A diferencia de Chateaubriand hablo frecuentemente de mis intereses, de mis emociones, de mis trabajos, de mis ideas, de mis afectos, de mis alegrías, de mis tristezas, sin pensar en el profundo tedio que el francés temía causar a los demás hablandoles de si mismo.
Los resultados electorales del domingo 28 de mayo merecen un repaso y análisis detenido, dada su importancia.
El resumen es que la derecha ha derrotado electoralmente a la izquierda con una diferencia de más800.000 votos, provocando la pérdidas de enclaves tradicionalmente socialistas como Extremadura, recuperando Aragón, Valencia, Cantabria, Baleares y La rioja, y ganando en ciudades como Sevilla, Valladolid y Valencia, de gran importancia estatégico/electoral, al tiempo que ha mantenido la Alcaldía y la Comunidad de Madrid con holgadas mayorías absolutas.
Tal y como ha dicho el ex alcalde de Valencia Joan Ribó, o el expresidente de Cantabria Revilla, en estas elecciones se ha producido una verdadera "Marea Azul".
De todos los territorios en disputa autonómica el PSOE tan sólo ha conseguido mantenerse en el poder en Asturias y Canarias, y muy posiblemente e Catilla La Mancha con un exiguo resultado de 17 frente a16 escaños.
Pero la cuestión fundamental no es la victoria concreta en las citadas Comunidades o Ciudades, sino el hecho de que estos resultados marcarían una tendencia de fin de ciclo, que aventuran la derrota del sanchismo en las próximas elecciones generales.
Por mucho que los analistas políticos, los medios de comunicación o los partidos de la izquierda ―con la práctica desaparición de Podemos de la escena política―, quieran centrar su discurso en que estas han sido tan sólo unas elecciones Municipales y Autonómicas, lo cierto es que históricamente el partido que gana las elecciones locales gana las inmediatas elecciones generales, y que estas elecciones se han celebrado en clave nacional, tanto por la actitud de Sánchez, que ha eclipsado a los líderes locales y autonómicos en sus mítines, como por la estrategia de PP y VOX, que han llevado sus campañas al ámbito nacional, como muy bien reflejó la frase de Feijoo "Vamos a derogar el Sanchismo"
Otra cuestión de indudable importancia es que en la mayoría de los territorios el PP va a necesita a VOX para formar Gobiernos, ―como ya adelanté en mi artículo de EL DEBATE, del pasado día 24 de marzo EL PP DE NUÑEZ JEIJOÓ― pues en caso de no lograrse dicho pacto existe el riesgo de que las alcaldías o Presidencias de Comunidades Autónomas cayesen en poder de la izquierda, pues la mayoría absoluta, por si misma, soló se ha conseguido por el PP en Madrid Capital y Comunidad Autónoma, pacto que será termómetro indispensable para las elecciones generales de diciembre, y que no le ha dado malos resultados al PP, que ha ganado otro feudo importante del PSOE, como era Valladolid, después de un año de Gobierno autonómico PP VOX, lo que demuestra que los votantes no han censurado dichos pactos.
Sánchez, asumiendo el protagonismo personal de la campaña del PSOE, convirtió estas elecciones en un plebiscito en que fundamentar su deseo de agotar la legislatura y reforzar el poder, no ya del PSOE sino del "sanchismo", y la apuesta le ha fallado estrepitosamente, arrastrando en su derrota electoral a varios de sus varones regionales y a Podemos, lastrado por la apuesta en favor del movimiento "Sumar" de su vicepresidenta Yolanda Díaz, y todo ello debería traducirse en un más que deseado adelanto de las elecciones generales, que la ciudadanía ha manifestado sin reservas.
Habrá que esperar unos días para ver que pactos de investidura se concretan en las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos en los que sean imprescindibles, pero lo que no deja de ser una realidad incontestable es que el ciclo sanchista se ha agotado y su definitiva caída habrá de producirse en las próximas elecciones generales
Antes de la publicación de este post, Sánchez ha anunciado la convocatoria de elecciones generales para el 23 de Julio, asunto que debería ser objeto de análisis.
Esperemos que ello implique el fin del nefasto sanchismo.
Y concluyo, como siempre con una nueva pieza musical, en este caso a "Marcha Real" o "Marcha de Granaderos", Himno de España interpretado por la Banda de Pífanos y Tambores de la Guardia Real.
Siempre, desde mi primera
adolescencia, cuando mi padre me ofreció leer el libro "Ordo Amoris" de Max Scheler, seguido de "La aceptación de si mismo" de Romano Guardini, he ido
acrecentando mi amor por la lectura y los libros, lo que desembocó en mi pasión
por la escritura, con la que os asalto cada poco tiempo en forma de reflexiones
heteróclitas.
