición ideológica.

 El proyecto, a mi juicio es inconstitucional, pues restringe los derechos fundamentales a la libertad de pensamiento y de expresión.

 Una manifestación más de la deriva totalitaria en la que se ha instalado el Gobierno del Tirano Sánchez.

 Además. el deseo de imponer la censura frente a opiniones desfavorables es contagioso, y si no, vean la actitud del Sr (por llamarle educadamente) Tebas, Presidente de la Liga Profesional de Futbol, que trata de imponer una censura inadmisible a las retransmisiones de los partidos en jugadas que puedan comprometer el prestigio de los árbitros, o a los periodistas que comentes asuntos que le desagraden a él personalmente.

Y lo más grave de todo esto es que la declaración de "falsedad" de una información no se encomienda a los jueces, pues el Tirano no quiere que el poder judicial le controle, sino que, según el proyecto que comentamos, será la propia administración, a través de los "estamentos reguladores" los que ejerzan como censores y tales "estamentos" dudo mucho que vayan a distinguir entre "informaciones" y " opiniones".

Hace poco una buena amiga me comentó “Pues fulanito sigue viviendo en Xanadú, esa es una frase tuya que me imagino lo que significa, aunque no lo tengo claro.”

Efectivamente, Xanadú es el “Palacio de la Cúpula del Placer” del Rey Mongol Kublai Khan, según el poema de Samuel Taylor Coleridge terminado en 1797.

La primera estrofa del poema describe la cúpula de placer construida por Khan en su capital Xanadú junto a un río sagrado, el Alfeo, que alimentaba una magnífica fuente que corre «a través de cavernas inmensurables para el hombre, hacia abajo, hacia un mar sin sol».

En el mundo anglosajón es un término muy usado para evocar un lugar de lujo y misterio o exuberancia.

        Por eso, decir que alguien vive en Xanadú es tanto como decir que vive en su mundo Imaginario de placer y fantasía, vamos, fuera del mundo real.

Y eso le ocurre, a la izquierda que nos gobierna, con la libertad de prensa, que viven al margen de la realidad de lo que ello significa en una Democracia.

Pero no ha de extrañarnos, pues los socialistas son especialistas en socavar los derechos fundamentales y libertades de los ciudadanos, con una actitud claramente totalitaria.

Ya en el S. XIX Frederic Bastiat en su obra “La Ley” nos decía que era necesario

Un debate -que bien podría reproducirse hoy mismo- sobre la libertad  individual y el papel del Estado con respecto a  ella.

El último ejemplo de esta tendencia totalitaria ha sido protagonizado por la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, que ha declarado que los medios de comunicación deberían reservar un espacio para ofrecer información pública, es decir, comunicaciones provenientes directamente del Ejecutivo.

Y añadió que “los medios tienen que tener un espacio especial en el que se eviten los «intereses sesgados» y se proporcione información oficial como se hace, por ejemplo, con el tiempo meteorológico.”

Concluyendo que con eso “se conseguiría que la  información se aproxime a un interés no sesgado previamente.”

¿De qué guindo piensa este Gobierno de izquierdas que se han caído los ciudadanos a los que gobiernan?

Realmente ¿Piensa la ministra portavoz que las informaciones procedentes del Gobierno —el más  mentiroso y falsario de nuestra historia— no estarían “previamente sesgadas”?

La intervención de la portavoz nos recuerda otros  tiempos, concretamente nos retrotrae a la Ley de  Prensa franquista de 1938, que establecía que todos  los medios de comunicación estaban sometidos a la  inserción obligatoria de cuantas informaciones,  comentarios, crónicas y fotografías se estimaran  pertinentes por las autoridades del régimen.

Pero la idea no es nueva y conecta con los postulados  totalitarios comunistas.

Ya Pablo Iglesias – líder de podemos – afirmó en 2014 que

“la existencia de medios de comunicación privados ataca la libertad de expresión.”

Esta actitud de la izquierda es contumaz y atenta  directamente contra la libertad de prensa y expresión.

Y ello se demuestra con el hecho de que el comunista Enrique Santiago vaya a asesora al Gobierno sobre  desinformación y fake news.

Pues ya ven ustedes, ¿qué mejor que un comunista  para ser experto en manipulación y fake news,  cuando desde tiempos de Lenin la mentira ha sido  considerada por ellos como un arma revolucionaria?

Mientras tanto, el Gobierno ha creado internamente una misteriosa Comisión Permanente contra la  Desinformación, activa desde finales de 2020, órgano  que la oposición bautizó como «Ministerio de la  Verdad» y que está formado únicamente por  miembros del Gobierno y que, al parecer, monitoriza  medios y redes sociales con el argumento de proteger  la seguridad del Estado frente a agentes internos o  externos que supongan una amenaza. «Prevenir,  detectar riesgos y neutralizarlos», es su lema.

Y para rematar la faena contra la libertad de prensa,  doña Victoria Rosell, Delegada del Gobierno contra la violencia de género, insiste en la línea de censurar a los medios al declarar que:

“los medios no deberían informar sobre las peticiones  de reducción de penas de los delincuentes sexuales —provocadas por la nefasta ”Ley del Si es Si”— porque esa información alarma a las mujeres”.

        Es decir que la Delegada del Gobierno contra la violencia de género piensa que la mejor forma de superar los problemas ocasionados por la Ley del “Si es Si” es ocultarlos.

Todo ello me hace recordar a Gramsci que en sus “Cartas desde la Cárcel” escribió:

“Vendrá el día en que ustedes llevarán a la Nación a la ruina. Entonces nos corresponderá a nosotros, los hombres libres, salvarla”

Hasta las más famosas sentencias de los pensadores  de la izquierda se han vuelto contra el Gobierno de  izquierdas de Sánchez.

 Si consentimos al Tirano, y a la gentuza que transita por los vericuetos del poder político o social, que prosigan avanzando por el camino de la Tiranía, acabaremos esclavizados, privados de libertad y condenados a una vida miserable.

 Así que, creo apropiado como video musical, el “Coro de los Esclavos” ―que es en lo que la izquierda quiere convertirnos― de la Ópera Nabucco de Verdi.



                    ©2022 Jesús Fernández-Miranda y Lozana 

 

 

 


[i]  Dickens, Charles (1991). Personal History of David Copperfield. Time Warner Libraries. ISBN 1879329018.


No hay comentarios:

Publicar un comentario