Luzbel,
Samael, Belial, Abadón, pues muchos son los nombres que se le han atribuido,
era uno de los Arcángeles más bellos y poderosos que estaban cerca de Dios,
pero la soberbia y la ambición le hicieron pensar que podría acabar con el
Eterno Reinado del Padre, lo que provocó la revuelta contra Él, acompañado de la
miríada de sus ángeles seguidores, que fueron derrotados por los ángeles fieles
a Dios comandados por el arcángel Miguel, y fruto de su derrota fue su caída al
Infierno.
Tal
es la historia que nos cuenta la Biblia, concretamente en Isaías
14:12-14
»¡Cómo
has caído del cielo, oh estrella luciente, hijo de la mañana! Has sido arrojado
a la tierra, tú que destruías a las naciones del mundo. Pues te decías a ti
mismo: “Subiré al cielo para poner mi trono por encima de las estrellas de
Dios. Voy a presidir en el monte de los dioses, muy lejos en el norte. Escalaré
hasta los cielos más altos y seré como el Altísimo”
El
Libro de Apocalipsis describe una guerra en el cielo entre ángeles liderados
por el arcángel Miguel contra aquellos liderados por “el dragón”, identificado
como el diablo o Satanás, y las Bestias del Apocalipsis quienes serán
derrotados y arrojados a la tierra.
La tradición cristiana tiene historias sobre seres angelicales expulsados del cielo por Dios, a menudo presentando el castigo infligido en particular a Satanás. A raíz de enlazar este motivo con el pasaje citado del Libro de Apocalipsis 12:4, la guerra contra Satanás se presenta como una acción de Dios mismo, que atribuye al arcángel Miguel la conclusión de la guerra entre dos grupos de ángeles, de los que un tercio está en el lado de Satán:
“Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.”
Los comentaristas han atribuido la rebelión de Satanás a un número de motivos, todos los cual se originan en su gran orgullo. Estos motivos incluyen:
● La negativa de inclinarse ante la humanidad tras la creación del hombre.
● La culminación de un distanciamiento gradual de Luzbel de Dios por su desviado libre albedrío.
● La decisión de Dios de que todos, hombres y ángeles, quedarían sujetos a su Hijo, el Mesías.
Jonathan Edwards, teólogo y misionero para los nativos americanos durante el s. XVIII, conocido como uno de los más grandes y profundos teólogos protestantes en la historia de los Estados Unidos declara en su sermón “Sabiduría Mostrada en la Salvación”:
“Satanás y sus ángeles se rebelaron contra Dios en el cielo, y orgullosamente intentaron probar su fuerza contra la de él. Y cuándo Dios, por su poder todopoderoso, venció a la fuerza de Satanás, y lo envió como relámpago del cielo al infierno con todo su ejército; Satanás todavía esperaba conseguir la victoria por sutileza y engaño.”
Lo que conecta con la famosa frase de Charles Baudelaire
“El mayor truco del diablo es hacernos creer que no existe“.
Pocos
lugares en Madrid han despertado tantas teorías y tantas leyendas como la
estatua “El Ángel Caído” levantada en una de las rotondas del Parque del
Retiro.
Eso
sí, la singularidad de esta escultura de Bellver va más allá de su
emplazamiento. Se trata de una de las únicas —y también de las primeras—
estatuas públicas dedicadas al diablo de todo el mundo. Sin embargo, su
contexto no es del todo morboso, ya que dicha obra se enmarca en el
Romanticismo, una corriente que comenzó a explorar la belleza de lo patético y
de lo maligno. No en vano, en el catálogo de la exposición en la que Bellver
presentó su creación —la de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1877— hay
referencias a su coetáneo poeta John Milton y a versos de su relato satánico "El paraíso Perdido".
Obra de la que siempre he recordado este pasaje:
"Dios sólo nos ha dado dominio absoluto sobre las bestias, los peces y las aves, pero no ha hecho al hombre señor de los demás hombres, sino que, reservándose este título para sí, dejó a la humanidad libre de toda servidumbre humana."