Sin embargo no he llegado a
convertirme en un verdadero bibliófilo, como algunos que he conocido realmente
importantes.
Efectivamente, he conocido a dos
grandes bibliófilos españoles, cuya pasión por los libros era no sólo una
afición sino una dedicación vital.
El primero de ellos era Rafael Ruiz
Gallardón, Notario y hombre de una vasta cultura, que poseía una impresionante
colección bibliográfica, entre cuyos ejemplares se encontraba una primera
edición de El Quijote.
Tengo, en relación con él, la
divertida anécdota de ocurrió en un almuerzo en la Casa de ABC en la que le
acompañábamos Guillermo Luca de Tena, Luis María Ansón y yo mismo, en la que
surgió el tema de su colección.
Preguntado por Ansón que cual era el
libro más importante de su colección, Rafael contestó que, por supuesto, lo era
un ejemplar de la primera edición de El Quijote.
Le preguntó entonces Ansón que donde
lo tenía y Rafael contestó
“Pues en una caja de seguridad de un
banco”
A lo que Ansón dijo
“Que pena, si yo tuviese ese libro lo
tendría en la biblioteca de mi casa para acariciar un rato su lomo cada día”
Otro gran bibliófilo amigo era Juan
Herrera, Marqués de Viesca de la Sierra, empresario y banquero, cuya afición de centraba en los libros
relacionados con la caza, que tenía en una biblioteca creada exprofeso en un
antiguo granero de su finca El Santo.
Con ocasión de su 80 cumpleaños, Juan
celebró un almuerzo en la vieja almazara de su finca, con cerca de 500
asistentes, a la que fuimos invitados mi mujer Beatriz y yo mismo, y a mí se me
ocurrió comprarle como regalo, en una librería de viejo, un pequeño libro de
caza, que resultó que no tenía en su amplísima colección, lo que fue comentando
por él mismo en las distintas mesas en que se acomodaron los invitados para el
almuerzo, entre grandes risotadas y diciendo
“Es increíble, Jesús ha encontrado y
me ha regalado un libro que no tenía”
Los bibliófilos son, en cualquier
caso, como cualquier coleccionista y si bien mis amigos Rafael y Juan eran
personas equilibradas y sensatas, hay muchos coleccionistas que llegan a la
obsesión por conseguir objetos especiales propios de su colección, acabando
inmersos, en el caso de los bibliófilos, en la llamada “bibliomanía”, que el
DRAE define como la propensiónexageradaaacumularlibros.
En la literatura española, un ejemplo
de ello lo es el personaje Avelino de la novela “Silvestre Paradox”, de Pío
Baroja, que así nos lo describe:
“Su último entusiasmo fue el de la
bibliografía, chifladura que tomó como costumbre, y no con gran pasión. Pero
como un hombre, por rico que sea, no puede pensar en reunir los libros que se
han escrito, no sólo en el mundo, sino en un país, Avelino especificó su manía
y se dedicó a formar una biblioteca de libros en dieciseisavo.
Al principio, los compraba, los leía,
los coleccionaba y los guardaba…
[…]Deseaba llenar las paredes de su
gabinete con libros en dieciseisavo.
Ésta era en aquella época su
aspiración suprema, y compraba tomos sin otro objeto[…]
Un día, a don Avelino se le perdió la
llave de la biblioteca. Al día siguiente se encontró con la puerta cerrada;
quiso descerrajarla, pero luego pensó y dijo: —¿Para qué? Hay una cosa más
sencilla. El cuarto tenía un montante. Don Avelino ató sus libros, siempre de
dieciseisavo, con un cordelito, y como quien dispara una piedra los tiró al
interior de la biblioteca.
Una vez quiso entrar en la
biblioteca; descerrajó la puerta, pero se había formado detrás de ella un
montón de tomos tan grande que era imposible entrar.”
Pero la realidad también nos muestra
ejemplos de esa bibliomanía.
En 1869, el teólogo bávaro Alois
Pichler fue nombrado “bibliotecario extraordinario” en la Biblioteca Pública
Imperial en San Petersburgo, una posición prestigiosa acompañada de un no
menos importante salario.
Pero no fue ese importante puesto el
que llevó a Pichler a la fama, sino su enfermiza obsesión por los libros.
Meses después de llegar a San
Petersburgo, otros empleados de la Biblioteca constataron que un número importante
de libros había desaparecido de la colección y notaron también un
comportamiento extraño en Pichler.
En 1871, más de 4.500 títulos que
faltaban de la Biblioteca fueron hallados bajo su posesión, lo que desencadenó
su arresto y exilio en Siberia, tal y como nos relata Mary Stuart en su
artículo “The Crime of Dr. Pichler: A Scholar-Biblioklept in Imperial Russia
and His European Predecessors”, publicado en la revista Libraries &
Culture.
Según Stuart, durante el juicio, su
defensa trató de mitigar la pena alegando que el teólogo padecía una “condición
mental peculiar, una manía no en el sentido legal o médico, sino en el sentido
ordinario de una pasión violenta, irresistible e inconquistable”.
A priori, adquirir libros no parece
malo, pero en el s.XIX se consideraba que la bibliomanía llevaba a sus víctimas
a la perdición, invadidas por un oscuro deseo de poseerlos, particularmente
aquellos ejemplares únicos, como las primeras ediciones y las copias
ilustradas.
Muchos de los que padecieron esta “neurosis” gastaron auténticas
fortunas tratando de perseguir su obsesión.
En el siglo XIX, el reverendo inglés
Thomas Frognall Dibdin exploró esta “neurosis”, que él mismo sufría, en su
libro “Bibliomanía” o “La locura del libro: un romance bibliográfico”, obra en
la queDibdin describe —usando
incluso un lenguaje médico, aunque tal patología nunca fue clasificada
médicamente— los síntomas de la bibliomanía.
Entre ellos se encuentra un furor desmesurado por buscar primeras
ediciones, o ediciones limitadas, libros de ciertos tamaños o impresos de
cierta manera.
Por su parte, Gustave Flaubert, en su
“Bibliomanía”, narra la truculenta historia de un librero de Barcelona que
debido a su obsesión por los libros apenas comía, y no dormía, pero soñaba días
y noches enteros con una idea fija: los libros. Soñaba con todo lo que una
biblioteca real debería tener de lo divino, lo sublime y lo bello, y soñaba con
tener una biblioteca tan grande como la del rey, llegando incluso hasta el
crimen, matando a su librero rival.
La Revolución francesa hizo que muchas
bibliotecas privadas depasaran a engrosar los catálogos de subastas de la época, y
muchos libros franceses acabaron en las manos de grandes coleccionistas
ingleses, como Richard Heber, quien asistió a subastas y ventas de libros en
todo el continente europeo, comprando títulos individuales, pero también
bibliotecas enteras.
Su colección, que inició en los primeros años del siglo XIX y en la
que gastó una fortuna de más de £100.000
de la época, creció tanto que se repartía entre sus ocho casas. Se estima que
poseía al menos 150.000 volúmenes.
Otro conocido coleccionista de la
época fue sir Thomas Phillips, quien llegó a ser conocido como el “barón de la
bibliomanía”. La obsesión del barón no conoció límites, y se extendió no solo a
los libros, sino también a los manuscritos.
En cualquier caso, con el tiempo, el
término de bibliomanía dejó de ser tan oscuro como lo pintó Dibdin y el DRAE,
como ya hemos dicho, no la define como una patología, sino como una “propensión
exagerada a acumular libros”.
En Japón, por su parte, en 1879,
apareció por primera vez de forma impresa la palabra tsundoku, formada por el
verbo “doku” que significa “leer”, y el prefijo “tsun” que se origina en
“tsumu”, una palabra que significa “apilar”.
Por lo tanto “tsundoku” significa
comprar material de lectura y acumularlo.
En
cualquier caso, y gracias a Dios, me considero inoculado contra la locura del libro o bibliomanía, pues el empeño de mi fortuna no alcanzaría
para comprometer mi hacienda y mi bienestar comprando libros importantes, pues nunca he padecido esa tentación, pues soy consciente de que con la compra de una sola primera edición de un libro importante ya habría gastado mis escasos posibles fatalmente.
Y conforme a mi costumbre, terminemos con un nuevo video musical, en esta ocasión el aria “Madamina il catalogo e questo” de la ópera Don Giovani de Mozart interpretada por Laszlo Polgar en el papel de Leporello.
No cabe
duda de que los pensadores ilustrados trajeron con sus obras, sobre la base de “La Razón”, los fundamentos de las democracias modernas
occidentales, estableciendo las bases de los conceptos de igualdad, libertad, justicia,
separación de poderes, etc…
Sin embargo, junto a ello, no debemos
olvidar que, hablando del siglo de las luces, es indiscutible que sólo las luces producen
sombras y esas sombras no son sino el hecho de que la Ilustración trajo también consigo el marco intelectual en el
que se producirían las dos grandes revoluciones de finales del s XVIII y
principios del s XIX: La Guerra de
la Independencia de los Estados Unidos y la más desafortunada, por
caótica y sangrienta, Revolución
francesa, así como el auge del capitalismo y el nacimiento del socialismo.