Existe en Madrid otra representación del ángel caido.
En la Calle Mayor de Madrid hay otra escultura sorprendente para todo el que
la descubre. Se llama Accidente aéreo y no se encuentra a simple vista. Para
admirarla tienes que levantar la mirada hasta la azotea de un edificio de cinco
plantas.
Al
pasear por sus calles es buena idea ir levantando la mirada porque encontramos
cosas sorprendentes. Por ejemplo, la figura alada del Edificio Metrópolis o el
mencionado Accidente aéreo.
“Solamente quien se ha encontrado en su vida con el demonio, quien lo ha percibido en todo su peligro, sólo ése puede sentirse enemigo terrible de él”.
“El Demonio es el enemigo número uno, es el tentador por excelencia. Sabemos que este ser oscuro y perturbador existe realmente y sigue actuando; es el que insidia sofísticamente el equilibrio moral del hombre, el pérfido encantador que sabe insinuarse en nosotros por medio de los sentidos, de la fantasía, de la concupiscencia, de la lógica utópica, o de las confusas acciones sociales, para introducir en nosotros la desviación…"
1 Y llegaron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. 2 Y cuando salió él de la barca, enseguida le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, 3 que moraba en los sepulcros, y ni aun con cadenas podían atarle; 4 porque muchas veces había sido atado con grilletes y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y los grilletes desmenuzados; y nadie le podía dominar. 5 Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. 6 Y cuando vio a Jesús de lejos, corrió y le adoró. 7 Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te imploro por Dios que no me atormentes. 8 Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. 9 Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió, diciendo: Legión me llamo, porque somos muchos. 10 Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. 11 Y había allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. 12 Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. 13 Y Jesús se lo permitió. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, y el hato se lanzó al mar por un despeñadero, los cuales eran como dos mil; y en el mar se ahogaron. 14 Y los que apacentaban los cerdos huyeron y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron para ver qué era aquello que había acontecido. 15 Y vinieron a Jesús y vieron al que había sido atormentado por el demonio, y que había tenido la legión, sentado y vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. 16 Y los que lo habían visto les contaron lo que le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. 17 Y comenzaron a rogarle a Jesús que se fuese de sus contornos. 18 Y entrando él en la barca, el que había estado poseído por el demonio le rogaba que le dejase estar con él. 19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de ti. 20 Entonces se fue y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho con él; y todos se maravillaban.”
"Yo he contemplado a Satanás, como un rayo, cayendo del cielo y he aquí que os he dado poder de pisotear serpientes y escorpiones, y, sobre todo, de vencer al poder del enemigo…” (Lc 10, 19).
© 2023 Jesús Fernández-Miranda y Lozana
Magnífica disertación sobre el demonio o como cada uno prefiera llamarle, pero como quiera que le mencionemos, de lo que a mi tampoco me cabe duda es de que por supuesto que existe, vaya si existe!!. Lo que ocurre es que, como dice Baudelaire, según cita D Jesús, su mayor éxito es que ni nos enteramos de que está. Puede adoptar mil formas e incluso quizás esté bien cerca de nosotros y no le vemos porque es astuto. Y como el hombre de hoy no tiene tiempo para Dios, el demonio campa a sus anchas entre nosotros haciendo el mal.
ResponderEliminarMe encantó la descripción que hace de las figuras de Madrid, solo conozco la del Retiro pero es muy curioso e instructivo lo que cuenta. Ah, por cierto, acertadísimo el tema del Padrino. Es un placer leer sus artículos por su variedad y conocimiento. Enhorabuena siempre!!
Luis de Gortázar Rotaeche. Magnífico artículo. Siempre me ha llamado la atención la estatua del Retiro. Pero con un matiz importante; no es una estatua del demonio, sino una estatua del demonio caído y vencido. La estatua, por tanto, representa la derrota absoluta del diablo.
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