La Ilustración, al final, destruyó todos
los fundamentos del antiguo régimen, con todas sus injusticias, pero tras el
páramo estéril fruto de la Revolución, no creó nada nuevo, sino que tuvieron que
ser pensadores posteriores los que reformulasen los ideales Ilustrados para dar
forma a las democracias modernas, pero esas ideas ilustradas también fueron el germen de las
doctrinas totalitarias nacionalistas y socialistas. En esta línea se expresa
Tocqueville al decirnos:
"Por radical que haya sido la
Revolución, Fue menos innovadora de lo que en general se cree.” [1] … “Yo vine al mundo al final de una larga revolución que, después de haber
destruido al Estado antiguo, no había creado nada duradero.”[2]
Así los ilustrados ─muchos gritarán ¡“anatema”!─ son el origen de gran parte de las virtudes, pero también de todos los males de la Sociedad contemporánea, pues su éxito desemboca, esencialmente, en el despotismo ilustrado ─tan bien reflejado en su máxima “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”─ sobre el cual se desarrollarán las ideologías populistas totalitarias, ya nacionalistas (Nazionalismo y Fascismo), ya internacionalistas (Socialismo y Comunismo).
La destrucción por los ilustrados de todos
los principios básicos de la Sociedad del Antiguo Régimen, no se corresponde
con una labor creativa de nuevas instituciones y modelos, y sus formulaciones no están carentes de contradicciones groseras.
Efectivamente los ilustrados consideran a todos los hombres iguales, pero ya Rousseau en su “Emilio” no lo
hace, afirmando que:
Yo no me encargaría de un niño enfermizo y
achacoso aunque pudiese vivir ochenta años. No quiero encargarme de un alumnosiempre inútil para sí y para los
demás, el cual se ocupa únicamente en conservarse y cuyo cuerpo perjudica a la
educación del alma. ¿Qué realizaré en él, prodigando vanamente mis cuidados, si
no doblar la pérdida de la sociedad y privarla de dos hombres en vez de uno?
Que otro se encargue en mi lugar de este enfermo; yo consiento y apruebo su
caridad, pero mi misión no es ésa. Yo no sé el modo de enseñar a vivir a quien
sólo piensa en librarse de la muerte.
Afirmación que demuestra la cínica concepción del
concepto de igualdad que subyace en las teorías rousseaunianas, igualdad para
los iguales, discriminación para los desiguales.
Por otra parte, atacan la autoridad y los
principios morales cristianos, que consideran supersticiones. Y así constituyen
las bases, posteriormente adoptadas por el marxismo, del concepto del “hombre
nuevo” una vez que el ser humano, en lenguaje marxista “supere sus alienaciones”;
en lenguaje ilustrado: “recupere sus derechos naturales”.
En todas las grandes revoluciones
intelectuales se puede optar por ser reformista o rupturista. En el siglo de
las luces ganó la ruptura y se justificó la violencia.
Y no sólo la
violencia, sino incluso la eugenesia, como demuestra este párrafo del Emilio:
(El)…imperio
de la medicina, (es) más pernicioso a los hombres que todos
los males que pretende curar. Yo no sé por mí cuál es la enfermedad que nos
curan los médicos, pero sé que ellos nos causan algunas que son muy funestas:
la cobardía, la pusilanimidad, la credulidad, el terror de la muerte; si nos
curan el cuerpo, nos matan el coraje. ¿Qué nos importa que hagan andar a los
que son unos cadáveres? Son hombres los que nos hacen falta, y uno no ve que
salga ninguno de sus manos.
En el fondo el
análisis más acertado, contemporáneo a la propia Revolución, sobre el vacío por
ella producido, lo volvemos a encontrar en Tocqueville, para quien en el período post revolucionario las características sociales serían las siguientes:
1.
Miedo a la autoridad, a la que se desprecia.
2.
Guerra entre pobres y ricos; el egoísmo individual sin la fuerza.
3.
Debilidad igual, sin poder colectivo (sin el poder de asociación).
4.
Prejuicios sin creencias; ignorancia sin virtudes; doctrina del interés sin
conocimiento, egoísmo imbécil.
5.
Gusto por el abuso de la libertad.
6.
Gente que no tiene el coraje de cambiar; la pasión de los hombres viejos [3]
Todas estas características abonan el
nacimiento de los absolutismos populistas de los socialismos nacionalistas e internacionalistas.
Se me podrá decir por algún intelectual
“progresistamente adoctrinado” que ¿cómo me atrevo a atacar de esta forma a los
creadores de los conceptos modernos de libertad e igualdad? pero es que no soy
sólo yo quien lo hace, si no multiplicidad de autores. De
De todas formas, me preocupa poco esa recriminación, pues la falacia del "progresismo" la explica con acierto Gabriel Albiac en este párrafo:
"Pero, de verdad, ¿significan algo los vocablos «progresismo» y «progresista»? En cualquier campo. ¿O son sólo connotaciones afectivas, que ocultan preferencias sin otro fundamento que no sea el arbitrario deseo de quien los pronuncia? El gran Gustavo Bueno solía repetir, con aquella amable sonrisa suya que anunciaba la inmediatez de la masacre, que el progresismo era el modo laico de disfrutar sin coste alguno de la providencia divina. O sea, una monumental majadería. O mejor, una variedad de ese infantilismo que exige tenerlo todo: laicidad más providencia."
Y críticos con la Ilustración los hay de todas las corrientes e
ideologías; Así la “Escuela de Frankfurt” de raíz claramente marxista, y
representada, esencialmente por Horkheimer y Adorno,
en su intento por superar la crítica marxista, que consideraban anticuada,
formulan una crítica total al predominio de la Razón, elevada a la categoría de
referente absoluto por los iluminados:
“Al abandonar su autonomía, la razón se ha
convertido en instrumento… Su valor operativo, el papel que desempeña en el
dominio sobre los hombres y la naturaleza, ha sido convertido en criterio
exclusivo…” [4]
Por su parte el autor inglés Anthony Pagden, en su obra “La ilustración, ¿Por qué sigue siendo importante para nosotros?” nos advierte de que:
“El olvido (por los ilustrados) de la piedad y la tradición, la suposición
de que todo puede argumentarse y ponerse en cuestión, inició la pendiente que
llevó a convertir en engranajes a los humanos y en material desechable a
quienes norazonaban de acuerdo con la norma establecida por el Estado, ese “monstruo
frío” al decir de Nietzsche” [5]
Pero volvamos a la “Escuela de Frankfurt” y así los “intelectuales” tendrán más difícil llamarme “fascista".
El elemento esencial de la
«Teoría crítica» formulada por la “Escuela de Frankfurt” ha sido la crítica de
la Ilustración o, más precisamente la constatación de su fracaso, en la medida en que, lejos de proponer un
objetivo emancipador, la Ilustración ha sido la palanca y la justificación de
formas terribles de violencia, de opresión y de alienación, a lo largo de la
historia de los siglos XVIII, XIX y XX, y que continuará, desgraciadamente
durante el XXI.
En la «DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN» (1946), obra conjunta de ADORNO Y
HORKHEIMER [6] formulan su doctrina entendiendo que el totalitarismo no se reduce a un retorno, a la barbarie y la irracionalidad.
Defienden la tesis según la cual las Luces son cómplices de su propio
hundimiento.
Según Adorno y Horkheimer, si la Ilustración consiste en la afirmación
de la autonomía y de la soberanía de la razón, esa búsqueda ha fracasado de
hecho. Y tenía que ser así porque al romper con la tradición, con la religión, con
la autoridad y con la hipótesis misma de la existencia de un ‘mundo natural’,
encarnaban la potencia de las fuerzas de autoafirmación que eran las de la
clase burguesa. "El burgués en sus aspectos sucesivos (…) es el sujeto lógico
de la Ilustración".
No puede sorprender, pues, que al triunfar el movimiento de las Luces,
la razón se volviese contra ella misma, mintiese a los hombres y acabase por
oponerse a su libertad.
El totalitarismo, el colonialismo, los genocidios, las guerras mundiales… serían para la
Escuela de Frankfurt realizaciones perfectas, pero involuntarias, del ideal de
independencia absoluta que reivindica la Ilustración.
La autonomía es un mito que ilumina el sol de la razón
calculadora-ilustrada. Si el programa de la Ilustración consistía en «liberar
al mundo de la magia», en su éxito encontró su propio fracaso; pues al
lograrlo, lo único que consigue es someter a toda la humanidad al yugo de la
eficacia y del interés individualista y competitivo.
Cuando el sujeto no está vinculado por valores, cuando no hay vínculos
sociales sino individualismo, la única norma que sobrevive es la de la
eficacia, la organización, la sumisión del mundo y la dominación de la vida por
ella misma.
En este sentido, Adorno Y Horkheimer, consideran que Sade habría sido el
autor más lúcido del Siglo de las Luces porque muestra que el espíritu racional
conduce a la crueldad metódica y a la violencia organizada; la liberación
desenfrenada de la potencia de la afirmación incondicional del yo conduce al
abismo.
De hecho, desde Kant, todas las críticas de la razón han sido defensas
de la razón contra ella misma o, por mejor decirlo, contra sus perversas
consecuencias. Es banal poner en guardia la razón contra sus propios excesos.
Hegel y el propio Diderot en "El sobrino de Rameau", ya incidieron en eso – y en
tal sentido el proyecto de Adorno y Horkheimer no es nuevo.
La tesis de que existe de una razón perniciosa (absolutizante) alzándose
contra la razón, no es difícil de rastrear en Rousseau:
“…quienquiera que se niegue a obedecer la voluntad general
será obligado a ello”[7]
Formulación que se repite, con unas u otras palabras, en autores como Diderot, Montesquieu o incluso en Voltaire, lo que lleva inevitablemente a lo que Tocqueville definió como “La tiranía de la mayoría”, como degeneración del régimen democrático cuya esencia ━que se viola con esa tiranía━ es otorgar el mando, el ejercicio del poder, a las mayorías, pero garantizando, siempre, los derechos de las minorías a mantener sus libertades de pensamiento y expresión, por muy contrarias que sean sus convicciones a las de la mayoría.
Y
no puedo concluir sin citar las críticas de Ratzinger (Benedicto XVI) a la
Ilustración, cuando nos dice:
“Las
modernas filosofías inspiradas en la Ilustración, se caracterizan por el hecho de ser positivistas. Por consiguiente,
anti metafísicas y tanto es así que, a fin de cuentas, Dios no puede tener
ningún puesto en ellas.
Todas se basan en una autolimitación de la razón
positiva, que funciona perfectamente en el ámbito técnico, pero que, si se generaliza, implica una mutilación del hombre.
De ahí se sigue que el hombre admite ninguna
instancia moral que esté fuera de sus cálculos y que el concepto de libertad,
que a primera vista podría dar la impresión de poseer una expansión ilimitada,
termina por llevar a la autodestrucción de esa libertad.” [8]
En conclusión,
“Una
filosofía confusa de la libertad conduce inexorablemente a un dogmatismo que
cada día se revela más hostil a la propia libertad.”
[8]
Y concluyamos, como es nuestra costumbre, con un video musical. En esta ocasión el 2º movimiento, “Andante” de la Sinfonía 101, "El Reloj", de Haydn. Interpretada por la Orquesta Philharmonia Hungarica, dirigida por Antal Doratia dentro del ciclo "El Siglo de las Luces"
He ilustrado este POST con una representación
de la “Escalera de Jacob”, a la que hace referencia la Biblia en el libro del
Génesis
“Jacob salió de Berseba y fue a Jarán. Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y se acostó en aquel lugar. Y tuvo un sueño: soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: «Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia. Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia. Mira que yo estoy contigo; te guardaré por doquiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho».
Génesis 28, 10-15
y viajó huyendo de su
enfurecido hermano Esaú, a quien había suplantado para recibir la bendición
paterna que correspondía a la primogenitura que el propio Esaú se había dejado
arrebatar por su hermano por un plato de lentejas.
La
historia del “Sueño de Jacob” gira en torno a un elemento muy claro: la
escalera.
Se trata de un símbolo que en la
interpretación judía representaría el exilio del pueblo de Israel antes de la
llegada del Mesías, y que en no pocas exégesis se identifica con el Monte
Moria, lugar señalado para el sacrificio de Isaac y en el que, en su día, se
levantaría el templo de Jerusalén.
En la teología cristiana es una invitación al
recogimiento y a la meditación sobre el cumplimiento de las profecías en el
Mesías:
En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre
Evangelio de San Juan 1, 51
Es importante el detalle de afirmar que el
lugar en que el Templo fue construido por Salomón es justo el mismo lugar donde
Jacob soñó con una escalera por la que se ascendía al cielo.
Este lugar, según una tradición cabalística,
sería la primera de una serie de puertas por las que Satanás podría acceder a la
Tierra, y el templo actuaría como su cerradura y sello.
Sabéis que siempre me ha interesado
filosóficamente el destino del hombre después de su muerte.
Siempre he enfocado esta cuestión desde la
perspectiva del creyente y, por lo tanto, desde la consideración de que existe
otra vida, espiritual o tal vez místicamente plena, en cuerpo y alma, después
de que fallezcamos.
Este tema lo he tratado ya en varios POST,
dentro de este blog.
Pero siempre aparecen, tras otras lecturas y
reflexiones, nuevas ideas, nuevas consideraciones, que quiero compartir con mis
lectores, en este caso la infinitud, la eternidad y el tiempo.
Y el porqué de este interés por el destino del
hombre tras su muerte se refleja. Magistralmente, en estas líneas de
Chateaubriand:
“Aun cuando lleguéis al colmo de vuestros deseos, aun cuando gocéis de todos vuestros placeres, y os veáis reyes, emperadores y dueños de toda la tierra, un momento después borrará la muerte todas estas nadas con la nada vuestra.”[i]
Podemos
leer en Nietzsche: «... nada hay tan terrible como lo infinito»[ii],
afirmación que, en lo temporal sería verdad si el infinito implicase contemplar
un futuro inacabable, inabarcable por su enormidad, tedioso por su extensión inconmensurable.
Friedrich Nietzsche no solo plantea la infinitud como un castigo insoportable
para el hombre, sino que la vincula al concepto de “eterno retorno” [iii] concepto que se plantea como un infinita repetición de la propia vida y no sólo
son los acontecimientos los que se repiten, sino también los pensamientos,
sentimientos e ideas, vez tras vez, en una repetición infinita e incansable.
Pero el “eterno retorno”, el infinito nitzscheano,
no es real cuando ese infinito se presenta en una dimensión espiritual y divina
que se sitúa fuera del tiempo, convirtiendo lo eterno en un permanente “ahora
mismo” siempre diferente y gozoso.
Así
nos lo adelanta el evangelio de Juan (14,1-6):
“En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón;
creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas
estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando
vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo,
estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»”
Y San Agustín escribió que el tiempo
existe solo dentro del universo creado, de manera que Dios existirá fuera del
tiempo, ya que para Dios no existe pasado ni futuro, sino únicamente un eterno
presente que se podría llamar el presente continuo. Y explica que el tiempo brota de la eternidad de Dios y comienza con la creación del mundo. [iv]
Pero como las cosas creadas cambian, éste cambio, Según San Agustín, es lo que entraña el tiempo [v].
Aunque prefiero el concepto de tiempo deSpinoza quien nos dice que:
“El tiempo no essino un simple modo de pensar que sirve para explicar la duración"
Es decir, una cualidad humana consistente en ser capaz de medir la duración de las cosas que por tanto, como humana, no afecta a Dios, que está por encima de la necesidad de medir la duración de las cosas, pues su eternidad lo hace innecesario.
Así podemos afirmar que Dios es eterno y que para Él y en Él no hay tiempo.
Y concluyamos con la pieza “Vivat, vivat in aeternum”
compuesta por Abbé Roze, para la
Coronación de Napoleón.
Parece
ser que desde Moncloa han requerido a las agrupaciones locales y autonómicas del
PSOE para que, de cara a las elecciones municipales y autonómicas, se hable
mucho de Franco y de la amenaza de vuelta al franquismo si la derecha gana las
elecciones del próximo mes de mayo.
Así
lo denuncia el diario ABC en su portada del día 7 de abril.
Es
decir, que el sanchismo no renuncia a utilizar como trastos de su faena
política el “francomodin”, que les sirve tanto para un roto como para un
descosido y que entra de lleno en la parafernalia de la explotación del
sentimentalismo del miedo, al modo del famoso anuncio electoral que
identificaba a la derecha con un perro dóberman ladrando agresivamente.
¿De
verdad piensa el PSOE sanchista que la rememoración de Franco como amenaza de
regreso a tiempos pasados de represión y limitación de libertades,vaa conmover el alma
pretendidamente temerosa de los españoles?
Creo sinceramente que NO, y que tal vez se conturbe, tan sólo, el alma de los
paniaguados o chiringuiteros del sanchismo, que puedan temer no un retroceso en
sus derechos o libertades, sino la pérdida de los chanchullos económicos que
les ha proporcionado su fidelidad al “gran hermano”.
En cualquier caso, esta instrucción a sus
bases refleja una honda preocupación en la Moncloa a cerca de los resultados
electorales de Mayo, preludio de las elecciones generales que deberían
celebrarse en diciembre, en las que los augurios son —cocinados por el
aprendiz de brujo Bolaños con ayuda del CIS de Tezanos— muy descorazonadores,
pues presentan datos henchidos de optimismo que no se creen ni sus propios
cocineros.
Vemos, en fin, que toda la estrategia electoral de Ferraz/Moncloa
se basa en los siguientes puntos
·
El irresistible encanto de Sánchez Castejón, cuando lo cierto es que su imagen
no es sino la de un chulo hedonista y prepotente.
·
Sus éxitos en política internacional, cuando no ha explicado su cambio de criterio
respecto del Sahara, se inclina ante Marruecos, ha echado a perder nuestras
relaciones con Argelia y sólo obtiene el respaldo de los socialdemócratas de la
UE, por sintonía ideológica y no por su talento.
· El
éxito de la gestión económica del Gobierno, cuando la inflación es imparable,
el paro crece como la espuma, la deuda pública está desbocada, los impuestos
ahogas a los ciudadanos y la reforma de las pensiones es un fiasco, y encima se ha declarado en EEUU el "default" de nuestra deuda por consecuencia del incumplimiento de los pagos judicialmente obligados, a inversores extranjeros por la alteración a la baja de las primas de la energía solar.
'Default', que significa, que España no tiene capacidad para pagar sus deudas porque una empresa de renovables Estados Unidos reclama el pago inmediato de 200 millones de euros de los casi 8.000 millones que conforman los 45 pleitos internacionales que tiene España por aquel motivo.
· La
venta de los datos de las encuestas del CIS, cuando se contradicen oleada por
oleada por cualquier instituto demoscópico independiente.
· La
demonización del PP y VOX y sus líderes, como amenazas a la democracia, cuando
el bienestar de los españoles, la independencia de los poderes del Estado, el
principio de legalidad y la democracia se ha visto claramente perjudicados bajo el gobierno sanchista.
· El
inmenso avance de los derechos de las mujeres, los LGTBI y los TRANS, cuando se
han excarcelado a más de 100 delincuentes sexuales y reducido la pena a más de 1.000 por consecuencia de la Ley del Si es Si, y la legislación LGTBI que está
provocando un enfrentamiento social sin precedentes y la Ley TRANS que es un total
disparate.
· El
imparable avance en la lucha contra la corrupción, cuando e PSOE ha demostrado
ser el partido político más corrupto de la historia de España desde su
fundación por el tipógrafo Pablo Iglesias.
· El
consenso alcanzado con los partidos Nacionalistas, que no es tal sino rendición
demostrada con el acercamiento de presos etarras a las Vascongadas y la inclusión de sus asesinos en las listas electorales, o los
indultos a los golpistas catalanes que insisten en que “lo volverán a hacer.
• La profundización en la Memoria Histórica, esa falacia revanchista que sólo reconoce a las víctimas del franquismo y denigra y olvida a las víctimas de la República, torturados y asesinados por pensar diferente a las chusmas socialistas comunistas y anarquistas que sembraron la violencia y el terror durante el período 1931/1939 y a las de ETA y GRAPO, terroristas durante nuestra democracia hoy blanqueados y utilizados nuevamente como comodín electoral por el tirano Sánchez.
En definitiva la venta machacona y reiterada de los avances que en España se han alcanzado, teóricamente, con el "Gobierno de progreso" sanchista, que ciertamente no
es más que un sinsentido de coalición entre el PSOE, con la ultraizquierda de Podemos, con el apoyo parlamentario de los comunistas de Compromís o Más país, los separatistas y etarras de EHBildu o ERC, y los
partidos localistas extremos como Coalición Canaria y Teruel existe.
Ante ese discurso no puedo menos que recordar el magnífico
discurso pronunciado por Sarkozy en la campaña de las elecciones de 2007, del
que destacaría los siguientes párrafos:
“Nuestra obligación es derrotar la
frivolidad y la hipocresía de los intelectuales progresistas. Esos para quienes
el pensamiento único es el del que todo lo sabe, y que condenan la política
mientras la practican.
Desde hoy no permitiremos
mercantilizar un mundo en el que no quede lugar para la cultura.
Desde 1968 no se ha podido hablar de
moral.
Nos impusieron el relativismo: la
idea de que todo es igual, lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, que el
alumno vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no
traumatizar a los malos estudiantes.
Nos hicieron creer que la víctima cuenta
menos que el delincuente. Que la autoridad estaba muerta, que las buenas
maneras habían terminado, que no había nada sagrado, nada admirable. El slogan
era VIVIR SIN OBLIGACIONES Y GOZAR SIN TRABAS…
Quisieron terminar con la escuela de
excelencia y del civismo. Asesinaron los escrúpulos y la ética.
Esa izquierda que está instalada con
privilegios en la política, en los medios de comunicación, en la economía, que le
ha tomado el gusto al poder, que dejaron sin poder a las fuerzas del orden imponiendo
la falsa idea de que se ha abierto una fosa entre la policía y la juventud y
que los vándalos son buenos y la policía es mala. Como si la sociedad fuera
siempre culpable y el delincuente inocente.
Una izquierda que defiende los
servicios públicos pero jamás usan transporte colectivo, que ama la escuela
pública pero mandan a sus hijos a colegios privados. Adoran la periferia pero
jamás viven en ella, que firma manifiestos cuando se expulsa a algún invasor,
pero no acepta que se instalen en sus casas.
Una izquierda que han renunciado al
mérito y al esfuerzo y que atiza el odio a la familia, a la sociedad y a la
república.
Una izquierda que con el mayor
descaro se lucran de los bienes del Estado, y montan hasta negocios de la
manera más cínica con el dinero procedente de la corrupción.
Tenemos que volver a los antiguos
valores del respeto, de la educación, de la cultura y de las obligaciones antes
que los derechos.”
Confiemos en que el electorado sea consciente de esta realidad
y retire su apoyo a esos enemigos de España que nos llevan a la desintegración
de la Nación y a la pérdida de Calidad de Vida, en todos sus aspectos, de los
ciudadanos.
Y concluyamos con un nuevo video
musical, hoy el aria “Erbarme dich, mein Gott” (Ten piedad, Dios
mío) de la ópera ”La Pasión según San Mateo” de Bach, interpretada por Delphine
Galou